Oído Cocina

ADIÓS A LA GRAN JEFA DEL RESTAURANTE CASA ENRIQUE DE SOLARES

 

Miguel del Río | 29.01.2017


 

Siempre que acudía con amigos o la familia a Casa Enrique de Solares, lo primero que hacia era presentar mis respetos a Juanita, estuviera en la cocina o sentada a la entrada del restaurante, arropada por los recuerdos fotográficos de toda una vida ejemplar de trabajo. En las paredes de este santuario de la gastronomía, repletas de diplomas por premios y reconocimientos, destaca el retrato del siempre recordado Eugenio García Pedraja, esposo de Juana Martín Palacios, con quien ya reposa para la eternidad. Soy persona que admiro a los hombres y mujeres de bien y con valores, yendo así contracorriente dentro de un país que se regodea con la envidia, la critica y la zancadilla. Uno no nace aprendido y crece viendo a su alrededor aquello con lo que merece la pena comprometerse, y también admirando y honrando a las personas que son seres humanos excepcionales de los que vale la pena acompañarse y, por supuesto, admirar. Todo esto representaba, no solo para mí, Juanita.

El valor que damos a las personas hay que saber demostrarlo. Pienso, y Enrique y Emilia, sus hijos, lo saben, que Juana Martín Palacios vivió sintiéndose querida y admirada, por una trayectoria no siempre fácil, pero que ella supo sortear con esa categoría tan personal y única que tienen los elegidos. Por eso será recordada siempre, por la mujer trabajadora y luchadora que fue, por la bondad y sencillez que supo imprimir a su vida, su trabajo y sus gestos, con la consiguiente transmisión de forma de ser y sentir a todos los que la rodeaban. Habrá palabras y frases que puedan ser más o menos acertadas. Con esta gran mujer, no hay duda. Me quedo con lo que trasladé a Enrique, Emilia, Mercedes (madre e hija), María Eugenia y María, la familia de Juanita: “Podréis sentir siempre el orgullo de haber vivido junto a una de las grandes”. Adiós a la gran dama del restaurante Casa Enrique de Solares. ¡Descanse en paz!

 

Foto: Juanita, en la cocina de Casa Enrique, junto al chef José Andrés.

 

Miguel del Río