Diócesis
El arzobispo de Valencia inaugura el curso en el Seminario Mayor con un dato que sorprende
La archidiócesis arranca el año académico con un balance que revela una tendencia llamativa en las vocaciones sacerdotales
12/09/25
El inicio de curso en el Seminario Mayor de Valencia ha estado marcado por la presencia del arzobispo Enrique Benavent y por un detalle que no ha pasado desapercibido entre los asistentes. Las cifras presentadas durante la apertura apuntan a un panorama inesperado que está dando que hablar en la Iglesia valenciana.
- Esta aventura que comienzan
- Un detalle que no pasó desapercibido
- Aumento en Valencia de vocaciones sacerdotales
- Una excepción que invita a reflexionar
- El futuro de las parroquias valencianas
- Acompañamiento constante
El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent,
con seminaristas de su diócesis.
Foto: A.Saiz, Delegación Medios Arzobispado Valencia.
El inicio del curso académico en el Seminario Mayor de Valencia “La Inmaculada” el pasado 10 de septiembre estuvo marcado por la solemne eucaristía presidida por el arzobispo Enrique Benavent, quien quiso subrayar la importancia de la formación sacerdotal en un contexto social de cambios acelerados.
Esta aventura que comienzan
En su homilía, el prelado invitó a los seminaristas a vivir con autenticidad su vocación, en la que les invitó en esta nueva etapa que inician, a “fiarse del Señor y de la Iglesia” y «a vivir con confianza y agradecimiento esta aventura que comienzan”.
El acto de apertura contó con la presencia de los formadores, responsables académicos y familias de los seminaristas, en un ambiente de solemnidad pero también de entusiasmo. La archidiócesis recalcó que el Seminario es un corazón que late dentro de la Iglesia local puesto que en él se forjan los futuros sacerdotes que sostendrán las parroquias de la diócesis en las próximas décadas.
En la misma celebración, fue presentado el nuevo vicerrector, Fernando Carrasco, tras su reciente nombramiento por el arzobispo.
El Seminario Mayor de Valencia, situado en Moncada, abrió oficialmente sus puertas con una misa que fue también una celebración de esperanza. El arzobispo recordó que la vocación sacerdotal exige entrega y fidelidad, y pidió a los presentes rezar por quienes inician este camino de formación, para que vivan con alegría y perseverancia su llamada.
El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent,
con seminaristas de su diócesis y otros formadores.
Foto: A.Saiz, Delegación Medios Arzobispado Valencia.
Un detalle que no pasó desapercibido
Aunque la liturgia y los mensajes del arzobispo ocuparon el primer plano, hubo un dato que llamó especialmente la atención de los asistentes: este curso el Seminario Mayor de Valencia arranca con 60 seminaristas.
En total el Seminario Mayor, comienza el curso con 52 seminaristas, entre los que figuran jóvenes procedentes de diversas localidades de la diócesis, de Valencia, y, tres, de las diócesis de Segorbe-Castellón, Ibiza y Menorca.
De entre todos ellos, un total de 17 son de nuevo ingreso y, de éstos, 16 iniciarán en el Curso Propedéutico, etapa anterior al inicio de los estudios teológicos.
Por su parte, el Colegio Seminario la Presentación y Santo Tomás de Villanueva de Valencia comienza el curso con 4 seminaristas y el Colegio Seminario del Corpus Christi “El Patriarca” de Valencia también con otros cuatro.
Aumento en Valencia de vocaciones sacerdotales
La cifra, revelada durante la apertura, no es solo un número: es un hecho que contrasta con la tendencia generalizada en otras diócesis españolas y europeas, donde las vocaciones sacerdotales han experimentado un descenso continuado en los últimos años.
La archidiócesis de Valencia no quiso presentar esta realidad como un triunfo aislado, sino como una responsabilidad pastoral.
Una excepción que invita a reflexionar
Si bien el Seminario Mayor de Valencia destaca en el panorama nacional, la realidad general sigue siendo preocupante. La Conferencia Episcopal reconoció en su último informe que el total de seminaristas en España ronda los 1.000, una cifra muy inferior a la de hace tres décadas, cuando superaba los 1.800.
Según los datos de la CEE en los últimos diez años se ha registrado una reducción notable en el número de seminaristas en muchos territorios.
En Europa occidental, el panorama es similar: países como Francia o Alemania han visto cómo sus seminarios se vaciaban en paralelo al proceso de secularización de la sociedad. En este contexto, el hecho de que Valencia mantenga un grupo amplio de seminaristas adquiere un valor simbólico y estratégico.
El papa Francisco, en varios de sus mensajes recientes, ha insistido en que la pastoral vocacional no se mide únicamente en cifras, pero sí ha llamado a las diócesis a “crear una cultura del acompañamiento” que favorezca que los jóvenes puedan escuchar la llamada de Dios.
El futuro de las parroquias valencianas
La cifra de 60 seminaristas en Valencia no es solo un dato estadístico, sino un factor determinante para el futuro de la diócesis. Con cerca de un millón y medio de fieles repartidos en más de 600 parroquias, la necesidad de sacerdotes es acuciante.
La apertura del curso en Valencia se convierte así en un punto de referencia: no tanto por el número exacto, sino por lo que implica como signo de vitalidad eclesial. El reto para la Iglesia, tanto en Valencia como en el resto de España, será acompañar esta llamada con una pastoral más cercana a los jóvenes y con propuestas que conecten con su realidad cotidiana.
Acompañamiento constante
La apertura del curso en el Seminario Mayor de Valencia ha dejado un mensaje doble: por un lado, la confianza renovada de la archidiócesis en la vocación sacerdotal; por otro, el desafío de mantener y acompañar un grupo numeroso de jóvenes en un tiempo en el que las estadísticas parecen jugar en contra.
El dato de los 60 seminaristas no es solo un motivo de orgullo, sino también un recordatorio de que la Iglesia debe seguir trabajando para que la vocación no sea excepción, sino fruto de un acompañamiento constante.