EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

15.10.2023


 

XXVIII Domingo del Tiempo Ordinario (A)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (22, 1-14)

 

En aquel tiempo, volvió a hablarles Jesús en parábolas, diciendo::

― «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo; mandó criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles que dijeran a los convidados: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda". Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?". El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los servidores: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes". Porque muchos son los llamados, pero pocos los escogidos».

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

El Evangelio de este Domingo Vigésimo Octavo del Tiempo Ordinario, recoge cómo en todos los pueblos, la amistad, el afecto y la convivencia se expresa a través de una comida en común.

El Evangelio se dirige “aquí y ahora” a cada ser humano, y le dice que la hora es decisiva, porque de esa palabra depende el destino de cada persona.

Todos son llamados, pero no todos son elegidos. El haber entrado en la sala no es garantía absoluta, hay que estar en sintonía con los mandatos del Señor.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.