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Paolo Martinelli, vicario apostólico de Arabia del Sur, en España para predicar ejercicios espirituales a sacerdotes

 

 

 

Además, dio una conferencia en la Fundación Pablo VI titulada: 'Ser cristiano en Oriente Medio': "Dubai tiene la parroquia más grande del mundo, con 150.000 fieles cada fin de semana. Es un milagro"

 

 

 

04/02/25 | M. S.


 

 

 

  1. La parroquia más grande del mundo está en Dubai
  2. “Arabia del Sur es una iglesia de migrantes”
  3. Modernidad y tradición
  4. "No tengo una misión; soy una misión"
  5. Presencia cristiana en Yemen

 

 

 


Mons. Paolo Martinelli.
Foto: Alba Mediavilla Madroñal.

 

 

 

Monseñor Paolo Martinelli, vicario apostólico de Arabia del Sur, ha visitado España la semana pasada. Entre los motivos de su visita, dos muy señaladas: una conferencia que ofreció el pasado 30 de enero en la Fundación Pablo VI para hablar de Ser cristiano en Oriente Medio” que consiguió un lleno total. Y la segunda, predicar ejercicios espirituales a sacerdotes de Comunión y Liberación, según anuncia El Correo del Golfo, el único periódico en español en Emiratos Árabes Unidos y el Golfo Arábigo.

 

La parroquia más grande del mundo está en Dubai

En su conferencia, moderada por el periodista José Luis Restán, el obispo Martinelli (en este enlace se puede leer su currículum) habló del “milagro” de Dubai, las nueve parroquias que hay en Emiratos, siendo la más grande de ellas una ubicada en Dubai, que alberga a más de 150.000 fieles cada fin de semana. "Es la parroquia más grande del mundo. Esto es un milagro”, dijo.

El vicario habló de cómo viven los cristianos de Omán, Yemen y los Emiratos Árabes Unidos. Recordó que en marzo de 2022 recibió una llamada de la Santa Sede comunicándole su nombramiento y lo primero que pensó fue: «Pero ¿yo qué tengo que ver con esa región del mundo? Recuerdo que mientras viajaba en avión hacia Abu Dabi me preguntaba: ¿pero por qué estoy yendo?.

Al final relató cómo ha llegado "a un lugar del mundo donde nunca en mi vida me habría imaginado".

 

“Arabia del Sur es una iglesia de migrantes”

A sus 66 años, Paolo Martinelli, ex obispo auxiliar de Milán, demuestra una energía sorprendente. Pastorea a cerca de un millón de católicos de diversas nacionalidades en su vicariato, muchos de ellos filipinos e hindúes.

Por eso, afirmó: “Arabia del Sur es una iglesia de migrantes”. En esta jurisdicción trabajan 65 sacerdotes y 50 religiosas, lo que hace palpable la diversidad de la comunidad eclesiástica, compuesta mayoritariamente por rito latino (85%) y un 15% de iglesias católicas orientales.

"La condición de migrante ayuda a entender el valor de la fe para la vida", afirmó después de describir la novedad que supuso para él encontrarse con aquella realidad que se imaginaba desértica y que le ha enseñado a profundizar en el valor de la oración y la liturgia, después de haber vivido 25 años en Roma como profesor universitario y después de ser obispo auxiliar de Milán, resalta la nota de Comunión y Liberación.

Porque para Martinelli, el vicariato de Arabia del Sur se erige como un “laboratorio para el futuro de la Iglesia”, con una fuerte presencia capuchina en la región.

 

 

 


Paolo Martinelli, exobispo auxiliar de Milán y actual vicario
del vicariato apostólico de Arabia del Sur,
tras su conferencia, en la Fundación Pablo VI.

Foto: Marta Santín.

 

 

 

Modernidad y tradición

En Emiratos Árabes Unidos, donde Martinelli tiene su sede, es una amalgama de culturas donde nueve millones de residentes son migrantes. “La política migratoria aquí cuida mucho a todas las culturas y religiones”, indicó, añadiendo que la modernidad y la tradición conviven en armonía.

 

"No tengo una misión; soy una misión"

Preguntado por el periodista José Luis Restán, presidente de COPE, por el valor de su experiencia misionera en el desierto como ocasión educativa para nosotros, cristianos de Occidente, Martinelli no dudó en insistir en que la misión no es una opción, sino una dimensión propia de la fe de todo cristiano.

Como dice el papa Francisco en Evangelii gaudium, “yo soy una misión en esta tierra, y para eso estoy en este mundo”. No dice “tengo” una misión, sino “soy”. Eso significa que "la misión no es algo que hay que hacer sino una forma de ser. La misión describe la conciencia de uno mismo. La palabra misión describe mi aventura en esta tierra, es una forma de vivirlo todo. La vida como misión es participar en la misión de Cristo en el mundo y eso es posible para todos. Cada uno está llamado a concebirse como enviado allí donde vive, siempre enviado por alguien con alguien a alguien".

El único requisito es el bautismo, como principio ontológico de la comunión que nos constituye como pueblo cristiano.

 

Presencia cristiana en Yemen

El vicario también expresó su deseo de retomar la presencia de la Iglesia en Yemen, un país con un significativo valor histórico para el vicariato, que ha sufrido conflictos prolongados. “Rezo para que se abran nuevas vías de presencia cristiana”, concluyó Martinelli, quien continúa su trabajo con la firme creencia de que “ser enviado te hace querer a las personas”.