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Servicio diario | - |
16
de mayo de 2006
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Santa Sede
Tres criterios de Benedicto XVI para las causas de canonización
El Papa alienta a los médicos cristianos a defender la vida de
los más indefensos
Europa no puede ser simplemente un gran mercado, reconoce el
Papa
El obispo Wuerl de Pittsburgh sustituye al cardenal McCarrick
como arzobispo de Washington
Benedicto XVI se encontrará en Auschwitz con ex prisioneros
El Papa designa nuevo obispo para la diócesis de Salto
(Uruguay)
Habla la religiosa que afirma haber sido curada de Parkinson
por intercesión de Juan Pablo II
Mundo
Caballeros de Malta; caballeros de verdad, no inventados
La militarización de la frontera entre México y Estados Unidos
no es la solución
Encuentro de pastoral indígena y teología india del Cono Sur
americano
«España y la Iglesia católica», nuevo libro del cardenal Rouco
Entrevista
La estrategia del portavoz vaticano al microscopio
Nuevos movimientos
Conferencia Internacional Católica del Guidismo
Cooperadores Amigonianos
Cooperadores del Opus Dei
Documentación
Carta del Papa sobre los procesos de las causas de los santos
Santa Sede
Tres criterios de Benedicto XVI para
las causas de canonización
Participación diocesana, milagro «físico», martirio por «odio a la fe»
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI ha tomado papel y pluma para subrayar la necesidad de la
participación de los obispos en las causas de canonización y repasar los
procedimientos que deben seguirse en las mismas.
La misiva repasa, además, algunos de los pasos decisivos de estos procesos
canónicos, como el milagro, atribuido a la intercesión del siervo de Dios, o las
condiciones para que se reconozca un martirio.
El mensaje ha sido dirigido por el Santo Padre al cardenal José Saraiva Martins,
prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, con motivo de la
asamblea plenaria que tuvo este dicasterio vaticano a finales de abril.
Investigación diocesana
La carta del Papa anuncia, ante todo, que la Congregación vaticana está
redactando una «Instrucción para el desarrollo de la investigación diocesana en
las causas de los santos».
Se trata de un documento que se dirigirá principalmente a los obispos diocesanos
«para salvaguardar la seriedad de las investigaciones que se llevan a cabo en
los procesos diocesanos sobre las virtudes de los siervos de Dios, sobre los
casos de martirio afirmado o sobre los eventuales milagros».
En particular, la carta del Papa constata: «es evidente que no se podrá iniciar
una causa de beatificación y canonización si no se ha comprobado la fama de
santidad, aunque se trate de personas que se distinguieron por su coherencia
evangélica y por particulares méritos eclesiales y sociales».
La insistencia del Papa en una mayor participación de los obispos en estas
causas continúa con las indicaciones que Juan Pablo II ya había dado en 1983, en
la constitución apostólica
Divinus perfectionis Magister, en la que establecía las normas para
las causas de los santos.
«De acuerdo con estas indicaciones --añade el Papa Benedicto XVI--, una vez
elegido a la Cátedra de Pedro, he cumplido de buen grado este deseo generalizado
de que en la modalidad de las celebraciones se subraye más la diferencia
sustancial entre la beatificación y la canonización, y que en los ritos de
beatificación se implique más visiblemente a las Iglesias particulares, quedando
claro que sólo al Romano Pontífice le compete conceder el culto a un siervo de
Dios».
El milagro
En segundo lugar, el Papa analiza en su misiva la cuestión del milagro atribuido
a la intercesión de un siervo de Dios que es requerido para su beatificación (a
no ser que sea mártir) y, en todo caso, para su canonización.
«Además de asegurarnos de que el siervo de Dios vive en el cielo en comunión con
Dios, los milagros constituyen la confirmación divina del juicio expresado por
la autoridad eclesiástica sobre su vida virtuosa», explica el Papa.
En este sentido, afirma que «hay que tener presente claramente que la práctica
ininterrumpida de la Iglesia establece la necesidad de un milagro físico,
pues no basta un milagro moral».
El martirio
El tercer punto de la carta se concentra sobre los criterios que han de seguirse
para el reconocimiento de los mártires, personas que «dan la vida, derramando la
sangre, libre y conscientemente, en un acto supremo de caridad, para testimoniar
su fidelidad a Cristo, al Evangelio y a la Iglesia».
«Aunque el motivo que impulsa al martirio sigue siendo el mismo y tiene en
Cristo su fuente y modelo --constata--, han cambiado los contextos culturales
del martirio y las estrategias por parte del perseguidor, que cada vez trata de
manifestar de modo menos explícito su aversión a la fe cristiana o a un
comportamiento relacionado con las virtudes cristianas, pero que simula
diferentes razones, por ejemplo, de naturaleza política o social».
En este contexto, el Papa afirma que «es necesario recoger pruebas irrefutables
sobre la disponibilidad al martirio, como derramamiento de la sangre, y sobre su
aceptación por parte de la víctima, pero también es necesario que aflore directa
o indirectamente, aunque siempre de modo moralmente cierto, el odio a la fe del
perseguidor».
«Si falta este elemento, no existirá un verdadero martirio según la doctrina
teológica y jurídica perenne de la Iglesia», subraya.
ZS06051602
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El Papa alienta a los médicos
cristianos a defender la vida de los más indefensos
Mensaje al Congreso Mundial de la Federación de Asociaciones Médicas Católicas
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI ha enviado un mensaje a los médicos cristianos del mundo para
alentarles a defender la vida de las personas más indefensas, en particular, la
de los niños no nacidos, la de los ancianos y la de los enfermos terminales.
La exhortación forma parte de la carta que, en nombre del Papa, envío el
cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, al Congreso Mundial de la
Federación de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), que se ha celebrado del 11
al 14 de mayo en Barcelona (www.fiamcbarcelona2006.org).
El lema de ese encuentro ha sido «Los médicos católicos y el desafío de la
pobreza en la era de la globalización».
Dirigiéndose los mil participantes en el encuentro de Barcelona y a los 40.000
médicos asociados a la FIAMC en el mundo, el mensaje les invita «a tomar
conciencia de la relación íntima entre el cuidado de la salud y la promoción de
la persona humana, evitando aquella visión ambigua, reductiva o incluso
ideológica de la salud que no tiene en cuenta todos los aspectos de la persona
en su armónica y recíproca unidad».
«En efecto --aclara--, la altísima dignidad de la persona humana implica la
responsabilidad grave de velar por la salud y el cuidado, sobre todo de quienes
no son todavía capaces de defenderse, como en el caso de los niños no nacidos, o
de quienes ya no pueden valerse por sí mismos, como los ancianos y los enfermos
terminales».
En segundo lugar, el mensaje recuerda a los médicos católicos que «para servir a
la salud con fidelidad y respeto de la dignidad humana, es necesario fijar la
mirada en Cristo, que asumió la humanidad doliente con sus enfermedades y
límites, transfigurando su rostro en la resurrección».
«Siguiendo su ejemplo --subraya--, todo cristiano está llamado a acercarse con
misericordia a los enfermos, consciente de que sirve a Cristo mismo».
Por este motivo, el Papa «invita una vez más a promover iniciativas en el campo
de la sanidad, encaminadas a sensibilizar a tantos hombres y mujeres de buena
voluntad para que, como buenos samaritanos, asistan con generosidad fraterna a
quienes se encuentran sumidos en la pobreza o la marginación».
ZS06051606
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Europa no puede ser simplemente un gran
mercado, reconoce el Papa
Al recibir al nuevo embajador de Bulgaria, pide dar un alma al viejo continente
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI ha reconocido que Europa necesita un «alma» para evitar que el
proyecto de integración del viejo continente acabe reduciéndose a un «gran
mercado».
Fue la constatación a la que llegó el pontífice este sábado en el discurso que
dirigió al nuevo embajador de Bulgaria ante la Santa Sede, Valentin Vassilev
Bozhilov.
La Comisión Europea indicó este martes la fecha del 1 de enero de 2007 para la
adhesión Bulgaria y Rumanía en la Unión Europea, aunque ha hecho depender esta
decisión del cumplimiento de una serie de condiciones que volverán a ser
evaluadas en octubre.
En su objetivo de entrar a formar parte de la Unión, Bulgaria, país de mayoría
ortodoxa, ha contado desde el primer momento con el apoyo de la Santa Sede.
Dirigiéndose al representante de Sofía en francés, el Papa deseó que ese país,
entrando en la Unión, «desempeñe un papel importante, contribuyendo a volver a
dar a nuestro continente el empuje espiritual que con frecuencia tanto
necesita».
Pidió la ayuda de Bulgaria para que Europa «no sea sólo un gran mercado de
intercambio de bienes materiales, cada vez más abundantes, sino para que tenga
un alma, una auténtica dimensión espiritual».
En particular, el Papa se refirió «a la situación de los jóvenes de nuestros
países» que no encuentran espacios a sus aspiraciones «en nuestras sociedades
demasiado centradas en el consumo de bienes materiales y en la búsqueda, en
ocasiones individualista del bienestar».
Los jóvenes, aseguró, necesitan «volver a encontrar confianza en el futuro y
comprometerse sin miedo en proyectos a largo plazo, dando origen a nuevas
familias, sólidamente edificadas sobre el matrimonio y abiertas a la acogida de
los niños».
Al mismo tiempo, reconoció, los chicos y chicas europeos necesitan aprender «a
ponerse al servicio del bien común de la sociedad a través de la actividad
política, económica y social, preocupándose por la solidaridad con los más
desfavorecidos, así como con los inmigrantes que vienen desde otros horizontes
buscando un refugio o una nueva oportunidad».
«En nuestro mundo incierto y desestabilizado, Europa puede convertirse en
testigo y mensajero del diálogo necesario entre las culturas y las religiones»,
indicó el Papa.
En este diálogo, confirmó el apoyo de la Santa Sede, pues, como constató, es
necesario para «hacer retroceder la violencia que se desarrolla hoy
peligrosamente, rompiendo los muros de la ignorancia y de la desconfianza que la
pueden engendrar».
Para que Europa «no se repliegue sobre ella misma», el obispo de Roma propuso
«compartir mejor las riquezas en el mundo y suscitar un auténtico desarrollo de
África, que sirva para corregir las injusticias del desequilibrio actual entre
el norte y el sur, factor de tensiones y amenazas para la paz».
ZS06051605
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El obispo Wuerl de Pittsburgh sustituye
al cardenal McCarrick como arzobispo de Washington
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI ha nombrado nuevo arzobispo de Washington a monseñor Donald W.
Wuerl, hasta ahora obispo de Pittsburgh, según anunció este martes la Oficina de
Prensa de la Santa Sede.
Monseñor Wuerl sustituye en el gobierno pastoral al cardenal Theodore E.
McCarrick, quien ha presentado su renuncia por razones de edad (en julio
cumplirá 76 años).
Nacido en Pittsburgh el 12 de noviembre de 1940, monseñor Wuerl estudió en el
Seminario de Cincinnati y en la Universidad Católica de América (Washington).
Concluyó su preparación al sacerdocio en el Colegio Pontificio Norteamericano de
Roma, estudiando en la Universidad Pontificia Gregoriana y en la Universidad
Pontificia de Santo Tomás, donde se doctoró en Teología.
Fue ordenado sacerdote en la diócesis de Pittsburgh el 17 de diciembre de 1966.
Fue secretario del obispo John Wright (1968-1969) y con él fue a vivir a Roma
cuando éste fue nombrado cardenal, trabajando al mismo tiempo en la Congregación
para el Clero (1969-1980).
Entre 1980 y 1985 fue vicerrector y rector del Seminario de San Pablo en
Pittsburgh. En 1985, Juan Pablo II le nombró obispo auxiliar de Seattle. Fue
transferido a la sede de Pittsburg en 1988.
En Estados Unidos es conocido como eminente catequista. De hecho, en la
Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos es miembro del Comité para la
Catequesis, del Comité «ad hoc» para la supervisión sobre el uso del Catecismo.
En el Sínodo mundial de la Eucaristía de octubre pasado fue delegado. Entre
otros idiomas, habla español.
Al hacerse público su nombramiento, monseñor Wuerl ha declarado: «Si bien soy
sumamente consciente de mis limitaciones, me da fuerza la confianza que ha
depositado el Papa en mí, así como el apoyo con la oración que siempre he
encontrado en los fieles católicos a los que he tratado de servir en la diócesis
de Pittsburgh».
«Cuando fui nombrado por primera vez obispo, escogí como lema episcopal "Venga
tu Reino". Recuerda que todo lo que digamos y hagamos debería ayudar en cierto
sentido a manifestar el Reino de Dios entre nosotros hasta que venga en la
plenitud de su gloria».
Antes de las últimas elecciones presidenciales en los Estados Unidos, monseñor
Wuerl concedió una famosa entrevista a Zenit sobre política y bien común (Cf.
Zenit, 24 de
enero de 2004).
De los 2.630.894 habitantes de la arquidiócesis de Washington, 578.796 son
católicos.
ZS06051604
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Benedicto XVI se encontrará en
Auschwitz con ex prisioneros
Durante su visita a Polonia del 25 al 28 de mayo
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
En su viaje a Polonia de finales de este mes de mayo, Benedicto XVI se
encontrará con 32 antiguos prisioneros del campo de concentración nazi de
Auschwitz-Birkenau, según ha revelado el portavoz del Museo de Auschwitz,
Jaroslaw Mensfelt.
