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El fenómeno Har Tabor: así logra la diócesis de Terrassa llenar su seminario y movilizar a mil jóvenes en Barcelona

 

El festival cristiano Har Tabor vuelve a batir récords en Montmeló con más de 1.000 jóvenes alabando a Dios, reflejo del sorprendente auge vocacional de la diócesis catalana

 

 

 

10/10/25


 

 

 

 

 

 

Un fenómeno silencioso está transformando la pastoral juvenil en Cataluña. La diócesis de Terrassa, la única con seminario propio en la región, ha vuelto a llenar auditorios y templos con jóvenes que cantan, rezan y buscan respuestas. Pero, ¿qué hay detrás de este inesperado renacer de fe?

 

 

 

  1. Música cristiana y oración comunitaria
  2. El secreto del éxito
  3. Un seminario con 20 jóvenes
  4. Energía espiritual

  5. Iglesia misionera y creativa

 

 

 


Jóvenes alabando en Har Tabor.
Fuente: @har_tabor.

 

 

 

El pasado fin de semana, Montmeló se convirtió en el epicentro de la música y la fe con el regreso del festival Har Tabor 2025, organizado por la Delegación de Juventud del Obispado de Terrassa.

Cerca de mil jóvenes acudieron al evento para participar en una experiencia de alabanza, oración y encuentro. Una convocatoria que refleja el creciente dinamismo de una diócesis que, contra toda tendencia, ha conseguido llenar su seminario y avivar la fe entre los más jóvenes.

 

Música cristiana y oración comunitaria

El festival Har Tabor, cuya nueva edición ya tiene fecha para el 3 de octubre de 2026, combina la música cristiana contemporánea con momentos de oración comunitaria. La nota de prensa oficial del obispado lo define como “una oportunidad para experimentar la alegría de la fe a través del arte y la comunión”.

La edición de este año, titulada “Brotes de Esperanza”, contó con la participación de bandas católicas de toda España y se difundió ampliamente en redes sociales, especialmente en su perfil oficial de Instagram @har_tabor.

 

El secreto del éxito

Mosén Àlex Serra, delegado diocesano de Pastoral Juvenil, asegura que el secreto del éxito reside en “la unidad y la autenticidad del testimonio”. En declaraciones recogidas por El Debate, explicó que “los jóvenes llaman a los jóvenes”, y que ese contagio espiritual se multiplica gracias a una comunidad viva y abierta, capaz de ofrecer algo distinto en medio de la incertidumbre social actual.

 

Un seminario con 20 jóvenes

La diócesis de Terrassa, creada en 2004, ha sorprendido al ámbito eclesial español por su vitalidad. Según el propio obispado, este curso cuenta con 20 seminaristas en formación, un número que la sitúa a la cabeza de Cataluña y que se sostiene gracias a una pastoral vocacional constante.

En la inauguración del curso 2025-2026, el rector del seminario, Joan Hernández, afirmó que “la vocación sacerdotal no se mide en cifras, sino en fidelidad al Evangelio”, destacando la importancia de acompañar a cada joven en su proceso humano y espiritual 

El modelo formativo de Terrassa se basa en el documento “Formar pastores misioneros”, que prioriza la dimensión humana y comunitaria de la fe. Los seminaristas participan en parroquias de toda la diócesis, donde se enfrentan a realidades sociales diversas, desde barrios obreros hasta municipios rurales. Este contacto directo con la gente refuerza su sentido de misión y compromiso.

 

Energía espiritual

Pero más allá de los números, lo que llama la atención es la energía espiritual que emana de sus jóvenes. En el verano de 2025, más de 700 peregrinos de Terrassa viajaron a Roma para el Jubileo de la Juventud, una cifra superada solo por grandes diócesis como Madrid o Valencia. “Esta generación, que ha crecido en una sociedad sin certezas, busca sentido, y lo está encontrando en la fe”, apunta Mosén Serra, delegado de la Pastoral de Juventud de la diócesis.

El obispado atribuye parte de este auge a la continuidad del trabajo pastoral iniciado por el anterior obispo, José Ángel Sáiz Meneses, actual arzobispo de Sevilla. Su estilo cercano y su capacidad para conectar con el lenguaje de los jóvenes —usando ejemplos de El Señor de los Anillos Star Wars— sembraron una base que hoy florece con fuerza. Como él mismo decía: “Terrassa arrasa”.

 

Iglesia misionera y creativa

En un contexto donde muchas diócesis afrontan una crisis vocacional, Terrassa, cuyo obispo es Monseñor Salvador Cristau Coll, representa una excepción luminosa. No solo ha mantenido su seminario propio, sino que lo ha convertido en un símbolo de esperanza. “Si no tienes gente en la parroquia, tienes que salir a buscarla”, insiste el rector Hernández, convencido de que el futuro pasa por una Iglesia misionera, creativa y presente en la vida real de los jóvenes.

El fenómeno Har Tabor, con su mezcla de música, oración y comunidad, se ha convertido en una de las claves de ese renacer espiritual. Una experiencia que, lejos de quedarse en el escenario, inspira nuevas vocaciones y proyectos. Y, tal vez, la confirmación de que la fe, cuando se vive con alegría, sigue teniendo mucho que decir.