REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

LA REALIDAD DE PEDRO SÁNCHEZ

 

 

 

Gervasio Portilla | 14.10.2023


 

 

 

Algunos importantes y veteranos dirigentes del PSOE, enseguida se dieron cuenta, que Pedro Sánchez era un personaje sin escrúpulo político alguno, y por lo tanto capaz de cualquier cosa, el tiempo les ha dado la razón de sobra.

La foto del pasado viernes reuniéndose, con los representantes de Bildu, es la confirmación de todo ello.

Vivir sin principios, seguro que es cómodo y rentable a corto plazo, pero a la larga como siempre ocurre, las “cañas se convierten en lanzas”.

No sólo es engañar a los ciudadanos, sino mandar el mensaje de que la palabra dada no tiene valor, que lo que realmente importa es el “aquí y el ahora”; sin parar en nada ni en nadie.

El señor Sánchez, desde su llegada al la Secretaria General del PSOE, siempre ha estado con el mal y casi nunca, por no decir nunca, con la concordia de verdad no impostada.

Es, como si en su mente hubiera algo que le hace no ser capaz de aceptar a aquel, que pueda pensar diferente o lo que es más claro, no le renta enteros en su “ruta” particular o en la de sus “aliados”.

Tenemos por lo tanto, una personalidad política. que vive en una realidad propia, y todo aquello que pueda suponer una amenaza para sus intereses, será siempre un obstáculo a batir como fuere, por lo que le lleva a no aceptar la realidad, si la misma no le beneficia.

Este tipo de personalidades, por supuesto que no son de fiar, pero cuando ocupan, altas responsabilidades se convierten en muy peligrosas políticamente hablando.

El invento de la realidad es continuo, y acabará antes que tarde pasando una factura personal; aunque mientras, seguirá haciendo daño a esta sociedad, sin ningún tipo de cortapisa.

Así lo negro será blanco, lo blanco negro y quién tenga la valentía de enfrentarse, deberá ser “arrojado” al foso de los leones socialmente hablando.

Aunque el ser humano, siempre tendrá que enfrentarse a su realidad, y al bien o el mal hecho, en este caso, creo que más bien al daño realizado: dividiendo, mintiendo, crispando y enfadando al menos a la mitad de la sociedad, lo que ya es algo sumamente “torpe” y peligroso.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista