De ¨Homo sapiens¨ a ¨Homo deus¨: el transhumanismo

 

 

03/09/2025 | por Grupo Areópago


 

 

 

 

 

 

Uno de los temas cruciales dentro del mundo de la filosofía es el de la condición humana, esto es, la experiencia y la existencia de los seres humanos en el mundo que le rodea, y a lo largo de la historia ha intentado ofrecer diferentes respuestas al mismo. La filosofía clásica la abordará en términos de naturaleza, el medievo la entiende a través de su relación necesaria con Dios y el Renacimiento la bautizará con un nuevo concepto; humanismo. En él, el ser humano, centro del universo, posee la capacidad de mejorar su propia condición en pos de un mundo más justo e imparcial. Varios siglos y revoluciones más tarde, en los años ochenta y noventa del siglo pasado, el concepto se reinventa y adquiere un nuevo perfil denominado poshumanismo. En ese momento, el ser humano deja de ser medida de todo lo que tiene a su alcance y debe tener en consideración a otros seres y entidades que pueden tener la misma importancia o más, llámense biotecnología o inteligencia artificial. El último giro de tuerca lleva el concepto al paroxismo y no sólo lo reinventa, sino que lo deconstruye, surgiendo el transhumanismo. En el transhumanismo el ser humano puede mejorar también su condición, pero el medio que utiliza es la ciencia y las tecnologías más avanzadas. El resultado ¨a priori¨ será un ser humano mejorado capaz de dejar atrás las limitaciones propias de su ser como la enfermedad o la vejez, un nuevo ser humano cercano al ¨superhombre¨.

Como teoría diversa y compleja muchos son los autores que la han tratado y desde diversos puntos de vista tanto técnicos como morales, aunque todos parecen estar de acuerdo en que la tecnología puede ayudarnos a mejorar nuestra condición humana. Uno de los más conocidos y controvertidos es el historiador y filósofo israelí Yuval Noah Harari, quien en su libro ¨Homo deus. Breve historia del mañana¨ explora este tipo de relaciones entre el ser humano y la tecnología considerándolo el inicio de una nueva era. El ser humano puede ser capaz de transformarse, de tomar nueva conciencia de sí, de habitar un mundo en el que la inteligencia artificial posea entidad propia y lo que es más importante, un mundo en el ser humano pueda rozar la inmortalidad a través de los avances en la medicina. Un mundo en el que ¨homo sapiens¨ sea ¨homo deus¨ y decida sobre su propio destino.

Afortunadamente, el panorama apocalíptico pintado por los seguidores del transhumanismo no se encuentra exento de críticas. Es muy peligroso perder nuestra identidad jugando a ser Dios, reinventando y deconstruyendo principios éticos por doquier mientras otorgamos autoridad moral a entidades científicas. El camino a esta mejora del ser humano a través de los medios tecnológicos presenta un panorama marcado por la injusticia y la desigualdad en el que únicamente aquellos que posean los recursos demandados tendrán acceso a ella y lo que es más importante, toda condición humana únicamente consigue una mejora cuando es capaz de trascender de ella misma y darse a los demás, no a través de un proceso marcado por la individualidad.

El debate aún así está aquí y ha llegado para quedarse. Esperemos que en sus planteamientos impere la cordura y seamos capaz de entender la condición humana como lo que es, un todo integral en el que prime la dignidad de la persona humana por encima de su misma condición.

 

 

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