Colaboraciones
La Iglesia, columna y fundamento de la verdad
02 julio, 2025 | Javier Úbeda Ibáñez
En la película First Reformed (2017, 1 h., 53 m., Estados Unidos), dirigida por Paul Schrader (guionista y director de cine estadounidense, 1946), la pregunta última que atormenta al protagonista es si Dios ha callado para siempre. Su silencio se vuelve insoportable. Pero ese silencio es, en el fondo, el eco de una iglesia sin sacramentos, sin sucesión apostólica, sin comunión universal. Es el precio del desgajamiento eclesial. Donde se rompe la comunión con Pedro, se rompe la comunión con Cristo.
La Iglesia católica, en cambio, no ha dejado de hablar. Su voz es la misma de Cristo, prolongada en el tiempo por la Tradición viva. Su doctrina no cambia con las modas. Su liturgia no es un espectáculo, sino participación en el culto eterno. Su poder no es humano, sino divino. Ella es, como dice san Pablo, la columna y fundamento de la verdad (1 Tim 3, 15). Por eso la fe católica no desespera, no se cierra, no explota, no cae en activismos sin fruto ni en intelectualismos estériles. Porque Cristo vive, y vive en ella.
La cinta tiene momentos de una crudeza estremecedora, y no carece de sinceridad. Pero lo que conmueve más profundamente, desde una lectura católica, es lo que falta. La película, sin saberlo, se convierte en una especie de antítesis trágica de la verdad eclesial: es la historia de lo que sucede cuando un ministro de culto intenta vivir su vocación separado del Cuerpo real de Cristo, sin sacramentos, sin María, sin Iglesia viva, sin presencia eucarística, sin Magisterio y sin comunión. La soledad del reverendo es, al fin, una parábola contemporánea del extravío que produce el desgajamiento de la vid verdadera.