Crónica de Roma
El Papa recibe a tradicionalistas y progresistas… Así gobierna León XIV
El método de gobierno de Robert Prevost: escuchar a personas de perfil tan diferente como el cardenal Burke, defensor de la liturgia preconciliar, hasta el jesuita James Martin, activista de la pastoral para personas LGBTQ
05/08/25
Desde el cardenal Raymond Burke, defensor de la liturgia preconciliar, hasta el jesuita James Martin, activista de la pastoral para personas LGBTQ… Los medios y las redes se regocijan o preocupan ante las audiencias que ofrece el Papa. Olvidan, sin embargo, el método de gobierno de Robert Prevost.
- El Papa y exponentes de la Iglesia más tradicional
- Nombramiento del cardenal Robert Sarah
- En el lado opuesto del espectro católico
- El método Prevost de gobierno
- Escuchar, humildad y promover la unidad
- El primer logro del León tranquilo
- "Aún no ha tomado decisiones determinantes"
El papa León XIV recibe en audiencia al cardenal Raymond Burke.
Vatican Media.
¿Qué está haciendo el Papa? Esta es la pregunta que podrían plantearse lectores de servicios de información religiosa al leer contradictorias crónicas recientes sobre León XIV.
Tras algo más de 125 días de su elección, mientras aún se espera que el nuevo pontífice tome decisiones decisivas para el próximo futuro de la Iglesia, los así llamados “vaticanistas” analizan con lupa cada uno de sus movimientos, en especial sus encuentros y audiencias, para tratar de comprender cuál será la línea que asumirá este pontificado.
El Papa y exponentes de la Iglesia más tradicional
Un claro ejemplo lo hemos vivido tras la audiencia que el Papa León concedió el 22 de agosto al cardenal Raymond Burke, patrono emérito de la Orden Soberana de Malta, conocido promotor de la “forma extraordinaria” del Rito Romano, según el misal en latín precedente al Concilio Vaticano II.
Semanas antes, el 17 de julio, el mismo Papa León enviaba una carta al mismo cardenal estadounidense, que había mantenido una tensísima relación con el Papa Francisco, para felicitarle por sus cincuenta años de ordenación sacerdotal.
Páginas web de información religiosa y perfiles de redes sociales, según el posicionamiento editorial, reaccionaban a estas noticias de manera diametralmente opuesta: los más apegados a la Tradición de la Iglesia exultaban, considerando que estos gestos suponían una clara apertura a favor de las tesis promovidas por el cardenal Burke. Era una especie de triunfo de los tradicionalistas.
Nombramiento del cardenal Robert Sarah
Por su parte, informadores que representan a publicaciones de una línea editorial en el lado opuesto del panorama ideológico católico advertían ante el peligro de que el Papa pudiera ser manipulado.
Reacciones similares se produjeron cuando el Papa León nombró al cardenal Robert Sarah, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, como su enviado especial para presidir las celebraciones en Sainte-Anne-d’Auray (Bretaña, Francia) con motivo del cuarto centenario de las apariciones de Santa Ana a un agricultor. El nombramiento sirvió para publicar numerosos artículos y posts llenos de regocijo de comentaristas conservadores, pues la relación entre el cardenal guineano y el Papa Francisco también había experimentado momentos de profunda crisis. Una fake news de origen africano llegó a escribir que era inminente el nombramiento del purpurado como secretario de Estado vaticano.
En el lado opuesto del espectro católico
Por otro lado, el 1 de septiembre, León XIV recibía en audiencia privada a James Martin, sacerdote jesuita particularmente comprometido en la pastoral de personas que se reconocen en las iniciales LGBTQ. Medios de información religiosa afines a la sensibilidad del padre Martin interpretaron esa audiencia como un triunfo: una clara toma de posición pastoral del nuevo Papa, asumiendo las tesis y métodos del sacerdote jesuita.
Algo parecido sucedió también cuando el Vaticano distribuyó imágenes de la audiencia privada que el obispo de Roma concedió el 28 de agosto a Sor María Lucía Caram, religiosa dominica argentina. Un lado del espectro católico lanzó un grito de alarma; el otro lanzó un grito de triunfo.
