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Reseñas bibliográficasLa vocación de los abuelos
Francisco Rodríguez Barragán | 20.10.2015
En este libro se hace una visión muy real de los abuelos en la sociedad actual, de su adaptación a las múltiples circunstancias, como llevarlos a Residencias, sacarlos de ellas… El valor en la transmisión de cultura y espiritualidad a los nietos, su papel de redentores de muchas familias en la crisis económica actual…
Hace dos años el matrimonio formado por Robert Kimball y Mari Carmen Zurbano lanzaron un librito titulado Familias en situaciones difíciles: un abrazo desde la Iglesia. Y ahora vuelven con otro, dedicado a La vocación de abuelos (Ed. CCS). Los autores son matrimonio, presidentes del Movimiento Familiar Cristiano de la Diócesis de Pamplona y presidentes europeos de la Confederación Internacional de Movimientos Familiares Cristianos. Ambos libros sirven para la formación de los miembros de ese movimiento, pero pueden ser utilizados por todos cuantos estén interesados en los temas de la familia. Las páginas del segundo abordan lo que implica ser abuelos hoy, lanzan una mirada al pasado, al presente y al futuro del papel de los abuelos en la sociedad, tratan sobre su vocación cristiana y su vida religiosa, enumeran los principales retos a tener en cuenta, el papel de los abuelo como educadores en la familia y en la Iglesia y la importancia de ser abuelos en el atardecer de la vida. La metodología es muy didáctica: propone siete temas, en cada uno de los cuales se expone la realidad que pasa ante nuestros ojos, aunque a veces no nos percatamos de la misma, ni de sus causas ni de sus consecuencias, y luego se plantea un cuestionario que ayuda a la reflexión personal y en grupo, para terminar con un momento de oración para vivir en cristiano la vocación que corresponde a las personas mayores en la etapa final de sus vidas. La Sagrada Escritura habla con harta frecuencia de la riqueza de esta etapa de la vida que aporta valores a la familia, a la sociedad y a la Iglesia, presenta a los ancianos como modelos de fe y de perseverancia, los proclama como luminosos testigos para las futuras generaciones. Y el Magisterio de los últimos Papas ha dedicado especial atención a los ancianos.
(Ecclesia | 3.798 | 26 de septiembre de 2015)