EL EVANGELIO DEL DOMINGO
por Gervasio Portilla García
26.11.2017
XXXIV Domingo del Tiempo Ordinario (A)
Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo, solemnidad
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (25, 31-46)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
̶ «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha:
̶ "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme."
Entonces los justos le contestarán:
̶ "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?"
Y el rey les dirá:
̶ "En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis."
Entonces dirá a los de su izquierda:
̶ "Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis."
Entonces también éstos contestarán:
̶ "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "En verdad os digo: lo que no hicisteis con uno de éstos, los más pequeños, tampoco lo hicisteis conmigo."
Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna».
Palabra del Señor
COMENTARIO:
Celebramos hoy, la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
En este último domingo del año litúrgico, debemos de centrarnos en la esperanza de que sólo a Dios se puede adorar.
Dios nuestro Señor, es y será el verdadero juez de nuestros actos y el verdadero juez de la historia de la propia humanidad.
Seremos juzgados de forma misericordiosa si en nuestro corazón siempre hemos tenido al menos la voluntad de seguir sus pasos, y seremos reprobados si le hemos ignorado conscientemente en todo momento.
Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.