Tribunas
15/12/2025
La afectividad y la sexualidad del clero
José Francisco Serrano Oceja
En los últimos números de la revista sacerdotal “Surge”, de Vitoria, se ha publicado, en dos partes, un interesante artículo titulado “La educación de la afectividad y de la sexualidad para el celibato ministerial”, escrito por Joaquín Martín Abad, que, como explicaré a continuación, de esto algo sabe.
Permítaseme antes el inciso de relacionar esta cuestión con un reciente reportaje publicado en el “National Catholic Register”, firmado por Jonah McKeown, titulado “¿Por qué tantos jóvenes sacerdotes están abandonando el sacerdocio?”.
Un reportaje que ofrece datos de Estados Unidos que estremecen. Que yo sepa no tenemos cifras oficiales de España. Entiendo que en la Conferencia Episcopal sí las tienen, aunque las guarden bajo siete llaves, como hacen con el número se seminaristas.
Un cierto conocimiento de lo que pasa en las diócesis apunta a que este fenómeno también se da en nuestro país. Máxime en un momento en el que hay tanta exposición pública de las vidas de sacerdotes jóvenes, y de los que lo han sido y ya no lo son, que debiera dar que pensar.
Por cierto que sobre el fenómeno de los sacerdotes “influencers”, que sin duda hacen mucho bien, habría que hablar. A alguien le tendría que preocupar que haya quienes están más preocupados por los fieles destinatarios de su ministerio virtual que por los reales, en esas cámaras eco. Y sé de lo que estoy hablando.
Volvamos al texto de don Joaquín. Es Martín Abad, desde hace demasiados años recluido en su canonjía madrileña, un venerable sacerdote que ha dedicado su vida a los seminaristas y sacerdotes. Ahí está su biografía de servicio a la Conferencia Episcopal y a Madrid, como si nada.
Vuelca en este texto que ahora se publica no solo su conocimiento profundo de la cuestión, que se percibe a través de la síntesis documental que maneja, sino su experiencia de trato con sacerdotes de muchas diócesis de todo el mundo.
Además de ofrecer una pedagógica explicación del celibato, de su riqueza, presenta algunas cuestiones muy claras referidas la discernimiento vocacional, que esperemos lo sean en los seminarios españoles. No vaya a ser que tanta reconversión industrial de seminarios para dejar en el tintero lo esencial.
De entre esas cuestiones, una no menor que aborda con equilibrio es la del papel de los psicólogos en ese proceso. Por cierto que no he encontrado otro tipo de experiencias de propuesta de discernimiento sobre la vocación y la formación de moda. Ya sabemos que las modas duran lo que quienes las ponen de moda.
Y, cómo no, también plantea, en varias ocasiones, la cuestión de la homosexualidad, con un criterio concluyente:
“Que no han de ser admitidos al seminario ni a las órdenes sagradas quienes “practiquen” su homosexualidad, o tengan tendencias homosexuales arraigadas, o las defiendan, que es promoverlas. Y, “paralelamente” podríamos añadir que el mismo cuidado hay que mantener ante quienes “practiquen” su heterosexualidad, o sus tendencias heterosexuales sean insuperables, o defiendan las relaciones sexuales fuera del matrimonio, lo que es promoverlas”.
José Francisco Serrano Oceja