En particular, el Papa se encontrará con dos prisioneros políticos llegados a
Auschwitz el 14 de junio 1940: uno de ellos, miembro de los «Sonderkommandos»
(Comandos especiales), era encargado de retirar los cadáveres de las cámaras de
gas y de quemarlos, según ha revelado Mensfelt en declaraciones a la agencia
«PAP».
Durante su peregrinación apostólica, que del 25 al 28 de mayo tendrá por lema
«Sed fuertes en la fe», el Papa visitará algunos de los lugares que fueron
decisivos para la vida de Karol Wojtyla.
Según ha informado la Santa Sede, el Papa pronunciará un discurso en Auschwitz y
rezará por las víctimas de este campo de exterminio, del que se celebró el
sexagésimo aniversario de la liberación el 27 de enero de 2005.
ZS06051607
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El Papa designa nuevo obispo para la
diócesis de Salto (Uruguay)
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI ha nombrado a monseñor Pablo Galimberti di Vietri, hasta ahora
obispo de San José de Mayo, nuevo obispo de Salto en Uruguay, según informó este
martes la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Sustituye a monseñor Daniel Gil Zorrilla sj, quien había presentado su renuncia
al gobierno pastoral por motivos de edad.
«La diócesis de Salto es la más extensa del país. Ocupa los departamentos de
Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro, (con una superficie total de 49.295 km2 y
unos 350.000 habitantes) con realidades sociales y pastorales muy disímiles, lo
que constituye un gran desafío para la evangelización», explica la Conferencia
Episcopal de Uruguay al dar la noticia.
Monseñor Pablo Galimberti Di Vietri nació en Montevideo el 8 de mayo de 1941. En
el año 1959, a los 18 años de edad, ingresó al Seminario Menor de Montevideo y
posteriormente efectuó los cursos de Filosofía en el Instituto Teológico del
Uruguay «Monseñor Mariano Soler» (ITUMS) y en el Seminario Interdiocesano
«Cristo Rey» con vistas a su preparación para ser sacerdote.
Posteriormente realizó 4 años de estudios en la Pontificia Universidad
Gregoriana de Roma (1965-1969), donde obtuvo la licenciatura en Teología
Dogmática en 1969 y durante un semestre ejerció como diácono en la Parroquia de
Saint Louis, Missouri (Estados Unidos).
Retornó a Montevideo en 1970 iniciando su ministerio en la Parroquia del Reducto
donde, el 29 de mayo de 1971, recibió la ordenación sacerdotal.
Fue docente de Teología Dogmática de seminaristas y laicos del ITUMS (hoy
Facultad de Teología) y de Fenomenología de la Religión en la Universidad
Católica del Uruguay. En 1974 fue formador de los alumnos del Seminario
Interdiocesano.
Fue nombrado Obispo de la Diócesis de San José de Mayo el 12 de diciembre de
1983 y recibió su consagración episcopal el 18 de marzo de 1984. En el seno de
la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) ejerció distintos cargos:
Vicepresidente (1998-2000), Secretario General (2001-2003) y actualmente desde
el 2003 es su Presidente.
En el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) colabora en el Departamento de
Justicia y Solidaridad como Responsable de la Sección Pastoral Social.
Por dos quinquenios fue consultor de la Congregación para el Clero y del
Pontificio Consejo para el Diálogo con los No Creyentes.
ZS06051624
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Habla la religiosa que afirma haber
sido curada de Parkinson por intercesión de Juan Pablo II
El caso está siendo estudiado por la Postulación de la Causa de Beatificación
CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
El testimonio de la curación inexplicable que podría facilitar la canonización
de Juan Pablo II acaba de publicarse en el boletín «Totus Tuus», publicación de
postulación de la causa de beatificación del anterior Papa.
El documento ha sido escrito por una religiosa francesa de la que no se ha hecho
pública la identidad, que asegura haber sido curada por la intercesión del Papa
Karol Wojtyla de Parkinson, enfermedad que sufrió el obispo de Roma.
«Me parece que he vuelto a nacer --confiesa la religiosa--. Hoy puedo decir que
el amigo que ha dejado nuestra tierra está ahora muy cercano a mi corazón. Lo
que el Señor me ha concedido vivir por intercesión de Juan hablo II es un gran
misterio, difícil de explicar con palabras... pero nada es imposible para Dios».
El caso de la religiosa francesa está siendo objeto de estudio por parte del
postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II.
«La enfermedad fue diagnosticada en 2001 --relata la religiosa-- y los síntomas
se agravaban progresivamente: acentuación de los temblores, rigidez, dolores,
insomnio... Un empeoramiento constante». Después, otro «mazazo» fue la sensación
de un gran vacío por la muerte de Juan Pablo II.
«Había perdido al amigo que me comprendía y me daba la fuerza para seguir
adelante. Pero tenía también la certeza de su presencia viva», recuerda.
Poco tiempo después, se produjo el acontecimiento prodigioso. El 13 de mayo de
2005, la religiosa francesa escuchó el anuncio de Benedicto XVI de la especial
dispensa para el inicio de la causa de beatificación y canonización de Karol
Wojtyla.
A partir del día siguiente, se activó una cadena de oración de todas las
comunidades francesas y africanas de la congregación pidiendo su curación. En un
momento, en el que la religiosa reflexionaba sobre la cita: «Si crees, verás la
gloria de Dios», del evangelio de Juan, tuvo que luchar incluso para mantenerse
en pie. Escribe el nombre de Juan Pablo II con dificultad. Pasadas unas horas,
sigue el relato, vuelve a escribir pero con más facilidad.
Pasados dos meses de la muerte del Papa Wojtyla, en medio de la noche, la
religiosa se levantó y notó que no tenía ningún dolor, ni rigidez. Siente un
impulso irresistible a ir a rezar ante el Santísimo Sacramento y realiza una
larga adoración con una profunda paz. Medita sobre los misterios del Rosario de
la luz, introducidos por el anterior pontífice. Experimentó una agilidad de
movimientos que no tenía desde hacía cuatro años.
El día de la fiesta del Sagrado Corazón, «a la salida de la santa misa, me sentí
segura de que estaba curada --escribe la religiosa francesa--. Mi mano ya no
temblaba. El neurólogo se sorprendió al constatar la desaparición de los
síntomas. La congregación inició una novena a Juan Pablo II. Desde entonces han
pasado diez meses».
«Totus tuus» es una publicación mensual, promovida por la Postulación de la
Vicaría de Roma, nacida con el objetivo de documentar, analizar e informar sobre
el proceso de la causa de beatificación y canonización del siervo de Dios Juan
Pablo II, que tiene como postulador el sacerdote polaco monseñor Slawomir Oder.
Se puede solicitar una copia en papel a través de la página web
http://www.vicariatusurbis.org/Beatificazione/HomePageen.asp#TotusTuus1
ZS06051603
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Mundo
Caballeros de Malta; caballeros de
verdad, no inventados
Una tradición milenaria más lograda que la del Temple
ROMA, lunes, 15 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Mientras la Orden de los Caballeros Templarios se ha hecho famosa gracias a «El
Código da Vinci», a pesar de que fue suprimida hace ya mucho tiempo, la Soberana
Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta (más
conocida hoy como Caballeros de Malta), que puede alardear de una historia
milenaria, siguen siendo prácticamente desconocidos a pesar de su extendida
labor internacional.
