Otra vez el aborto a la palestra

 

 

29/10/2025 | por Grupo Areópago


 

 

 

 

 

 

Según datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad a principios de octubre de 2025, el índice de abortos en 2024 fue de 12,6 por cada mil mujeres (en el rango de 15 a 44 años de edad), lo que se traduce en un total de 106.000 abortos notificados al año en España, aumentando en 2024 los abortos en un 7% más en mujeres menores de 20 años. La tasa de abortos para el 2025 se espera se siga incrementando.

Esta tasa oficial podemos considerarla orientativa para conocer el incremento de abortos, pero no puede considerarse real porque no recoge los abortos producidos por el uso de la píldora del día después o los abortos provocados, por ejemplo, por la destrucción de embriones en fecundaciones in vitro, que también son abortos.

A este panorama se une el anuncio e inicio de gestiones del Gobierno español actual para incorporar el derecho al aborto en la propia Constitución Española a los efectos de elevar el derecho al aborto al rango de derecho constitucional, como si la maternidad fuera un lastre. En definitiva, el tema del aborto se ha politizado y hemos aprendido a llamar “derecho” a una estratagema ideológica que encubre una tragedia social y personal.

Curiosamente no aparece como opción ante el debate del aborto que el padre biológico pueda vetar el aborto, por ejemplo, haciéndose él cargo de ese hijo. En estas políticas abortistas el padre siempre es el gran olvidado, por no decir la nula ayuda que se ofrece a las madres que plantean el aborto como única opción a su situación personal y familiar.

Con esperanza se acoge el compromiso del pasado 15 de octubre del Parlamento Europeo por la maternidad, tras el acto organizado por “One of Us”, donde eurodiputados de varios países (entre ellos eurodiputados españoles)  reclamaron una política europea que ampare la libertad auténtica de decidir, ofreciendo alternativas concretas a las mujeres embarazadas; El manifiesto de One of Us  es clarificador: “ la elección real exige apoyo real” y recuerda que una sociedad verdaderamente justa no es aquella que facilita el aborto sino la que acompaña, sostiene y protege a las madres.

Tenemos todos una deuda grande con esas madres que realmente piensan que la única opción real es el aborto y todos tenemos la misma deuda con nuestros jóvenes a los que la sociedad les ofrece el aborto como algo fácil, sin riesgos, de lo que te olvidas según sales de la clínica abortista como si salieras de extirparte una verruga. Hagamos ruido para que el mundo vea que somos muchos más los que defendemos la maternidad que el aborto y que si algo merece ser elevado a derecho constitucional es el derecho a ser madre con todas las garantías legales y con todo tipo de ayudas para que tener un hijo jamás sea un lastre.

 

 

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