Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos
(02 de noviembre)
Tercera semana del salterio

El 
Evangelio del Domingo
Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos
 
(sotodelamarina.com 01.11.2025)
por Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista
Conmemoración de todos los fieles difuntos. La santa Madre Iglesia, después de su solicitud para celebrar con las debidas alabanzas la dicha de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe sólo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha de pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la felicidad eterna
(Elogio del Martirologio Romano).
Primera lectura: Eclo 35, 12-14. 16-19a. (La oración del humilde atraviesa las nubes)
Salmo Responsorial: Salmo 33 (El afligido invocó al Señor, y él lo escuchó)
Segunda lectura: 2 Tim 4, 6-8. 16-18. (Me está reservada la corona de la justicia)
Evangelio: Lc 18, 9-14. (El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no)
El fariseo no ha ido al templo a rezar sino a hacer una visita para recordarle a Dios que él es bueno; mientras que el publicano sí ha ido al templo a rezar y a encontrarse consigo mismo, con su dolorosa verdad, y con la misericordia de Dios. Las palabras breves y sinceras del publicano son para Jesús el modelo de toda oración. El fariseo no clama a Dios, pues no se siente pobre y necesitado y, en vez de repasar sus propios pecados, se dedica, en su soberbia, a repasar y despreciar los pecados de los demás. El fariseo, en su oración se busca a sí mismo, mientras que el publicano se siente solidario de tantos pobres y marginados que gritan al Señor con humildad.

Calendario Litúrgico Pastoral 2024-2025