Y, sin embargo, esta orden tiene una historia mucho más exitosa, llena de
aventuras, complots y situaciones dramáticas, e incluso con final feliz. Y hasta
está relacionada con la obra maestra de un famoso artista.
Bernard Galimard Flavigny, periodista francés de «Le Figaro», narra de nuevo su
historia en el libro escrito en francés «Histoire de l'Ordre de Malte».
Recientemente, los Caballeros presentaron esta nueva historia de la Orden en su
impresionante terraza, con vista panorámica al Foro de Augusto en Roma,
propiedad suya desde la Edad Media.
Si ya hay miles de volúmenes escritos sobre la Orden, desde que su fundador, el
beato hermano Gerardo, abriera su primer centro de acogida en Jerusalén, en el
siglo XI, la primera pregunta que uno se hace es por qué otra obra sobre la
Orden, que es reconocida por numerosas naciones como una realidad soberana, al
igual que una nación.
«La pasión contemporánea por la historia lo requiere --respondió el portavoz de
los Caballeros de Malta Eugenio Ajroldi di Robbiate--. El libro realiza un
enfoque temático y cronológico muy interesante de la larga historia de la Orden,
y además es un placer leerlo para el lector actual».
Flavigny señaló que, aunque ha condensado «novecientos años en un volumen»,
empleó diez años de investigación en Malta, Roma y París para escribirlo.
Flavigny estudió los documentos, comprobó los hechos y luego escribió la
historia.
El libro contiene toda clase de hechos y anécdotas sobre la Orden, como el
origen y significado de su símbolo principal, la cruz de ocho puntas. Llevaban
una cruz blanca en la espalda para proteger al caballero contra el pecado y el
mal. El mayor castigo que se podía infligir a un caballero era que perdiera su
hábito.
El blanco simboliza la pureza, y la estrella de ocho puntas representa las
bienaventuranzas de los caballeros: gozo espiritual, vida sencilla sin malicia,
humildad, penitencia, amor por la justicia, compasión, sinceridad y paciencia en
la persecución por causa de la justicia.
Los Caballeros de Malta empezaron abriendo hospitales, cuidando a los enfermos,
y siguen siendo una de las mayores organizaciones médicas caritativas del mundo.
Cuando se trasladaron de Jerusalén a Rodas y a Malta, perseguidos por la oleada
turca, tuvieron que abandonar hospitales bien equipados, con los más modernos
métodos médicos. Dietas especiales para distintos pacientes, énfasis en la
limpieza, y un ambiente ventilado e iluminado, contribuyeron a su buena fama
como especialistas en la atención médica.
Los peligros que afrontaban los peregrinos cristianos forzaron a la Orden a
tomar las armas para protegerles y para defender a Europa de lo que parecía una
invasión inevitable por parte del Imperio Otomano.
El mejor momento militar de la Orden fue el 31 de mayo de 1565, cuando la
pequeña isla de Malta, ocupada por los Caballeros, fue asediada por la flota
turca que intentaba tomarla con el fin de instalar una base para invadir Europa.
El valor y la increíble estrategia demostrada por los Caballeros, que
resistieron a un asedio de tres meses, les ganó un lugar en los anales de la
historia europea.
Michelangelo Merisi da Caravaggio (1573-1610), uno de los mayores pintores de la
historia, fue a Malta en 1608, atraído por la fascinante historia y humildad
espiritual de los caballeros. Tras pintar la extraordinaria
Decapitación de Juan Bautista, para la orden, ésta le ofreció hacerlo
caballero. Pero la mansedumbre que tan bien reflejó en su pintura no le acompañó
en su vida y, tras luchar contra otro caballero, Caravaggio fue expulsado de la
orden.
Flavigny subrayó que la historia de la Orden de Malta está impregnada de su
espiritualidad. Los caballeros seguían la regla de san Agustín y hasta el día de
hoy prestan ayuda humanitaria, viviendo la misma vocación iniciada por el
hermano Gerardo a mayor escala. Siempre han rechazado ser asimilados a una
organización no gubernamental, para mantener su independencia y ser fieles a su
carisma.
De los más de once mil miembros con que cuenta la Orden de Malta, sólo cien son
caballeros profesos (sacerdotes). Cada año, en mayo, casi la mitad peregrinan a
Lourdes. La misma caridad y justicia subrayada por Benedicto XVI, en su
encíclica «Deus Caritas Est», ha sido practicada por esta orden en una tradición
ininterrumpida desde el siglo XI.
ZS06051621
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La militarización de la frontera entre
México y Estados Unidos no es la solución
Afirma un representante del episcopado estadounidense antes de la propuesta de
Bush
WASHINGTON, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org-El
Observador).- El discurso, que el presidente George W. Bush dirigió este
lunes a los estadounidenses sobre el tema de las reformas migratorias, ha sido
recibido con cautela en medios eclesiásticos de México y Estados Unidos.
Ya los obispos de Estados Unidos habían expuesto su temor de que pudieran
desplazarse miembros de la Guardia Nacional hacia la frontera con México, pues
esto implicaría la militarización de este enclave de tres mil kilómetros y que
presenta un número estimado en 400 millones de cruces al año.
En un comunicado emitido horas antes de la alocución de Bush, el obispo de San
Bernardino, Gerald R. Barnes, presidente del Comité de Migración de la
Conferencia episcopal de EE UU, pidió al presidente que en lugar de un eventual
envío de tropas a la frontera, lo que la Iglesia católica exige a los
legisladores del país del Norte es una reforma migratoria integral, que
contemple la legalización de los trabajadores y la integración legal de sus
familias.
Tras reconocer que el tema migratorio había sido solapado por muchos años desde
la presidencia de Estados Unidos, el pastor católico de San Bernardino recalcó
que los obispos de su país habían venido tocando el tema como una urgencia
imperiosa, pero con la exigencia de enfrentar «la crisis de la inmigración de
una manera justa, humana e integral».
Sin desconocer que los Estados Unidos necesitan seguridad en sus fronteras, el
obispo Barnes --a nombre de la Conferencia episcopal de EE UU-- añadió que «en
los últimos doce años, nuestra nación ha gastado millones de dólares para
reforzar la frontera, ha triplicado el número de agentes de la Patrulla
Fronteriza a lo largo de la frontera con México» y la inmigración ha ido
creciendo, así como el número de muertes de inmigrantes.
«Los obispos de Estados Unidos --arguyó el obispo Barnes-- han sido firmes en
señalar que la solución real a la crisis migratoria pasa por una aproximación
integral al problema; esto incluye una estrategia de largo plazo para hacer
frente a las causas de raíz del problema, como lo es el combate a la pobreza en
los países expulsores de migrantes».
