Servicio diario - 17 de enero de 2020


 

Domingo de la Palabra de Dios: Redescubrir el valor de la Escritura en la vida cotidiana
Rosa Die Alcolea

República Democrática del Congo: El Papa recibe al presidente Félix Tshisekedi
Larissa I López

Santa Marta: El perdón, "medicina" para las "enfermedades del alma"
Larissa I López

El Papa indica que la hospitalidad forma parte del «testimonio común de la fe»
Larissa I López

Entra en vigor el Acuerdo de la Santa Sede con la República Democrática del Congo
Larissa I López

Arzobispo de Erbil, Irak: "Somos una Iglesia mártir, una Iglesia que sufre"
Redacción

México: Ante la nueva caravana de migrantes, «responsabilidad y amor por nuestros hermanos»
Rosa Die Alcolea

Beata Regina Protmann, 18 de enero
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

17/01/2020-12:36
Rosa Die Alcolea

Domingo de la Palabra de Dios: Redescubrir el valor de la Escritura en la vida cotidiana

(ZENIT — 17 enero 2020).- El próximo 26 de enero se celebrará por primera vez el domingo de la Palabra de Dios, una iniciativa que el Papa Francisco confía a toda la Iglesia para que «la comunidad cristiana se centre en el gran valor que la Palabra de Dios ocupa en su existencia cotidiana» y que instituyó el pasado 30 de septiembre de 2019 con la Carta Apostólica Aperuit illis.

Esta mañana, 17 de enero de 2020, Mons. Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, ha presentado este primer Domingo de la Palabra de Dios en una conferencia de prensa celebrada en la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El Santo Padre dio a conocer esta fiesta de la Palabra el 30 de septiembre pasado, durante el 1.600 aniversario de la muerte de San Jerónimo, gran estudioso de la Sagrada Escritura y traductor de los textos originales al latín. Esta coincidencia «equivalía a un gesto de gran atención al vasto mundo que se reúne en torno a los estudios bíblicos y la exégesis bíblica, que en este año dará lugar a una serie diversificada de eventos con los que celebrar la figura y la obra de San Jerónimo», ha anunciado Mons. Fisichella.

En este contexto, el arzobispo ha citado una frase de san Jerónimo para describir el sentido de esta celebración: «La ignorancia de la Escritura es ignorancia de Cristo», y ha matizado «No conocer la Sagrada Escritura significa no tener un conocimiento coherente de la vida cristiana».

«La predicación de Jesús se dirige a todos, no es para un grupo privilegiado». Por eso, «cuando Jesús habla en el podio, habla en las plazas, se da una universalidad, la palabra de Dios no está excluida a ninguno».

Así, el prelado italiano ha añadido que se trata de un domingo «a través del cual podemos redescubrir quiénes somos y qué responsabilidad tenemos en la Iglesia y en el mundo de hoy», en referencia a las palabras del Papa: «Que el domingo dedicado a la Palabra haga crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura, como el autor sagrado lo enseñaba ya en tiempos antiguos: esta Palabra «está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca, para que la cumplas» (Dt 30,14).» (Aperuit illis, n. 15)».

 

Domingo, 26 de enero

El domingo 26, a las 10 horas, el Papa presidirá la Eucaristía en la basílica de San Pedro. Al comienzo de la Misa tendrá lugar, además, la entronización solemne del Leccionario, utilizado en todas las sesiones del Concilio Vaticano II. Al final de la celebración —ha dicho Mons. Fisichella— Francisco hará un gesto simbólico: entregará la Biblia a 40 personas que representan tantas expresiones de nuestra vida cotidiana. A todos se les entrega la Sagrada Escritura «para indicar la atención que estamos llamados a conceder a la Palabra de Dios, para que no quede como un libro en nuestras manos, sino que se convierta más bien en una continua llamada a la oración, la lectura, la meditación y el estudio», ha señalado el arzobispo de Vicohabentia.

A la salida de la basílica, todos los participantes recibirán una edición especial de la Sagrada Escritura, publicada para la ocasión y ofrecida por la generosidad de las Ediciones San Pablo. Además, para prepararse a celebrar este domingo de la Palabra de Dios, se ha puesto a punto también un folleto pastoral en italiano, ya traducido al francés, español, portugués, y polaco y en inglés, disponible sólo en línea, para que los párrocos y los agentes de pastoral puedan utilizarlo para encontrar ideas e instrumentos adecuados para la animación de este día.

Por la tarde, en la Plaza Navona, en la hermosa Iglesia de Santa Inés, de 16 a 19 horas, se alternarán muchas personalidades de diversa procedencia para la lectura continua del Evangelio de Mateo. La elección de este Evangelio depende del hecho de que es el Evangelio que se leerá los domingos de este año y, por lo tanto, se presta a ser una introducción a la oración y a la meditación que los fieles efectuarán durante el año 2020. Este momento será animado por el Coro de la Diócesis de Roma. Para la ocasión se ha publicado una edición especial del Evangelio de Mateo que será distribuida a los presentes.

 

Virgen de Knock, patrona de Irlanda

En el altar papal se colocará para la ocasión la imagen de Nuestra Señora de Knock, Patrona de Irlanda, que será llevada a Roma especialmente desde ese santuario acompañada de una gran representación de los fieles, encabezada por el arzobispo de Tuam, Mons. Michael Neary y el rector del santuario, el padre Richard Gibbons. El coro del santuario se alternará en la animación de la sagrada eucaristía con el Coro de la Capilla Sixtina, ha detallado Fisichella.

«La elección de esta presencia es casi obligatoria para este domingo», ha detallado Mons. Fisichella. La aparición de la Virgen en Knock en 1879 es particularmente evocadora: la Virgen está acompañada por San José y el evangelista Juan que indican el altar en el que reina el Cordero victorioso, como en la visión del Apocalipsis. La Virgen María en esta aparición no habla; permanece en silencio, como para indicar la actitud fundamental ante el misterio; y sin embargo, toda la aparición «habla», porque en Juan indica el Evangelio que estamos obligados a hacer nuestro y el camino que nos espera en vista de los últimos tiempos. En el centro se encuentra una vez más el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús, el corazón palpitante de la evangelización.

 

Iniciativas en todo el mundo

En el marco de esta celebración, tras el Concilio Vaticano II con la Dei Verbum, y el Sínodo sobre la Palabra de Dios (2008) con la Exhortación Apostólica Verbum Domini, se han llevado a cabo muchas iniciativas pastorales diferentes en el mundo con el fin de poner en el centro el conocimiento, la difusión, la reflexión y el estudio de la Sagrada Escritura.

Mons. Fisichella ha mencionado algunas: La Semana para aprender a orar con la Biblia, promovida por la Comunidad de Cangáo Nova en Brasil, También en Brasil se distribuirán gratuitamente 150.000 folletos bíblicos. En Argentina, en septiembre, se organizará el mes de la Biblia. En Colombia, la Palabra de Dios se propone a los niños con el juego de títeres, haciéndoles sonreír y reflexionar. En Venezuela, a pesar de la crisis, se ha creado un diplomado para ocuparse de la animación bíblica de toda la pastoral. En los Estados Unidos, se celebra en noviembre el Día Internacional de la Biblia; la American Bible Society, por su parte, propone la difusión de la Biblia, con especial atención a las zonas de pobreza, haciéndola accesible en diferentes idiomas y formatos.

En el ámbito juvenil, es interesante la iniciativa anunciada en la celebración Year of the Bible y que ve a los jóvenes como protagonistas: Together Generation, en Washington en junio, donde se entrelazarán música, testimonios y lecturas. En Filipinas, el Ministro del Interior ha convocado la semana entre el 20 y el 26 de enero como Semana Nacional de la Biblia, instando a quienes estén en condiciones de hacerlo a que extiendan la semana a todo el mes. También en Filipinas, desde hace diez años, la iniciativa del National Bible Quiz ha logrado involucrar a toda la nación, bajo el signo de un concurso bíblico en el que participan todas las escuelas católicas del país.

La Alianza Evangélica Mundial ha proclamado el año 2020 como el Año Mundial de la Biblia, invitando a los cristianos y a las iglesias evangélicas de todo el mundo a promover la lectura de la Biblia durante el año en curso. En España ha nacido una revista, Biblia viva, para la animación bíblica de la pastoral. En Italia se organiza el Festival Bíblico Italiano, que ya va por su decimosexta edición, en el que participan siete diócesis y que quiere llevar la Palabra al mundo de la cultura.

 

Carta Aperuit illis

El Papa con su Carta Aperuit illis ha querido » responder a las numerosas peticiones [...] del pueblo de Dios, para que en toda la Iglesia se pueda celebrar con un mismo propósito el domingo de la Palabra de Dios» (Ai, 2), ha explicado el arzobispo Fisichella.

Este Domingo de la Palabra de Dios es, por tanto, una iniciativa pastoral de Nueva Evangelización, con el fin de «reavivar la responsabilidad que los creyentes tienen en el conocimiento de la Sagrada Escritura y en mantenerla viva mediante un trabajo de transmisión y comprensión permanente, capaz de dar sentido a la vida de la Iglesia en las diversas condiciones en las que se encuentra».

 

Valor ecuménico

«Tampoco puede pasar desapercibido el gran valor ecuménico que posee este domingo», ha mencionado el presidente del Consejo para la Nueva Evangelización. El Pontífice ha establecido que se celebre siempre el tercer domingo del tiempo ordinario del año litúrgico, que, como podemos ver, cae cerca del Día del Diálogo entre judíos y católicos y de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

«No se trata de una mera coincidencia temporal, sino de una elección que pretende marcar un paso más en el diálogo ecuménico», situando la Palabra de Dios en el centro mismo del compromiso que los cristianos están llamados a asumir cada día, ha matizado Rino Fisichella.

 

 

 

17/01/2020-15:04
Larissa I. López

República Democrática del Congo: El Papa recibe al presidente Félix Tshisekedi

(ZENIT – 17 enero 2020)-. Hoy, 17 de enero de 2020, el Santo Padre ha recibido en audiencia al presidente de la República Democrática del Congo, Félix Antoine Tshilombo Tshisekedi, acompañado por Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados.

Así ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede a través de un comunicado.

De acuerdo al mismo, a lo largo de "las cordiales conversaciones", se destacaron "las buenas relaciones bilaterales existentes", y "la satisfacción" por la ratificación del Acuerdo Marco entre la Santa Sede y la República Democrática del Congo sobre cuestiones de interés común, cuya entrada en vigor se ha producido hoy.

En este sentido, "no dejó de subrayarse la contribución de la Iglesia católica al proceso democrático y en favor del bien común y del desarrollo integral de la nación, especialmente en los ámbitos educativo y sanitario".

 

Situación del país

A lo largo de la reunión, también se habló de la situación actual del país, en particular sobre el sufrimiento de la población de las provincias orientales, "debido a la persistencia de los conflictos armados y a la propagación del virus del Ébola", indica la mencionada nota.

Finalmente, el texto expresa que se hizo patente la urgencia de la coordinación y cooperación, nacional e internacional, "para proteger la dignidad humana y promover la coexistencia civil, empezando por los numerosos refugiados y desplazados que se enfrentan a una grave emergencia humanitaria" en la nación.

Tras la audiencia con el Papa Francisco, el presidente Félix Tshisekedi se encontró con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, con quien se produjo el intercambio de los instrumentos de ratificación del consabido Acuerdo Marco.

 

 

 

17/01/2020-13:19
Larissa I. López

Santa Marta: El perdón, "medicina" para las "enfermedades del alma"

(ZENIT – 17 enero 2020).- Francisco destacó que lo esencial en la vida es cuidar “tu relación con Dios”, que las “enfermedades del alma” también han de ser curadas y la “medicina” para sanarlas “es el perdón”.

Hoy, 17 de enero de 2020, en la homilía de la Misa en la Casa Santa Marta, el Santo Padre reflexionó sobre el episodio evangélico de san Marcos en el que Jesús sana a un paralítico, informa Vatican News.

Jesús se encontraba en Cafarnaún y congregó a la multitud a su alrededor. A través de un agujero en el techo le presentaron a un hombre impedido en una camilla. Todos esperaban que Jesús lo sanase, pero este despachó a todos diciendo "Hijo, tus pecados te son perdonados" y, después, le ordena que se levante, tome la camilla y vuelva a casa.

 

Jesús va a lo esencial

Con respecto a este pasaje, de acuerdo a la misma fuente, Francisco indicó que con sus palabras Jesús nos permite ir a lo esencial. "Es un hombre de Dios", que sanó, pero no era un sanador, enseñaba, pero era más que un maestro y frente a la escena que se le presenta va a lo esencial, se dirige al paralítico y le dice: "Tus pecados están perdonados".

Para el Papa, la curación física es un regalo, pues la salud física es un regalo que debemos cuidar, pero el Señor nos enseña que también es importante proteger la salud del corazón, la salud espiritual.

Jesús también va a lo esencial ante la mujer pecadora de la que habla el Evangelio, a quien repite el mismo mensaje, "Tus pecados te son perdonados". En este sentido, el Pontífice comentó cómo los testigos se escandalizaban "cuando Jesús va a lo esencial" porque "allí está la profecía, la fuerza".

De la misma manera, Jesús le dice al hombre en la piscina que nunca llega a tiempo para bajar al aguas y ser sanado, "Vete, pero no peques más". Y, a la mujer samaritana que le planteó muchas preguntas e "hizo el papel de teóloga", "Jesús pregunta por su marido", siempre va "a lo esencial de la vida", describió el Obispo de Roma.

 

Lo esencial es "tu relación con Dios"

Y subrayó que "lo esencial es tu relación con Dios", algo que "olvidamos, muchas veces, como si tuviéramos miedo de ir allí donde está el encuentro con el Señor, con Dios".

A continuación, el Santo Padre volvió a hablar sobre la preocupación por la salud física, algo que siempre es bueno, "¿pero pensamos en la salud del corazón?". En esta línea, expuso que existe una frase que quizás nos ayude: "Hijo, tus pecados están perdonados".

"¿Estamos acostumbrados a pensar en esta medicina de perdonar nuestros pecados, nuestros errores? Nos preguntamos: `¿Tengo que pedirle perdón a Dios por algo?' Sí, sí, sí, en general, todos somos pecadores, y así se diluye y pierde fuerza, este poder de profecía que tiene Jesús cuando va a lo esencial. Y hoy Jesús nos dice a cada uno de nosotros: 'Quiero perdonar tus pecados"', apuntó.

 

Conciencia de los pecados

Francisco aludió también al hecho que quizás algunos no encuentren pecados en ellos mismos para confesar porque "hay una falta de conciencia de los pecados", de los "pecados concretos", de las citadas "enfermedades del alma" que han de ser curadas con la medicina del perdón.

Esto, concluyó, "es algo sencillo que Jesús nos enseña cuando va a lo esencial. Lo esencial es la salud, toda: del cuerpo y del alma. Guardamos bien la del cuerpo, pero también la del alma. Y vamos al Doctor que puede curarnos, que puede perdonar nuestros pecados. Jesús vino para esto, dio su vida por esto".

 

 

 

17/01/2020-12:08
Larissa I. López

El Papa indica que la hospitalidad forma parte del «testimonio común de la fe»

(ZENIT – 17 enero 2019).- El Papa indicó que la hospitalidad forma parte “del testimonio común de la fe en la vida cotidiana” y que la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que comienza mañana, “nos muestra esta virtud ecuménica y sobre todo nos la recomienda”.

En la mañana de hoy, 17 de enero de 2019, el Santo Padre recibió a una delegación de la Iglesia luterana de Finlandia con motivo de la peregrinación ecuménica anual a Roma para celebrar la fiesta de san Enrique.

 

Unidos por el Bautismo

En su discurso, Francisco señaló que “juntos estáis – y todos lo estamos – en camino en la comunión de fe, para animarnos y fortalecernos mutuamente, en el seguimiento de Cristo” y se refirió a la fiesta del Bautismo del Jesús, celebrada el pasado domingo, resaltando que “el cristiano es una persona que puede dar gracias por su Bautismo; y esta gratitud nos une en la comunidad de todos los bautizados”.

En este sentido, remitió al Informe del Grupo de Diálogo Católico-Luterano para Suecia y Finlandia, titulado “La justificación en la vida de la Iglesia, que expone que “los que ya están bautizados, junto con sus hermanos y hermanas, pueden desarrollar sus oportunidades para la santidad, que proviene de la justificación común en Cristo (…)”.

 

Profundizar en el “estar juntos”

Con respecto a la citada hospitalidad, el Pontífice subrayó que el que la practica “no se hace más pobre, sino más rico. Quien da, recibe a su vez”, pues la humanidad que se demuestra a los demás “nos hace misteriosamente partícipes de la bondad de Dios que se hizo hombre”.

Finalmente, el Obispo de Roma reiteró que “estamos juntos en camino” y que la gratitud de los cristianos por el Bautismo “une y ensancha nuestros corazones, los abre a nuestro prójimo, que no es un adversario sino nuestro querido hermano, nuestra querida hermana”, de manera que la comunidad de todos los bautizados ha de convertirse “cada vez más profundamente en un ‘estar juntos’”.

“El ecumenismo espiritual y el diálogo ecuménico sirvan para profundizar este ‘estar juntos’. Que este ‘estar juntos’ siga creciendo, desarrollándose y dando frutos en Finlandia”, concluyó el Papa Francisco.

A continuación sigue el discurso completo del Papa.

***

 

Discurso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas:

Os doy mi cordial bienvenida con las palabras de san Pablo: «Gracia a vosotros y paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo». (Rom 1:7). Agradezco al obispo Teemu sus palabras, una hermosa invitación a la comprensión mutua en medio de los tantas incomprensiones de hoy. Vuestra peregrinación ecuménica con motivo de la fiesta de San Enrique  os ha traído a Roma también este año. Juntos estáis – y todos lo estamos – en camino en la comunión de fe, para animarnos y fortalecernos mutuamente, en el seguimiento de Cristo.

El domingo pasado celebramos el Bautismo de Jesús, recordando nuestro propio bautismo. El cristiano es una persona que puede dar gracias por su bautismo; y esta gratitud nos une en la comunidad de todos los bautizados. El «bautismo para el perdón de los pecados», que confesamos en el Credo niceno-constantinopolitano, es también una clara llamada a la santidad.

El Informe del Grupo de Diálogo Católico-Luterano para Suecia y Finlandia, titulado  La justificación en la vida de la Iglesia, afirma con razón: «Los que ya están bautizados, junto con sus hermanos y hermanas, pueden desarrollar sus oportunidades para la santidad, que proviene de la justificación común en Cristo. Como miembros del único y mismo cuerpo místico de Cristo, los cristianos están unidos entre sí y deben soportar los unos las cargas de los otros. Ya que Cristo vino a redimir al mundo entero,  también la Iglesia y cada uno de los cristianos, tanto laicos como ordenados, tienen como misión dar testimonio de la Buena Nueva en su vida cotidiana» (nº 203).

La hospitalidad también forma parte del testimonio común de la fe en la vida cotidiana. La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que comienza mañana, nos muestra esta virtud ecuménica y sobre todo nos la recomienda. «Nos trataron con una solicitud poco común» (Hch 28,2), se lee en el libro de los Hechos de los Apóstoles refiriéndose a los habitantes de la isla de Malta, que acogieron al apóstol con hospitalidad junto a cientos de náufragos.

Como cristianos bautizados, creemos que Cristo quiere encontrarnos precisamente en aquellas personas que han naufragado en la vida, ya sea literalmente como en sentido figurado. El que brinda hospitalidad no se hace más pobre, sino más rico. Quien da, recibe a su vez. Efectivamente, la humanidad que mostramos a los demás nos hace misteriosamente partícipes de la bondad de Dios que se hizo hombre.

Queridos amigos finlandeses, como mensajeros de la humanidad, como destinatarios de la bondad de Dios encarnado, estamos juntos en camino en la comunidad de todos los bautizados. Los cristianos son aquellos que pueden dar gracias por su bautismo. Esta gratitud une y ensancha nuestros corazones, los abre a nuestro prójimo, que no es un adversario sino nuestro querido hermano, nuestra querida hermana. La comunidad de todos los bautizados no es un mero «estar los unos al lado de los otros «, y ciertamente no es un «estar los unos contra los otros», sino que quiere convertirse cada vez más profundamente en un «estar juntos».

El ecumenismo espiritual y el diálogo ecuménico sirvan para profundizar este «estar juntos». Que este «estar juntos» siga creciendo, desarrollándose y dando frutos en Finlandia. Para que esto suceda, le pido a Dios que os conceda en abundancia su gracia y su bendición. Por favor, rezad vosotros también por mí. ¡Gracias!

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

17/01/2020-14:35
Larissa I. López

Entra en vigor el Acuerdo de la Santa Sede con la República Democrática del Congo

(ZENIT — 17 enero 2020)-. Hoy, 17 de enero de 2020, de conformidad con su artículo 21, se ha producido la entrada en vigor del Acuerdo Marco entre la Santa Sede y la República Democrática del Congo sobre asuntos de interés común, ha anunciado la Oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado.

De este modo, en el Palacio Apostólico Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, y Félix Antoine Tshisekedi Tshilombo, presidente de la República Democrática del Congo, han intercambiado los instrumentos de ratificación del Acuerdo Marco entre las citadas Partes, firmado en el Vaticano el 20 de mayo de 2016.

Este intercambio se ha producido después del encuentro del presidente congoleño con el Papa Francisco.

En concreto, el documento, que tiene en cuenta la respectiva independencia y autonomía de la Iglesia y el Estado, establece el marco jurídico de las relaciones mutuas. En particular, se sanciona la libertad de la Iglesia en la actividad apostólica y en la regulación de las materias de su competencia.

Además, se regulan diversos ámbitos, como las instituciones educativas católicas, la enseñanza de la religión en las escuelas, las actividades caritativas y asistenciales de la Iglesia, la atención pastoral en las Fuerzas Armadas y en los centros penitenciarios y hospitalarios, los regímenes patrimonial y fiscal, y la obtención de visados de entrada y permisos de residencia para el personal religioso.

Del mismo modo, prevé acuerdos de aplicación entre la Conferencia Episcopal y el Estado sobre ciertos asuntos de interés común.

 

Participantes

En la ceremonia de hoy, estuvieron presentes, por parte de la Santa Sede: Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados; Mons. Ettore Balestrero, nuncio apostólico en la República Democrática del Congo; Mons. Marcel Utembi, presidente de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo (CENCO); Mons. Mislav Hodzié, consejero de nunciatura en la Secretaría de Estado; y D. Donatien Nshole, secretario General de la CENCO.

Por parte de la República Democrática del Congo: Marie Tumba Nzeza, ministra de Estado y de Asuntos Exteriores; Fortunat Biselele, consejero privado del jefe de Estado; Pacifique Kahasha, encargado de misión del Jefe de Estado; y Jean-Pierre Hamuli Mupenda, embajador ante la Santa Sede.

 

Relaciones entre Iglesia y Estado

Recientemente el 2 de julio de 2019, entró también en vigor el Acuerdo Marco entre la Santa Sede y la República Democrática del Congo sobre las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado, firmado en Brazzaville el 3 de febrero de 2017.

En este caso, el acuerdo garantiza a la Iglesia la posibilidad de llevar a cabo su misión en el Congo y, particularmente, reconoce la personalidad jurídica de la Iglesia y de sus instituciones.

 

 

 

17/01/2020-18:12
Redacción

Arzobispo de Erbil, Irak: "Somos una Iglesia mártir, una Iglesia que sufre"

(ZENIT — 17 enero 2020).- «Dios y la familia son aquí la prioridad en nuestra vida diaria», atestigua Mons. Bashar Warda, arzobispo católico caldeo de Erbil, Irak, en una entrevista con la Fundación Pontificia «Ayuda a la Iglesia Necesitada».

«Somos fieles a Su amor, en medio del peligro proveniente de los enemigos externos, pero también de los desafíos propios de los tiempos modernos, que amenazan con debilitar nuestra fe tradicional».

Los cristianos de Iraq están al borde de la desesperación y el miedo. Temen nuevos enfrentamientos en su territorio entre chiítas y suníes o entre Irán y Estados Unidos, como ocurrió la semana pasada. Como minoría discriminada, llevan décadas sufriendo más aún que el resto de la población, las guerras y conflictos que siguen destrozando el país.

La Iglesia en Iraq pide "la acción urgente de la comunidad internacional para utilizar su influencia y calmar las tensiones" y nos suplica oraciones "para que la paz y el diálogo sean el camino elegido por los distintos gobiernos", señala ACN.

Sigue la entrevista a Mons. Bashar Warda, arzobispo católico caldeo de Erbil, Irak.

***

 

ACN: Teniendo en cuenta la inestabilidad en la región ¿qué podría suceder a raíz de las tensiones actuales? ¿Teme usted otro éxodo de cristianos de Iraq?

Desde la llegada del ISIS ha habido tres cosas clave en la mente de los cristianos: la seguridad, el empleo y los derechos de los ciudadanos. Todavía no hay trabajo desde que pudieron regresar a sus hogares en mayo de 2017. El desempleo en la mayoría de los pueblos es de más del 70%. No hay inversión privada porque no hay confianza en la región por el continuo conflicto y la corrupción. En cuanto a los empleos que ofrece el Gobierno, tampoco suponen la seguridad de recibir un salario. Así, por ejemplo, si uno tiene un trabajo como funcionario, como en la enseñanza, solo recibe un salario si es un maestro con experiencia.

Los jóvenes graduados trabajan por nada y puede que reciban solo 850 dólares por un año de trabajo o más. Antes, aquí la gente solía casarse a una edad temprana, pero ahora no se casan porque no pueden permitírselo. Los padres quieren tener el derecho a mantener con dignidad a sus familias, a saber, quieren estar en condiciones de financiar alojamiento, comida, ropa y educación para sus hijos. ¿Pero cómo van a hacerlo cuando no hay programas que les ayuden a ganarse la vida? En septiembre pasado, el Cardenal Parolin apeló en su discurso ante la ONU a las ONG para que presten más ayuda.

 

ACN: El pueblo iraquí está sufriendo guerras instigadas desde fuera desde hace décadas. Considerando también cuánto ha sufrido por ello la comunidad cristiana, en este difícil momento, ¿qué se les puede decir a los fieles que han permanecido valientemente en Iraq tras la invasión del ISIS?

Que este ha sido su hogar ancestral desde hace miles de años. Que no sólo somos un pueblo de esperanza, sino también un pueblo de misión. Nuestra trágica historia es la de una Iglesia mártir. Somos una Iglesia que sufre, y honramos a los mártires y su sacrificio. Jesús nunca nos pidió ni quiso que atravesáramos solos estos tiempos difíciles. El cristianismo cree justo que Cristo puede lograr mucho a través de nosotros. El Espíritu Santo siempre está ahí para guiamos.

Nuestra persecución continúa haciendo de nosotros una Iglesia de paz y reconciliación, transformándonos en una Iglesia misionera apostólica. Cuando un pueblo no tiene nada que perder, en cierto sentido es muy liberador, desde esta posición se parte con claridad y renovado valor. En todo hay también siempre una bendición. Dios sale victorioso cuando del mal sale el bien.

 

ACN: ¿Cuál es el papel de la Iglesia de Oriente?

Claramente desempeña un papel misionero: dar testimonio día a día de las enseñanzas de Cristo, mostrar la verdad de Cristo y dar un ejemplo vivo a nuestros vecinos musulmanes de un camino hacia un mundo de perdón, de humildad, de amor y de paz. Nuestra esperanza es permanecer en nuestra antigua patria.

Dios y la familia son aquí la prioridad en nuestra vida diaria. Somos fieles a Su amor, en medio del peligro proveniente de los enemigos externos, pero también de los desafíos propios de los tiempos modernos, que amenazan con debilitar nuestra fe tradicional.

 

ACN: A los cristianos de Oriente Próximo los identifican a menudo con Occidente y con Estados Unidos. ¿Teme usted alguna represalia contra la comunidad cristiana local después del ataque de Estados Unidos?

La gente siempre busca una excusa cuando hace algo malo. Por lo tanto, como minoría sin derechos, somos un grupo fácil de culpar. Desde que el mal del ISIS se abalanzó sobre nosotros en 2014, ningún Gobierno internacional ha destinado ningún dólar/euro/penique directamente a los cristianos de Irak, con la notable excepción de Hungría y muy recientemente de USAID (United States Agency for International Development). En cambio, miles de millones de dólares/euros/peniques procedentes de Gobiernos internacionales han sido gastados en Iraq desde y antes del ISIS, y estamos contentos por ello, ya que el país necesita ser reconstruido.

 

ACN: ¿Cree usted que un viaje del Santo Padre a Iraq es todavía posible?

Sin duda alguna, sucederá. En cuanto a cuándo, lo dejo en manos de la oración, la voluntad del Espíritu Santo y al saber hacer de las personas a las que se ha confiado esta tarea. En Jesús confiamos.

 

 

 

17/01/2020-18:40
Rosa Die Alcolea

México: Ante la nueva caravana de migrantes, «responsabilidad y amor por nuestros hermanos»

(ZENIT — 17 enero 2020).- Ante la nueva caravana de migrantes que se acerca a México, Mons. Jaime Calderón Calderón, obispo de Tapachula, en Chiapas, recuerda que la postura de los católicos ante esta situación debe ser «la del buen samaritano que sufre las penas del camino en busca de mejores condiciones de vida para su familia».

En una carta escrita a los sacerdotes, religiosas, seminaristas, laicos, agentes de pastoral y todos los fieles, el obispo, con hecha del 17 de enero de 2020, el obispo exhorta a «mostrar con sencillez, claridad y determinación nuestro pensar con relación a los hermanos que vienen en la caravana».

Coordinados por la Comisión de Emergencia y por nuestros Vicarios Foráneos, señala, «preparémonos a asistir a los hermanos en su paso por nuestro territorio diocesano», y asegura: «El Señor nos ha permitido hacer siempre este trabajo con generosidad, disponibilidad, humildad, discreción, eficacia y alegría».

A continuación, reproducimos la carta completa:

***

 

Dios nuestro padre que nos ama y nos invita a caminar juntos en las alegrías y en las tristezas, en los tiempos de tranquilidad y en los de alta exigencia, acompañe nuestro camino eclesial y nuestra alta disposición en el ejercicio de la caridad para socorrer a quienes menos pueden.

Por las noticias y por la comunicación directa con algunos organismos eclesiales de Centroamérica, en especial de Honduras, hemos sabido de la caravana de hermanos migrantes que, habiendo salida de Honduras, tienen la intención de llegar a los Estados Unidos.

Las declaraciones del gobierno federal y el silencio del gobierno estatal nos muestran que la postura oficial es, como en otras ocasiones, ambigua y titubeante. No sabemos si los hermanos que vienen en la caravana podrán cruzar la frontera, llegar hasta Tapachula o, incluso, seguir más allá de nuestro Estado de Chiapas, atravesando nuestro territorio diocesano.

Teniendo en cuenta esta incertidumbre, pero conscientes de nuestro deber cristiano como bautizados, hijos de Dios -Padre de todos sin diferencias ni distinciones- sentimos el deber de mostrar con sencillez, claridad y determinación nuestro pensar con relación a los hermanos que vienen en la caravana.

Nuestra familia diocesana de Tapachula siempre se ha distinguido por ser una Iglesia particular fraternal y solidaria que, desde su pobreza, se ha esmerado en mostrar el rostro misericordioso de Dios, siendo hospitalaria con los hermanos migrantes. Nuestro rostro y nuestra postura es la del buen samaritano que socorre a quien ha caído golpeado por la violencia de la vida y sufre las penas del camino en el afán de buscar mejores condiciones de vida para sí y para sus familias. Siempre vamos a procurar que, de paso o en una estancia temporal o definitiva en nuestro territorio diocesano, los hermanos migrantes no acumulen más sufrimientos que las inclemencias que de por sí trae consigo un camino largo, tortuoso, accidentado, inseguro y violento.

Ojalá todos los que integramos esta familia diocesana de Tapachula, cada uno según sus posibilidades y responsabilidades, procuremos que a estos hermanos migrantes no les falte un pedazo de pan, no sean violentados ni asaltados en su paso por nuestra diócesis, no reciban muestras de rechazo ni desprecio y sientan, pese a las circunstancias tan adversas, que caminan entre hermanos y como hermanos, no como extraños, ni aventureros, ni delincuentes, ni exiliados, ni despreciados. Dios premiará el esfuerzo que cada uno haga por verlos, sentirlos y tratarlos como hermanos. Así como quisiéramos que trataran a nuestros paisanos irregulares en los Estados Unidos.

En caso de que nuestros hermanos de la caravana pasaran atravesando nuestro territorio diocesano ruego a los Vicarios foráneos, en coordinación con el P. César y la Comisión de Emergencia, implementar la estrategia que nos ayudó a atender a los hermanos de la gran caravana en octubre del 2018.

Las Foranías Sur y Ciudad nos encargaremos de cuidar y asistir a los hermanos desde la frontera hasta la Ciudad de Tapachula. Del tramo de Tapachula a Huixtla, donde suelen pasar la noche, se encargarán las Parroquias de Huehuetán, Huixtla, Tuzantán y Villa de Comaltitlán. Del tramo de Huixtla a Mapastepec, procuraremos asistirlos en su paso por Escuintla y encargaremos esta tarea a las Parroquias de Escuintla, El Triunfo, Acapetahua y Acacoyagua. Las caravanas anteriores han pasado la noche en Mapastepec, encomendamos asistirlos ahí a las Parroquias de Sesecapa, Mapastepec y Valdivia. De Mapastepec a Pififiapanencomendamos la tarea de asistirlos a las Parroquias de Margaritas, Pijijiapan y San Isidro. Finalmente, en el último tramo de nuestro territorio diocesano encomendamos la tarea de asistirlos a las Parroquias de Tres Picos Cabeza de Toro, Tonalá y Arriaga. Pedimos a los hermanos de la Foranía Sierra estar en comunicación con los encargados de los lugares de asistencia para hacer presencia donde más se necesite.

En caso de que los hermanos no fueran más allá de la Ciudad de Tapachula, les pedimos hacer llegar al Albergue Belén o a la Casa de la Vicaría de Pastoral todo lo que hayan recibido para la atención de los hermanos de la caravana.

Coordinados por la Comisión de Emergencia y por nuestros Vicarios Foráneos, preparémonos a asistir a los hermanos en su paso por nuestro territorio diocesano. El Señor nos ha permitido hacer siempre este trabajo con generosidad, disponibilidad, humildad, discreción, eficacia y alegría. Pidamos a Dios que nos ayude, una vez más, a hacer esta labor con un alto sentido de responsabilidad y de amor por nuestros hermanos.

 

 

 

17/01/2020-08:00
Isabel Orellana Vilches

Beata Regina Protmann, 18 de enero

«El encomiable hábito de leer vidas de santos, que tantas vocaciones ha dado a la Iglesia, tiene otro de sus frutos en esta fundadora de origen burgués que renunció a su alto estatus social y se puso al servicio de los indigentes»

Nació el año 1552 en el seno de una familia católica de la burguesía polaca de Braunsberg-Ermland (actualmente Braniewo). Hasta los 19 años disfrutó de su privilegiada situación pasando gran parte del tiempo entregada a placeres accesibles a ella dada su pertenencia a una elevada clase social. El lujo de la época, las fiestas y entretenimientos diversos ocupaban su quehacer. Ahora bien, esta forma de vida, que compartía con jóvenes de su posición como algo natural, no influía en el trato con sus padres, que era tierno y respetuoso, fruto de la excelente educación que había recibido tanto humana como espiritual.

La costumbre de leer vidas de santos en el hogar, que muchas familias han adoptado a lo largo de la historia, es una loable acción pedagógica, de sesgo claramente evangelizador, que ha ejercido en no pocas ocasiones un poderoso influjo en la decisión de los hijos, ya que los modelos de esos hombres y mujeres que han rubricado la historia con su renuncia y generosidad son seres reales que ponen de relieve la accesibilidad de una vocación que es invitación universal efectuada por el mismo Cristo. Peter Protmann reunía a sus hijos todas las noches y les daba a conocer el devenir de estos insignes heraldos de Dios, transmitiéndoles, a la par, tradiciones históricas ejemplares para su acontecer. Entre todas las biografías que fue conociendo, a Regina le impresionó la vida de santa Catalina de Alejandría, cuyo nombre llevaba el templo en el que fue bautizada. Aunque era una líder nata entre sus amistades, la influencia de este fructífero hábito de su padre había ido calando en su corazón, y acariciaba la idea de imitar a su santa preferida. No demoró mucho tiempo su decisión.

Tenía 19 años, una edad espléndida, cuando abandonó los fabulosos medios que habían puesto a su alcance, desestimó un posible matrimonio con un acomodado caballero, y se embarcó en la misión que iba a llevarla a los altares. Desde ese momento la morada en la que se recluyó junto a otras dos compañeras, que se hallaba en estado semi-ruinoso, le sirvió para dar un giro radical a su existencia. Se dedicó por entero a Dios a través de una vida austera, que tenía como pilares la oración, la pobreza y vivencia de la caridad. Llamada a atender fundamentalmente a los enfermos, necesitados, a la infancia sumida en la indigencia y el abandono, erigió la congregación de las Hermanas de Santa Catalina, aprobada en 1603 con el lema «Ora y trabaja». Obra novedosa, en una época que desconocía la vinculación efectiva y simultánea de una vida contemplativa y activa, se centraba en atender a los enfermos en sus domicilios y en los hospitales. Con este carisma Regina abrió una vía para otras fundaciones que seguirían sus pasos. Fue elegida abadesa de la Orden que pronto tuvo muchas vocaciones y se extendió por distintos países del centro y sur de Europa, así como en Brasil y en Togo. Ancianos, enfermos mentales y aquejados por la peste, entre otros, recibían cuidados de las religiosas. En 1586 Regina puso en marcha también otras casas dirigidas principalmente a ofrecer educación cristiana a las niñas.

La beata se abrazó a la cruz dando testimonio del modo en que se ha de cumplir la voluntad del Padre Celestial, como hizo su Divino Hijo. El lema de su vida fue: «como Dios quiera», íntima determinación que incluye numerosas y secretas renuncias cotidianas, que es como se labra la santidad. En ello confluyen todos los que han alcanzado la gloria de Bernini, con independencia de la época histórica en la que hayan vivido. Portaron la cruz elegantemente, superando, con la gracia de Cristo y por amor a Él, dudas, vacilaciones, temores y cualquiera de las deficiencias que advirtieron en sí mismos, amén de soportar con paciencia las que provenían del exterior, sin dejar de materializar la misión a la que fueron llamados. Regina no fue una excepción. Murió en Braunsberg el 18 de enero de 1613, después de haber sufrido mucho tras una larga enfermedad que fue especialmente dolorosa. Sus restos fueron trasladados a Grottaferrata, en las inmediaciones de la Ciudad Eterna. Fue beatificada por Juan Pablo II el 13 de junio de 1999.