Diócesis
Ocho religiosas abandonan el emblemático colegio tras más de cien años de presencia, dejando una huella imborrable en generaciones de alumnos
01/11/25
Tras más de un siglo de historia, las últimas monjas del Sagrado Corazón de Placeres se despiden de Pontevedra. Lo hacen con serenidad, fe y gratitud, mientras su legado educativo continúa en nuevas manos.
- El final de una etapa centenaria
 
- Una historia ligada a la ciudad
 
- La Fundación Sofía Barat continúa su legado
 
- Una despedida cargada de emoción
 
- Un legado de fe y humanidad
 
El adiós del Sagrado Corazón de Placeres.
Crédito: Perfil de Facebook
Colegio Sagrado Corazón Placeres.
El final de una etapa centenaria
Pontevedra despide estos días a las últimas ocho religiosas del colegio Sagrado Corazón de Placeres, una comunidad que durante más de cien años formó a miles de alumnos con un estilo educativo centrado en la fe, la entrega y la libertad.
Las hermanas Chon, Carmiña, Ana, Ascensión, Isaura, Mari, Rodri y María José se trasladan ahora a Madrid, en una decisión coordinada por la Fundación Educativa Sofía Barat, que agrupa a las comunidades más veteranas para ofrecerles mejores cuidados.
“Este rincón de Placeres quedará prendido para siempre en el corazón”, confesaron emocionadas en declaraciones a Diario de Pontevedra, medio que documentó su despedida. Las religiosas, de entre 80 y 90 años, admiten que el traslado “les es costoso”, pero lo viven “con paz”, confiando en que su espíritu seguirá presente en la comunidad educativa.
Una historia ligada a la ciudad
La congregación llegó a Pontevedra en 1918, en plena posguerra europea. Durante décadas, el colegio fue internado femenino y más tarde escuela-hogar. Con el tiempo, se convirtió en un centro concertado de Infantil, Primaria, Secundaria y Educación Especial, reconocido por su integración de alumnos con diferentes capacidades y su atención personalizada.
“En la actual comunidad hay hermanas que llevan aquí cerca de 30 años, y otras que llegaron hace solo dos”, explican las religiosas. Desde su fundación, el colegio del Sagrado Corazón de Placeres ha sido un referente en educación humanista, apostando por el crecimiento personal de sus alumnos y su compromiso social.
La Fundación Sofía Barat continúa su legado
La Fundación Educativa Sofía Barat, creada en 2018 por la propia Congregación del Sagrado Corazón, gestiona actualmente 15 colegios en España. Su presidente, Jesús Avezuela, ha explicado que el objetivo es “mantener y actualizar el legado educativo de Santa Magdalena Sofía Barat”, fundadora de la orden.
Esta fundación trabaja en colaboración con otros centros del Sagrado Corazón en Europa, América y África, apostando por la innovación pedagógica y la educación en valores cristianos. En Pontevedra, su equipo de docentes y laicos asume ahora el testigo espiritual y formativo de las religiosas.
Una despedida cargada de emoción
El alumnado, profesorado y antiguos estudiantes rindieron homenaje a las hermanas con flores, cartas y aplausos desde el patio del colegio. Las monjas respondieron desde el balcón, visiblemente emocionadas. “Nos vamos, pero seguimos unidas desde el corazón”, dijeron.
En redes sociales, antiguos alumnos compartieron mensajes de gratitud: “Gracias por enseñarnos que la fe se vive ayudando a los demás”.
La comunidad educativa recordó que el edificio que ocupaban las religiosas se adaptará a nuevas necesidades pedagógicas, manteniendo su simbología y los espacios que evocan su historia.
Un legado de fe y humanidad
A lo largo de más de un siglo, las religiosas del Sagrado Corazón enseñaron no solo materias académicas, sino también valores humanos. Su misión fue, en sus palabras, “ayudar a crecer a los alumnos en un ambiente de afecto y libertad, para que sean personas de corazón, comprometidas con la transformación del mundo”.
Su paso por Galicia deja un ejemplo de servicio discreto y vocación profunda. “El privilegio de haber vivido en esta tierra y entre su gente quedará grabado en nuestra alma”, concluyeron.