Servicio diario - 10 de junio de 2019


 

Nuevo documento del Vaticano: La ideología de género "vacía el fundamento antropológico de la familia"
Rosa Die Alcolea

Corpus Christi: El Papa celebrará la Misa en el barrio romano de Casal Bertone
Rosa Die Alcolea

Iraq: Francisco anuncia que le gustaría viajar al país el próximo año
Rosa Die Alcolea

Los aeropuertos, "puertas" y "puentes" de encuentro con Dios
Larissa I. López

Papa Francisco a los bautizados: "Que nadie se quede encerrado en el propio yo"
Rosa Die Alcolea

"Varón y mujer los creó" — Documento sobre la cuestión de género en educación
Redacción

Iglesias Orientales: Francisco pide difundir el documento sobre Fraternidad de Abu Dabi
Larissa I. López

El Papa se reunirá con 103 Representantes Pontificios
Rosa Die Alcolea

"Evangelizar es amar" — El Santo Padre a los miembros de la Renovación Carismática
Redacción

Laudato Si': El Papa exhorta a un "cambio de dirección" en materia de ecología
Larissa I. López

Malasia: El nuevo embajador presenta sus credenciales al Santo Padre
Larissa I. López

"No perdáis vuestro sentido del humor" — Francisco a los jóvenes de "Nuevos Horizontes"
Larissa I. López

Santa María Rosa Molas y Vallvé, 11 de junio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

10/06/2019-15:09
Rosa Die Alcolea

Nuevo documento del Vaticano: La ideología de género "vacía el fundamento antropológico de la familia"

(ZENIT — 10 junio 2019).- La Congregación para la Educación Católica, ha hecho público el documento "Varón y mujer los creó", para una vía de diálogo sobre la cuestión del género en la educación, este lunes, 10 de junio de 2019.

La congregación vaticana publica el texto con la intención de ofrecer algunas reflexiones que puedan "orientar" y "apoyar" a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a "abordar metódicamente" las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, "a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada".

La visión antropológica cristiana ve en la sexualidad un "elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano". Por eso, —continúa el texto— es "parte integrante del desarrollo de la personalidad y de su proceso educativo".

 

Escuchar las necesidades del otro

"De esta manera —se precisa en el documento— se quiere promover una metodología articulada en las tres actitudes de escuchar, razonar y proponer, que favorezcan el encuentro con las necesidades de las personas y las comunidades".

Así, indica la Congregación: "Escuchar las necesidades del otro, así como la comprensión de las diferentes condiciones, lleva a compartir elementos racionales y a prepararse para una educación cristiana arraigada en la fe que 'todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre'.

En este contexto, citando Amoris Laetitia se evidencia que, la misión educativa enfrenta el desafío que surge de "diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender", que "niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer".

 

Diversidad biológica entre hombre y mujer

"Esta ideología —se indica en el texto— presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia". De este modo, —afirman— "lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo".

 

Ideología del gender

Al emprender el camino del diálogo sobre la cuestión del gender en la educación, "es necesario tener presente la diferencia entre la ideología del gender y las diferentes investigaciones sobre el gender llevadas a cabo por las ciencias humanas": Mientras que la ideología pretende, como señala el Papa Francisco, "responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles" pero busca "imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños" y, por lo tanto, "excluye el encuentro, no faltan las investigaciones sobre el gender que buscan de profundizar adecuadamente el modo en el cual se vive en diferentes culturas la diferencia sexual entre hombre y mujer", escriben en el documento "Varón y mujer los creó".

"Es en relación con estas investigaciones que es posible abrirse a escuchar, razonar y proponer", añaden.

 

A las comunidades educativas

Concretamente, el documento está dirigido a quienes se preocupan "de corazón" por la educación, en particular a las comunidades educativas de las escuelas católicas y a cuantos, animados por la visión cristiana de la vida, trabajan en otras escuelas, a los padres, alumnos, directivos y personal, así como a los Obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, movimientos eclesiales, asociaciones de fieles y otras organizaciones del sector.

 

 

 

10/06/2019-16:17
Rosa Die Alcolea

Corpus Christi: El Papa celebrará la Misa en el barrio romano de Casal Bertone

(ZENIT — 10 junio 2019).- El domingo 23 de junio de 2019, en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el Papa Francisco celebrará la Santa Misa en la iglesia de Santa Maria Consolatrice, en el barrio romano de Casal Bertone, a las 18 horas.

Tal y como ha anunciado Alessandro Gisotti, director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, este lunes, 10 de junio de 2019, al final de la celebración eucarística, la procesión con el Santísimo Sacramento recorrerá las calles del barrio y concluirá con la bendición eucarística impartida por el Santo Padre.

 

Cambio de jueves a domingo

El año pasado, el Santo Padre celebró la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo en Ostia, localidad romana, en las afueras de la capital, el 3 de junio de 2018.

El Papa Francisco decidió cambiar la celebración del Corpus Christi en la ciudad de Roma de jueves a domingo, para facilitar la participación de los fieles. Desde el 18 de junio de 2017, la procesión romana del Corpus Christi, que iniciaba desde la Basílica de San Juan de Letrán hasta la Basílica de Santa María Mayor, ya no se realiza más el jueves, sino el domingo.

 

 

 

10/06/2019-12:45
Rosa Die Alcolea

Iraq: Francisco anuncia que le gustaría viajar al país el próximo año

(ZENIT — 10 junio 2019).- El Papa Francisco ha expresado esta mañana, 10 de junio de 2019, su voluntad de viajar a Iraq el próximo año.

Así lo ha anunciado en la audiencia que ha celebrado en el Vaticano con los participantes en la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), a quienes ha solicitado su colaboración para difundir el documento sobre "Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia", firmado en Abu Dabi junto al gran imán de Al-Azhar.

En este contexto, el Pontífice ha dicho: "Un pensamiento insistente que me acompaña cuando pienso en Irak —a donde tengo la voluntad de ir el próximo año—, es que pueda mirar hacia adelante a través de la participación pacífica y compartida en la construcción del bien común de todos los componentes, también religiosos de la sociedad, y no recaiga en tensiones que surjan de los interminables conflictos de los poderes regionales".

Así, en el discurso que les ha dirigido, ha tocado las diversas situaciones en las que actúan desde Siria a Ucrania, sin olvidar Irak, Etiopía y Eritrea, o la realidad de los migrantes que llaman a las puertas de Europa.

 

Próximos viajes

Está previsto en la agenda del Santo Padre que lleve a cabo su 31° viaje internacional a Mozambique, Madagascar y Mauricio, del 4 al 10 de septiembre de 2019, confirmado por la Santa Sede el pasado 27 de marzo de 2019.

Del mismo modo, Francisco viajará a Japón en noviembre de 2019. Él mismo lo anunció a los periodistas en el vuelo de regreso de Panamá, el pasado mes de enero, este mismo año.

 

 

 

10/06/2019-16:25
Larissa I. López

Los aeropuertos, "puertas" y "puentes" de encuentro con Dios

(ZENIT – 10 junio 2019).-  El Papa Francisco ha exhortado a los trabajadores de Aviación Civil a ejercer su ministerio observando los rostros de las numerosas personas con las que se encuentran: “Con esta mirada, los aeropuertos se convierten en ‘puertas’ y ‘puentes’ de encuentro con Dios y con los hermanos, hijos del único Padre”.

El Santo Padre ha recibido en audiencia hoy, 10 de junio de 2019, a los participantes en el XVII Seminario Mundial "Los Capellanes católicos y los trabajadores de pastoral de la Aviación Civil al servicio del desarrollo humano integral", promovido por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que se celebra en Roma del 10 al 13 de junio.

 

Llevar la palabra de Dios

El Papa ha recordado a los presentes que en su lugar de trabajo, donde hay mucha prisa, tránsito de personas y anonimato, están “llamados a llevar la palabra y la presencia de Cristo, el Único que sabe lo que hay en el corazón de cada hombre, a llevar a todos, fieles y ‘gentiles’, el evangelio de la ternura, la esperanza y la paz”.

 

“El ahora de Dios”

Para Francisco, este personal aeroportuario simboliza “la gratuidad del amor de Dios en un entorno donde todos se encuentran por trabajo o viajando por los intereses más diversos” y proporciona  “la posibilidad de cruzarse con ‘el ahora de Dios’… Vuestro testimonio y el mensaje que dais, ‘aquí y ahora’, pueden dejar un signo que dure toda la vida, precisamente con la fuerza de la gratuidad”.

 

Oración y sacramentos

Igualmente, el Papa resaltó que en los aeródromos no se debe desperdiciar la oportunidad de poder relacionarse con Dios a través de la oración y los sacramentos, de manera que se pueda conseguir el “sueño pastoral” de formar una “comunidad de creyentes” en este ambiente tan específico.

 

Migrantes y refugiados

El Santo Padre también indicó a este grupo pastoral que forma parte de su labor asegurar que la dignidad humana y los derechos de los migrantes y refugiados que llegan a los aeropuertos son protegidos y garantizados, respetando las creencias de todos: “Las obras de caridad hacia ellos son un testimonio de la cercanía de Dios a todos sus hijos”, concluyó.

 

 

 

 

10/06/2019-16:45
Rosa Die Alcolea

Papa Francisco a los bautizados: "Que nadie se quede encerrado en el propio yo"

(ZENIT — 10 junio 2019).- El pasado domingo, 9 de junio de 2019, la Oficina de Prensa de la Santa difundió el Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial Misionera, que tendrá lugar el 20 de octubre de 2019.

"Bautizados y enviados: La Iglesia de Cristo en misión en el mundo" es el título del documento, que propone celebrar "un Pentecostés renovado", abriendo las puertas de la Iglesia "para que ninguna cultura permanezca cerrada en sí misma y ningún pueblo se quede aislado, sino que se abran a la comunión universal de la fe", escribe el Santo Padre.

"Que nadie se quede encerrado en el propio yo, en la autorreferencialidad de la propia pertenencia étnica y religiosa", exhorta el Papa a la Iglesia Universal. "La pascua de Jesús rompe los estrechos límites de mundos, religiones y culturas, llamándolos a crecer en el respeto por la dignidad del hombre y de la mujer, hacia una conversión cada vez más plena a la verdad del Señor resucitado que nos da a todos la vida verdadera".

Durante el mes de octubre de 2019 se vivirá un tiempo misionero extraordinario, convocado por Francisco para conmemorar el centenario de la promulgación de la Carta apostólica Maximum illud del Papa Benedicto XV (30 noviembre 1919).

Además, ese mismo mes, la Iglesia celebrará el Sínodo de los Obispos sobre la región Panamazónica, una "coincidencia providencial", según describe Francisco. "La misión confiada por Jesús, con el don de su espíritu, sigue siendo actual y necesaria también para los habitantes de esas tierras".

Publicamos a continuación el mensaje del Santo Padre Francisco para la 93a Jornada Misionera Mundial que se celebra el domingo, 20 de octubre de 2019.

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Mensaje del Santo Padre

 

Bautizados y enviados: La Iglesia de Cristo en misión en el mundo

 

Queridos hermanos y hermanas:

He pedido a toda la Iglesia que durante el mes de octubre de 2019 se viva un tiempo misionero extraordinario, para conmemorar el centenario de la promulgación de la Carta apostólica Maximum illud del Papa Benedicto XV (30 noviembre 1919). La visión profética de su propuesta apostólica me ha confirmado que hoy sigue siendo importante renovar el compromiso misionero de la Iglesia, impulsar evangélicamente su misión de anunciar y llevar al mundo la salvación de Jesucristo, muerto y resucitado.

El título del presente mensaje es igual al tema del Octubre misionero: Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo. La celebración de este mes nos ayudará en primer lugar a volver a encontrar el sentido misionero de nuestra adhesión de fe a Jesucristo, fe que hemos recibido gratuitamente como un don en el bautismo. Nuestra pertenencia filial a Dios no es un acto individual sino eclesial: la comunión con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es fuente de una vida nueva junto a tantos otros hermanos y hermanas. Y esta vida divina no es un producto para vender —nosotros no hacemos proselitismo— sino una riqueza para dar, para comunicar, para anunciar; este es el sentido de la misión. Gratuitamente hemos recibido este don y gratuitamente lo compartimos (cf. Mt 10,8), sin excluir a nadie. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, y a la experiencia de su misericordia, por medio de la Iglesia, sacramento universal de salvación (cf. 1 Tm 2,4; 3,15; Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, 48).

La Iglesia está en misión en el mundo: la fe en Jesucristo nos da la dimensión justa de todas las cosas haciéndonos ver el mundo con los ojos y el corazón de Dios; la esperanza nos abre a los horizontes eternos de la vida divina de la que participamos verdaderamente; la caridad, que pregustamos en los sacramentos y en el amor fraterno, nos conduce hasta los confines de la tierra (cf. Mi 5,3; Mt 28,19; Hch 1,8; Rm 10,18). Una Iglesia en salida hasta los últimos confines exige una conversión misionera constante y permanente. Cuántos santos, cuántas mujeres y hombres de fe nos dan testimonio, nos muestran que es posible y realizable esta apertura ilimitada, esta salida misericordiosa, como impulso urgente del amor y como fruto de su intrínseca lógica de don, de sacrificio y de gratuidad (cf. 2 Co 5,14-21). Porque ha de ser hombre de Dios quien a Dios tiene que predicar (cf. Carta apost. Maximum illud).

Es un mandato que nos toca de cerca: yo soy siempre una misión; tú eres siempre una misión; todo bautizado y bautizada es una misión. Quien ama se pone en movimiento, sale de sí mismo, es atraído y atrae, se da al otro y teje relaciones que generan vida. Para el amor de Dios nadie es inútil e insignificante. Cada uno de nosotros es una misión en el mundo porque es fruto del amor de Dios. Aun cuando mi padre y mi madre hubieran traicionado el amor con la mentira, el odio y la infidelidad, Dios nunca renuncia al don de la vida, sino que destina a todos sus hijos, desde siempre, a su vida divina y eterna (cf. Ef 1,3-6).

Esta vida se nos comunica en el bautismo, que nos da la fe en Jesucristo vencedor del pecado y de la muerte, nos regenera a imagen y semejanza de Dios y nos introduce en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. En este sentido, el bautismo es realmente necesario para la salvación porque nos garantiza que somos hijos e hijas en la casa del Padre, siempre y en todas partes, nunca huérfanos, extranjeros o esclavos. Lo que en el cristiano es realidad sacramental —cuyo cumplimiento es la eucaristía—, permanece como vocación y destino para todo hombre y mujer que espera la conversión y la salvación. De hecho, el bautismo es cumplimiento de la promesa del don divino que hace al ser humano hijo en el Hijo. Somos hijos de nuestros padres naturales, pero en el bautismo se nos da la paternidad originaria y la maternidad verdadera: no puede tener a Dios como padre quien no tiene a la Iglesia como madre (cf. San Cipriano, La unidad de la Iglesia católica, 4).

Así, nuestra misión radica en la paternidad de Dios y en la maternidad de la Iglesia, porque el envío manifestado por Jesús en el mandato pascual es inherente al bautismo: como el Padre me ha enviado así también os envío yo, llenos del Espíritu Santo para la reconciliación del mundo (cf. Jn 20,19-23; Mt 28,16-20). Este envío compete al cristiano, para que a nadie le falte el anuncio de su vocación a hijo adoptivo, la certeza de su dignidad personal y del valor intrínseco de toda vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. El secularismo creciente, cuando se hace rechazo positivo y cultural de la activa paternidad de Dios en nuestra historia, impide toda auténtica fraternidad universal, que se expresa en el respeto recíproco de la vida de cada uno. Sin el Dios de Jesucristo, toda diferencia se reduce a una amenaza infernal haciendo imposible cualquier acogida fraterna y la unidad fecunda del género humano.

El destino universal de la salvación ofrecida por Dios en Jesucristo condujo a Benedicto XV a exigir la superación de toda clausura nacionalista y etnocéntrica, de toda mezcla del anuncio del Evangelio con las potencias coloniales, con sus intereses económicos y militares. En su Carta apostólica Maximum illud, el Papa recordaba que la universalidad divina de la misión de la Iglesia exige la salida de una pertenencia exclusiva a la propia patria y a la propia etnia. La apertura de la cultura y de la comunidad a la novedad salvífica de Jesucristo requiere la superación de toda introversión étnica y eclesial impropia. También hoy la Iglesia sigue necesitando hombres y mujeres que, en virtud de su bautismo, respondan generosamente a la llamada a salir de su propia casa, su propia familia, su propia patria, su propia lengua, su propia Iglesia local. Ellos son enviados a las gentes en el mundo que aún no está transfigurado por los sacramentos de Jesucristo y de su santa Iglesia. Anunciando la Palabra de Dios, testimoniando el Evangelio y celebrando la vida del Espíritu llaman a la conversión, bautizan y ofrecen la salvación cristiana en el respeto de la libertad personal de cada uno, en diálogo con las culturas y las religiones de los pueblos donde son enviados. La missio ad gentes, siempre necesaria en la Iglesia, contribuye así de manera fundamental al proceso de conversión permanente de todos los cristianos. La fe en la pascua de Jesús, el envío eclesial bautismal, la salida geográfica y cultural de sí y del propio hogar, la necesidad de salvación del pecado y la liberación del mal personal y social exigen que la misión llegue hasta los últimos rincones de la tierra.

La coincidencia providencial con la celebración del Sínodo especial de los obispos para la región Panamazónica me lleva a destacar que la misión confiada por Jesús, con el don de su espíritu, sigue siendo actual y necesaria también para los habitantes de esas tierras. Un Pentecostés renovado abre las puertas de la Iglesia para que ninguna cultura permanezca cerrada en sí misma y ningún pueblo se quede aislado, sino que se abran a la comunión universal de la fe. Que nadie se quede encerrado en el propio yo, en la autorreferencialidad de la propia pertenencia étnica y religiosa. La pascua de Jesús rompe los estrechos límites de mundos, religiones y culturas, llamándolos a crecer en el respeto por la dignidad del hombre y de la mujer, hacia una conversión cada vez más plena a la verdad del Señor resucitado que nos da a todos la vida verdadera.

A este respecto, me vienen a la mente las palabras del papa Benedicto XVI al comienzo del encuentro de obispos latinoamericanos en Aparecida, Brasil, en el año 2007, palabras que deseo aquí recordar y hacer mías: «¿Qué ha significado la aceptación de la fe cristiana para los pueblos de América Latina y del Caribe? Para ellos ha significado conocer y acoger a Cristo, el Dios desconocido que sus antepasados, sin saberlo, buscaban en sus ricas tradiciones religiosas. Cristo era el Salvador que anhelaban silenciosamente. Ha significado también haber recibido, con las aguas del bautismo, la vida divina que los hizo hijos de Dios por adopción; haber recibido, además, el Espíritu Santo que ha venido a fecundar sus culturas, purificándolas y desarrollando los
numerosos gérmenes y semillas que el Verbo encarnado había puesto en ellas, orientándolas así por los caminos del Evangelio. [...] El Verbo de Dios, haciéndose carne en Jesucristo, se hizo también historia y cultura. La utopía de volver a dar vida a las religiones precolombinas, separándolas de Cristo y de la Iglesia universal, no sería un progreso, sino un retroceso. En realidad sería una involución hacia un momento histórico anclado en el pasado» (Discurso en la Sesión inaugural, 13 mayo 2007).

Confiemos a María, nuestra Madre, la misión de la Iglesia. La Virgen, unida a su Hijo desde la encarnación, se puso en movimiento, participó totalmente en la misión de Jesús, misión que a los pies de la cruz se convirtió también en su propia misión: colaborar como Madre de la Iglesia que en el Espíritu y en la fe engendra nuevos hijos e hijas de Dios.

Quisiera concluir con unas breves palabras sobre las Obras Misionales Pontificias, ya propuestas como instrumento misionero en la Maximum illud. Las OMP manifiestan su servicio a la universalidad eclesial en la forma de una red global que apoya al Papa en su compromiso misionero mediante la oración, alma de la misión, y la caridad de los cristianos dispersos por el mundo entero. Sus donativos ayudan al Papa en la evangelización de las Iglesias particulares (Obra de la Propagación de la Fe), en la formación del clero local (Obra de San Pedro Apóstol), en la educación de una conciencia misionera de los niños de todo el mundo (Obra de la Infancia Misionera) y en la formación misionera de la fe de los cristianos (Pontificia Unión Misional). Renovando mi apoyo a dichas obras, deseo que el Mes Misionero Extraordinario de Octubre 2019 contribuya a la renovación de su servicio a mi ministerio misionero.

A los misioneros, a las misioneras y a todos los que en virtud del propio bautismo participan de algún modo en la misión de la Iglesia, les envío de corazón mi bendición.

Vaticano, 9 de junio de 2019, Solemnidad de Pentecostés

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

10/06/2019-14:46
Redacción

"Varón y mujer los creó" — Documento sobre la cuestión de género en educación

(ZENIT — 10 junio 2019).- La Congregación para la Educación Católica ha publicado en la mañana de este lunes, 10 de junio de 2019, el documento "Varón y mujer los creó". Para una vía del diálogo sobre la cuestión del gender (género) en la educación".

Según dicha congregación, este documento presenta el objetivo de "ofrecer algunas reflexiones que puedan orientar y apoyar a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a abordar metódicamente las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada".

A continuación se expone el contenido del documento completo.

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INTRODUCCIÓN

  1. Se difunde cada vez más la conciencia de que estamos frente a una verdadera y propia emergencia educativa, en particular por lo que concierne a los temas de afectividad y sexualidad. En muchos casos han sido estructurados y propuestos caminos educativos que « transmiten una concepción de la persona y de la vida pretendidamente neutra, pero que en realidad reflejan una antropología contraria a la fe y a la justa razón ». La desorientación antropológica, que caracteriza ampliamente el clima cultural de nuestro tiempo, ha ciertamente contribuido a desestructurar la familia, con la tendencia a cancelar las diferencias entre el hombre y la mujer, consideradas como simples efectos de un condicionamiento histórico-cultural.
  2. En este contexto, la misión educativa enfrenta el desafío que « surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que “niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada por una opción individualista, que también cambia con el tiempo” ».
  3. Es evidente que la cuestión no puede ser aislada del horizonte más amplio de la educación al amor, la cual tiene que ofrecer, como lo señaló el Concilio Vaticano II, « una positiva y prudente educación sexual » dentro del derecho inalienable de todos de recibir « una educación, que responda al propio fin, al propio carácter; al diferente sexo, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y, al mismo tiempo, esté abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad y la paz. En este sentido, la Congregación para la Educación Católica ha ofrecido ulteriores profundizaciones en el documento: Orientaciones educativas sobre el amor Pautas de educación sexual.
  4. La visión antropológica cristiana ve en la sexualidad un elemento básico de la personalidad, un modo propio de ser, de manifestarse, de comunicarse con los demás, de sentir, de expresar y de vivir el amor humano. Por eso, es parte integrante del desarrollo de la personalidad y  de su proceso educativo. « Verdaderamente, en el sexo radican las notas características que constituyen a las personas como hombres y mujeres en el plano biológico, psicológico y espiritual, teniendo así mucha parte en su evolución individual y en su inserción en la sociedad ». En el pro- ceso de crecimiento « esta diversidad, aneja a la complementariedad de los dos sexos, responde cumplidamente al diseño de Dios en la vocación enderezada a cada uno». «La educación afectivo-sexual considera la totalidad de la persona y exige, por tanto, la integración de los elementos biológicos, psico-afectivos, sociales y espirituales ».
  5. La Congregación para la Educación Católica, dentro de sus competencias, tiene la intención de ofrecer algunas reflexiones que puedan orientar y apoyar a cuantos están comprometidos con la educación de las nuevas generaciones a abordar metódicamente las cuestiones más debatidas sobre la sexualidad humana, a la luz de la vocación al amor a la cual toda persona es llamada. De esta manera se quiere promover una metodología articulada en las tres actitudes de escuchar, razonar y proponer, que favorezcan el encuentro con las necesidades de las personas y las comunidades. De hecho, escuchar las necesidades del otro, así como la comprensión de las diferentes condiciones lleva a compartir elementos racionales y a prepararse para una educación cristiana arraigada en la fe que « todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre ».
  6. Al emprender el camino del diálogo sobre la cuestión del gender en la educación, es necesario tener presente la diferencia entre la ideología del gender y las diferentes investigaciones sobre el gender llevadas a cabo por las ciencias humanas. Mientras que la ideología pretende, como señala Papa Francisco, « responder a ciertas aspiraciones a veces comprensibles » pero busca « imponerse como un pensamiento único que determine incluso la educación de los niños » y, por lo tanto, excluye el encuentro, no faltan las investigaciones sobre el gender que buscan de profundizar adecuada- mente el modo en el cual se vive en diferentes culturas la diferencia sexual entre hombre y Es en relación con estas investigaciones que es posible abrirse a escuchar, razonar y proponer.
  7. Por lo tanto, la Congregación para la Educación Católica encomienda este texto – especialmente en los contextos implicados por este fenómeno – a quienes se preocupan de corazón por la educación, en particular a las comunidades educativas de las escuelas católicas y a cuantos, animados por la visión cristiana de la vida, trabajan en otras escuelas, a los padres, alumnos, directivos y personal, así como a los Obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, movimientos eclesiales, asociaciones de fieles y otras organizaciones del sector.

 

ESCUCHAR

 Breve historia

  1. La primera actitud de quien desea entrar en diálogo es escuchar. Se trata, antes que nada, de escuchar y comprender lo que ha sucedido en las últimas décadas. El advenimiento del siglo XX, con sus visiones antro- pológicas, trae consigo las primeras concepciones del gender, por un lado basadas en una lectura puramente sociológica de la diferenciación sexual y por el otro con un énfasis en las libertades individuales. De hecho, a mediados de siglo, nace una línea de estudios que insistía en acentuar el condicionamiento externo y sus influencias en las determinaciones per Aplicados a la sexualidad, estos estudios querían mostrar cómo la identidad sexual tenía más que ver con una construcción social que con una realidad natural o biológica.
  2. Estos enfoques convergen en negar la existencia de un don originario que nos precede y es constitutivo de nuestra identidad personal, formando la base necesaria de nuestras En las relaciones inter- personales, lo que importa sería solamente el afecto entre los individuos, independientemente de la diferencia sexual y la procreación, considera- das irrelevantes en la construcción de la familia. Se pasa de un modelo institucional de familia – que tiene una estructura y una finalidad que no dependen de las preferencias subjetivas individuales de los cónyuges – a una visión puramente contractualista y voluntarista.
  3. Con el tiempo, las teorías del gender han ampliado el campo de su aplicación. A principios de los años noventa del siglo pasado, se fueron concentrando en la posibilidad de los individuos de autodeterminar sus propias inclinaciones sexuales sin tener en cuenta la reciprocidad y la complementariedad de la relación hombre-mujer, así como la finalidad procreativa de la sexualidad. Además, incluso se llega a teorizar una separación radical entre género (gender) y sexo (sex), con la prioridad del primero sobre el Éste logro es visto como una etapa importante en el progreso de la humanidad, en la cual se « presenta una sociedad sin diferencias de sexo ».
  4. En este contexto cultural se comprende que sexo y género han dejado de ser sinónimos, es decir, conceptos intercambiables, ya que describen dos entidades El sexo define la pertenencia a una de las dos categorías biológicas que derivan de la díada originaria, femenina y masculina. El género, en cambio, es el modo en el cual se vive en cada cultura la diferencia entre los dos sexos. El problema no está en la distinción en sí, que podría ser interpretada rectamente, sino en una separación entre sexo y gender. De esta separación surge la distinción entre diferentes “orientaciones sexuales” que no están definidas por la diferencia sexual entre hombre y mujer, sino que pueden tomar otras formas, determinadas únicamente por el individuo radicalmente autónomo. Asimismo, el mismo concepto de gender va a depender de la actitud subjetiva de la persona, que puede elegir un género que no corresponde con su sexualidad biológica y, de consecuencia, con la forma en que lo consideran los demás (transgender).
  5. En una creciente contraposición entre naturaleza y cultura, las pro- puestas de género convergen en el queer, es decir, en una dimensión fluida, flexible, nómada al punto de defender la emancipación completa del individuo de cada definición sexual dada a priori, con la consiguiente des- aparición de las clasificaciones consideradas rígidas. Se deja así el espacio a diversos matices, variables por grado e intensidad en el contexto tanto de la orientación sexual como de la identificación del propio género.
  6. La dualidad de la pareja entra también en conflicto con los “poliamoríos” que incluyen a más de dos Por lo tanto, se observa que la duración del vínculo – y su naturaleza vinculante – se estructura como una variable de acuerdo con el deseo contingente de las personas, con consecuencias en el nivel de compartir responsabilidades y obligaciones inherentes a la maternidad y la paternidad. Toda esta gama de relaciones se convierte en “parentesco” (kinships), basada en el deseo o el afecto, a menudo caracterizada por un tiempo determinado, éticamente flexible o incluso consensuada sin planificación alguna. Lo que vale es la absoluta libertad de autodeterminación y la elección circunstancial de cada individuo en el contexto de cualquier relación emocional.
  7. De esta manera, se apela al reconocimiento público de la libertad de elección del género y la pluralidad de uniones en oposición al matrimonio entre hombre y mujer, considerado una herencia del patrimonio Por lo tanto, se quisiera que cada individuo pudiera elegir su propia condición y que la sociedad se limite a garantizar tal derecho, también mediante un apoyo material, de lo contrario, nacerían formas de discriminación social contra las minorías. La reivindicación de dichos derechos ha entrado en el debate político de hoy día, obteniendo aceptación en algunos documentos internacionales e integrándose en algunas legislaciones nacionales.

Puntos de encuentro

  1. En el contexto de las investigaciones sobre el gender, emergen, to- davía, algunos posibles puntos de encuentro para crecer en la mutua comprensión. De hecho, a menudo los proyectos educativos tienen la necesidad, compartida y apreciable, de luchar contra cualquier expresión de injusta discriminación. Persiguen una acción pedagógica, sobre todo con el reconocimiento de los retrasos y las Ciertamente no se puede negar que a lo largo de los siglos se han asomado formas de injusta subordinación, que tristemente han marcado la historia y han influido también al interior de la Iglesia. Esto ha dado lugar a rigidez y fijeza que demoraron la necesaria y progresiva inculturación del mensaje genuino con el que Jesús proclamó igual dignidad entre el hombre y la mujer, dando lugar a acusaciones de un cierto machismo más o menos disfrazado de motivaciones religiosas.
  2. Un punto de encuentro es la educación de niños y jóvenes a respetar a cada persona en su particular y diferente condición, de modo que nadie, debido a sus condiciones personales (discapacidad, origen, religión, tendencias afectivas, ) pueda convertirse en objeto de acoso, violencia, insultos y discriminación injusta. Se trata de una educación a la ciudadanía activa y responsable, en la que todas las expresiones legítimas de la persona se acogen con respeto.
  3. Otro punto de crecimiento en la comprensión antropológica son los valores de la feminidad que se han destacado en la reflexión del gender. En la mujer, por ejemplo, la « capacidad de acogida del otro » favorece una lectura más realista y madura de las situaciones contingentes, desarrollan- do « el sentido y el respeto por lo concreto, que se opone a abstracciones a menudo letales para la existencia de los individuos y la sociedad».  Se trata de una aportación que enriquece las relaciones humanas y los valores del espíritu «a partir de las relaciones cotidianas entre las personas». Por esta razón, la sociedad está en gran parte en deuda con las mujeres que están « comprometidas en los más diversos sectores de la actividad educativa, fuera de la familia: guarderías, escuelas, universidades, instituciones asistenciales, parroquias, asociaciones y movimientos ».
  4. La mujer es capaz de entender la realidad en modo único: sabiendo cómo resistir ante la adversidad, haciendo « la vida todavía posible incluso en situaciones extremas» y conservando « un tenaz sentido del futuro ».De hecho, no es una coincidencia que «donde se da la exigencia de un trabajo formativo se puede constatar la inmensa disponibilidad de las mujeres a dedicarse a las relaciones humanas, especialmente en favor de los más débiles e indefensos. En este cometido manifiestan una forma de maternidad afectiva, cultural y espiritual, de un valor verdaderamente inestimable, por la influencia que tiene en el desarrollo de la persona y en el futuro de la sociedad. ¿Cómo no recordar aquí el testimonio de tantas mujeres católicas y de tantas Congregaciones religiosas femeninas que, en los diversos continentes, han hecho de la educación, especialmente de los niños y de las niñas, su principal servicio?».

Crítica

  1. Sin embargo, hay algunos puntos críticos que se presentan en la vida real. Las teorías del gender indican – especialmente las más radicales – un proceso progresivo de desnaturalización o alejamiento de la naturaleza hacia una opción total para la decisión del sujeto emocional. Con esta actitud, la identidad sexual y la familia se convierten en dimensiones de la “liquidez” y la “fluidez” posmodernas: fundadas solo sobre una mal entendida libertad del sentir y del querer, más que en la verdad del ser; en el deseo momentáneo del impulso emocional y en la voluntad individual.
  2. Las presuposiciones de estas teorías son atribuibles a un dualismo antropológico: a la separación entre cuerpo reducido y materia inerte y voluntad que se vuelve absoluta, manipulando el cuerpo como le plazca. Este fisicismo y voluntarismo dan origen al relativismo, donde todo es equivalente e indiferenciado, sin orden y sin finalidad. Todas estas teorizaciones, desde las más moderadas hasta las más radicales, creen que el gender (género) termina siendo más importante que el sex (sexo). Esto determina, en primer lugar, una revolución cultural e ideológica en el horizonte relativista y, en segundo lugar, una revolución jurídica, porque estos casos promueven derechos individuales y sociales específicos.
  3. En realidad, sucede que la defensa de diferentes identidades a me- nudo sea perseguida afirmando que son perfectamente indiferentes entre sí y, por lo tanto, negándolas en su relevancia. Esto asume una particular importancia según en términos de diferencia sexual: a menudo, de hecho, el concepto genérico de “no discriminación” oculta una ideología que niega la diferencia y la reciprocidad natural del hombre y la « En vez de combatir las interpretaciones negativas de la diferencia sexual, que mortifican su valencia irreductible para la dignidad humana, se quiere cancelar, de hecho, esta d iferencia, proponiendo técnicas y prácticas que hacen que sea irrelevante para el desarrollo de la persona y de las relaciones humanas. Pero la utopía de lo “neutro” elimina, al mismo tiempo, tanto la dignidad humana de la constitución sexualmente diferente como la cualidad personal de la transmisión generativa de la vida ». Se vacía – de esta manera – la base antropológica de la familia.
  4. Esta ideología induce proyectos educativos y pautas legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente libres de la diferencia biológica entre el hombre y la La identidad hu- mana se entrega a una opción individualista, también cambiante con el tiempo, una expresión de la forma de pensar y actuar, muy difundida en la actualidad, que confunde « la genuina libertad con la idea de que cada uno juzga como le parece, como si más allá de los individuos no hubiera verdades, valores, principios que nos orienten, como si todo fuera igual y cualquier cosa debiera permitirse ».
  5. El Concilio Vaticano II, al cuestionarse sobre lo que la Iglesia piensa de la persona humana, afirma que «en la unidad de cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, es una síntesis del universo material, el cual alcanza por medio del hombre su más alta cima y alza la voz para la libre alabanza del Creador». Por esta dignidad, «no se equivoca el hombre al afirmar su superioridad sobre el universo material y al no considerarse ya como partícula de la naturaleza o como elemento anónimo de la ciudad humana ». Por lo tanto, «no ha de confundirse orden de la naturaleza con orden biológico ni identificar lo que esas expresiones designan. El orden biológico es orden de la naturaleza en la medida en que este es accesible a los métodos empíricos y descriptivos de las ciencias naturales; pero, en cuanto orden específico de la existencia, por estar relacionado manifiestamente con la Causa primera, con Dios Creador, el de la naturaleza ya no es un orden biológico ».

 

RAZONAR

Argumentos racionales

  1. Escuchar el perfil histórico, de los puntos de encuentro y las cuestiones críticas en la cuestión de gender lleva a consideraciones a la luz de la razón. De hecho, hay argumentos racionales que aclaran la centralidad del cuerpo como un elemento integral de la identidad personal y las relaciones familiares. El cuerpo es la subjetividad que comunica la identidad del En este sentido, se entienden los datos de las ciencias biológicas y médicas, según los cuales el “dimorfismo sexual” (es decir, la diferencia sexual entre hombres y mujeres) está probado por las ciencias, como por ejemplo, la genética, la endocrinología y la neurología. Desde un punto de vista genético, las células del hombre (que contienen los cromosomas XY) son diferentes a las de las mujeres (cuyo equivalente es XX) desde la concepción. Por lo demás, en el caso de la indeterminación sexual, es la medicina la que interviene para una terapia. En estas situaciones específicas, no son los padres ni mucho menos la sociedad quienes pueden hacer una elección arbitraria, sino que es la ciencia médica la que interviene con fines terapéuticos, operando de la manera menos invasiva sobre la base de parámetros objetivos para explicar la identidad constitutiva.
  2. El proceso de identificación se ve obstaculizado por la construcción ficticia de un “género” o “tercer género”. De esta manera, la sexualidad se oscurece como una calificación estructurante de la identidad masculina y femenina. El intento de superar la diferencia constitutiva del hombre y la mujer, como sucede en la intersexualidad o en el transgender, conduce a una ambigüedad masculina y femenina, que presupone de manera contradictoria aquella diferencia sexual que se pretende negar o superar. Al final, esta oscilación entre lo masculino y lo femenino se convierte en una exposición solamente “provocativa” contra los llamados “esquemas tradicionales” que no tienen en cuenta el sufrimiento de quienes viven en una condición Tal concepción busca aniquilar la naturaleza (todo lo que hemos recibido como fundamento previo de nuestro ser y de todas nuestras acciones en el mundo), mientras que lo reafirmamos implícitamente.
  3. El análisis filosófico muestra también cómo la diferencia sexual masculino/femenino sea constitutiva de la identidad humana. En las filosofías greco-latinas, la esencia se pone como un elemento trascendente que re- compone y armoniza la diferencia entre lo femenino y lo masculino en la singularidad de la persona humana. En la tradición hermenéutica-fenomenológica, tanto la distinción como la complementariedad sexual se interpretan en una clave simbólica y metafórica. La diferencia sexual constituye, en la relación, la identidad personal ya sea horizontal (diádica: hombre-mujer) o vertical (triádica: hombre-mujer-Dios), tanto en el contexto de la relación interpersonal entre hombre y mujer (yo/tu) que dentro de la relación familiar (tu/yo/nosotros).
  4. La formación de la identidad se basa precisamente en la alteridad: en la confrontación inmediata con el “tú” diferente de mí, reconozco la esencia de mi “yo”. La diferencia es la condición de la cognición en general y del conocimiento de la identidad. En la familia, la comparación con la madre y el padre facilita al niño la elaboración de su propia identidad/ diferencia sexual. Las teorías psicoanalíticas muestran el valor tripolar de la relación padre/hijo, afirmando que la identidad sexual emerge completamente solo en la comparación sinérgica de la diferenciación.
  5. La complementariedad fisiológica, basada en la diferencia sexual, asegura las condiciones necesarias para la procreación. En cambio, el recurso a las tecnologías reproductivas puede consentir la generación a una persona, pareja de una pareja del mismo sexo, con “fertilización in vitro” y maternidad subrogada: pero el uso de tecnología no es equivalente a la concepción natural, porque implica manipulación de embriones humanos, fragmentación de la paternidad, instrumentalización y/o mercantilización del cuerpo humano, así como reducción del ser humano a objeto de una tecnología científica.
  6. Por lo que concierne en particular al sector escolar, es propio en la naturaleza de la educación la capacidad de construir las bases para un diálogo pacífico y permitir un encuentro fructífero entre las personas y las ideas. Además, la perspectiva de una extensión de la razón a la dimensión trascendente parece no secundaria. El diálogo entre fe y razón « si no quiere reducirse a un estéril ejercicio intelectual, debe partir de la actual situación concreta del hombre, y desarrollar sobre ella una reflexión que recoja su verdad ontológico-metafísica ». En esta dimensión se coloca la misión evangelizadora de la Iglesia sobre el hombre y la

 

PROPONER

Antropologia cristiana

  1. La Iglesia, madre y maestra, no solo escucha, sino que, fortalecida por su misión original, se abre a la razón y se pone al servicio de la comunidad humana, ofreciendo sus Es evidente que sin una aclaración satisfactoria de la antropología sobre la cual se base el significado de la sexualidad y la afectividad, no es posible estructurar correctamente un camino educativo que sea coherente con la naturaleza del hombre como persona, con el fin de orientarlo hacia la plena actuación de su identidad sexual en el contexto de la vocación al don de sí mismo. Y el primer paso en esta aclaración antropológica consiste en reconocer que « también el hombre posee una naturaleza que él debe respetar y que no puede manipular a su antojo ». Este es el núcleo de esa ecología del hombre que se mueve desde el « reconocimiento de la dignidad peculiar del ser humano » y desde la necesaria relación de su vida « con la ley moral escrita en su propia naturaleza ».
  2. La antropología cristiana tiene sus raíces en la narración de los orígenes tal como aparece en el Libro del Génesis, donde está escrito que« Dios creó al hombre a su imagen […], varón y mujer los creó» (Gen 1, 27). En estas palabras, existe el núcleo no solo de la creación, sino también de la relación vivificante entre el hombre y la mujer, que los pone en una unión íntima con Dios. El sí mismo y el otro de sí mismo se completan de acuerdo con sus específicas identidades y se encuentran en aquello que constituye una dinámica de reciprocidad, sostenida y derivada del Creador.
  1. Las palabras bíblicas revelan el sapiente diseño del Creador que « ha asignado al hombre como tarea el cuerpo, su masculinidad y feminidad; y que en la masculinidad y feminidad le ha asignado, en cierto sentido, como tarea su humanidad, la dignidad de la persona, y también el signo transparente de la “comunión” interpersonal, en la que el hombre se realiza a sí mismo a través del auténtico don de sí ». Por lo tanto, la naturaleza humana, para superar cualquier fisicismo o naturalismo, debe entenderse a la luz de la unidad del alma y el cuerpo, « en la unidad de sus inclinaciones de orden espiritual y biológico, así como de todas las demás características específicas, necesarias para alcanzar su fin ».
  2. En esta « totalidad unificada » se integran la dimensión vertical de la comunión con Dios y la dimensión horizontal de la comunión interpersonal, a la que son llamados el hombre y la La identidad personal madura auténticamente en el momento en que está abierta a los demás, precisamente porque « en la configuración del propio modo de ser, feme- nino o masculino, no confluyen sólo factores biológicos o genéticos, sino múltiples elementos que tienen que ver con el temperamento, la historia familiar, la cultura, las experiencias vividas, la formación recibida, las in- fluencias de amigos, familiares y personas admiradas, y otras circunstancias concretas que exigen un esfuerzo de adaptación ». De hecho, « para la persona humana es esencial el hecho de que llega a ser ella misma sólo a partir del otro, el “yo” llega a ser él mismo sólo a partir del “tú” y del “vosotros”; está creado para el diálogo, para la comunión sincrónica y diacrónica. Y sólo el encuentro con el “tú” y con el “nosotros” abre el “yo” a sí mismo ».
  3. Es necesario reiterar la raíz metafísica de la diferencia sexual: de hecho, hombre y mujer son las dos formas en que se expresa y se realiza la realidad ontológica de la persona Esta es la respuesta antropológica a la negación de la dualidad masculina y femenina a partir de la cual se genera la familia. El rechazo de esta dualidad no solo borra la visión de la creación, sino que delinea una persona abstracta « que después elije para sí mismo, autónomamente, una u otra cosa como naturaleza suya. Se niega a hombres y mujeres su exigencia creacional de ser formas de la persona humana que se integran mutuamente. Ahora bien, si no existe la dualidad de hombre y mujer como dato de la creación, entonces tampoco existe la familia como realidad preestablecida por la creación. Pero, en este caso, también la prole ha perdido el puesto que hasta ahora le correspondía y la particular dignidad que le es propia ».
  4. En esta perspectiva, educar a la sexualidad y a la afectividad significa aprender « con perseverancia y coherencia lo que es el significado del cuerpo» en toda la verdad original de la masculinidad y la feminidad; significa « aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados […]. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente […], y enriquecerse recíprocamente ».Por lo tanto, a la luz de una ecología plenamente humana e integral, la mujer y el hombre reconocen el significado de la sexualidad y la genitalidad en aquella intrínseca intencionalidad relacional y comunicativa que atraviesa su corporeidad y los envía mutuamente el uno hacia el

La familia

  1. La familia es el lugar natural en donde esta relación de reciprocidad y comunión entre el hombre y la mujer encuentra su plena actuación. En ella, el hombre y la mujer unidos en la elección libre y consciente del pacto de amor conyugal, realizan « una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona: reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad». La familia es « una realidad antropológica, y, en consecuencia, una realidad social, de cultura » de lo contrario « calificarla con conceptos de naturaleza ideológica, que tienen fuerza sólo en un momento de la historia y después decaen » significa traicionar su La familia, como sociedad natural en la que se realizan plenamente la reciprocidad y la complementariedad entre el hombre y la mujer, precede al mismo orden sociopolítico del Estado, cuya libre actividad legislativa debe tenerlo en cuenta y darle el justo reconocimiento.
  2. Es racionalmente comprensible que en la naturaleza misma de la familia se fundan dos derechos fundamentales que siempre deben ser respaldados y El primero es el derecho de la familia a ser reconocida como el principal espacio pedagógico primario para la formación del niño. Este« derecho primario » después se traduce concretamente en la « obligación gravísima » de los padres de hacerse responsables de  la« educación íntegra personal y social de los hijos »,  también en lo que respecta a su educación sobre la identidad sexual y la afectividad, « en el marco de una educación para el amor, para la donación mutua ». Es un derecho-deber educativo que « se califica como esencial, relacionado como está con la transmisión de la vida humana; como original y primario, respecto al deber educativo de los demás, por la unicidad de la relación de amor que subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y que, por consiguiente, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros ».
  3. Otro derecho no secundario es el del niño « a crecer en una familia, con un padre y una madre capaces de crear un ambiente idóneo para su desarrollo y su madurez afectiva. Seguir madurando en relación, en confrontación, con lo que es la masculinidad y la feminidad de un padre y una madre, y así armando su madurez afectiva ». Y es dentro del mismo núcleo familiar que el niño puede ser educado para reconocer el valor y la belleza de la diferencia sexual, de la igualdad, de la reciprocidad biológica, funcional, psicológica y social. « Ante una cultura que “banaliza” en gran parte la sexualidad humana, […], el servicio educativo de los padres debe basarse sobre una cultura sexual que sea verdadera y plenamente personal. En efecto, la sexualidad es una riqueza de toda la persona – cuerpo, sentimiento y espíritu – y manifiesta su significado íntimo al llevar la persona hacia el don de sí misma en el amor ». Estos derechos se acompañan naturalmente a todos los demás derechos fundamentales de la persona, en particular a aquel de la libertad de pensamiento, conciencia y religión. En estos espacios se pueden hacer nacer experiencias fructíferas de colaboración entre todos los sujetos involucradas en la educación.

La escuela

  1. A la acción educativa de la familia se une la de la escuela, que interactúa de manera Fortalecida por su fundación evangélica, « la escuela católica se configura como escuela para la persona y de las personas. “La persona de cada uno, en sus necesidades materiales y espirituales, es el centro del magisterio de Jesús: por esto el fin de la escuela católica es la promoción de la persona humana”. Tal afirmación, poniendo en evidencia la relación del hombre con Cristo, recuerda que en su persona se encuentra la plenitud de la verdad sobre el hombre. Por esto, la escuela católica, empeñándose en promover al hombre integral, lo hace, obedeciendo a la solicitud de la Iglesia, consciente de que todos los valores humanos encuentran su plena realización y, también su unidad, en Cristo. Este conocimiento manifiesta que la persona ocupa el centro en el pro- yecto educativo de la escuela católica».
  2. La escuela católica debe convertirse en una comunidad educativa en la que la persona se exprese y crezca humanamente en un proceso de relación dialógica, interactuando de manera constructiva, ejercitando la tolerancia, comprendiendo los diferentes puntos de vista y creando con- fianza en un ambiente de auténtica armonía. Se establece así la verdadera «comunidad educativa, espacio agápico de las diferencias. La escuela-comunidad es lugar de intercambio, promueve la participación, dialoga con la familia, que es la primera comunidad a la que pertenecen los alumnos; todo ello respetando su cultura y poniéndose en actitud profunda de escuchar respecto a las necesidades que le salen al paso y a las expectativas de que es destinataria ». De esta manera, las niñas y los niños son acompañados por una comunidad que « los estimula a superar el individualismo y a descubrir, a la luz de la fe, que están llamados a vivir, de una manera responsable, una vocación específica en un contexto de solidaridad con los demás hombres. La trama misma de la humana existencia los invita, en cuanto cristianos, a comprometerse en el servicio de Dios en favor de los propios hermanos y a transformar el mundo para que venga a ser una digna morada de los hombres ».
  1. Asimismo los educadores cristianos que viven su vocación en las es- cuelas no católicas dan testimonio de la verdad sobre la persona humana y están al servicio de su promoción. De hecho, « la formación integral del hombre como finalidad de la educación, incluye el desarrollo de todas las facultades humanas del educando, su preparación para la vida profesional, la formación de su sentido ético y social, su apertura a la trascendencia y su educación religiosa ». El testimonio personal, unido con la profesionalidad, contribuye al logro de estos
  2. La educación a la afectividad necesita un lenguaje adecuado y En primer lugar, debe tener en cuenta que los niños y los jóvenes aún no han alcanzado la plena madurez y empiezan a descubrir la vida con interés. Por lo tanto, es necesario ayudar a los estudiantes a desarrollar «un sentido crítico ante una invasión de propuestas, ante la pornografía descontrolada y la sobrecarga de estímulos que pueden mutilar la sexualidad ». Ante un bombardeo de mensajes ambiguos y vagos – cuyo final es una desorientación emocional y el impedimento de la madurez psico-relacional – « ayudarles a reconocer y a buscar las influencias positivas, al mismo tiempo que toman distancia de todo lo que desfigura su capacidad de amar ».

La sociedad

  1. En el proceso educativo no puede faltar una visión unificada sobre la sociedad actual. La transformación de las relaciones interpersonales y sociales«ha ondeado con frecuencia la “bandera de la libertad”, pero en realidad ha traído devastación espiritual y material a innumerables seres humanos, especialmente a los más vulnerables. Es cada vez más evidente que la decadencia de la cultura del matrimonio está asociada a un aumento de pobreza y a una serie de numerosos otros problemas sociales que azotan de forma desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos. Y son siempre ellos quienes sufren más en esta crisis ».
  1. Por estas razones, no se puede dejar a la familia sola frente al desafío Por su parte, la Iglesia continúa ofreciendo apoyo a las familias y a los jóvenes en las comunidades abiertas y acogedoras. Las escuelas y las comunidades locales, en particular, están llamadas a llevar a cabo una gran misión, si bien no reemplacen a los padres, puesto que son complementarias de ellos. La importante urgencia del desafío educativo puede hoy constituir un fuerte estímulo para reconstruir la alianza educativa entre la familia, la escuela y la sociedad.
  2. Como ampliamente se reconoce, este pacto educativo ha entrado en crisis. Es urgente promover una alianza sustancial y no burocrática, que armonice, en el proyecto compartido de « una positiva y prudente educación sexual », la responsabilidad primordial de los padres con la tarea de los maestros. Se deben crear las condiciones para un encuentro constructivo entre los distintos sujetos a fin de establecer un clima de transparencia, interactuando y manteniéndose constantemente informa- dos sobre las actividades para facilitar la participación y evitar tensiones innecesarias que puedan surgir a causa de malentendidos debido a la falta de claridad, información y competencia.
  3. En el marco de esta alianza, las acciones educativas deben ser informadas del principio de subsidiariedad. « Porque cualquier otro colaborador en el proceso educativo debe actuar en nombre de los padres, con su con- sentimiento y, en cierto modo, incluso por encargo suyo ». Procediendo juntos, la familia, la escuela y la sociedad pueden articular caminos de educación a la afectividad y la sexualidad dirigidos a respetar el cuerpo de los demás y respetar los tiempos de su propia maduración sexual y emocional, teniendo en cuenta las especificidades fisiológicas y psicológicas, así como las fases de crecimiento y maduración neurocognitiva de niñas y niños para acompañarlos en su crecimiento de manera saludable y responsable.

La formación de los formadores

  1. Con gran responsabilidad, todos los formadores están llamados a la realización real del proyecto pedagógico. Su personalidad madura, su preparación y equilibrio psíquico influyen fuertemente sobre los educan- dos. Por lo tanto, es importante tener en cuenta su formación, además de los aspectos profesionales, también aquellos culturales y espirituales. La educación de la persona, especialmente en la era evolutiva, requiere un cuidado particular y una actualización constante. No se trata solamente de una simple repetición de argumentos disciplinarios. Se espera que los educadores sepan «acompañar a los alumnos hacia objetivos elevados y desafiantes, demostrar elevadas expectativas hacia ellos, participar y relacionar a los estudiantes entre de ellos y con el mundo ».
  2. La responsabilidad de los dirigentes, el personal docente y el personal escolástico es aquella de garantizar un servicio coherente con los principios cristianos que constituyen la identidad del proyecto educativo, así como interpretar los desafíos contemporáneos a través de un testimonio diario de comprensión, objetividad y prudencia. De hecho, es común- mente compartido que « el hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, […] o si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio ». La autoridad del educador, por lo tanto, se configura como la confluencia concreta « de una formación general, fundada en una concepción positiva y constructiva de la vida, y en el esfuerzo constante por realizarla. Una tal formación rebasa la necesaria preparación profesional y penetra los aspectos más íntimos de la personalidad, incluso el religioso y espiritual».
  3. La formación de formadores – cristianamente inspirada – tiene como objetivo tanto la persona del solo maestro como la construcción y consolidación de una comunidad educativa a través de un ventajoso intercambio educativo, emocional y personal. De esta manera se genera una relación activa entre los educadores donde el crecimiento personal integral enriquece aquella profesional, viviendo la enseñanza como un servicio de humanización. Por lo tanto, es necesario que los maestros católicos reciban una preparación adecuada sobre el contenido de los diferentes aspectos de la cuestión del gender y sean informados sobre las leyes vigentes y las propuestas que se están discutiendo en sus propios países con la ayuda de personas calificadas de manera equilibrada y en nombre del diálogo. Las instituciones universitarias y los centros de investigación están llamados a ofrecer su contribución específica para garantizar una capacitación adecuada y actualizada durante toda su
  4. Con referencia a la tarea específica de la educación a el amor humano– «teniendo en cuenta el progreso de la psicología, de la pedagogía y de la didáctica» – se requiere a los formadores « una preparación psico-pedagógica adaptada y seria, que le permita captar situaciones particulares que requieren una especial solicitud ». Por lo tanto, « se impone un conocimiento claro de la situación, porque el método utilizado no sólo condiciona grandemente el resultado de esta delicada educación, sino también la colaboración entre los diversos responsables».
  1. Hoy en día, muchas legislaciones reconocen la autonomía y la libertad de enseñanza. En este contexto, las escuelas tienen la oportunidad de colaborar con las instituciones católicas de educación superior para profundizar los diversos aspectos de la educación sexual a fin de obtener subvenciones, guías pedagógicas y manuales educativos establecidos en la « visión cristiana del hombre ». En este sentido, tanto los pedagogos como los docentes, así como los expertos en literatura infantil y juvenil pueden contribuir a ofrecer herramientas innovadoras y creativas para consolidar la educación integral de la persona desde la primera infancia frente a visiones parciales y distorsionadas. A la luz de un pacto educativo renovado, la cooperación entre todos los responsables – a nivel local, nacional e internacional – no puede agotarse únicamente mediante el intercambio de ideas y el intercambio exitoso de buenas prácticas, sino que se ofrece como un medio importante de formación permanente de los propios

 

CONCLUSIÓN

  1. En conclusión, el camino del diálogo – que escucha, razona y propone– parece ser el camino más efectivo para una transformación positiva de las inquietudes e incomprensiones en un recurso para el desarrollo de un entorno relacional más abierto y humano. Por el contrario, el enfoque ideológico a las delicadas cuestiones de género, al tiempo que declara respeto por la diversidad, corre el riesgo de considerar las diferencias mismas de forma estática, dejándolas aisladas e impermeables entre sí.
  1. La propuesta educativa cristiana enriquece el diálogo por la finalidad de « conseguir la realización del hombre a través del desarrollo de todo su ser, espíritu encarnado, y de los dones de naturaleza y gracia de que ha sido enriquecido por Dios ». Esto requiere un sentido y acogedor acerca- miento hacia el otro comprendiéndose como un antídoto natural contra “la cultura del descarte” y el De esta manera, se promueve « una dignidad originaria de todo hombre y mujer irreprimibile, indisponible a cualquier poder o ideología ».
  2. Más allá de cualquier reduccionismo ideológico o relativismo uniformador, las educadoras y educadores católicos – en su adecuación a la identidad recibida de su inspiración evangélica – están llamados a transformar positivamente los desafíos actuales en oportunidades, siguiendo los senderos de la escucha, de la razón y la propuesta cristiana, así como a dar testimonio, con las modalidades de la propia presencia, con coherencia entre las palabras y la vida. Los formadores tienen la fascinante misión educativa de « enseñar un camino en torno a las diversas expresiones del amor, al cuidado mutuo, a la ternura respetuosa, a la comunicación rica de sentido. Porque todo eso prepara un don de sí íntegro y generoso que se expresará, luego de un compromiso público, en la entrega de los cuerpos. La unión sexual en el matrimonio aparecerá así como signo de un compromiso totalizante, enriquecido por todo el camino previo ».
  3. Esta cultura de diálogo no contradice la legítima aspiración de las es- cuelas católicas de mantener su propia visión de la sexualidad humana en función de la libertad de las familias para poder basar la educación de sus hijos en una antropología integral, capaz de armonizar todas las dimensiones que constituyen su identidad física, psíquica y espiritual. Un Estado democrático no puede, de hecho, reducir la propuesta educativa a un solo pensamiento, especialmente en un asunto tan delicado que toca la visión fundamental de la naturaleza humana y el derecho natural de los padres a tener una opción de educación libre, siempre de acuerdo con la dignidad de la persona humana. Por lo tanto, cada institución escolar debe estar equipada con herramientas organizativas y programas didácticos que hagan que este derecho de los padres sea real y De esta manera, la propuesta pedagógica cristiana se concretiza en una respuesta sólida a las antropologías de la fragmentación y de lo provisional.
  4. Los centros educativos católicos que ofrecen programas de formación afectiva y sexual deben tener en cuenta las diferentes edades de los alumnos, así como dar ayuda en el pleno respeto a cada persona. Esto se puede lograr a través de un camino de acompañamiento discreto y confidencial, con el que también se acoge a quien se encuentran viviendo una situación compleja y dolorosa. La escuela debe, por lo tanto, proponerse como un ambiente de confianza, abierto y sereno, especialmente en aquellos casos que requieren tiempo y discernimiento. Es importante crear las condiciones para una escucha paciente y comprensiva, lejos de las discriminaciones
  5. Consciente de la solicitud educativa y del trabajo diario que realizan las personas empeñadas en la escuela y en los diversos contextos de la actividad pedagógica formal e informal, la Congregación para la Educa- ción Católica alienta a continuar con la misión formativa de las nuevas generaciones, especialmente de quien sufre la pobreza en sus diversas expresiones y necesita del amor de los educadores y las educadoras, de modo que « los jóvenes no solo sean amados, sino que también sepan que son amados» (San Juan Bosco). Este Dicasterio también expresa gratitud agradecida y, con las palabras de Papa Francisco, alienta a « los maestros cristianos, que trabajan tanto en escuelas católicas como públicas, […] a estimular en los alumnos la apertura al otro como rostro, como persona, como hermano y hermana por conocer y respetar, con su historia, con sus méritos y defectos, riquezas y límites. La apuesta es la de cooperar en la formación de chicos abiertos e interesados en la realidad que los rodea, capaces de tener atención y ternura ».

Ciudad del Vaticano, 2 de febrero de 2019, Fiesta de la Presentación del Señor.

GiusePPe Card. Versaldi
Prefecto

Arciv. Angelo Vincenzo zani
Secretario

 

 

 

10/06/2019-15:19
Larissa I. López

Iglesias Orientales: Francisco pide difundir el documento sobre Fraternidad de Abu Dabi

(ZENIT – 6 junio 2019).- El Papa Francisco ha pedido la a los representantes de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales que le ayuden a difundir el documento “Fraternidad humana para la paz mundial y la convivencia” firmado junto con el Gran Imam de Al-Azar en Abu Dabi.

Francisco ha recibido en audiencia hoy, 10 de junio de 2019, a los participantes en la 92 Asamblea Plenaria de ROACO, la Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales.

Durante su discurso el Santo Padre se ha referido a zonas en conflicto como Siria,Ucrania, Irak, Tierra Santa, Etiopía y Eritrea. Tampoco se ha olvidado de mencionar a los migrantes que desean entrar en Europa.

 

Siria

El Pontífice ha declarado que piensa en Siria, donde existen algunas áreas aún inestables y un riesgo alto de que la crisis humanitaria se agrande. En este país se encuentran "los que no tienen comida, los que no tienen atención médica, los que no tienen escuela, los huérfanos, los heridos y las viudas elevan sus voces. Si los corazones de los hombres son insensibles, no lo es el de Dios, herido por el odio y la violencia que se puede desatar entre sus criaturas, siempre capaz de conmoverse y de cuidarlos con la ternura y la fuerza de un padre que protege y guía.

El Papa ha añadido que a veces también tiene en el pensamiento “la ira de Dios que se desencadenará contra los responsables de los países que hablan de paz y venden armas para hacer estas guerras” y ha denunciado que “esta hipocresía es pecado”.

 

Voluntad de ir a Irak

El Obispo de Roma ha anunciado que le gustaría ir el año que viene a Irak y espera que en este país se pueda mirar al futuro "a través de la participación pacífica y compartida en la construcción del bien común de todos los componentes religiosos de la sociedad, y que no caiga en tensiones que surjan de los interminables conflictos de los poderes regionales".

 

Ucrania

Con respecto a Ucrania, el Papa ha señalado que no se olvida de ella "para que pueda encontrar paz su población, cuyas heridas causadas por el conflicto he tratado de aliviar con la iniciativa caritativa a la que han contribuido muchas realidades eclesiales".

 

Tierra Santa

Ante el anuncio de una segunda fase de estudio de la restauración del Santo Sepulcro, el Papa espera que este hecho "sea acompañado por los esfuerzos sinceros de todos los actores locales e internacionales para que se llegue pronto a una convivencia pacífica en el respeto de todos aquellos que viven en esa tierra, signo para todos de la bendición del Señor".

El Santo Padre ha subrayado que además de todos estos problemas vividos, que generan tristeza, los participantes de la asamblea también escucharán en estos días mensajes de "esperanza y consuelo" fruto de su trabajo de caridad que manifiesta "el rostros de la Iglesia" , en particular entre las generaciones más jóvenes.

 

Crecer en humanidad

El Papa Francisco ha animado a los responsables de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales a proseguir e incrementar su compromiso para que, en los países y en las situaciones en que actúan, los jóvenes "puedan crecer en humanidad, libres de colonización ideológica, con corazones y mentes abiertas, apreciar sus raíces nacionales y eclesiales y desear un futuro de Paz y prosperidad, que no deja a nadie atrás y nadie discrimina".

 

Etiopía y Eritrea

Francisco se ha referido a estos dos países, que han llegado a un acuerdo de paz recientemente, y ha comentado que los jóvenes de allí pueden estar sintiendo ya "la fuerte referencia a esa fraternidad sincera y respetuosa" incluida en el consabido documento firmado en Abu Dabi.

Así, les ha pedido a los presentes que propaguen "esa buena alianza para el futuro de la humanidad que contiene".

 

 

 

10/06/2019-12:57
Rosa Die Alcolea

El Papa se reunirá con 103 Representantes Pontificios

(ZENIT — 10 junio 2019).- El próximo jueves, 13 de junio de 2019, el Papa se encontrará en el Vaticano con 103 Representantes Pontificios, de los cuales 98 son Nuncios Apostólicos y 5 son Observadores Permanentes, a quienes Francisco dirigirá un discurso, ha anunciado el director interino de la Oficina de Prensa Vaticana esta mañana, lunes, 10 de junio.

El Pontífice ha convocado en el Vaticano a una reunión de los Representantes Pontificios, que se desarrollará del 12 al 15 de junio próximos. Así, el Santo Padre "desea consolidar la frecuencia trienal de tales encuentros después de aquellos realizados en el 2013 y el 2016", ha indicado Alessandro Gisotti.

El Santo Padre ha confiado la preparación y la coordinación del mismo a la Sección de la Secretaría de Estado para el Personal de Función diplomática de la Santa Sede.

En la Reunión participan 103 Representantes Pontificios, de los cuales 98 son Nuncios Apostólicos y 5 son Observadores Permanentes. También 46 Nuncios Apostólicos jubilados han sido invitados a la jornada conclusiva del 15 de junio.

 

Misa de apertura

El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, presidirá la Misa de apertura el miércoles, 12 de junio; y habrá también un momento de oración en la Capilla Sixtina.

La Reunión contará también con momentos espirituales particularmente significativos. Entre estos, la mañana del 15 de junio, el Santo Padre presidirá la Concelebración Eucarística en la Capilla de la Casa Santa Marta, donde reside el Pontífice.

El evento concluirá con un almuerzo del Santo Padre con todos los participantes el 15 de junio, en el mismo sitios, la Domus Sanctae Marthae.

 

Diálogo interreligioso

En el programa se prevén, además de dos encuentros con los Superiores de la Secretaría de Estado, algunas conferencias de actualización sobre asuntos de actualidad eclesial, de colaboración internacional y de diálogo interreligioso.

Algunas sesiones de trabajo se llevarán a cabo en grupos continentales. Se prevén además encuentros con los Jefes de Dicasterio de la Curia Romana y con los Embajadores acreditados ante la Santa Sede, residentes en Roma.

 

 

 

10/06/2019-17:47
Redacción

"Evangelizar es amar" — El Santo Padre a los miembros de la Renovación Carismática

(ZENIT – 5 mayo 2019).- “Evangelizar es amar”, dijo el Papa Francisco a los miembros de la Renovación Carismática. La organización del servicio internacional de dicho movimiento estrena nuevas siglas, CHARIS, y ha celebrado en Roma, el 6 y 7 de junio, su Conferencia Internacional.

Francisco se reunió con ellos en audiencia del 8 de junio de 2019, en la víspera de Pentecostés, y exhortó a la unidad de los movimientos carismáticos.

A continuación exponemos el discurso completo del Papa.

***

 

Discurso del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Me gusta cómo se saludan en algunos pueblos en este tiempo de Pascua. No dicen: “Buenos días” o “buenas tardes”, dicen: “Jesús ha resucitado”. Nos saludamos así, juntos: “Jesús…” [todos responden: “ha resucitado”].

Sí, ¡Jesús está vivo! Gracias por recordar cuánto me gusta este canto de entrada que habéis cantado.

En esta solemnidad de Pentecostés comienza una nueva etapa en el camino iniciado por la Renovación Carismática hace 52 años. Renovación Carismática que se ha desarrollado en la Iglesia por voluntad de Dios y que, parafraseando a san Pablo VI, “es una oportunidad para la Iglesia” (cf. Discurso a los participantes en el III Congreso internacional de la Renovación Carismática Católica, 19 mayo 1975, Pentecostés).

En nombre de la Iglesia, agradezco hoy a la ICCRS y a la Fraternidad Católica la misión realizada en estos casi 30 años. Vosotros habéis marcado el camino y habéis permitido, con vuestra fidelidad, que CHARIS sea hoy una realidad. ¡Gracias!

 Gracias también al equipo de cuatro personas a quienes encargué la concretización de este nuevo y único servicio; y al Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en la persona del Cardenal Farrell, que los ha acompañado.

Hoy termina una cosa y comienza otra: comienza una nueva etapa en este camino. Una etapa señalada por la comunión entre todos los miembros de la familia carismática, donde se manifiesta la presencia poderosa del Espíritu Santo para bien de toda la Iglesia. Esta Presencia hace que todos sean iguales, porque todos y cada uno ha nacido del mismo Espíritu; grandes y pequeños, con muchos años o recién nacidos, comprometidos a nivel universal o local, forman el todo, que es siempre superior a la parte.

 

Nuevo y único servicio de comunión

Vamos hacia la unidad: este es el camino del Espíritu.

Nuevo. Como os dije en el Circo Máximo, lo nuevo puede desestabilizar. Existe al comienzo una sensación de inseguridad ante los cambios que lo nuevo puede traer: a veces uno prefiere permanecer con lo suyo, y se separa de la unidad. Y esta es una tentación del diablo: cada vez que alguno siente: “No, lo mío es más que lo de aquel”, y “yo prefiero lo viejo a lo nuevo”, allí está el diablo, porque me separa de la unidad. Es humano tener un cierto temor a lo nuevo —esto sí, es verdad— pero no es el caso en las personas espirituales: «Yo hago nuevas todas las cosas», dice el Señor en el libro del Apocalipsis (21,5). Nuestro Dios es el Dios de las novedades. Las novedades de Dios son siempre de bendición, porque proceden de su corazón amoroso. Existe siempre la tentación de decir: “Estamos bien como estamos, lo estamos haciendo bien, ¿por qué cambiar? Dejémoslo como está; nosotros sabemos cómo se hace”. Este pensamiento no viene del Espíritu, al menos no del Espíritu Santo, tal vez del espíritu del mundo… No caigan en ese error. «Yo hago nuevas todas las cosas», dice el Señor.

Nuevo y Único. Un servicio para todas las realidades carismáticas que el Espíritu ha suscitado en el mundo. No un organismo que sirve a algunas realidades y otro organismo que sirve a otras realidades, y un tercero…y así. ¡No!, único.

Servicio. No gobierno. A veces lo que pasa es que en las asociaciones humanas, tanto laicas como religiosas, existe la tentación de ir siempre buscando el beneficio personal. Y la ambición de que nos vean, de mandar, del dinero… Siempre lo mismo. La corrupción entra así. ¡No!: servicio, siempre servicio. Servicio no quiere decir “embolsillar” —el diablo entra por el bolsillo—; servicio quiere decir dar: dar, darse.

Comunión. Todos con un mismo corazón vuelto al Padre para dar testimonio de la unidad en la diversidad. Diversidad de carismas que el Espíritu ha suscitado en estos 52 años. “Alargar las cuerdas de la tienda”, como dice Isaías 54 (cf. v. 2), para que quepan todos los miembros de una misma familia. Una familia donde hay un solo Dios Padre, un solo Señor Jesucristo y un solo Espíritu vivificante. Una familia en la que un miembro no es más importante que otro, ni por edad, ni por inteligencia, ni por sus capacidades, porque todos son hijos amados del mismo Padre. El ejemplo del cuerpo que nos da san Pablo es muy ilustrativo en este sentido (cf. 1 Co 12,12-26). El cuerpo tiene necesidad, un miembro necesita del otro. Todos juntos.

He visto que en el Servicio Internacional de Comunión hay una representante de los jóvenes. ¿Está aquí? ¡Felicidades! ¡Me alegro! Los jóvenes son el futuro de la Iglesia, es verdad, pero son el presente: son presente y futuro en la Iglesia. Me alegro de que les hayáis dado la visibilidad y la responsabilidad que les corresponde, de ver el presente con otros ojos y mirar al futuro con vosotros.

También he sabido que CHARIS tiene hoy los derechos de publicación de los Documentos de Malinas. El presidente me ha regalado la versión española, ¡gracias! Eso está bien. Haced que se conozcan. Os dije en varias oportunidades que son la “hoja de ruta”, la brújula de la corriente de gracia.

Me habéis pedido que os diga lo que el Papa y la Iglesia espera de este nuevo servicio, de CHARIS y de toda la Renovación Carismática. Bromeando, digo: ¿Qué espera el Papa de los “espiritistas”? [ríen] ¿Qué espera el Papa de vosotros?:

  • Que este movimiento comparta con todos en la Iglesia el Bautismo en el Espíritu Santo. Es la gracia que habéis recibido. ¡Compartidla! ¡No os la guardéis para vosotros!
  • Que sirva a la unidad del cuerpo de Cristo que es la Iglesia, comunidad de los creyentes en Jesucristo. Esto es muy importante, porque el Espíritu Santo es Aquel que realiza la unidad en la Iglesia, pero también es el que hace la diversidad. Es interesante la personalidad del Espíritu Santo: Él hace la diversidad más grande con los carismas, pero después hace que estos carismas, en armonía, acaben en unidad. Porque, como dice san Basilio, “el Espíritu Santo es la armonía”, da la armonía, en la Trinidad, y también entre nosotros.
  • Y que sirva a los pobres, a los más necesitados de todo, física y espiritualmente. Esto no quiere decir, como alguno puede pensar, que ahora la Renovación se ha hecho comunista. No, se ha hecho evangélica, esto está en el Evangelio.

Estos tres elementos: el Bautismo en el Espíritu Santo, la unidad del Cuerpo de Cristo y el servicio a los pobres son el testimonio necesario para la evangelización del mundo, a la que todos estamos llamados por nuestro bautismo. Evangelización que no es proselitismo sino, principalmente, testimonio. Testimonio de amor: “mirad cómo se aman”; eso es lo que llamaba la atención de los que encontraban a los primeros cristianos. “Mirad cómo se aman”. A veces, en tantas comunidades, se puede decir: “Mirad cómo se critican”, y esto no viene del Espíritu Santo. “Mirad cómo se aman”. Evangelizar es amar. Compartir el amor de Dios por todos. Se pueden crear organismos para evangelizar, se pueden hacer planes pensados y estudiados cuidadosamente, pero si no si no hay amor, si no hay comunidad, no sirven para nada. “Mirad cómo se aman”. Esta es la comunidad: en la segunda Carta de Juan hay una exhortación, una advertencia, en el versículo 9. Dice: “Estad atentos, porque los que van más allá de la comunidad no pertenecen al buen espíritu”. Tal vez alguno tenga esta tentación: “No, hagamos una organización así, así…; hagamos un edificio así, u otra cosa…” Lo primero el amor. Con la ideología, con la metodología solamente, es sobrepasarse, ir más allá de la comunidad, y Juan ha dicho: “Este es el espíritu del mundo, no es el Espíritu de Dios”. “Mirad cómo se aman”.

Renovación carismática, corriente de gracia del Espíritu Santo, ¡sed testigos de ese amor! Y, por favor, rezad por mí.

Ahora, yo quisiera anticipar en 25 minutos —después, si queréis, hacedlo vosotros— pero yo quisiera hacer con vosotros: anticipar en 25 minutos el acto de que hoy se hace en toda la Iglesia, un minuto de silencio por la paz. ¿Por qué? Porque hoy es la celebración, el quinto aniversario, del encuentro aquí en el Vaticano de los Presidentes del Estado de Palestina y del Estado de Israel. Rezamos juntos por la paz, y hoy a las 13 horas se guardará en todo el mundo un minuto de silencio. Lo hacemos ahora, antes de la Bendición, todos juntos, en pie.

Gracias, y que una comunidad de la Renovación guarde silencio es casi heroico. [ríen] Gracias.

Ahora os doy la Bendición.

¡Cristo ha resucitado!

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

 

10/06/2019-11:38
Larissa I. López

Laudato Si': El Papa exhorta a un "cambio de dirección" en materia de ecología

(ZENIT – 9 junio 2019).- “Lo que se necesita es precisamente una conversión, un ‘cambio de dirección’, es decir, una transformación de los corazones y las mentes. El compromiso de superar problemas como el hambre y la inseguridad alimentaria, el malestar social y económico persistente, la degradación del ecosistema y la ‘cultura del descarte’, requiere una visión ética renovada, que sepa cómo poner a las personas en el centro, con el objetivo de no dejar a nadie, al margen de la vida.”

Esta es la propuesta del Papa frente a dichos problemas, que se mantienen en la actualidad debido, en gran parte, al uso incorrecto de los recursos naturales y a la pervivencia de modelos de desarrollo no inclusivos y sostenibles.

Francisco recibió en audiencia el pasado sábado, 8 de junio de 2019, a la Fundación Centesimus Annus- Pro Pontífice con motivo de la Conferencia Internacional "La Doctrina Social de la Iglesia de las raíces a la era digital: como vivir la Laudato Si"", celebrada en el Vaticano del 6 al 8 de junio.

Durante su discurso, el Santo Padre indicó que desde la publicación de la Encíclica Laudato Si', en 2015, ha habido señales de una mayor sensibilización para cuidar "nuestra casa común", pero que, no obstante, todavía existen desafíos y problemas en cuestiones como la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

 

Encíclica social

Para el Pontífice, Laudato Si' es una encíclica que tiende al bien común, "social", no verde. Sin embargo, las actitudes individualistas, el consumismo y el derroche imperantes impiden "la promoción de la solidaridad económica, ambiental y social y la sostenibilidad dentro de una economía más humana que tenga en cuenta no solo la satisfacción de los deseos inmediatos, sino también el bienestar de las generaciones futuras", explicó Francisco.

 

"Modelo de desarrollo global"

En definitiva, el Papa señaló que nos enfrentamos al cambio al “modelo de desarrollo global” propuesto en Laudato Si’, abriendo un diálogo nuevo sobre el futuro de nuestro planeta.

“¡Ojalá vuestras discusiones y vuestros compromisos aporten el fruto de contribuir a una transformación profunda en todos los niveles de nuestras sociedades contemporáneas: individuos, empresas, instituciones y políticas! Si bien esta tarea puede intimidarnos, os aliento a no perder la esperanza, porque esta esperanza se basa en el amor misericordioso del Padre celestial”, deseó.

A continuación exponemos el discurso completo del Papa Francisco.

***

 

Discurso del Santo Padre

Queridos amigos:

Me complace dar la bienvenida a todos los que participan en la Conferencia Internacional 2019 de la Fundación Centesimus Annus pro Pontifice. Doy las gracias  los organizadores y a quienes participaron en las discusiones dedicadas  a la promoción de una ecología integral.

Este año vuestra conferencia ha elegido reflexionar sobre la Carta Encíclica Laudato si ‘y sobre el llamado a una conversión de las mentes y de los corazones, para que el desarrollo de una ecología integral se convierta cada vez más en una prioridad a nivel internacional, nacional e individual.

En los cuatro años transcurridos desde la publicación de la Encíclica, ha habido signos de un aumento de la sensibilización de la necesidad de cuidar nuestra casa común. Pienso en la adopción por muchas naciones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unida, en la creciente inversión en recursos energéticos renovables y sostenibles, en los nuevos métodos de eficiencia energética y en una mayor sensibilidad, especialmente entre los jóvenes de los temas ecológicos.

Al mismo tiempo, todavía queda una serie de desafíos y problemas, por ejemplo, el progreso en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible ha sido, en varios casos, lento o incluso inexistente, o desgraciadamente hacia atrás. El uso indebido de los recursos naturales y los modelos de desarrollo no inclusivo y sostenible continúan teniendo efectos negativos sobre la pobreza, el crecimiento y la justicia social (véase Laudato si 43. 48). Laudato Si’ no es una encíclica “verde”: es una encíclica social. No lo olvidéis. Además, el bien común se pone en riesgo por actitudes de excesivo individualismo, consumismo y derroche. Todo esto dificulta la promoción de la solidaridad económica, ambiental y social y la sostenibilidad dentro de una economía más humana que tenga en cuenta no solo la satisfacción de los deseos inmediatos, sino también el bienestar de las generaciones futuras. Ante la enormidad de tales desafíos, podríamos desanimarnos fácilmente, dejando espacio a la incertidumbre y la ansiedad. Sin embargo, “los seres humanos, capaces de degradarse hasta el extremo, también pueden sobreponerse, volver a optar por el bien y regenerarse, más allá de todos los condicionamientos mentales y sociales que les impongan. ” (ibíd., 205).

Por esta razón, la palabra “conversión” asume una importancia particular en nuestra situación actual. Las respuestas apropiadas a los problemas actuales no pueden ser superficiales. De hecho, lo que se necesita es precisamente una conversión, un “cambio de dirección”, es decir, una transformación de los corazones y las mentes. El compromiso de superar problemas como el hambre y la inseguridad alimentaria, el malestar social y económico persistente, la degradación del ecosistema y la “cultura del descarte”, requiere una visión ética renovada, que sepa cómo poner a las personas en el centro, con el objetivo de no dejar a nadie, al margen de la vida. Una visión que une en lugar de dividir, que incluye en lugar de excluir. Es una visión transformada teniendo en mente el objetivo final y la meta de nuestro trabajo, de nuestros esfuerzos, de nuestra vida y de nuestro pasaje en esta tierra (ver ibíd., 160).

El desarrollo de una ecología integral es, pues, tanto una llamada como un deber. Es una llamada a redescubrir nuestra identidad como hijos e hijas de nuestro Padre celestial, creados a imagen de Dios y encargados de ser administradores de la tierra (ver Gen 1: 27.28; 2.15), recreados a través de la muerte salvadora y la resurrección de Jesucristo (ver 2 Corintios 5:17), santificados por el don del Espíritu Santo (ver 2 Tes. 2:13). Esta identidad es un don de Dios para cada persona e incluso para la creación misma, hecha nueva por la gracia vivificadora de la muerte y resurrección del Señor. En este sentido, la llamada a para nosotros de ser solidarios como hermanos y hermanas y  a la responsabilidad compartida por la casa común se vuelve cada vez más urgente.

La tarea a la que nos enfrentamos es “cambiar el modelo de desarrollo global” (ibíd., 194), abriendo un diálogo nuevo sobre el futuro de nuestro planeta (ibíd., 14). ¡Ojalá vuestras discusiones y vuestros compromisos  aporten el fruto de contribuir a una transformación profunda en todos los niveles de nuestras sociedades contemporáneas: individuos, empresas, instituciones y políticas! Si bien esta tarea puede intimidarnos, os aliento a no perder la esperanza, porque esta esperanza se basa en el amor misericordioso del Padre celestial. Él, “que nos convoca a la entrega generosa y a darlo todo, nos ofrece las fuerzas y la luz que necesitamos para salir adelante. En el corazón de este mundo sigue presente el Señor de la vida que nos ama tanto. Él no nos abandona, no nos deja solos, porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos. “(Ibíd., 245).

Queridos amigos, con estos sentimientos, os confío a todos, junto con vuestras familias, a la intercesión amorosa de María, Madre de la Iglesia, y os imparto cordialmente mi bendición apostólica como prenda de alegría y paz en Cristo resucitado, salvador nuestro. Y os pido, por favor, que recéis por mí.

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

 

10/06/2019-16:53
Larissa I. López

Malasia: El nuevo embajador presenta sus credenciales al Santo Padre

(ZENIT — 10 junio 2019).- Esta mañana, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a Westmoreland Anak Edward Palon, Embajador de Malasia ante la Santa Sede, con motivo de la presentación de sus cartas credenciales.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha informado sobre este encuentro a través de su boletín, publicado hoy, 10 de junio de 2019.

 

Biografía

Westmoreland Anak Edward Palon nació en Sarawak, el 12 de julio de 1969. Está casado, tiene 5 hijos y sabe hablar inglés.

Licenciado en Arquitectura por la Universidad de Humberside (Reino Unido), posteriormente obtuvo un Diploma de Postgrado en Administración Pública (Instituto Nacional de Administración Pública) en Kuala Lumpur, Malasia. También participó en un curso avanzado en Cooperación en la Seguridad en el Centro de Estudios de Seguridad de Asia Pacífico, en Honolulu, Hawaii.

Ha ocupado los siguientes cargos: Subsecretario del Ministerio de Asuntos Exteriores, División Europea (1996-1999); Subsecretario en la División de Información Externa del Ministerio de Relaciones Exteriores (1999-2000); Segundo Secretario de la Alta Comisión en Singapur (2000-2004); Primer Secretario en la Misión Permanente ante las Naciones Unidas en Nueva York (2004-2007); Secretario Adjunto de la División de las Américas, en el Ministerio de Relaciones Exteriores (2007-2010); Consejero de la Embajada en Chile (2010-2013); Director de la Secretaría Nacional de Asean-Malasia en el Ministerio de Relaciones Exteriores (2013-2015); Cónsul General en Victoria, Australia (2015-2019).

 

 

 

10/06/2019-09:44
Larissa I. López

"No perdáis vuestro sentido del humor" —Francisco a los jóvenes de "Nuevos Horizontes"

(ZENIT — 10 junio 2019).- "Y no perdáis vuestro sentido del humor", exhortó el Papa a los jóvenes ayer, 9 de junio de 2019, en un video mensaje difundido con motivo del XXV aniversario de la Comunidad Internacional "Nuevos horizontes".

Ante este XXV aniversario, el Santo Padre les ha pedido recordar "el bien que Dios ha hecho en la institución y también lo que Dios ha hecho en nuestras vidas".

Por otro lado, el Pontífice ha insistido en que no debemos perder la memoria porque es donde se encuentra a Dios: "el Dios que te acompañó, que te hizo crecer, que te tomó, como dice el Deuteronomio, en soledad ... te sacó de una soledad llena de 'aullidos solitarios' (Dt 32,10) , con perros ... — y esto es hermoso -, y te ha llevado hasta ahora".

Asimismo, Francisco ha resaltado la importancia de mirar al futuro "porque la vida no termina aquí" y resaltó que ninguno ha nacido para ser "solterón" o "solterona" en el ámbito espiritual. "Tal vez muchos de vosotros no se casarán, pero tendrán que ser fecundos y dar esta alegría vuestra como fruto a los demás. Memoria y esperanza de fecundidad", afirmó.

Por último, el Papa les envía su bendición y les pidió que rezaran por él.

 

"Nuevos horizontes"

La Comunidad Nuovi Orizzonti, "Nuevos Horizontes" en español, fue fundada por Chiara Amirante. Se trata de una organización que propone un modelo de vida en comunidad y proporciona formación cristiana.

Su misión se desarrolla en diversas áreas de servicios y se concreta en la creación de centros, comunidades de acogida y numerosas iniciativas sociales.

En la actualidad cuenta con 228 Centros de acogida, formación y orientación y 5 "Ciudades Cielo en el mundo", pequeños pueblos donde se recibe a personas que experimentan la soledad, la exclusión o la desesperación, de manera que puedan sentirse acompañados, sostenidos y amados.

 

 

 

10/06/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

Santa María Rosa Molas y Vallvé, 11 de junio

«Maestra de humanidad la denominó Pablo VI. Juan Pablo II glosó su figura recordando que fue consoladora de los pobres, dadora de paz. Valiente y generosa fue también esta fundadora de las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación».

Pablo VI sintetizó lo que dio de sí la vida de esta santa mujer para tantos desvalidos, reconociendo en ella la sabiduría divina que latía en su excelsa acción caritativa. Fue, según sus palabras, «maestra de humanidad, que vivió el desafío humanizante de la civilización del amor». A su vez, Juan Pablo II concretó su labor diciendo que: «consolaba sosteniendo la esperanza de los pobres, defendiendo su vida y sus derechos, curando heridas del cuerpo y del alma; consolaba luchando por la justicia, construyendo la paz, promoviendo a la mujer; consolaba con humildad, con mansedumbre, con bondad y misericordia; consolaba con la libertad de los hijos de Dios que nada temen».

Nació en Reus, Tarragona, España, el 24 de marzo de 1815 en la transición del Jueves al Viernes Santo, un hecho destacado por su biógrafo que vio en ello un signo anticipatorio de lo que sería su devenir. Sus padres eran catalanes, aunque el cabeza de familia tenía ascendencia andaluza; se ganaban la vida como artesanos. A su lado forjó su carácter enérgico, tenaz, sensible, intuitivo y generoso; no le pasaba desapercibido el sufrimiento de quienes le rodeaban. La primera comunión marcó el inicio de una vida espiritual que iría madurando progresivamente al punto de exclamar: « Quien llega a probar cuán dulce es Dios no puede dejar de caminar en su presencia».

A los 16 años decidió ser religiosa. Su padre, creyente comprometido, no supo ver el alcance de su petición y le negó el permiso. La santa esperó una década. Transcurrido ese tiempo dio el paso definitivo, aunque tuvo que dejar su hogar a escondidas. Llegó al hospital de Reus dirigido por la «Corporación de Caridad» y se integró en ella. Y caridad ofreció a raudales, dando inequívoco testimonio de fe, poniéndose de parte de los débiles. Esta mujer valerosa, casi emulando a la heroína Agustina de Aragón, cuando en junio de 1844 cayeron las bombas sobre Reus no dudó en atravesar la línea de fuego junto a otras hermanas y presentarse ante el general Zurbano pidiéndole clemencia para la población, demanda que le fue concedida. Cinco años más tarde el ayuntamiento de Tortosa pensó en la idoneidad de las religiosas para gestionar la Casa de Misericordia que atravesaba un momento delicado. La atendieron cuatro, encabezadas por María Teresa. Ésta nuevamente brilló por su admirable labor y celo hacia los desvalidos, almas fragmentadas sin cobijo y con numerosas carencias.

Antes de hallarse en posesión de la titulación de magisterio, que obtuvo en 1852, dirigió una escuela pública de niñas. Siguiendo la indicación de sus superiores, cursó estudios en secreto. Cuando el hecho se hizo público, recayeron sobre ella las sanciones pertinentes que culminaron con su separación del centro escolar. Paciente y generosa, no se quejó, no albergó resentimiento alguno, ni quedó afectada por las numerosas críticas y ataques que recibió. Puso su experiencia al servicio de los demás dando lugar a la apertura de un lazareto. En 1852, siendo ya profesional acreditada, dirigió el hospital de la Santa Cruz. Caridad y justicia fueron parejas en su vida. Se negó a jurar ante la máxima autoridad local presupuestos atentatorios contra la Iglesia. Con bravura defendió a las madres lactantes y a los discriminados en sus trabajos. No se arredró cuando tuvo que enfrentarse a un médico que pretendía utilizar monstruosamente la ciencia para experimentos quirúrgicos con niños abandonados por sus padres; se expresó con tanta contundencia que logró impedir este grave e inmoral desatino.

Desde ese año de 1852 fue madurando una idea que ponía a los pies de Cristo. La corporación a la que pertenecía no estaba bajo autoridad eclesial; era un asunto que había tratado con la superiora sin hallar eco. El hecho le inquietaba porque quería vivir al abrigo de la Iglesia, y no veía que estuviera haciéndolo. Entonces comenzó una etapa de discernimiento que llevó a su oración. Después de realizar diversas consultas, y aunque le costó mucho la decisión, se separó de las hermanas de Reus. El 14 de marzo de 1857 surgía la fundación de la nueva congregación. En esa fecha pidió la admisión de las trece hermanas integrantes «bajo la obediencia y dirección de la autoridad eclesiástica diocesana». En noviembre del año siguiente, una vez que fueron
autorizadas, tomaron el nombre de Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación. Y así culminaba otro paso más de la vida de esta santa mujer enamorada de Dios.

Ese «Esposo dulce», a quien tiernamente denominaba también «dulzura mía», en numerosas ocasiones se «ocultó», y caminaba envuelta en la bruma de la aridez, como le ha sucedido a tantos seguidores de Cristo. La oscuridad y «silencio de Dios» fue un acicate para vivir la humildad, el olvido de sí y la abnegación heroica por amor a Él y al prójimo, sentimientos que sintetizó diciendo a sus hermanas: «Todo sea para gloria de Dios. Todo para bien de los hermanos. Nada para nosotras». Tenía claro que aquello que se ofrece generosamente revierte en bendiciones sobre uno mismo. Es decir, que el sujeto de cualquier acción caritativa es el primero que percibe su riqueza. Esta convicción la transmitía a sus hijas: «El misericordioso se hace bien a sí mismo». Experimentaba la fortaleza y el poder que Dios otorga a quienes le siguen con sincero corazón.

La conciencia de pequeñez estaba viva dentro de sí, pero sabía que por encima de ella predomina la voluntad de Dios que ha elegido actuar a través de sus débiles hijos. Por eso decía a sus hijas, con la certeza que proviene de la fe, que pese a ser insignificantes todas podían ser «instrumentos de su misericordia». Murió el 11 de junio de 1876 después de solicitar permiso de su confesor, diciéndole: «¡Déjeme marchar!». Pablo VI la beatificó el 8 de mayo de 1977. Juan Pablo II la canonizó el 11 de diciembre de 1988.