REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

SOCIEDAD RIDÍCULA

 

 

 

Gervasio Portilla | 11.01.2024


 

 

 

Entre todos, estamos generando una sociedad ridícula. Esta sociedad ridícula se consigue mediante dos sistemas: Una deficiente formación de las nuevas generaciones y el control de una parte importante de los medios de comunicación y sus campañas absurdas.

Estamos en el mes de enero, es uno de los meses más “crudos” del año, por lo tanto, lo normal es que haga frío y que llegue nieve a los lugares habituales, sobre todo, en las montañas y zonas altas.

Podemos ver, cualquier día de estos fríos, como casi todos los informativos de radio y televisión, nos dicen que hace frío, cosa lógica y las televisiones mandan a sus equipos a lugares altos, para decirnos que nieva.

Sería lógico y por supuesto necesario, que se informará de la vialidad invernal, de la situación de las carreteras; pero en modo alguno hacer noticia de cabecera, de que nieve en Enero.

Desde que tengo uso de razón, he conocido que las gripes y los catarros, han llenado en esta época los centros médicos; algo natural, pero sin embargo ahora se alarma, se impone y se dicta como si estuvieramos ante un enfermedad letal.

Casi todo es ridículo, me pregunto yo, si las nuevas promociones de profesionales de la información, se limitan sólo a repetir lo que hacen otros o saben que en verano hace normalmente calor y en invierno normalmente frío.

Se han caído de un barco unos contenedores, con unas bolitas pequeñas de plástico y estás llegan a la costa; de manera inmediata, trasladan las cámaras y los micrófonos a las playas y nos hablan de todo tipo de desgracias, obviamente es necesario recoger la bolitas en cuestión, pero todo será solucionado, porque las bolitas no contaminan al ser humano ni crean alarma tóxica de ningún tipo.

Mientras, durante unos días, entretienen al personal, abren una falsa polémica y a otra cosa.

Señores, vivimos en un mundo ridículo y con perdón algunos parecen estar empeñados, dicho con todo el respeto, el crear una fabrica de “tontos”.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista