EL EVANGELIO DEL DOMINGO
por Gervasio Portilla García
05.07.2020
XIV Domingo del Tiempo Ordinario (A)
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (11, 25-30)
En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo:
― «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Si, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Palabra del Señor
COMENTARIO:
El Evangelio de este Décimo Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario, nos muestra la total gratuidad en la salvación del Señor y la garantía de que su salvación es para todos y no sólo para los poderosos, sino de manera especial a los que más sufren y padecen.
Los sabios y entendidos, son las clases privilegiadas de la casa de Israel, los expertos en materia religiosa, muchas veces los más fuertes, aquellos que se creen perfectos por tener altos cargos o más reconocimiento temporal, no quieren aceptar en una misma comunión de vida y de destino a los pobres, a los marginados, a todos aquellos a los que la ley judía posterga.
No nos engañemos, igual sucede ahora, muchos, por tener altos cargos, creen ser mejores y tener la razón en todo y de alguna manera desprecian la fe de las personas humildes y sencillas, que en realidad viven una fe autentica y no impostada o aparente.
Por lo general los “sabios y los entendidos”, tienen demasiado ocupado su corazón por ídolos de barro, tales como el poder por el poder, la soberbia y la egolatría.
Los sencillos de corazón, tienen un corazón transparente y sincero, viviendo una fe auténtica y sosegada.
Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.