EL EVANGELIO DEL DOMINGO

por Gervasio Portilla García

16.02.2014


VI Domingo del Tiempo Ordinario (A)

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO (5, 17-37)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.

El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será menos importante en el Reino de los Cielos.

Pero quien lo cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.

Os lo aseguro: si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás y el que mate será procesado.

Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego.

Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Con el que te pone pleito procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.

Habéis oído el mandamiento "no cometerás adulterio". Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.

Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el Abismo.

Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar al Abismo.

Está mandado: "El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio".

Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer excepto en caso de prostitución la induce al adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio.

Sabéis que se mandó a los antiguos: "No jurarás en falso" y "Cumplirás tus votos al Señor".

Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir si o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.

Palabra del Señor


COMENTARIO:

En este Sexto Domingo del Tiempo Ordinario; Jesús se enfrenta a una interpretación de la Ley, sólo superficial, sin fondo alguno y basada en lo aparente de aquella sociedad.

No podemos unir nuestra relación con Dios, a un puro legalismo, se quedaría en algo sin ningún tipo de valor; nuestra acción sería puramente mecánica.

Es necesario que nuestro corazón sienta y viva el mensaje de Jesús, no como único medio para evitar el mal, sino lo que es mucho más importante, llevar el bien a los demás.

En este sentido, el Sermón de la Montaña nos marca el camino a los cristianos; va mucho más lejos que le ley: nos lleva a la autenticidad de la acción.

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.