Servicio diario - 01 de junio de 2019


 

Transmitir la fe con "raíces: el saber que nos pertenecemos los unos a los otros"
Rosa Die Alcolea

Rumanía: "Tejer juntos el futuro", sin "rezagados"- Homilía en Sumuleu Ciuc
Larissa I López

Rumanía: Consagración de los jóvenes y las familias a la Virgen María
Rosa Die Alcolea

Viaje a Rumanía: El Papa visita la Catedral de Santa María Reina en Iasi
Larissa I López

El Papa regala una rosa oro a la Virgen de Sumuleu Ciuc, en el corazón de Transilvania
Rosa Die Alcolea

Rumanía: El Papa visita Transilvania y cumple la promesa de Juan Pablo II
Larissa I López

Rumanía: La Casa "Jakab Antal Ház", de Caritas diocesana, recibe la visita del Papa
Rosa Die Alcolea

Rumanía: El Santo Padre se encuentra con sus hermanos jesuitas en Bucarest
Larissa I López

Segundo día del viaje apostólico del Papa a Rumanía
Larissa I López

Viaje a Rumanía: Programa del tercer día
Redacción

San Eugenio I, 2 de junio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

01/06/2019-17:44
Rosa Die Alcolea

Transmitir la fe con "raíces: el saber que nos pertenecemos los unos a los otros"

(ZENIT — 1 junio 2019).- Francisco ha brindado un precioso discurso a los jóvenes y familias de Rumanía en la plaza del Palacio de la Cultura de lasi, este sábado, 1 de junio de 2019, día del niño en la ciudad europea: "Cuando las personas no amen más, será verdaderamente el fin del mundo. Porque sin amor y sin Dios ningún hombre puede vivir en la tierra".

El Papa no ha dejado indiferentes a las más de 100.000 personas allí congregadas, en su segundo día de viaje a Rumanía, que repetidamente aplaudían al Santo Padre en su discurso, aludidos por las directas exhortaciones de Francisco a "un proyecto de amor", a "una vocación que nos pone en movimiento, nos hace derribar trincheras y abrir caminos que nos recuerden esa pertenencia de hijos y hermanos".

Con referencias al poeta nacional Eminescu, a san Francisco de Asís, y incluso recordando la imagen de una abuela que levantaba a su nieto sonriendo para que el Papa lo viera, Francisco ha hecho un llamamiento a las familias y los jóvenes a transmitir la fe sin olvidar las "raíces", no solo con palabras, sino "a través de los gestos, miradas, caricias, como la de nuestras madres, abuelas; con el sabor a las cosas que aprendimos en el hogar, de manera simple y auténtica", ha señalado.

 

Una red espiritual muy fuerte

"Vosotros miráis el futuro y abrís el mañana para vuestros hijos, para vuestros nietos, para vuestro pueblo ofreciéndoles lo mejor que han aprendido durante vuestro camino: que no olvidéis de dónde partisteis. Vayáis a donde vayáis, hagáis lo que hagáis, no olvidéis las raíces".

El Papa ha recordado que "No somos seres vacíos ni superficiales" y ha asegurado que existe una "red espiritual muy fuerte" que nos une, "conecta" y sostiene, y que es "más fuerte" que cualquier otro tipo de conexión. "Son las raíces: es el saber que nos pertenecemos los unos a los otros, que la vida de cada uno está anclada en la vida de los demás".

 

Jóvenes, protagonistas

El Santo Padre, en un bello atardecer en la ciudad rumana, ha invitado "Allí donde exista mucho ruido, que sepamos escuchar; donde haya confusión, que inspiremos armonía; donde todo se revista de ambigüedad, que podamos aportar claridad; donde haya exclusión, que llevemos compartir; en el sensacionalismo, el mensaje y la noticia rápida, que cuidemos la integridad de los demás; en la agresividad, que prioricemos la paz; en la falsedad, que aportemos la verdad; que en todo, en todo privilegiemos abrir caminos para sentir esa pertenencia de hijos y hermanos".

Hoy, 1 de junio de 2019, se celebra el día niño en lasi, ha recordado el Papa, y ha pedido un aplauso para ellos: "Quisiera que lo primero que hagamos sea rezar por ellos, pidámosle a la Virgen que los cubra con su manto". Del 2 de mayo de 2019 al 1 de mayo de 2020, la ciudad ha sido elegida como la "capital" rumana de la juventud, con el empaño de formar a los jóvenes, las organizaciones juveniles y la entera comunidad.

 

Caminar juntos

A ellos les ha convocado el Papa Francisco esta tarde: "A todos el Señor nos regala una vocación que es una provocación para hacernos descubrir los talentos y capacidades que poseemos y las pongamos al servicio de los demás. Y nos pide que usemos nuestra libertad como libertad de elección, de decirle sí a un proyecto de amor, a un rostro, a una mirada. Esta es una libertad mucho más grande que poder consumir y comprar cosas".