Esta reforma que han estado promoviendo los obispos estadounidenses, «también
incluye una reforma integral a las leyes migratorias de Estados Unidos y la
creación de caminos legales para que los migrantes trabajen junto con sus
familias, con seguridad, ordenadamente y de una manera mucho más humana»,
concluye en su comunicado el obispo de San Bernardino.
ZS06051608
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Encuentro de pastoral indígena y
teología india del Cono Sur americano
BOGOTÁ, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
La Sección de Pastoral Indígena del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) ha
organizado, un Encuentro de los países del Cono Sur del continente, con el
objetivo de avanzar en la reflexión sistemática sobre la teología india
cristiana, para acompañar la inculturación del Evangelio en los pueblos
indígenas.
El Encuentro se realiza en Tuparendá, cerca de Asunción, Paraguay, del 15 al 19
de mayo, con la participación de 32 personas, obispos, sacerdotes, religiosas y
laicos de Brasil, Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay, y una representación de
la Congregación para la Doctrina de la Fe.
«Se compartirá la realidad social, política, cultural y religiosa de los pueblos
indios de la región, los nombres que se dan a Dios en las culturas indígenas de
los diferentes países, y el lugar de Jesucristo y de la Iglesia en dichas
culturas», explica un comunicado del CELAM.
«Todo esto iluminado por la Revelación y el Magisterio de la Iglesia, para
llegar a formular algunas propuestas pastorales y ofrecer un aporte específico
hacia la Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano», añade el
documento.
Este es el tercer Encuentro organizado por el CELAM, conforme está previsto en
su Plan Global 2003-2007. El de la región México y Centro América, se llevó a
cabo en El Salvador, en noviembre de 2004. El de la región bolivariana, en
octubre de 2005, en Cochabamba, Bolivia. Los tres Encuentros culminarán con el
III Simposio Latinoamericano de Teología India, que se realizará en Guatemala,
en octubre de 2006.
«Desde que estaba al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe el
entonces Cardenal Joseph Ratzinger, pidió al CELAM que promoviera estos
encuentros y diálogos entre obispos, pastoralistas y teólogos que promueven la
Teología India, para clarificar los puntos que sean necesarios, teniendo siempre
como punto central de referencia el misterio de Cristo, tal como se descubre en
la Revelación y en el Magisterio de la Iglesia», explica el CELAM.
ZS06051627
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«España y la Iglesia católica», nuevo
libro del cardenal Rouco
MADRID, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org-Veritas).-
El libro «España y la Iglesia Católica» (Planeta-Testimonio), del cardenal
Antonio María Rouco, que salió este martes a la venta, recoge algunas de las
intervenciones públicas del purpurado que han dejado huella en los últimos años
de la historia de la Iglesia en España y un texto inédito.
Entre los ensayos, se encuentran la Conferencia que dictó en el Club Siglo XXI,
los discursos de apertura de las asambleas plenarias de la Conferencia Episcopal
Española desde 1999 hasta 2005 y los estudios intervenciones en la Real Academia
de Ciencias Morales y Políticas, referidos al título del libro.
José Pedro Manglano, director de la colección Planeta-Testimonio de la Editorial
Planeta, dijo a Veritas que se trata
de «un libro de larga vida e interés» y de «extraordinaria actualidad», de «una
obra de referencia».
Para Manglano, que el autor sea un «destacado canonista, conocedor del tema no
sólo en abstracto (puesto que le ha tocado protagonizar las relaciones concretas
entre la Iglesia Católica y el Estado Español en las últimas décadas), y una
autoridad eclesiástica», permitirán que el lector católico encuentre en esta
obra las «claves en el momento y la coyuntura concreta que estamos viviendo
ahora, de la Iglesia y el Estado».
Manglano destaca la importancia de este libro como obra de referencia, ya que
facilita al lector la unidad de los escritos del cardenal Rouco sobre una
cuestión de gran actualidad así como la referencia a otros textos y un índice
para que cada lector pueda consultar el tema concreto de su interés.
«La misión de la Iglesia y la política hoy»; «Paz y terrorismo»; «25 años de la
Constitución Española»; «Antecedentes históricos de las relaciones actuales
entre la Iglesia y la comunidad política en España»; «El derecho fundamental a
la enseñanza religiosa», etc.; y un último capítulo con un texto inédito sobre
«el laicismo», son algunos de los temas que desarrolla el arzobispo de Madrid en
este libro.
El director de la colección Planeta-Testimonio considera además que este libro
contribuirá a esclarecer la habitual confusión entre «laicismo y laicidad», pues
si «la laicidad consiste en que un gobierno no asuma una confesión religiosa
concreta, el laicismo supone una ideología en la que se propone un gobierno y
una legislación al margen no sólo de cualquier confesión religiosa, sino del
sentido religioso del hombre».
Según la nota distribuida por la oficina de información del arzobispado de
Madrid, el cardenal «argumenta a través de un recorrido de la historia de
España, la estrecha relación entre la Iglesia católica y el Estado y cómo la
Iglesia ha sido un instrumento constitutivo del ser y de la evolución de la
nación española».
«Una de las razones que se defiende para garantizar la existencia de una
relación positiva entre Iglesia-Estado es el reconocimiento del valor positivo
de la Iglesia en el ordenamiento del Estado y de la sociedad reflejada en la
mayoría de los textos constitucionales españoles de los siglos XIX y XX», añade
la nota del arzobispado.
ZS06051628
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Entrevista
La estrategia del portavoz vaticano al
microscopio
María José Pou-Amérigo comenta las claves de credibilidad de Joaquín
Navarro-Valls
VALENCIA, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
La profesora de periodismo María José Pou-Amérigo comenta en esta entrevista la
labor que desempeña Joaquín Navarro-Valls como director de la Oficina de Prensa
de la Santa Sede.
Experta en información y persuasión, Pou-Amérigo pronunció la Laudatio en la
investidura del doctorado «Honoris Causa» al portavoz vaticano en la Universidad
Cardenal Herrera-Ceu de Valencia, en España.
Imparte una nueva asignatura, Información Religiosa Especializada, implantada
durante este curso en esa Universidad y es columnista del diario «Las
Provincias» de Valencia. Pertenece a la Asociación Católica de Propagandistas
(AcdP).
--¿Cómo fue la estrategia de Navarro-Valls durante las hospitalizaciones de
Juan Pablo II y durante su muerte?
--Pou-Amérigo: Sin duda, el punto de partida era la credibilidad ganada durante
años como portavoz. Creo que la prueba más clara de esa credibilidad es el hecho
de que toda la prensa del mundo diera el mismo relato de la muerte del Papa,
aunque ninguno de los 6.000 periodistas acreditados en esos días ante la Santa
Sede la hubiera visto.
