La misteriosa Llama

 

La universidad herida y la verdad

 

 

Alejandro Sanz | 14/04/2018


 

La reciente polémica generada en torno a los máster y otras titulaciones de estudios superiores tienen por encima de todos los demás una víctima indefensa que está sufriendo una dolorosa herida, cuyas consecuencias aún estamos por conocer: la universidad como institución.

Esta vieja dama es demasiado venerable para causarle el daño terrible que está sufriendo cuando algunos la utilizan como un tosco taburete sobre el que alzarse por encima de sus esfuerzos, mientras otros la prostituyen a cambio de unas pocas (o no tan pocas) monedas.

Los más de nueve siglos que han transcurrido desde que la Universidad de Bolonia impartiese sus primeras clases han forjado una vida longeva, siempre inquieta, alimentada por la sangre joven que la renueva año tras año en sus aulas y guiada por la serena experiencia de los profesores que la sirven.

Formadora de profesionales, guía intelectual de la sociedad, punta de lanza de las vanguardias y crisol en el que se funden el conocimiento y la esperanza de futuro, la universidad es un tesoro demasiado valioso para dejarlo a merced de los profanadores de tumbas.

Por eso, la respuesta frente a los que la menosprecian, los que abusan de su integridad y los que la humillan con su ambición, no puede ser otra que defender su honor a capa y espada y depurar las responsabilidades hasta las últimas consecuencias.

No bastan las dimisiones, el mundo de la política está demasiado enfangado ya como para que el sacrificio de dos o tres sillones vaya más allá de un titular de prensa o un pie bajo una fotografía de portada. Hay que ir mucho más lejos y limpiar el nombre de la universidad como institución para que recupere su lugar legítimo en el imaginario social y retome el liderazgo que le corresponde.

No puedo sino traer a estas últimas líneas el lema de la prestigiosa Universidad de Harvard, cuyo nombre también se ha visto salpicado estos últimos días. En su orgulloso escudo luce una sola palabra: Veritas. La verdad.

 

Alejandro Sanz