EL EVANGELIO DEL DOMINGO

por Gervasio Portilla García

20.09.2015


XXV Domingo del Tiempo Ordinario (B)

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (9, 30-37)

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:

- Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.

Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:

- De que discutíais por el camino

Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quien era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

- Quien quiera ser le primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.

Y acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

- El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Palabra del Señor


COMENTARIO:

En este Evangelio del Vigésimo Quinto Domingo del Tiempo Ordinario, por segunda vez el Señor Jesús, les habla a sus discípulos de su pasión, no de su triunfo; por lo tanto, ellos no acaban de comprender y además por miedo no piden aclaración alguna.

Como nos ocurre hoy, resulta más cómodo esconder la cabeza debajo del ala que ir al encuentro de una verdad que nos obliga a cambiar muchas actitudes.

Hay un cambio de papeles fundamental: "El que quiera ser el primero, que sea el último de todos".

Que lección para todos los cristianos en general y en especial, para aquellos que en el propio seno de la Iglesia, sólo quieren poder y privilegios, tratando de hacer "carrerismo", en vez de buscar el servicio a los demás.

En el servicio y la entrega generosa, uno encuentra la ayuda del Señor y la satisfacción personal interna del servicio.

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.