EL EVANGELIO DEL DOMINGO
por Gervasio Portilla García
15.02.2015
VI Domingo del Tiempo Ordinario (B)
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (1, 40-45)
En aquel tiempo se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
- Si quieres, puedes limpiarme.
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó diciendo:
- Quiero: queda limpio
La lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él le despidió encargándole severamente:
- No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.
Pero cuando se fue, empezó a divulgar el hecho con grandes ponderaciones, de modo que Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en descampado; y aún así acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor
COMENTARIO:
En este Evangelio, del Sexto Domingo del Tiempo Ordinario, vemos que Jesús continua su acción sanadora y por otro lado sorprendiendo a la sociedad que le tocó vivir: tocar a un leproso, era algo así, como tocar a un apestado, a un desecho de aquella sociedad.
Jesús, una vez más les sorprende, al tocar a un leproso y curarle, su mensaje para ellos rayaba en el escándalo.
Jesús, con su forma de actuar supera los obstáculos y rompe todos los moldes, estableciendo un orden nuevo si ningún tipo de distinción, haciendo desaparecer los cotos cerrados.
La salvación de Jesús, esta siempre relacionada con la igualdad y la justicia, es una salvación reparadora que libera a los oprimidos.
Tomemos todos el ejemplo de Jesús, su forma y manera de actuar y de ser.
Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.