Empezar la Navidad en octubre, otro mal ejemplo de la era actual
Miguel del Río | 13.10.2024
Porque aún no es final de diciembre, entenderán que no me adelante a felicitarles la Navidad. Ya ocurre en España que, incluso en verano, comienzan a instalarse las luces decorativas. Ha surgido una especie de absurda competición de ver quién ilumina más calles. Cada año se adelantan todos los preparativos, y en este octubre de 2024, como en Venezuela, ya se aprecia la Navidad. A quienes cometen esta tropelía, alguien les debería recordar que los mejores lugares de celebración navideña tienen esa fama porque mantienen y respetan las tradiciones y sus tiempos. Como ejemplos, ahí están Estrasburgo, Viena o Praga.
En época de covid, y más en concreto recluidos en casa por la cuarentena, llegué a leer el planteamiento de que a los ciudadanos se nos podía también aplazar la edad de cumplir edad, ya que 2020 y 2021 iban a ser 24 meses funestos, y como tal no deberían computarse como tiempo vivido con normalidad, que es como, a fin de cuentas, entendemos el año tras año. Como quiera que hoy los Gobiernos apuestan más por el populismo que por la sensatez, más de uno se hizo ilusión con tener ahora dos años menos de los que debiera.
Con adelantar la Navidad a primeros de octubre, sí parece haber dado resultado en España, con unos supermercados que ya exponen en sus estanterías los productos típicos de esa época, desde dulces, polvorones, panetones o turrón. Antes, en pleno verano, nos había causado alucine que el denostado Gobierno de Venezuela hubiera decretado octubre como el mes del inicio navideño. Pero hete aquí que las coincidencias existen, y parece que nosotros también estamos en clara entrada en las Navidades del 2024 con destino al 25. ¡Lamentable!
Aunque oficialmente la Navidad empieza el 25 de diciembre y finaliza el 6 de enero, Día de los Reyes Magos, tradicionalmente los preparativos de celebración se inician en España a finales de noviembre, entre los días 20 y 30, para concluir en la primera semana del nuevo año. Especialmente en el periodo en curso, se puede apreciar que el adelanto es más que considerable, y son muchos ya los restaurantes que tienen en sus agendas encargos de comidas y cenas de compañeros de trabajo. Esto ya se viene produciendo hace tiempo, incluso organizarlas en los primeros meses del año estrenado, ante la imposibilidad en diciembre de atender todas las peticiones de quedadas que hay, que este año no van a bajar e incluso se pueden incrementar considerablemente (¿Hay crisis, qué crisis?).
Al respecto de lo que planteo, me indican amigos introducidos en el comercio y el marketing que, dado el alza de precios constante que hay dentro del mercado español, y lo carísimo que va a ponerse todo en diciembre, no resulta mala idea adelantar las compras, porque ahora van a encontrar oportunidades en precios que más tarde no se van a dar. Es igualmente lamentable tener que estar a estas. Tradición paralela a la Navidad es que las televisiones hagan sus reportajes, incluso los repitan con insistencia, sobre determinados productos navideños que de habitual están imposibles. No sé, hablo de las almejas, que en la Navidad del 2023 subieron un 36,9%, la merluza, un 29,7%, las ostras, 11,6%, besugo, 8,6%, lubina, 7,6%, o el cordero, un 6,8%. Esperen y verán este año.
El lenguaje navideño lo protagonizan conceptos como regreso a casa para ver a los tuyos, árbol, bolas, belenes, lotería, decoración de calles, comercios, fachadas y terrazas,comidas y cenas de compañeros de trabajo o amigos, fiestas, especialmente en Noche Vieja. Y todo está muy bien, salvo adelantarlo tanto como da la sensación.
Reconozco la perplejidad que me produce el equivocado mensaje que damos a los más jóvenes, con esta forma de abordar las fiestas navideñas. Si ya empezamos en octubre a dar la sensación de cercanía de festejos, cualquiera puede venir con la peregrina idea de que también se adelanten las vacaciones, y así los chavales tengan más tiempo para jugar (¿qué es eso ya?) y disfrutar de mayor tiempo de ocio. Las Navidades son una tradición y no cabe enredar con populismos sobre anticiparlas, que duren más o cuántas luces poner para quedar ciudad campeona. De seguir así, también terminarán encendiéndose estas iluminaciones tras finalizar el veraneo. No hace tanto, los periódicos de ámbito nacional y regional se hacían eco de la siguiente información: “El Ayuntamiento de Vigo ha iniciado la instalación de las luces de Navidad para la temporada 2024-2025, y lo ha hecho por primera vez en el mes de julio, superando la fecha de 2022, que se montaron en un 2 de agosto”. ¿Cómo se quedan?
Europa es famosa por contar con ciudades que aportan auténtica magia a la celebración navideña. Los lugares más concurridos son Estrasburgo y París (Francia), Viena (Austria), Berlín (Alemania), Praga (República Checa), Budapest (Hungría), Londres (Reino Unido), Roma (Italia), Estocolmo (Suecia), y Madrid, en España. ¿Por qué se ha hecho famosa su programación navideña?
Estrasburgo está considerada como la capital europea de las Navidades. Desde 1570 se celebra el mercado de Navidad más antiguo, el famoso “Christkindelsmarik”. Bien, pues todo esto se empieza a montar a mediados de noviembre. Pasemos a Viena. Además de sus muchos mercados navideños, junto al Palacio de Schönbrunn, o delante del Ayuntamiento, están los mercadillos del barrio de Spittelberg Christmas Market o el mercado de Navidad en Karlsplatz. En ellos abunda la artesanía, gastronomía local y los dulces. La capital austriaca se decora con coronas de adviento, con escaparates engalanados, con bonitos árboles de Navidad y se ofrecen abundantes conciertos de música clásica, el más famoso en el Ayuntamiento. Bien, pues las primeras luces navideñas se encienden a principio de noviembre. Y ojo, estamos hablando de que más de dos millones de luces led iluminan 32 calles comerciales vienesas. Creo que no hay que concluir que mantener las tradiciones y los tiempos es lo que da realce a estos sitios, junto a la movilización de sus ciudadanos para participar y disfrutar de todos los actos. Es el sentir de la Navidad europea, que se celebra en el último mes del año, no antes.
Miguel del Río