EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

25.02.2024


 

II Domingo de Cuaresma (B)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (9, 2-10)

 

En aquel tiempo, Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube a parte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús:

― «Maestro. ¡Qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube:

― «Este es mi Hijo, el amado; escuchadlo».

De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían que quería decir aquello de resucitar de entre los muertos.

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

El Evangelio de este Segundo Domingo de Cuaresma, nos presenta la escena radiante de la Transfiguración de Jesús sobre el monte Tabor.

Es realmente como un anticipo de la Pascua, que lleva sus discípulos presentes a quererse quedar en aquel lugar.

«Maestro. ¡Qué bueno es que estemos aquí!». La exclamación encierra el deseo de todos los seres humanos de paz y felicidad.

El sentido de la fe cristiana consiste en escuchar a Cristo y seguir su huella que nos traza su palabra segura y orientadora.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.