De Libros
Por qué hay que seguir leyendo a Benedicto XVI
La editorial Encuentro ofrece en español, en una edición cuidada, el primer volumen de las 135 homilías recogidas en la predicación privada de Benedicto XVI
José Francisco Serrano Oceja | 15/12/25
No sé si a los lectores les pasa lo mismo, pero cuando uno lee, a estas alturas de la historia, a Joseph Ratzinger-Benedicto XVI se le esponja el alma. No sé si en un futuro el Papa decidirá que J. Ratzinger sea un nuevo doctor de la Iglesia. Lo que sí sé, y con este nuevo inédito me ratifico, es que su sabiduría de pensamiento y de vida producen una no desdeñable paz para la inteligencia y para el espíritu.
- Introducción de P. Federico Lombardi
- Capilla privada de los apartamentos pontificios
- Relación entre Dogma-Escritura-Iglesia
- Dos notas finales de la lectura de este libro
El Señor nos lleva de la mano.
Introducción de P. Federico Lombardi
La editorial Encuentro ofrece en español, en una edición cuidada, el primer volumen de las 135 homilías recogidas en la predicación privada de Benedicto XVI.
Como afirma el jesuita P. Federico Lombardi, en la introducción, estas homilías fueron pronunciadas, y grabadas, y transcritas, a la comunidad que conformaban los secretarios monseñor Gänswein, monseñor Xuereb (entre 2007 y 2013), la secretaria Birgit Wansing y las cuatro Memores Domini, de Comunión y liberación, Carmela, Cristina Loredana y Manuela (tras la muerte de ésta última, Rossella, entre 2005 y 2017).
Capilla privada de los apartamentos pontificios
Los lugares en los que se pronunciaron estas homilías fueron la capilla privada de los apartamentos pontificios en el Palacio Apostólico; en los primeros meses y tras la renuncia, la capilla privada del Palacio de Castel Gandolfo y la capilla del monasterio Mater Ecclesiae en los Jardines Vaticanos, la última residencia de Benedicto XVI.
En uno de los primeros sermones tras su ordenación sacerdotal, en 1954, el joven Ratzinger decía que “si puedo contar algo de mis recuerdos, diré que ya como estudiante me alegraba muy a menudo con el hecho de que un día podría predicar, anunciar la Palabra de Dios a hombres que, incluso en la desorientación de una vida cotidiana a menudo olvidada de Dios, deberían esperar, sin embargo, esta Palabra”.
Relación entre Dogma-Escritura-Iglesia
Como bien explicó nuestro autor en 1973, la tensión interna de la predicación procede de la relación entre Dogma-Escritura-Iglesia-Hoy, un proceso que bien pudiera dar forma a las homilías actuales, y así no perderíamos el tiempo, ni los sacerdotes que las predican, ni los fieles que las escuchamos atentamente.
En las homilías de Benedicto XVI se juntan por tanto exégesis, teología, catequesis y espiritualidad. Todo ello con una sencillez y una profundidad, sin resquicios a lo accidental, que atrae profundamente.
Este volumen, que ahora se presenta, recoge las homilías referidas a los tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma, Triduo Pascual, Tiempo Pascual, solemnidad de la Santísima Trinidad y otras festividades de María Santísima y de los santos. Como puede comprobar el lector, tiempo litúrgicos fuertes.
Dos notas finales de la lectura de este libro
La primera. Es impresionante la insistencia de Benedicto XVI en lo esencial, que es el necesario conocimiento de Dios en nuestro mundo. “El gran problema de nuestro tiempo –leemos- es precisamente el analfabetismo religioso, el no conocimiento de Dios, la ausencia de Dios. Para una verdadera renovación del mundo, antes que todas las demás formas que puedan ser necesarias, es fundamental esta otra: la nueva presencia del conocimiento de Dios. Una escucha que se convierta en actividad y acción”.
Y segundo, en el prólogo que escribe monseñor Georg Gänswein vemos al final lo que sigue: “Los últimos años de Benedicto XVI fueron un ejemplo de largo debilitamiento humano vivido ante Dios en comunión con la Iglesia y en una confianza cada vez más completa en el Señor. Esto puede deducirse del hecho de que sus homilías terminan siempre con una breve oración, que revela mucho la autenticidad y la humildad de su vida creyente en Jesucristo. La oración y la fe nunca son algo que se pueda dar por descontado, ni siquiera para alguien que ha sido papa”.
Benedicto XVI,
El Señor nos lleva de la mano. Homilías privadas.
Encuentro, 2025.