Colaboraciones

 

La verdadera democracia

 

 

 

22 octubre, 2025 | Javier Úbeda Ibáñez


 

 

 

 

 

La verdadera democracia no consiste en un simple juego de poder en el que los ciudadanos votan por políticos cuyos programas muchas veces son incomprensibles y otras veces sirven sólo para contentar a poderosas minorías de la sociedad o a intelectuales bien colocados en la «opinión pública» y en el «mundo de la cultura».

La verdadera democracia se basa en el reconocimiento de una serie de derechos mínimos, que llamamos normalmente «derechos humanos», sin los cuales cualquier sistema político corre el riesgo de avanzar hacia la destrucción de la vida social y, lo que es peor, hacia el hambre o la muerte de miles de seres humanos inocentes.

Conservan toda su fuerza las palabras que escribía, en 1991, el Papa Juan Pablo II: «Si no existe una verdad última, la cual guía y orienta la acción política, entonces las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia» (Juan Pablo II, carta encíclica Centesimus annus, n. 46).