"La felicidad de los padres de ver a los hijos reunidos", ha observado el Papa muy sonriente. "Seguro que hoy en el cielo hay fiesta por ver a tantos hijos que se animaron a estar juntos". "Es difícil caminar juntos, ¿verdad?", les ha preguntado a los presentes. "Es un don que tenemos que pedir, una obra artesanal que estamos llamados a construir y un hermoso regalo a transmitir.

***

 

Discurso del Papa Francisco

Queridos hermanos y hermanas, bună seara!

Aquí con vosotros se siente el calor de hogar, de estar en familia, rodeado de pequeños y grandes. Es fácil, viéndoos y escuchándoos, sentirse en casa. El Papa entre vosotros se siente en casa.

Gracias por vuestra calurosa bienvenida y por los testimonios que nos regalaron. Mons. Petru, come buen y orgulloso padre de familia, os ha abrazado a todos con sus palabras, presentándoos y lo confirmaste tú, Eduard, cuando nos decías que este encuentro no quiere ser sólo ni de jóvenes, ni de adultos, ni de otros, sino que vosotros "habéis deseado que esta tarde estuvieran con nosotros nuestros padres y nuestros abuelos".

Hoy es el día del niño en estas tierras —los saludamos con un fuerte aplauso—; quisiera que lo primero que hagamos sea rezar por ellos, pidámosle a la Virgen que los cubra con su manto. Jesús los puso en medio de sus apóstoles, también nosotros queremos ponerlos en el medio y reafirmar nuestro compromiso de querer amarlos con el mismo amor con que el Señor los ama comprometiéndonos a regalarles el derecho al futuro.

Me alegra saber que en esta plaza se encuentra el rostro de la familia de Dios que abraza a niños, jóvenes, matrimonios, consagrados, ancianos rumanos de distintas regiones y tradiciones, así como también de Moldavia, también aquellos que han venido de la otra orilla del río Prut, los fieles de las lenguas csángó, polaca y rusa. El Espíritu Santo nos convoca a todos y nos ayuda a descubrir la belleza de estar juntos, de poder encontrarnos para caminar juntos. Cada uno con su lengua y tradición, pero feliz de encontrarse entre hermanos. Con esa felicidad que compartían Elisabetta e loan, con sus 11 hijos, todos diferentes, que vinieron de lugares diferentes, pero «hoy están todos reunidos, así como hace un tiempo cada domingo por la mañana caminaban todos juntos hacia la Iglesia». La felicidad de los padres de ver a los hijos reunidos. Seguro que hoy en el cielo hay fiesta por ver a tantos hijos que se animaron a estar juntos.

Es la experiencia de un nuevo Pentecostés —como escuchamos en la lectura—. Donde el Espíritu abraza nuestras diferencias y nos da la fuerza para abrir caminos de esperanza sacando lo mejor de cada uno; el mismo camino que comenzaron los apóstoles hace dos mil años y en el que hoy nos toca a nosotros tomar el relevo y animarnos a sembrar. No podemos esperar que sean otros, nos toca a nosotros esta responsabilidad.

Es difícil caminar juntos, ¿verdad? Es un don que tenemos que pedir, una obra artesanal que estamos llamados a construir y un hermoso regalo a transmitir. Pero, ¿por dónde empezamos?

Quisiera “robar” nuevamente las palabras a estos abuelos Elisabetta e Ioan. Es lindo ver cuando el amor echa raíces con entrega y compromiso, trabajo y oración. El amor echó raíces en vosotros y dio mucho fruto. Y como dice Joel, cuando jóvenes y ancianos se encuentran, los abuelos no tienen miedo a soñar (cf. Jl3,1). Y este fue su sueño: «soñamos que puedan construirse un futuro sin olvidar de dónde salieron. Soñamos que todo nuestro pueblo no olvidara sus raíces». Vosotros miráis el futuro y abrís el mañana para vuestros hijos, para vuestros nietos, para vuestro pueblo ofreciéndoles lo mejor que han aprendido durante vuestro camino: que no olvidéis de dónde partisteis. Vayáis a donde vayáis, hagáis lo que hagáis, no olvidéis las raíces. Es el mismo sueño, la misma recomendación que san Pablo hizo a Timoteo: mantener viva la fe de su madre y de su abuela (cf. 2 Tm1,5-7). En la medida que vayas creciendo —en todos los sentidos: fuerte, grande e incluso logrando tener fama— no te olvides lo más hermoso y valioso que aprendiste en el hogar. Es la sabiduría que dan los años: cuando crezcas, no te olvides de tu madre y de tu abuela, y de esa fe sencilla pero robusta que las caracterizaba y que les daba fuerza y tesón para ir adelante y no desfallecer. Es una invitación a dar gracias y reivindicar la generosidad, valentía, desinterés de una fe “casera” que pasa desapercibida pero que va construyendo poco a poco el Reino de Dios.

