NUESTROS AUTORES
LAS CONCIENCIAS SON INVIOLABLES
Gervasio Portilla | 18.03.2016
Vaciar al ser humano de sentimientos, de ideas propias y profundas y de valores, es un disparate que está llevando a la sociedad a la banalización de todo.
Tres diputados del PP, con su salida del hemiciclo y con su voto en contra, han parado la ley que se pretendía aprobar en la Asamblea de Madrid y que apoyaba el PP y Ciudadanos, sobre la regulación de los llamados vientres de alquiler.
Es lamentable que el PP tenga últimamente tanta desorientación en lo que debiera de ser su ADN: el humanismo cristiano.
No me extraña que se solicite urgente un Congreso Nacional de esta fuerza política; no sólo para renovar cargos e ideas, sino para saber donde está realmente esta formación política en cuestiones tan sensibles como esta a la que nos estamos refiriendo.
No se puede querer el voto centrista y moderado y al mismo tiempo pretender que muchas personas, una mayoría importante, no defienda sus sentimientos más íntimos; son valores innegociables que están mucho más allá de la política.
Los partidos políticos, en este caso todos, pretenden algo realmente lamentable y muy peligroso: el uniforme comportamiento de las conciencias, violando de alguna manera la conciencia personal, intransferible y única; algo, que sólo nos puede llevar al desastre de valores que vivimos y dejar en definitiva que otros, piensen por nosotros; una especie de dictadura encubierta.
Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista