Servicio diario - 23 de marzo de 2020


 

Papa Francisco: “Tengo esperanza en la humanidad”
Larissa I. López

El limosnero apostólico visita las comunidades religiosas aisladas por el Covid-19
Larissa I. López

Santa Marta: Hoy el Papa pide orar por los que tienen problemas económicos
Larissa I. López

Fátima: Rezo del Rosario en directo por las víctimas del Coronavirus, 25 de marzo
Rosa Die Alcolea

Italia: A los 95 y 97 años, más fuertes que el Coronavirus
Anita Bourdin

La Santa Sede aplaza el viaje apostólico del Papa a Malta
Rosa Die Alcolea

Venezuela: Sacerdotes de Táchira imparten la bendición con el Santísimo Sacramento
Redacción

Continúa la emisión en vivo de la Misa diaria del Papa y el rezo diario del Ángelus
Rosa Die Alcolea

Uruguay: Obispos llaman a vivir con “humildad, confianza, oración, amor y gratitud”
Christian Vallejo

Comunión y Liberación: Julián Carrón es reelegido presidente de la Fraternidad
Rosa Die Alcolea

Limosnería Apostólica: Agradecimiento del Card. Krajewski a los que cuidan de los necesitados
Larissa I. López

Beato Diego José de Cadiz, 24 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

Papa Francisco: “Tengo esperanza en la humanidad”

Entrevista en programa de televisión español
(zenit – 20 marzo 2020).- Ante la situación actual, el Papa subraya que la palabra optimismo le suena “a maquillaje” y mantiene que él tiene “esperanza”: “Yo tengo esperanza en la humanidad, tengo esperanza en los hombres y en las mujeres de esta humanidad, tengo esperanza en los pueblos”. Unos pueblos que “van a tomar de esta crisis enseñanzas para revisar su vida, vamos a seguir mejores”.

Estas y otras declaraciones fueron realizadas por el Santo Padre en una entrevista emitida ayer, 22 de marzo de 2020, en el programa “Lo de Évole” de LaSexta, cadena de televisión española. La conversación fue mantenida por Skype y el programa completo estaba dedicado a la situación de emergencia por el Coronavirus.

En primer lugar, el presentador, Jordi Évole habló sobre las imágenes de la plaza de San Pedro vacías, que Francisco definió como “un desierto”. Después aclaró que no se encuentra aislado del todo, “me cuido, es decir, no recibo grupos, pero sí recibo las audiencias personales” prefijadas y “sigo trabajo normalmente”.

 

Transmitir “cercanía”

A continuación, el entrevistador se refirió al curso de los acontecimientos, a cómo él pretendía hacer un programa sobre las cárceles, pero al final el mundo había acabado encerrado. Frente a ello, el Papa resaltó que “es curioso: el Vía Crucis del Viernes Santo de este año, pedí que lo hicieran los encarcelados de la cárcel de Padua y lo han hecho con una fuerza impresionante”.

Asimismo, recordó que se siente muy tocado por el problema de las cárceles, insistiendo en su mensaje “siempre hay que tener una ventana abierta” a la esperanza.

Cuando Évole le preguntó qué le diría a las personas que lo están pasando mal en estos momentos, especialmente a los que están perdiendo a sus seres queridos, el Pontífice indicó: “Lo último que haría es decirles algo. Lo que trato es de hacerles sentir mi cercanía. Hoy día es más importante el lenguaje de los gestos que el de las palabras. Evidentemente hay que decir algo, pero la cercanía, el gesto, el hacerles llegar un saludo…”.

 

Un mundo de humanidad

Con respecto a las familias vulnerables, trabajadores precarios, refugiados, las mujeres maltratadas afectadas por la situación, el Obispo de Roma expuso que cree que en estas circunstancias está saliendo un drama “no sé si subterráneo, pero sí disimulado de nuestras sociedades, que a veces son sociedades hipócritas, inconscientes. Que no se dan cuenta que este es un mundo, me permito la palabra –pienso en Dostoievsky y las Memorias del subsuelo–, un mundo de humanidad”.

Y puso como ejemplo que el otro día un policía pidió a un hombre por la calle que volviera a su casa debido a la cuarentena y este le dijo: “No tengo casa, vivo en la calle”. De esta manera, sin remedio, “empezamos a estar cercanos a esas personas que conocemos por concepto: los sin techo, los aprovechados, el mundo tan triste de las mujeres explotadas, que es todo un comercio…”.

“Esto nos acerca a esta gente que de alguna manera tiene una esperanza muy chiquita, que no tiene donde apoyarse. Pero a la vez nos damos cuenta de que existe esta gente”, concluyó en torno al tema.

 

Una sociedad solidaria

El periodista planteó el hecho de los despidos que se están produciendo en las empresas ante el parón de la actividad. Sobre ello, Francisco apuntó que “las soluciones concretas las debe dar cada uno”, pero “ciertamente, el ‘sálvese quien pueda’ no es la solución: una empresa que despide para salvarse”, no ofrece  “una solución”.

En este momento “más que despedir hay que acoger y hacer sentir que hay una sociedad solidaria. Estos son los grandes gestos que hacen falta ahora”, “aparecen realidades y se nos pide que nos hagamos cargo” de ellas, puntualizó.

 

Recuperar la convivencia humana

El Santo Padre confesó que de todo lo que está sucediendo lo que más le preocupa es “la soledad”, ya que “hemos terciarizado la convivencia, el mano a mano de la convivencia lo hemos olvidado, no los recordamos. A veces te enteras de una  familia que están comiendo juntos, los padres mirando la televisión y los chicos cada uno con su teléfono comunicándose con otros. Y entre ellos no se comunican”.

En contraposición, “hoy en las casas los padres empiezan a escuchar de otra manera. Los papás juegan con sus hijos chicos porque no puede salir, están ahí, tienen tiempo para encontrarse reencontrase. Hoy en día siente cada uno la necesidad de acariciar a sus viejos, a sus abuelos. Hoy tenemos que rescatar la convivencia y este quizás sea uno de los logros, que podemos obtener en esta tragedia”. Es muy triste que sea con una tragedia, “pero tenemos que recuperar la convivencia humana, la cercanía”, remarcó.

 

La arrogancia

El Papa Francisco también explicó que el ignorar el virus mientras solo afectaba a China e Italia constituye “un mecanismo de defensa, el lobo está lejos, el cuco está lejos, no nos va a llegar…Un mecanismo de defensa siempre es proyectar, un mal, una calamidad en el anonimato del universo, universalizarlo mal y entonces ya no es concreto. Son conceptos, son noticias que llegan y cuando llegan ya…”.

En este sentido, también fue cuestionado sobre si pecamos de arrogancia: “Siempre existe esa presunción de que a mí no me va a tocar (…)”, apuntó.

“Una cosa que me preocupa en este momento es la generación de violencia en algunos casos”, prosiguió. Y puso como ejemplo un edificio en Italia que se encontraba en cuarentena y un joven de treinta y tantos años que quiso salir y cuando el vigilante le dijo que no se podía comenzó a pegarle. También aludió a la “violencia de la palabra”, matizando que “la violencia no te va a ayudar nunca”.

 

Subvalorar el problema

El Pontífice considera que muchos de los líderes políticos sí han estado a la altura de las circunstancias, dentro de las posibilidades humanas, “hombre y mujeres realmente comprometidos” que se han hecho cargo de la situación. Además, expuso que la respuesta, en general, ha sido “buena”.

Y aunque es cierto que se les podría exigir una notificación más adelantada sobre lo que nos iba a sobrevenir, al mismo tiempo sostiene que es preciso reconocer que “tampoco nosotros creíamos que nos iba a tocar”, pensábamos que el Coronavirus se quedaría en China o en Italia y ahora “está en casa”: “Todos pecamos de alguna manera de subvalorar el problema”.

 

Agradecimiento

El Obispo de Roma dedicó unas palabras al personal sanitario: “Los admiro, me enseñan cómo comprometerse, les agradezco el testimonio. Médicos, enfermeros, voluntarios, que tienen que dormir en las camillas porque ya no hay camas en el hospital y no pueden salir a sus casas. Esa es la vida que están llevando”.

Todos ellos son “los santos de la puerta de al lado. Muchos no son creyentes, son agnósticos o llevan una vida de fe a su manera, pero en el testimonio ves la capacidad de jugarse por el otro. Entre ellos hay muertos”.

Por otro lado, los profesionales de los supermercados, limpiadores y camioneros, “son los que están manteniendo el funcionamiento social para que no falte lo esencial” y también se muestra agradecido por ello.

 

Dudas de fe

El Sucesor de Pedro confesó que, si bien no en este momento concreto, sí ha tenido dudas sobre la existencia de Dios en algún momento de su vida. Estas fueron resueltas “por la gracia de Dios”, pues “nadie se salva del camino común de la gente, que es el mejor camino, el más seguro, el concreto, y eso nos hace bien a todos”.

Finalmente, el entrevistador resaltó cómo debido la situación de encierro hacía tiempo que el planeta no estaba tan limpio. Sobre este hecho el Papa Francisco remitió a un dicho que dice “Dios perdona siempre, nosotros perdonamos a veces, la naturaleza no perdona nunca”. Los incendios las inundaciones, los terremotos muestran que la naturaleza “está pataleando” para que nos hagamos cargo del daño que le hacemos.

 

 

 

 

El limosnero apostólico visita las comunidades religiosas aisladas por el Covid-19

Para transmitir la cercanía del Papa
(zenit – 23 marzo 2020).- En la mañana de hoy, 23 de marzo de 2020, el limosnero del Papa acudió a la Casa General de las Hijas de San Camilo en Grottaferrata y a la Congregación de las Hermanas Angélicas de San Pablo en la Via Casilina, pues, desde el viernes pasado, “ambas comunidades han sido puestas aislamiento porque muchas de los religiosas dieron positivo en coronavirus”.

Así ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede a través de un comunicado.

 

Cercanía y afecto del Papa

Con el fin de “hacerles sentir la cercanía y el afecto del Santo Padre, en este momento de dura prueba y dificultad”, el Card. Konrad Krajewski les llevó “algunos productos de las Villas Pontificias de Castelgandolfo, como leche fresca y yogur”, prosigue la nota.

La misma donación se hizo también al Hogar de Descanso Juan XXIII, dirigido por la Asociación de Hermanas de la Caridad. Esta comunidad fue puesta en cuarentena, “después de haber encontrado dos casos positivos de coronavirus entre los trabajadores de la salud”, finaliza el consabido texto.

 

Limosnería Apostólica

De acuerdo a su página oficial, la Limosnería Apostólica es la Oficina de la Santa Sede que tiene la tarea de practicar la caridad con los pobres en nombre del Sumo Pontífice.

El limosnero de Su Santidad tiene dignidad arzobispal, es parte de la Casa Pontificia y, como tal, participa en las celebraciones litúrgicas y en las audiencias oficiales del Santo Padre.

 

Obras de caridad

El Papa León XIII, con el objetivo de fomentar la recaudación de fondos para las obras de caridad confiadas a la Limosnería, delegó al Limosnero la facultad de conceder la Bendición Apostólica por medio de diplomas en papel pergamino, los cuales, para ser auténticos, deben estar firmados por el Limosnero y llevar el sello en seco de su Oficina.

Todos los ingresos que recibe la Limosnería Apostólica, sobre todo como contribución por la concesión de los pergaminos con la Bendición, se destinan en su totalidad a la caridad que esta Oficina realiza directamente en favor de los necesitados, que cotidianamente solicitan la ayuda del Sucesor de Pedro.

 

 

 

 

Santa Marta: Hoy el Papa pide orar por los que tienen problemas económicos

“Fe, perseverancia y valentía” en la oración

(zenit – 23 marzo 2020).- Oremos hoy por las personas que empiezan a tener problemas económicos a causa de la pandemia, porque no pueden trabajar y todo esto recae en la familia. Oremos por la gente que tiene este problema”.

Esta es la petición realizada por el Santo Padre hoy, 23 de marzo de 2020, en la Misa en Santa Marta, transmitida en directo por tercera semana consecutiva debido a que en muchos países no se celebra la Misa públicamente ante la emergencia sanitaria por la pandemia del Covid-19.

La súplica de Francisco se produjo después de recitar la Antífona de entrada que dice: Yo confío en el Señor. Que tu misericordia sea mi gozo y mi alegría porque te has fijado en mi aflicción” (Cfr. Sal 30, 7-8).

 

Fe, perseverancia y valentía

En su homilía, el Papa reflexionó en torno al Evangelio de san Juan (4, 43-54) sobre la curación del hijo del funcionario del rey. A partir del mismo, señaló que existen tres condiciones necesarias para hacer una verdadera oración: fe, perseverancia y valentía.

Así, en primer lugar, resaltó que “la primera condición para la verdadera oración es la fe”: “Rezar con fe, tanto cuando rezamos fuera, como cuando venimos aquí y el Señor está allí”. Y cuestionó “pero ¿tengo fe o es un hábito? Tengamos cuidado en la oración: no caigamos en el hábito sin la conciencia de que el Señor está ahí, que estoy hablando con el Señor y que Él es capaz de resolver el problema”.

Después, el Pontífice remarcó que “la fe y la perseverancia van juntas, porque si tienes fe estás seguro de que el Señor te dará lo que pidas. Y si el Señor te hace esperar, golpea, golpea, al final el Señor da la gracia”. Dios, continúa, no actúa así “para hacerse al interesante o para decir ‘mejor que espere’: no. Lo hace por nuestro propio bien, para que tomemos las cosas en serio. Tomar en serio la oración, no como los papagayos: bla, bla, bla, bla, bla y nada más…”.

“Y la tercera cosa que Dios quiere en la oración es la valentía. ¿Alguien puede pensar: se necesita valor para rezar y estar ante el Señor? Se necesita. El coraje de estar ahí pidiendo y yendo adelante, casi – casi, no quiero decir herejía – pero casi como amenazando al Señor”, describió.

 

El Señor no decepciona

“En estos días en que es necesario rezar, rezar más, pensemos si rezamos de esta manera: con fe en que el Señor puede intervenir, con perseverancia y con coraje. El Señor no decepciona: No decepciona. Nos hace esperar, se toma su tiempo, pero no nos decepciona. Fe, perseverancia y coraje”, concluyó el Obispo de Roma.

Finalmente, el Papa Francisco terminó la celebración con la adoración y la bendición eucarística, invitándonos a hacer la comunión espiritual.

A continuación, sigue la transcripción de la homilía del Papa realizada por Vatican News.

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Homilía del Santo Padre

Este padre pide salud para su hijo. El Señor reprocha un poco a todos, pero también a él: “Si no ven signos y prodigios, ustedes no creen”. El funcionario, en lugar de callar y estar en silencio, se adelanta y le dice: “Señor, baja, antes de que mi hijo muera”. Y Jesús le respondió: “Ve, tu hijo vive”.

Existen tres cosas que se necesitan para hacer una verdadera oración. La primera es la fe: si no tienen fe… Y muchas veces, la oración es solo oral, de la boca… pero no viene de la fe del corazón, o de una fe débil… Pensemos en otro padre, el del hijo demonizado, cuando Jesús respondió: “Todo es posible para el que cree”; el padre, como dice claramente: “Yo creo, pero aumenta mi fe”. La fe en la oración. Rezar con fe, tanto cuando rezamos fuera, como cuando venimos aquí y el Señor está allí: pero ¿tengo fe o es un hábito? Tengamos cuidado en la oración: no caigamos en el hábito sin la conciencia de que el Señor está ahí, que estoy hablando con el Señor y que Él es capaz de resolver el problema. La primera condición para la verdadera oración es la fe.

La segunda condición que el mismo Jesús nos enseña es la perseverancia. Algunos piden pero la gracia no llega: no tienen esta perseverancia, porque en el fondo no la necesitan, o no tienen fe. Y el mismo Jesús nos enseña la parábola de ese señor que va donde el vecino a pedir pan a medianoche: la perseverancia para llamar a la puerta… O la viuda, con el juez injusto: e insiste e insiste e insiste: es la perseverancia. La fe y la perseverancia van juntas, porque si tienes fe estás seguro de que el Señor te dará lo que pidas. Y si el Señor te hace esperar, golpea, golpea, al final el Señor da la gracia. Pero no lo hace, el Señor, para hacerse al interesante o para decir «mejor que espere»: no. Lo hace por nuestro propio bien, para que tomemos las cosas en serio. Tomar en serio la oración, no como los papagayos: bla, bla, bla, bla, bla y nada más… El mismo Jesús nos reprocha: “No sean como los gentiles que creen en la eficacia de la oración y en las palabras, muchas palabras”. No. Es la perseverancia allí. Es la fe.

Y la tercera cosa que Dios quiere en la oración es la valentía. ¿Alguien puede pensar: se necesita valor para rezar y estar ante el Señor? Se necesita. El coraje de estar ahí pidiendo y yendo adelante, casi – casi, no quiero decir herejía – pero casi como amenazando al Señor. El coraje de Moisés ante Dios cuando Dios quiso destruir al pueblo y hacerlo jefe de otro pueblo. Dice: “No. Yo con el pueblo”. Coraje. El coraje de Abraham, cuando negocia la salvación de Sodoma: “¿Y si fueran 30, y si fueran 25, y si fueran 20?”: ahí, valentía. Esta virtud de la valentía, requiere mucho. No sólo por las acciones apostólicas, sino también por la oración.

Fe, perseverancia y valentía. En estos días en que es necesario rezar, rezar más, pensemos si rezamos de esta manera: con fe en que el Señor puede intervenir, con perseverancia y con coraje. El Señor no decepciona: No decepciona. Nos hace esperar, se toma su tiempo, pero no nos decepciona. Fe, perseverancia y coraje.

A continuación la oración recitada por el Papa:

A tus pies me Postro, ¡oh Jesús mío!, y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito, que se hunde en la nada, ante Tu santa Presencia. Te adoro en el Sacramento de Tu amor, la inefable Eucaristía, y deseo recibirte en la pobre morada que te ofrece mi alma. Esperando la dicha de la Comunión sacramental, quiero poseerte en espíritu. Ven a mí, puesto que yo vengo a Ti, ¡oh mi Jesús!, y que Tu amor inflame todo mi ser en la vida y en la muerte. Creo en Ti, espero en Ti, Te amo. Así sea”.

 

 

 

 

Fátima: Rezo del Rosario en directo por las víctimas del Coronavirus, 25 de marzo

Y consagración al Inmaculado Corazón
(zenit – 23 marzo 2020).- La Iglesia permanece unida y en oración en respuesta a la crisis mundial de la pandemia provocada por el Coronavirus. Iniciativas digitales para poder seguir la Eucaristía por transmisión en directo, la adoración al Santísimo, el rezo del Rosario… llegan de todas partes del mundo.

La Conferencia Episcopal Española se ha unido a la convocatoria de la Conferencia Episcopal de Portugal para rezar el Rosario unidos el próximo miércoles, 25 de marzo de 2020, Solemnidad de la Anunciación del Señor, desde Fátima, a las 19:30 horas por las víctimas del coronavirus, sus familiares, personal sanitario, etc.

 

Consagración al Sagrado Corazón

El acto, presidido por el obispo de Fátima, cardenal António dos Santos Marto, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Portugal, se transmitirá desde la Basílica de Fátima.

Al finalizar el rezo del santo Rosario, el cardenal obispo de Fátima hará la consagración de toda la península Ibérica, España y Portugal, y sus respectivas islas, al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, a la que se tiene una devoción arraigada en tantas diócesis.

 

Emisión en España

La oración mariana y de consagración podrá seguirse en España, a través de la cadena COPE y del canal de televisión TRECE TV, según ha anunciado el cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, en una carta enviada a los obispos españoles, firmada el 22 de marzo.

Así, el presidente del episcopado español les invita a unirse al acto y, a su vez, invitar a los fieles “poniéndonos todos bajo la protección de la Virgen de Fátima a la que tanta devoción se le tiene en nuestras comunidades”.

 

 

 

 

Italia: A los 95 y 97 años, más fuertes que el Coronavirus

Ejemplo de “esperanza” para Francisco
(zenit – 23 marzo 2020).- A los 95 años, una abuela italiana, Alma Clara Corsini, y un italiano de 97 años de Cremona se curaron del Coronavirus. Han sido más fuertes que el virus, pero no estaban solos: detrás de estas dos curaciones, dos equipos médicos no se rindieron, a pesar de una situación general muy grave.

Una señal de “esperanza”, comenta el Papa Francisco.

Alma Clara Corsini había sido hospitalizada el pasado 3 de marzo de 2020 en Pavullo nel Frignano, una ciudad italiana de la provincia de Módena, en Emilia-Romaña.

Así informó el 21 de marzo la página de Facebook de Fabio Massimo Castaldo, vicepresidente del Parlamento Europeo, quien publicó la foto de la paciente curada y su equipo de cuidadores: “El equipo médico en la foto es el del hospital Pavullo, compuesto por los doctores Cinzia Cappi (especialista en enfermedades infecciosas), María Cristina Fontana (jefe de la unidad de cuidados semiintensivos) y Alessandra Marrazzo (interna), en contacto directo con el Dr. Giorgio Cioni, profesor de medicina interna”.

La noticia llegó al Papa Francisco, quien dijo, de acuerdo a la edición del diario argentino La Nación del 22 de marzo: “En Italia, una abuela de 95 años es la primera paciente de esa edad en curarse del coronavirus. Alma Clara Corsini ganó esta batalla por la vida para darnos esperanza”.

Los médicos creen que su recuperación se debe a su “buen estado físico”.

Ella comenta: “Eran buenas personas, que me cuidaron bien y ahora me envían a casa” en Fanano, un pequeño pueblo de alrededor de 3.000 habitantes.

No es la única persona mayor que ha ganado la batalla: un hombre de 97 años también se curó del Coronavirus, en Asola, en la provincia de Mantua, Lombardía.

El hombre es un residente de Cremona que fue hospitalizado el 29 de febrero de 2020 por “neumonía”. Su estado empeoró y estuvo en cuidados intensivos durante una semana, informan los medios italianos, incluida La Voce di Mantova: “Parecía que no iba a poder salir”, explicó el médico que ordenó su hospitalización, en cambio se recuperó muy bien. “Mostró un temperamento tremendo y una autonomía total. Nos dio las gracias y le dijo al equipo que éramos sus ángeles. Regresó a casa con su hija el 14 de marzo”.

Dos buenas noticias en una Italia muy probada: 46.638 casos siguen siendo positivos, 5.476 muertos, 7.024 curados, dijo France TV Rome el 22 de marzo.

El mismo día, en un tweet, el Papa Francisco invitó a universalizar la “oración, la compasión y la ternura”: “Queremos responder a la pandemia del virus con la universalidad de la oración, la compasión y la ternura”. “Mantengámonos unidos. Propongo a todos los cristianos que unan sus voces al Cielo, recitando el padrenuestro el próximo miércoles 25 de marzo al mediodía”.

 

 

 

 

La Santa Sede aplaza el viaje apostólico del Papa a Malta

Previsto para el 31 de mayo
(zenit – 23 marzo 2020).- La Santa Sede ha anunciado esta mañana que el viaje apostólico del Papa Francisco a Malta, previsto para el 31 de mayo, queda aplazado a otra fecha, aun por definir, debido a la situación mundial y de acuerdo con las autoridades y la Iglesia local.

Así lo ha comunicado este lunes, 23 de marzo de 2020, Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El pasado martes Malta prohibió los viajes aéreos a Italia y desde ella. En Malta se han descubierto hasta el momento seis casos confirmados de coronavirus y ayer se prohibieron también los viajes desde o hacia Alemania, Francia, España y Suiza.

El viaje se convocó bajo el lema “Nos mostraron una cordialidad poco común (Hch 28, 2), un mensaje utilizado como tema para la pasada Semana por la Unidad de los Cristianos y sobre el que el Papa reflexionó en la audiencia general del 22 de enero de 2020.

 

 

 

 

Venezuela: Sacerdotes de Táchira imparten la bendición con el Santísimo Sacramento

A los fieles en cuarentena
(zenit – 23 marzo 2020).- Los sacerdotes de la Diócesis de San Cristóbal, en el estado de Táchira, Venezuela, impartieron este pasado domingo, 22 de marzo de 2020 al medio día, la bendición con el Santísimo Sacramento a los fieles que permanecen en sus hogares debido a la cuarentena de prevención ante el coronavirus.

Así lo han comunicado desde la propia Diócesis de San Cristóbal, hoy 23 de marzo de 2020, a través de una nota.

El obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, impartió la bendición desde el atrio de la catedral de San Cristóbal. También se hizo una breve procesión hasta el Viaducto Viejo para, desde allí, bendecir hacia los cuatro puntos cardinales.

Esta bendición se produjo mientras sonaban las campanas de los templos como signo de la comunión en la oración y la presencia de Dios en medio de su pueblo.

 

Gente de fe

“Somos gente de fe y estamos seguros de que Dios escucha nuestra oración. Por eso hemos caminado con el Santísimo para bendecir”, dijo el prelado.

Al concluir el rito de la bendición, el obispo hizo la oración de la Plegaria al Santo Cristo de La Grita: “Por tu Sangre Redentora mediante la cual has conseguido convertirnos en hijos de tu Padre y con la permanente asistencia del Espíritu Consolador, haz que pronto seamos liberados de la pandemia que azota a nuestra región, a nuestra patria y al mundo”.

 

Santo Cristo de La Grita

Monseñor Mario Moronta exhortó, en un comunicado del pasado 16 de marzo de 2020, a hacer un voto a Santo Cristo de La Grita, pidiéndole “que nos proteja y libre en el Táchira, Venezuela y el mundo de la pandemia del coronavirus”.

“Ese voto hecho con fe y oración permanente consistirá en la adoración diaria al Santísimo Sacramento en nuestras comunidades eclesiales durante un mes y la peregrinación misionera y evangelizadora de la ‘réplica’ del Santo Cristo por todas nuestras parroquias a partir de la fecha que se indicará”, aclaró.

 

“Quédate en casa”

“Culminaremos con una celebración eucarística donde participen los católicos y personas de buena voluntad. Desde ahora hagamos esa oración a nuestro autentico y verdadero protector, el Santo Cristo de La Grita. Hagámoslo contando con la maternal intercesión de María del Táchira, Nuestra Señora de la Consolación”, continuó.

Finalmente, el obispo reiteró el llamado a cumplir con la cuarentena: “Quédate en casa”, afirmó Mons. Moronta. Indicando que debe ser un gesto de responsabilidad de cada ciudadano pensando en el bien común.

 

 

 

 

Continúa la emisión en vivo de la Misa diaria del Papa y el rezo diario del Ángelus

En ‘Vatican Media’ y en ‘zenit’
(zenit – 23 marzo 2020).- Hasta nuevo aviso, el canal de comunicación de Vatican Media, en YouTube y en Vatican News, continuará emitiendo en directo la Santa Misa que celebra cada mañana el Papa Francisco en Santa Marta a las 7 horas, el rezo del Ángelus en el Vaticano, cada día a las 12 horas, y la audiencia general del Santo Padre, los miércoles, a las 9:30 horas.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha comunicado esta mañana, 23 de marzo de 2020, esta información, y ha recordado que las imágenes de estas celebraciones serán distribuidas por Vatican Media a los medios que lo soliciten, de modo que lo hagan llegar a los fieles de todo el mundo.

 

Emisiones en zenit

La agencia de noticias zenit emite en streaming a través de su página de Facebook la Misa del Papa diaria en Santa Marta, el rezo del Ángelus diario, que dirige de lunes a sábado el cardenal Angelo Comastri, vicario general de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano, en la Basílica de San Pedro, y la audiencia general del Pontífice, celebrada los miércoles.

Para facilitar el visionado de la transmisión a todos los espectadores hispanohablantes, tanto españoles como latinoamericanos, zenit emite en directo la Santa Misa del Papa a las 7 am hora de Roma (12am México), y la retransmite a las 3pm en Roma (8am México).

Del mismo modo, el rezo del Ángelus diario, dirigido por el cardenal Comastri, se puede seguir en directo a las 12 am en Roma (5am en México), y también se puede ver la retransmisión a las 3pm en Roma (8am México), en la página de Facebook de zenit.

 

 

 

 

Uruguay: Obispos llaman a vivir con “humildad, confianza, oración, amor y gratitud”

La situación de pandemia
(zenit – 23 marzo 2020).- Con motivo de la situación que se está viviendo por la pandemia del coronavirus, los obispos de Uruguay animan a todos los fieles a recibir este momento como un llamado a la humildad, a la confianza, a la oración, al amor, a la gratitud y a renovar el amor a la Eucaristía.

Se trata de una reflexión para acompañar la Cuaresma, así lo han comunicado desde la propia Conferencia Episcopal Uruguaya a través de una nota el pasado 18 de marzo de 2020, en vísperas de la solemnidad de San José.

Asimismo, los obispos de Uruguay han decidido “tomar medidas que son inéditas y muy dolorosas para los hombres y mujeres que tenemos fe. Suspender por dos semanas las misas con asistencia de fieles causa un profundo dolor”. No obstante, “nos consuela saber que los sacerdotes las celebran en forma privada, teniendo bien presentes a sus fieles, y que nos podemos unir de corazón al sacrificio de Cristo, haciendo la comunión espiritual (…)”, una “gran fuente de gracias”, indican.

 

Humildad y confianza

En pleno tiempo de conversión como es la Cuaresma, “un virus, un organismo microscópico, aparece de pronto y hace tambalear a la humanidad; hace colapsar sistemas de salud de países desarrollados; pone en jaque la economía; hace temblar a  las bolsas y nos coloca a todos ante la fragilidad que padecemos frente a la enfermedad y ante la posibilidad de la muerte”, apuntan en el comunicado.

Desde el episcopado uruguayo perciben esta realidad como “un fuerte llamado a la humildad de nuestra condición humana limitada” y  el mensaje recoge que “para los hombres y mujeres de fe, tomar conciencia de nuestra fragilidad no nos desasosiega. Por el contrario, nos anima a confiar más en Dios. En la Biblia encontramos infinidad de pasajes donde se nos repite: ‘No tengan miedo’”.

 

Oración

“En este momento de fragilidad y de confianza volvemos el corazón a Dios Todopoderoso. Pedimos que venga en nuestro auxilio. Confiamos que en todas las circunstancias de nuestra vida la providencia de Dios está presente y actuante”, continúa la nota del episcopado.

Es tiempo, por tanto, “meditar en su Palabra, alimentarnos de ella” y los pastores animan a “escuchar, meditar y hacer oración con la Palabra de Dios de todos los días. A frecuentar la oración de los salmos que reza la Iglesia y a dejar que la Palabra vaya evangelizando nuestra forma de sentir y de pensar”.

 

Amor al prójimo

En estas situaciones son muy numerosas las muestras de amor al prójimo. De alguna manera supone un llamado para los que tienen responsabilidades de gobierno, para los médicos y el personal de salud, pero también es general: “No caer en actitudes egoístas de acopiar para mí sin tener en cuenta al otro, sino compartir lo que tengo con el hermano más afectado por esta situación”.

Además, supone un llamamiento a “sembrar esperanza y confianza a través de tantos medios que hoy tenemos para expresarnos y comunicarnos”.

 

Amor a la Eucaristía

La pandemia del coronavirus ha coincidido con el año del V Congreso Eucarístico Nacional, pero ahora no hay celebraciones de la Misa con participación de fieles. No obstante, “la ausencia de la celebración comunitaria nos llama a valorar más la vida fraterna de nuestras comunidades”, añaden los obispos de Uruguay.

“Esta situación dolorosa nos invita a redoblar nuestro amor a la Eucaristía, sacrificio de Cristo que renueva el mundo, ‘remedio de inmortalidad, antídoto para no morir, sino para vivir en Jesucristo para siempre’” y la “abstinencia nos puede hacer sentir hambre de Eucaristía y aumentar nuestro deseo de volver a encontrarnos en la celebración comunitaria con Jesús sacramentado, don al que nunca podemos acostumbrarnos”, subrayan.

 

Gratitud

En estas circunstancias, “muchas personas están haciendo un enorme esfuerzo para aportar soluciones, para atender a los enfermos, para prestar diversos servicios a quienes lo necesitan, motivo por el que esta “es una oportunidad para ser agradecidos”.

La lista sería interminable, “empezando por  el personal de la salud hasta el familiar o amigo que nos alienta en la circunstancia en que nos encontramos” y “el ‘gracias’ termina dirigiéndose a Dios en la certeza de que, junto a Él, podremos cosechar dulces frutos de este tiempo doloroso”, prosiguen los miembros del episcopado.

Finalmente, el mensaje de reflexión concluye con una invitación a “encontrarnos en la oración constante e insistente de la mano de María”, ya que “María es vida, dulzura y esperanza nuestra”.

 

Situación en Uruguay

Actualmente, en Uruguay se contabilizan un total de 158 casos de infectados confirmados por el Covid-19, aunque no suman ninguna persona fallecida, tal y como indica la última actualización de datos del Ministerio de Sanidad.

 

 

 

 

Comunión y Liberación: Julián Carrón es reelegido presidente de la Fraternidad

Nuevo mandato de seis años
(zenit – 23 marzo 2020).- Julián Carrón, indicado en 2004 por don Luigi Giussani para ser su sucesor, ha sido reelegido presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación para un nuevo mandato de seis años.

“Consciente de mis límites, deseo seguir sirviendo a la iniciativa de Aquel que es el verdadero protagonista de lo que vivimos”, ha expresado Carrón en un mensaje enviado a la Fraternidad después de su elección. “De hecho, ninguno de nosotros sería capaz de generar lo que vemos que sucede en nosotros y a nuestro alrededor”.

El sábado 21 de marzo de 2020 se celebró en Milán la Diaconía central de la Fraternidad de Comunión y Liberación para la elección de su presidente, al término del mandato de don Julián Carrón.

En la elección, celebrada con voto secreto, participaron todos los miembros de la Diaconía, salvo un ausente justificado, nueve de ellos presentes en la sede respetando las normas sanitarias impuestas por la emergencia del Covid˗19 y 21 conectados por videoconferencia desde Italia y el resto del mundo.

 

Compromiso en estos “días dramáticos”

Como ya es evidente, la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19 “está teniendo repercusiones en la economía y en la vida de muchas personas en Italia y en numerosos países del mundo”, expone Carrón en un mensaje a los miembros de Comunión y Liberación. “Como consecuencia de ello, la Fraternidad tendrá que afrontar ciertamente muchas necesidades que surjan entre nosotros”, aclara.

“En estos días tan dramáticos –escribe– todos sentimos más vivo el deseo de acudir en ayuda de tantas necesidades que hay y que habrá en el futuro próximo”. Por ello, Carrón hace un llamamiento: “Os pido que consideréis con seriedad el compromiso que cada uno ha asumido o trata de retomar con ese instrumento con el que el movimiento nos ha educado siempre en una ‘concepción comunional de lo que uno tiene’, el Fondo común, de modo que la Fraternidad pueda hacer frente, dentro de los límites de lo posible y teniendo en cuenta todos los factores en juego, a las distintas necesidades que se presenten”.

 

Don “crucial para nuestra vida”

Así, el presidente indicó a los miembros de la Fraternidad nacida en Italia: “Os pido que recéis por mí, de modo que pueda estar completamente disponible para secundar lo que el Señor quiere realizar en medio de nosotros”. Y aseguró: “Quiero ser el primero en seguir los signos de la victoria de Cristo en la vida de los que Él elige”.

Del mismo modo, les pide que recen “para que todos juntos, siguiendo la gracia del carisma y con la ayuda que desde el cielo nos dará don Giussani, podamos responder a la tarea para la que el Espíritu ha suscitado en el mundo el don del carisma, del que cada vez estoy más convencido de que es crucial hoy para nuestra vida, la de la Iglesia y la del mundo”.

 

 

 

 

Limosnería Apostólica: Agradecimiento del Card. Krajewski a los que cuidan de los necesitados

En tiempos del Coronavirus
(zenit – 23 marzo 2020).- En pleno tiempo del Coronavirus, la Limosnería Apostólica agradece a todos los voluntarios y personas de buena voluntad que continúan cuidando de los más pobres y necesitados.

De este modo, en un comunicado publicado el pasado 21 de marzo de 2020, el cardenal Konrad Krajewski, limosnero apostólico, expresa “su más sincero agradecimiento a todos los voluntarios y personas de buena voluntad que siguen ocupándose de los más pobres y necesitados, especialmente de los sin techo que viven en la calle, y no los abandonan en este preciso momento, que es aún más difícil para ellos”.

“Estos hermanos nuestros”, continúa, “no solo no tienen casa, sino que ahora ni siquiera pueden pedir caridad para comprar algo de comer. Ahora más que nunca, ‘dependen’ de nuestro corazón. Misericordia es una palabra muy concreta y solo ’la caridad cubre una multitud de pecados’ (1 P 4:8)”.

 

Solidaridad de empresas

Igualmente, el limosnero apostólico expresó su gratitud a todas las empresas y negocios que en los últimos días “han donado generosamente sus productos para preparar la ‘bolsa del corazón’ (atún, latas pequeñas, fruta, queso, embutidos envasados, pan…) que, en lugar de almuerzos y cenas, es ofrecido a los pobres por varios comedores, dormitorios, parroquias, asociaciones de voluntarios y comunidades religiosas”.

En este sentido, en el texto se cita el ejemplo de las Villas Pontificias de Castelgandolfo, “que diariamente envían cientos de paquetes de leche fresca y yogurt”.

 

Ayuda de la Limosnería

Finalmente, el cardenal indica a los comedores, parroquias y asociaciones que preparan almuerzos envasados o ayudan de otras maneras a los pobres de la calle, que si se encuentran en dificultades, económicamente o por falta de alimentos, pueden ponerse en contacto con la propia Limosnería en el teléfono móvil (3481300123).

Igualmente, el comunicado remarca que esta Oficina también está a disposición de quienes “quieran donar alimentos útiles para preparar comidas, para recibirlos directamente o dirigirlos a otras realidades caritativas que ayudan a los pobres sin hogar”.

 

Limosnería Apostólica

De acuerdo a su página web oficial, la Limosnería Apostólica es la Oficina de la Santa Sede que tiene la tarea de practicar la caridad con los pobres en nombre del Sumo Pontífice.

El limosnero de Su Santidad tiene dignidad arzobispal, es parte de la Casa Pontificia y, como tal, participa en las celebraciones litúrgicas y en las audiencias oficiales del Santo Padre.

 

Obras de caridad

El Papa León XIII, con el objetivo de fomentar la recaudación de fondos para las obras de caridad confiadas a la Limosnería, delegó al Limosnero la facultad de conceder la Bendición Apostólica por medio de diplomas en papel pergamino, los cuales, para ser auténticos, deben estar firmados por el Limosnero y llevar el sello en seco de su Oficina.

Todos los ingresos que recibe la Limosnería Apostólica, sobre todo como contribución por la concesión de los pergaminos con la Bendición, se destinan en su totalidad a la caridad que esta Oficina realiza directamente en favor de los necesitados, que cotidianamente solicitan la ayuda del Pontífice.

 

 

 

 

Beato Diego José de Cadiz, 24 de marzo

Gran capuchino y orador
“Apóstol de la misericordia, este gran capuchino, que solo quiso ser misionero santo, y aspiró a obtener la palma del martirio, fue también un gran orador. Menéndez y Pelayo lo situó detrás de san Vicente Ferrer y de san Juan de Ávila”

José Francisco López-Caamaño y García Pérez nació en Cádiz, España, el 30 de marzo de 1743. Pertenecía a una ilustre familia. Su madre murió cuando él tenía 9 años y se estableció con su padre en la localidad gaditana de Grazalema. Cursó estudios con los dominicos de Ronda, Málaga. Pero a los 15 años eligió a los capuchinos de Sevilla, venciendo su rechazo a la vida religiosa, y a esta Orden en particular, para tomar el hábito y nombre con el que iba a ser encumbrado a los altares. Dejando atrás la cierta aversión inicial al compromiso que estableció, años más tarde, al referirse retrospectivamente a su vocación se aprecia cuánto había cambiado. Puede que ni recordase el peso de sus emociones de adolescente cuando escribió: “Todo mi afán era ser capuchino, para ser misionero y santo”.

En 1766 fue ordenado sacerdote. Le acompañaba único anhelo: alcanzar la santidad. Quería ser un gran apóstol sin excluir el martirio. Y dejó constancia de ello: “¡Qué ansias de ser santo, para con la oración aplacar a Dios y sostener a la Iglesia santa! ¡Qué deseo de salir al público, para, a cara descubierta, hacer frente a los libertinos!… ¡Qué ardor para derramar mi sangre en defensa de lo que hasta ahora hemos creído!”. Pero el camino de la santidad generalmente Dios no se lo pone fácil a sus hijos. Durante unos años las oscilaciones en su vida espiritual fueron habituales, hasta que sufrió una radical transformación con la gracia de Cristo. Ello no le libró de experiencias que suelen presentarse en el itinerario que conduce a la unión con la Santísima Trinidad. Pasó por contradicciones y oscuridades. Fueron frecuentes sus luchas contra las tentaciones de la carne y tuvo que combatir brotes de apatía en el cumplimiento de su misión, entre otras muchas debilidades que afrontó y superó. Nadie, solo Dios, sabía de las pugnas interiores de este gran apóstol, cuya entrañabilidad y peculiar sentido del humor era especialmente apreciado en las distancias cortas.

Desde 1771 y durante treínta años su actividad en misiones populares se extendió por casi toda la geografía española. Sus grandes dotes de oratoria y elocuencia pasadas por la oración obraban prodigios en las gentes a través una predicación de la que se ha subrayado, además de su rigor, la sencillez y dignidad. Su contribución fue inestimable en un período marcado por el regalismo y el jansenismo que estaban en su apogeo. Como tantas veces sucede al juzgar a mentes preclaras, y más con la hondura de vida del beato, las valoraciones no son siempre benevolentes. Cuando únicamente se examinan sus pasos desde un punto de vista racional, apelando a un análisis histórico frecuentemente cargado de prejuicios, como algunos críticos han hecho, queda en la penumbra lo esencial: su grandeza espiritual y excepcionales cualidades puestas al servicio de la fe y de la Iglesia en momentos de indudable dificultad.

Tratando de la oratoria religiosa, el gran Menéndez y Pelayo lo situó detrás de san Vicente Ferrer y de san Juan de Ávila. Y es que Diego José promovía una profunda renovación espiritual en su auditorio. Llegó a predicar en la corte. Sus palabras tuvieron gran influjo no solo en el ámbito religioso sino también en el público. Junto con la instrucción doctrinal que proporcionaba, impartía conferencias a hombres, mujeres y niños de toda condición social. Les alentaba con la celebración de la penitencia y el rezo público del santo rosario. Suscitaba emociones por igual en clérigos, plebeyos e intelectuales. Su fama le precedía y la muchedumbre que se citaba para oírle no cabía en las grandes catedrales. A veces durante varias horas tenía que hablar al aire libre a un auditorio conformado por cuarenta mil y hasta sesenta mil personas, que le consideraban un enviado de Dios.

Ese imponente despliegue de multitudes que acudían a él enfervorecidas pone de manifiesto que los integrantes de la vida santa han sido los verdaderos artífices de las redes sociales. Un entramado de seguidores con alta sensibilidad –que muchos hoy día querrían para sí–, supieron identificar la grandeza de Dios y su belleza inigualable plasmada en las palabras de este insigne apóstol. Fueron tres décadas de intensa dedicación llevando con singular celo la fe más allá de los confines de Andalucía en los que era bien conocido. Aranjuez, Madrid, poblaciones de Toledo y de Ciudad Real, Aragón, Levante, Extremadura, Galicia, Asturias, León, Salamanca, incluso Portugal y otras, fueron recorridas a pie por este incansable peregrino que impregnó con la fuerza de su voz, avalada por una virtuosísima vida, el corazón de las gentes. Una gran mayoría en su época lo consideró un nuevo san Pablo. Penitencia y oración continua fueron sus armas apostólicas, mientras su cuerpo se estremecía bajo un rústico cilicio. Si hubiera contado con los medios y técnicas que existen en la actualidad sus conquistas para Cristo superarían lo imaginable.

Era un gran devoto de María bajo la advocación de la Divina Aurora, de la que fue encendido defensor. Fue agraciado con carismas extraordinarios como el don de profecía y numerosos milagros que efectuaba con su proverbial sentido del humor y el gracejo andaluz que poseía. Su correspondencia epistolar, sermones, obras ascéticas y devocionales son incontables. Se le ha conocido como el “apóstol de la misericordia”. Murió en en la localidad malagueña de Ronda el 24 de marzo de 1801 cuando se hallaba en un proceso ante la Inquisición donde fue llevado por quienes no supieron identificar en él al santo que fue. Le cubrieron con penosos signos de ingratitud que desembocaron en una injusta y humillante persecución. Por encima de los ciegos juicios humanos, Dios ya le había reservado la gloria eterna. Fue beatificado por León XIII el 22 de abril de 1894.