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Roma |
| Domingo, 23
de Enero de 2011 01:00 |
"Nadie
puede preciarse del derecho a una ceremonia nupcial", dijo este
sábado el Papa ante los miembros de la Sacra Rota Romana. "Porque
el derecho a casarse, explicó, conlleva el derecho a celebrar un
matrimonio auténtico. No se negaría por tanto un matrimonio allí
donde evidentemente no existieran impedimentos para su ejercicio,
es decir, se cumplieran la capacidad, la voluntad de los cónyuges,
y la realidad natural del matrimonio".
"Un serio discernimiento en este aspecto, añadió el Papa,
podrá evitar que “impulsos emotivos o razones superficiales
induzcan a los dos jóvenes a asumir responsabilidades que después
no sabrían honorar”. El Pontífice ha dejado claro que
“matrimonio y familia son instituciones que deben ser promovidas y
defendidas de cualquier tipo de equívoco sobre su verdad”.
En cuanto a la “preparación al matrimonio en sus diversas fases,
descritas por el Papa Juan Pablo II en la Exhortación
apostólica “Familiaris consortio”, tiene una finalidad
que trasciende la dimensión jurídica”, afirma Benedicto XVI, pero
no hay que olvidar nunca, que “el objetivo inmediato de tal
preparación es el de promover la libre celebración de un verdadero
matrimonio”.
Entre los medios para verificar que el proyecto entre los futuros
esposos sea realmente conyugal el Papa ha destacado “el
examen prematrimonial”, que tiene como principal finalidad
jurídica constatar que “nada se opone a la válida y lícita
celebración del sacramento matrimonial”. Se trata de una
ocasión pastoral única, en la cual a través de “un diálogo pleno
de respeto y cordialidad, el pastor intenta ayudar a las personas
a ponerse seriamente delante de la verdad y a reflexionar sobre la
propia vocación humana y cristiana del matrimonio”.
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