Solo un periodista estuvo presente y lo contó: Navarro-Valls. Hasta la fecha,
nadie ha cuestionado que todo ocurriera como él dijo.
A esa credibilidad debemos añadir la decisión de ofrecer solo datos y no
valoraciones emocionales, clave que se confirma cuando se emociona, sin
pretenderlo, en una rueda de prensa.
En ese momento, curiosamente, gana lo que podemos llamar credibilidad «con
efecto retroactivo» puesto que el periodista puede comprobar cómo no se le ha
intentado condicionar emocionalmente en ningún momento pudiendo haberlo hecho a
través de un relato dramatizado.
--¿En qué sentido Navarro-Valls «juega» a persuadir como portavoz?
--Pou-Amérigo: Cualquier portavoz debe ser un buen persuasor, entendiendo la
persuasión como la capacidad de convencer con pruebas, con argumentos, no con
artificios ni edulcorando la realidad.
Dudo que Navarro-Valls lo contemple como un juego o, como ocurre con otros
portavoces, como una estrategia hábilmente diseñada. Más bien sigue la línea
marcada por Juan Pablo II --o entre los dos-- de dar acceso a la verdad sin
miedo a que se conozca. Eso no impide que tenga, además, una capacidad enorme de
convicción.
--¿Qué son el «ethos», el «pathos» y el «logos» en la persuasión?
--Pou-Amérigo: Según los clásicos, son tres elementos fundamentales en cualquier
proceso de persuasión.
El «ethos» se refiere al orador, a su carácter, la imagen que proyecta y los
valores que se asocian a él.
El «pathos» es la puesta en escena, los elementos que rodean el discurso, la
apelación a factores emocionales.
El «logos», en cambio, es el propio discurso, los argumentos, las apelaciones a
la razón.
En el caso de Navarro-Valls, su credibilidad viene dada por la solidez de su
«ethos», el control de las emociones y la apelación constante a la razón, a las
pruebas. Junto a eso, no hay que olvidar el uso que hace de algunos recursos con
efectos «disolventes» ante preguntas incómodas, como las sutilezas, la apelación
al sentido común o el humor.
--Usted alude a la capacidad de Navarro-Valls de introducir pausas, ironía y
otros recursos en su discurso. ¿Son técnicas, o él tiene esta autoridad natural
unida a este saber hacer comunicativo?
--Pou-Amérigo: Personalmente creo que la genialidad de Navarro-Valls es la
combinación de «instinto» y técnica. Yo diría que tiene varias cualidades
personales (gran inteligencia, capacidad de observación, agudeza analítica y
prudencia) que, acompañadas de ciertas técnicas aprendidas y otras incorporadas
por ensayo y error, le han hecho desarrollar un estilo de portavoz óptimo para
la Iglesia.
A eso hay que añadir su sentido de servicio y obediencia a la Iglesia que
disciplina su «ego» y evita cualquier protagonismo personal y, por último, su
apertura a la crítica que, posiblemente, ha ido cincelando su trabajo hasta
convertirlo en un modelo para el futuro.
--¿Cree que si Joaquín Navarro-Valls no hubiera tenido acceso al Papa durante
la enfermedad y la muerte hubiera informado peor?
--Pou-Amérigo: Sencillamente, creo que no hubiera informado. La razón es clara:
para alguien que ha vivido con Juan Pablo II un pontificado dispuesto a mostrar
la realidad del hombre en todas sus dimensiones, también en la del dolor y la
enfermedad, la culminación de ese recorrido es, sin duda, mostrar la muerte como
parte de la vida y, para el creyente, como acceso a la vida eterna.
Desde mi punto de vista, el trabajo de Navarro-Valls en los últimos días de Juan
Pablo II fue un ejemplo más de su función en estos años: ayudar a Juan Pablo II
--y, con él, a toda la Iglesia--, a enseñarnos a vivir y a morir en Cristo.
ZS06051620
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Nuevos movimientos
Conferencia Internacional Católica del
Guidismo
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de la Conferencia Internacional Católica del Guidismo.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: CONFERENCIA INTERNACIONAL CATÓLICA DEL GUIDISMO
SIGLA: CICG (Conférence Internationale Catholique du Guidisme)
FUNDACIÓN: 1965
HISTORIA: La CICG nació por iniciativa de unas veinte organizaciones miembro de
la Asociación Mundial de las Guías. Los primeros encuentros entre responsables
católicos del guidismo de diversos países se remontan a 1948 y la regularidad
con la que se celebraron, cada tres años, llevó a constituir, en 1953, una
Secretaría que asegurase los contactos y los intercambios entre los encuentros.
El desarrollo de la iniciativa hizo madurar la idea de crear una organización
estructurada y permanente. En 1977, con ocasión del Consejo mundial que se
celebró en Roma, la CICG adoptó la Carta católica del guidismo, sobre cuyos
principios funda su acción. Reconocida por la Santa Sede como organización
internacional católica, la CICG es miembro de la Conferencia de las OIC.
IDENTIDAD: La CICG reúne asociaciones nacionales de guías católicas,
organizaciones nacionales interconfesionales de guías con mayoría católica,
agrupaciones nacionales de guías católicas. Su finalidad es la de ayudar a las
asociaciones miembro a transformar el guidismo en un auténtico instrumento de
educación a la fe y a dar a conocer la riqueza pedagógica, las actividades
formativas, la experiencia en el ámbito de la colaboración interconfesional.
ESTRUCTURA: Órganos de la CICG son el Consejo, con funciones decisionales, que
se reúne cada tres años y está constituido por los miembros del Secretariado,
por dos representantes de cada organismo miembro y por sus Asistentes
espirituales; el Secretariado, con funciones ejecutivas, que está constituido
por la Secretaria general, que representa a la Conferencia; por el Asistente
eclesiástico general y por el Vice-Asistente; por 4/6 miembros elegidos por el
Consejo.
DIFUSIÓN: La CICG cuenta con 37 asociaciones miembros efectivos y 12
asociaciones correspondientes presentes en 49 países distribuidos del siguiente
modo: África (12), Europa (19), Norteamérica (7), Oriente Medio (2), Sudamérica
(9). Sus actividades llegan a unos dos millones de guías católicas.
