Fe y Obras

El Mal está que arde… ¡Viva el Bien! - Sobre Trump

 

 

10.11.2016 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

“La vida te da sorpresas… sorpresas te da la vida”.

Esta es una mínima parte de una canción que creo es muy conocida. Pero cuando las sorpresas causan daño al Mal y molestan a Satanás y a sus hijos… ¡Vivan las sorpresas!

A este respecto, cualquiera puede decir que el tema de las elecciones recién habidas en los Estados Unidos de América tiene poco que ver con la fe cristiana. Pero está muy alejado de la realidad quien eso crea y vive, además, en el mundo que el sistema quiere que viva y habite.

No podemos negar que aquí se jugaba algo muy importante que tiene mucho que ver con la fe que millones y millones de personas tienen en aquella gran nación y, además, en muchas otras. Y también en la nuestra, España y sus muchas naciones hermanas de América aunque, claro, aquí sea católica.

¿A qué nos referimos?

Es bien sabido que la ahora, gracias a Dios, perdedora, la señora de Clinton, era ferviente defensora del aborto (por eso una gran multinacional del asesinato de no nacidos la ha apoyado en la más genuina forma americana del norte: con muchos dólares…) Pero también manifestó, en una ocasión, que los dogmas religiosos debían cambiar (vean, vean, aquí: http://gaceta.es/noticias/hillary-clinton-declara-guerra-religion-27042015-2029). ¡Cambiar lo que no puede cambiar! Y esto era más que suficiente como para darle el título de “Tonta de capirote” porque hay cosas, buena señora, que son como son porque los que queremos que sean como son queremos que sean como son… ¡Porque lo son!

Pero es que, además, esta señora (que tanto tuvo que tragar cuando aquello de Mónica, la becaria, y su esposo entonces Presidente de EEUU)  ha dicho, ¡dicho!, que hay que considerar como terroristas a los que defienden la vida (ver aquí: http://actualidadyanalisis.blogspot.com.es/2015/08/donal-trump-ataca-migrantes-y-hillary.html)

Por otra parte, el candidato que ha resultado ganador de estas, no podemos negarlo, emocionantes elecciones, Donald Trump es un firme defensor de la vida del no nacido y, además, ha prometido (en un discurso muy reciente) la colaboración, el trabajo conjunto, con los católicos americanos del norte porque reconoce que el catolicismo ha sido muy mal tratado por la administración de Obama y que ha trabajado siempre por la defensa de la vida y el bien común.

Alguien podrá decir que Donald Trump es así o de otra forma pero qué quieren que les diga: entre quien busca la muerte del no nacido, llama terroristas los defensores de la vida y quiere cambiar (para acabar) con los dogmas religiosos y quien defiende todo lo contrario… no hay color ninguno.

Por eso estamos más que seguros que el Mal y los discípulos de Satanás están que arden. No hay más que ver cualquier, ¡cualquier!, informativo de televisión para darse cuenta del mundo en el que estamos y, lo que es peor, del mundo en el que muchos quieren que sigamos estando: relativista, hedonista, satanista.

De todas formas, aquí pasa lo mismo que cuando alguien dice que no se podía apoyar a Franco cuando empezó la Guerra Civil. ¿Es que un católico podía hacer otra cosa?

Y quien tenga ojos para ver, que vea.

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net