Estos ejemplos muestran una vez más cómo la polarización que caracteriza los medios digitales y las redes sociales también ha penetrado entre los católicos. De este modo, cada quien juzga al Papa desde la mirilla de la carabina de su propia trinchera, y sobre todo trata de tirarle de la manga, como si fuera el único medio de información que lee o escucha León XIV.
El Papa León XIV recibe al jesuita James Martin.
Vatican Media.
El método Prevost de gobierno
¿Qué está haciendo entonces el Papa al recibir a todas estas personas de perfil tan diferente? En realidad, no hace más que seguir el método de gobierno que ha caracterizado a Robert Prevost, tanto cuando fue prior de la Orden de los Agustinos, como cuando fue obispo de la diócesis peruana de Chiclayo.
El mismo León XIV ilustró este método de gobierno en la homilía que dirigió el 1 de septiembre al presidir la misa de inauguración del capítulo general de la Orden de San Agustín, que él mismo había dirigido durante doce años. Se trata de un método con tres elementos: “escuchar”,”ser humildes”, “promover la unidad”.
El padre Alejandro Moral, hasta ahora prior general de los agustinos y uno de los amigos más cercanos al Papa, subraya que Prevost ha destacado siempre por su capacidad de escucha. Luego toma decisiones con determinación.
Escuchar, humildad y promover la unidad
El pontificado de León XIV, que tiene que afrontar decisiones complicadas en medio de agudas tensiones que han dividido a la Iglesia en los últimos años, se encuentra por este motivo en esa fase de escucha. Escuchar no significa que el Papa adopta las determinaciones que le sugiere cada una de los cientos de personas que recibe en un mes.
En segundo lugar, el método Pevost implica humildad. “Que nadie piense que tiene respuesta a todo”, advertía el Papa en su homilía a los superiores agustinos de días pasados. Una advertencia que se aplica ante todo a sí mismo. Este es también el motivo por el que escucha tantos pareceres, sin que esto signifique una toma de decisión sobre cada argumento.
En tercer lugar, el Papa León considera que la misión del superior en la Iglesia debe tener en cuenta “el valor de la unidad” (son sus palabras explícitas a su familia religiosa de los agustinos). La unidad en la verdad es la razón del ser del ministerio del obispo de Roma, como explicaba ya san Ireneo de Lyón en “Contra las herejías”, hacia el año 180.
Como confesó a los agustinos, el pontífice considera que la unidad es un “objeto irrenunciable” de sus esfuerzos y su “criterio de verificación”, “pues todo lo que une es de Él [Cristo], y todo lo que divide no puede serlo”.
El primer logro del León tranquilo
Con estas premisas, en estos meses de papado, “el mayor objetivo logrado” por León XIV “consiste fundamentalmente en el clima de pacificación y serenidad que León XIV ha transmitido y compartido”. Es la conclusión a la que llega uno de los vaticanistas de mayor experiencia, Luis Badilla Morales.
El analista, que ha desempañado cargos de importancia central desde los años setenta en Radio Vaticana, explica en un artículo publicado por el diario italiano “Il Domani” que el “poder de la prudencia” de este Papa consiste en ser un “león manso pero decidido”.
“Es una persona serena y metódica, capaz de transmitir seguridad y certeza –afirma el analista–. En él se trasluce, en sus decisiones y gestos, un magisterio disciplinadamente certificado y no deja nada a la improvisación. Todo indica, en el estado actual, que León siente una gran necesidad de ser bien comprendido, algo que considera necesario para el bien de la Iglesia”.
"Aún no ha tomado decisiones determinantes"
Por este motivo, aclara, “los juicios más aventurados sobre el Papa Prevost son prematuros”, entre otras cosas, “porque aún no ha tomado esas decisiones determinantes que, en los nombramientos de los colaboradores más cercanos, perfilan prioridades y estilo de gobierno. Ahora emplea gran parte de su tiempo para identificar las prioridades y las personas adecuadas. Tiene mucho aprecio por la prudencia”.
“Este actuar atento y meditado, sin impulsividad”, concluye el vaticanista, le permite crear anticuerpos ante “las presiones de la prensa, que respeta –como lo ha dicho varias veces– pero de la que se mantiene rigurosamente alejado”.