PÁGINA WEB http://www.cicg-iccg.org
SEDE CENTRAL: Conférence Internationale Catholique du Guidisme
Rocca 1933
8300 Neuquén (Argentina)
Tel. [+54]299.4484186 - Fax 299.4422121
E-mail: cicg_coordmundial@yahoo.com.ar
[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
ZS06051623
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Cooperadores Amigonianos
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de los Cooperadores Amigonianos.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: COOPERADORES AMIGONIANOS
SIGLA: CC.AA (Cooperadores Amigonianos)
FUNDACIÓN: 1992
HISTORIA: La asociación de los Cooperadores Amigonianos nació por iniciativa de
los Religiosos Terciarios Capuchinos (Padres Amigonianos) cuya obra entre los
laicos atraídos por el carisma de Luis Amigó y Ferrer (1854-1934), capuchino y
obispo, se remonta a 1937. El 8 de diciembre de 1992 el Consejo Pontificio para
los Laicos decretó el reconocimiento de los Cooperadores Amigonianos como
asociación internacional de fieles de derecho pontificio. IDENTIDAD La identidad
de los Cooperadores Amigonianos, delineada en el “Proyecto de vida”, se concreta
en un compromiso para recuperar a los menores que han quebrantado la ley y están
en conflicto con la justicia y en el cuidado de jóvenes y adolescentes con
actitudes desviadas y en situaciones de miseria material y moral. Modelo supremo
de su ser y de su actuar es Jesús Buen Pastor, que conoce y ama a cada una de
sus ovejas. De la Virgen Dolorosa, que comprende y acoge a quien sufre, aprenden
a comprender y a acoger a todos aquellos que se sienten abandonados. En cuanto
miembros de la Familia franciscana, como san Francisco, llevan una vida sencilla
y en la caridad.
ESTRUCTURA: Los Cooperadores Amigonianos se organizan en grupos locales, cada
uno de los cuales tiene su propio Consejo directivo, constituido por un
Presidente, un Vicepresidente, un Secretario, un Ecónomo, un delegado por cada
diez miembros, un Animador espiritual. Órgano supremo de gobierno de los grupos
es la Asamblea general, formada por todos los miembros de pleno derecho.
Responsable último de la asociación, cuyas actividades están coordinadas por un
Delegado general, es el Padre General de la Congregación de los Religiosos
Terciarios Capuchinos.
DIFUSIÓN: Los Cooperadores Amigonianos están presentes, como los Religiosos
Terciarios Capuchinos, en 20 países distribuidos del siguiente modo: África (1),
Asia (1), Europa (4), Norteamérica (6), Sudamérica (8).
SEDE CENTRAL: Cooperatori Amigoniani
c/o Curia Generalizia dei Religiosi Terziari Cappuccini
Via Blumenstihl, 28/36
I - 00135 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.3055931 - Fax 06.3057972
E-mail: tercapcgr@pcn.net
ZS06051625
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Cooperadores del Opus Dei
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de los Cooperadores del Opus Dei.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: COOPERADORES DEL OPUS DEI
IDENTIDAD: Se llaman Cooperadores del Opus Dei los hombres y las mujeres que,
sin ser fieles de la Prelatura del Opus Dei, constituyen una asociación propia e
inseparable de la Prelatura. Los Cooperadores, junto a los fieles de la
Prelatura, colaboran mediante la oración, el trabajo y la ayuda económica a la
realización de actividades educativas, asistenciales, de promoción cultural y
social, contribuyendo al bien común de la sociedad. Entre los Cooperadores del
Opus Dei, también hay no católicos, no cristianos y no creyentes, que comparten
los objetivos de promoción humana y social a los que tienden las iniciativas
apostólicas que, abiertas a todos, promueven los fieles (laicos y sacerdotes) de
la Prelatura junto a tantos otros ciudadanos. Los Cooperadores se benefician de
la oración del Opus Dei; además, si así lo desean, pueden servirse de la
formación que ofrece la Prelatura para profundizar el mensaje de Jesús y la
propia vida espiritual, y dar un testimonio personal –sin formar grupos–
coherente con la vocación cristiana. Tal formación solicita a los Cooperadores
católicos a recurrir a la oración, a los sacramentos, a la intercesión de la
Virgen, demostrando con las obras su amor a la Iglesia, al Sucesor de Pedro y a
los obispos. Un punto esencial del espíritu del Opus Dei, presente en la
formación, es la santificación del trabajo profesional y de los deberes
familiares y sociales, es decir, la identificación con Cristo en la vida
cotidiana. Los Cooperadores colaboran también personalmente con otras
iniciativas apostólicas en sus respectivas diócesis.
DIFUSIÓN: Los Cooperadores del Opus Dei están presentes, como la Obra, en 63
países distribuidos del siguiente modo: África (7), Asia (8), Europa (22),
Norteamérica (11), Oceanía (2), Oriente Medio (1), Sudamérica (11).
PÁGINA WEB: http://www.opusdei.it
SEDE CENTRAL Cooperadores del Opus Dei
c/o Curia Prelatizia dell’Opus Dei
Viale Bruno Buozzi, 73
I - 00197 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.808961 - Fax 06.8070562
E-mail: info@opusdei.it
ZS06051626
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Documentación
Carta del Papa sobre los procesos de
las causas de los santos
"Causas mayores", tanto por la nobleza de la materia tratada como por su influjo
CIUDAD DEL VATICANO, martes, 16 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos el mensaje que ha enviado Benedicto XVI a los participantes en la
sesión plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos.
* * *
Al venerado hermano
Señor cardenal
JOSÉ SARAIVA MARTINS
Prefecto de la Congregación para las causas de los santos
Con ocasión de la sesión plenaria de esa Congregación para las causas de los
santos, deseo dirigirle a usted, señor cardenal, mi cordial saludo, que de buen
grado extiendo a los señores cardenales, a los arzobispos y a los obispos que
participan en los trabajos. Saludo, asimismo, al secretario, al subsecretario, a
los consultores, a los peritos médicos, a los postuladores y a todos los que
forman parte de ese dicasterio. Además de saludaros, os expreso mis sentimientos
de aprecio y gratitud por el servicio que esa Congregación presta a la Iglesia,
promoviendo las causas de los santos, que "son los verdaderos portadores de luz
en la historia, porque son hombres y mujeres de fe, esperanza y amor", como
escribí en la encíclica Deus caritas est (n. 40).
Por eso la Iglesia, desde el inicio, ha honrado mucho su memoria y su culto,
dedicando, a lo largo de los siglos, una atención cada vez mayor a los
procedimientos que llevan a los siervos de Dios al honor de los altares. En
efecto, las causas de los santos se consideran "causas mayores", tanto por la
nobleza de la materia tratada como por su influjo en la vida del pueblo de Dios.
A la luz de esta realidad, mis predecesores intervinieron a menudo, con
especiales disposiciones normativas, para mejorar su celebración y su estudio.
Este era el fin de la misma institución de la Sagrada Congregación de Ritos,
realizada por Sixto V en 1588.
¿Cómo no recordar, además, la próvida legislación de Urbano VIII, el Código de
derecho canónico de 1917, las normas de Pío XI para las causas antiguas, el motu
proprio Sanctitas clarior y la constitución apostólica Sacra Rituum
Congregatio de Pablo VI? En particular, es preciso mencionar con gratitud a
mi predecesor Benedicto XIV, con razón considerado "el maestro" de las causas de
los santos. Más recientemente, en 1983, el amado Juan Pablo II promulgó la
constitución apostólica
Divinus perfectionis Magister, a la que siguió, en el mismo año, la
publicación de las Normae servandae in inquisitionibus ab Episcopis faciendis
in causis Sanctorum.
La experiencia de más de veinte años de aquel texto ha sugerido a esa
Congregación preparar una oportuna "Instrucción para el desarrollo de la
investigación diocesana en las causas de los santos". Este documento se dirige
principalmente a los obispos diocesanos y constituye el primer tema del orden
del día de vuestra plenaria. Dicho documento quiere facilitar la aplicación fiel
de las citadas Normae servandae, para salvaguardar la seriedad de las
investigaciones que se llevan a cabo en los procesos diocesanos sobre las
virtudes de los siervos de Dios, sobre los casos de martirio afirmado o sobre
los eventuales milagros.
Las causas se han de incoar y estudiar con sumo cuidado, buscando diligentemente
la verdad histórica, a través de pruebas testimoniales y documentales omnino
plenae, puesto que su única finalidad es la gloria de Dios y el bien
espiritual de la Iglesia y de todos los que buscan la verdad y la perfección
evangélica. Los pastores diocesanos, decidiendo coram Deo cuáles son las
causas que merecen ser incoadas, han de valorar ante todo si los candidatos al
honor de los altares gozan realmente de una sólida y difundida fama de santidad
y de milagros o de martirio. Esta fama, que el Código de derecho canónico de
1917 quería que fuera "spontanea, non arte aut diligentia procurata, orta ab
honestis et gravibus personis, continua, in dies aucta et vigens in praesenti
apud maiorem partem populi" (can. 2050, 2), es un signo de Dios que indica a
la Iglesia quiénes merecen ser puestos en el candelero para "iluminar a todos
los que están en la casa" (Mt 5, 15). Es evidente que no se podrá iniciar una
causa de beatificación y canonización si no se ha comprobado la fama de
santidad, aunque se trate de personas que se distinguieron por su coherencia
evangélica y por particulares méritos eclesiales y sociales.
El segundo tema que afronta vuestra plenaria es el "milagro en las causas de los
santos". Es sabido que desde la antigüedad el itinerario para llegar a la
canonización incluye la comprobación de las virtudes y de los milagros
atribuidos a la intercesión del candidato al honor de los altares. Además de
asegurarnos de que el siervo de Dios vive en el cielo en comunión con Dios, los
milagros constituyen la confirmación divina del juicio expresado por la
autoridad eclesiástica sobre su vida virtuosa. Deseo que la plenaria profundice
este tema a la luz de la tradición de la Iglesia, de la teología actual y de los
avances más acreditados de la ciencia.
No hay que olvidar que en el examen de los acontecimientos milagrosos afirmados
confluye la competencia de los científicos y de los teólogos, aunque la palabra
decisiva corresponde a la teología, la única capaz de dar una interpretación de
fe del milagro. Por eso, en el procedimiento de las causas de los santos se pasa
de la valoración científica de la consulta médica o de los peritos técnicos al
examen teológico por parte de los consultores y, sucesivamente, de los
cardenales y obispos. Además, hay que tener presente claramente que la práctica
ininterrumpida de la Iglesia establece la necesidad de un milagro físico,
pues no basta un milagro moral.
El tercer tema sometido a la reflexión de la plenaria concierne al martirio, don
del Espíritu y patrimonio de la Iglesia de cada época (cf. Lumen gentium,
42). El venerado Pontífice Juan Pablo II, en la carta apostólica Tertio
millennio adveniente, afirmó que, dado que la Iglesia ha vuelto a ser
Iglesia de mártires, "en la medida de lo posible no debe perderse (...) su
testimonio" (n. 37). Los mártires de ayer y los de nuestro tiempo dan la vida (effusio
sanguinis) libre y conscientemente, en un acto supremo de caridad, para
testimoniar su fidelidad a Cristo, al Evangelio y a la Iglesia.
Aunque el motivo que impulsa al martirio sigue siendo el mismo y tiene en Cristo
su fuente y modelo, han cambiado los contextos culturales del martirio y las
estrategias "ex parte persecutoris", que cada vez trata de manifestar de
modo menos explícito su aversión a la fe cristiana o a un comportamiento
relacionado con las virtudes cristianas, pero que simula diferentes razones, por
ejemplo, de naturaleza política o social.
Ciertamente, es necesario recoger pruebas irrefutables sobre la disponibilidad
al martirio, como derramamiento de la sangre, y sobre su aceptación por parte de
la víctima, pero también es necesario que aflore directa o indirectamente,
aunque siempre de modo moralmente cierto, el "odium fidei" del
perseguidor. Si falta este elemento, no existirá un verdadero martirio según la
doctrina teológica y jurídica perenne de la Iglesia. El concepto de "martirio",
referido a los santos y a los beatos mártires, ha de entenderse, de acuerdo con
la enseñanza de Benedicto XIV, como "voluntaria mortis perpessio sive
tolerantia propter fidem Christi, vel alium virtutis actum in Deum relatum"
(De Servorum Dei beatificatione et Beatorum canonizatione, Prato
1839-1841, Lib. III, cap. 11, 1). Esta es la enseñanza constante de la Iglesia.
Los temas que va a estudiar vuestra plenaria son de indudable interés, y las
reflexiones, con las eventuales propuestas que surgirán de ella, darán una
valiosa aportación a la consecución de los objetivos indicados por Juan Pablo II
en la constitución apostólica Divinus perfectionis Magister, donde
afirma: "Me ha parecido conveniente revisar una vez más el procedimiento en la
incoación de las causas (de los santos), y reformar la misma Congregación para
las causas de los santos a fin de que responda a las exigencias de los
estudiosos y a los deseos de nuestros hermanos en el episcopado, los cuales en
repetidas ocasiones han solicitado una mayor agilidad en los procesos, pero
conservando la seriedad de las investigaciones en un asunto de tanta
importancia. Asimismo, pienso que, a la luz de la doctrina sobre la colegialidad
propuesta por el concilio Vaticano II, conviene que los obispos mismos se
asocien más a la Sede apostólica para tratar las causas de los santos".
De acuerdo con estas indicaciones, una vez elegido a la Cátedra de Pedro, he
cumplido de buen grado este deseo generalizado de que en la modalidad de las
celebraciones se subraye más la diferencia sustancial entre la beatificación y
la canonización, y que en los ritos de beatificación se implique más
visiblemente a las Iglesias particulares, quedando claro que sólo al Romano
Pontífice le compete conceder el culto a un siervo de Dios.
Señor cardenal, le agradezco el servicio que esa Congregación presta a la
Iglesia y, deseando un trabajo fecundo a los que participan en la plenaria, por
intercesión de todos los santos y de la Reina de los santos, invoco sobre cada
uno de vosotros la luz del Espíritu Santo. Por mi parte, os aseguro un recuerdo
en la oración, a la vez que bendigo de corazón a todos.
Vaticano, 24 de abril de 2006
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