Ciertamente, la fe que “no cotiza en bolsa” no vende y, como nos recordaba Eduard, puede parecer que «no sirve para nada». Pero la fe es un regalo que mantiene viva una certeza honda y hermosa: nuestra pertenencia de hijos e hijos amados de Dios. Dios ama con amor de Padre. Cada vida, cada uno de nosotros le pertenecemos. Es una pertenencia de hijos, pero también de nietos, esposos, abuelos, amigos, de vecinos; una pertenencia de hermanos. El maligno divide, desparrama, separa y enfrenta, siembra desconfianza. Crea discordia. Quiere que vivamos “descolgados”, alejados de los demás y de nosotros mismos. El Espíritu, por el contrario, nos recuerda que no somos seres anónimos, abstractos, seres sin rostro, sin historia, sin identidad. No somos seres vacíos ni superficiales. Existe una red espiritual muy fuerte que nos une, “conecta” y sostiene, y que es más fuerte que cualquier otro tipo de conexión. Esta red son las raíces: es el saber que nos pertenecemos los unos a los otros, que la vida de cada uno está anclada en la vida de los demás.

«Los jóvenes florecen cuando se les ama verdaderamente» —decía Eduard—. Todos florecemos cuando nos sentimos amados. Porque el amor echa raíces y nos invita a echar raíces en la vida de los demás. Como esas bellas palabras de vuestro poeta nacional que deseaba a su dulce Rumanía que «tus hijos vivan únicamente en fraternidad, como las estrellas de la noche» (M. Eminescu, Cosa ti auguro, dolce Romania). Eminescu era un grande, había crecido, se sentía maduro, pero no solo. Se sentía hermano, fraterno, por eso quería a Rumanía, para que todos sean fraternos, como las estrellas en la noche.

Nos pertenecemos los unos a los otros y la felicidad pasa por hacer felices a los demás. Todo lo demás es “faula”, es un cuento.

Para caminar juntos allí donde estés, no te olvides de lo que aprendiste en el hogar. No te olvides de tus raíces. Esto me hizo acordar la profecía de un santo eremita de estas tierras. Cuando un día el monje Galaction Ilie del Monastero Sihăstria caminando con las ovejas en la montaña, encontró a un santo eremita que conocía y le preguntó: Dime, padre, ¿cuándo será el fin del mundo? Y el venerable eremita, suspirando, desde su corazón le dijo: Padre Galaction, ¿sabes cuándo será el fin del mundo? Cuando no haya sendas del vecino al vecino. Es decir, cuando no habrá más amor cristiano y comprensión entre hermanos, parientes, cristianos y entre los pueblos. Cuando las personas no amen más, será verdaderamente el fin del mundo. Porque sin amor y sin Dios ningún hombre puede vivir en la tierra.

La vida comienza a apagarse y marchitarse, nuestro corazón deja de latir y se seca, los ancianos no soñarán y los jóvenes no profetizarán cuando no haya sendas del vecino al vecino… Porque sin amor y sin Dios ningún hombre puede vivir en la tierra.

Eduard nos decía que él como muchos otros de su país intenta vivir la fe en medio de numerosas provocaciones. Son muchas, pero muchas las provocaciones que nos pueden desanimar y encerrarnos en nosotros mismos. No podemos negarlo ni hacer como que no pasara nada. Dificultades existen y son evidentes. Pero eso no puede hacernos perder de vista que la fe nos regala la mayor de las provocaciones: Esa que, lejos de encerrarte o aislarte, hace brotar lo mejor de cada uno. El Señor es el primero en provocarnos y decirnos que lo peor viene cuando no haya sendas del vecino al vecino, cuando veamos más trincheras que caminos. El Señor es quién nos regala un canto más fuerte del de todas las sirenas que quieren paralizar nuestra marcha. Y lo hace de la misma forma: entonando un canto más hermoso y encantador.

A todos el Señor nos regala una vocación que es una provocación para hacernos descubrir los talentos y capacidades que poseemos y las pongamos al servicio de los demás. Y nos pide que usemos nuestra libertad como libertad de elección, de decirle sí a un proyecto de amor, a un rostro, a una mirada. Esta es una libertad mucho más grande que poder consumir y comprar cosas. Una vocación que nos pone en movimiento, nos hace derribar trincheras y abrir caminos que nos recuerden esa pertenencia de hijos y hermanos.

En esta “capital histórica y cultural” del país se partía juntos —en la edad media— como Peregrinos por la Vía transilvana, hasta Santiago de Compostela. Hoy, aquí, viven muchos estudiantes de varias partes del mundo. Recuerdo un encuentro virtual que tuvimos en marzo, con Scholas Occurentes, donde me decían también que esta ciudad sería durante este año la capital nacional de la juventud. ¿Es cierto? ¿Es cierto que este año esta ciudad será la capital de la juventud? ¡Un sí con fuerza! ¡Y vivan los jóvenes!

Dos factores muy buenos: una ciudad, escuchen con atención, que históricamente sabe abrir e iniciar procesos; el camino de Santiago, una ciudad que sabe albergar jóvenes provenientes de varias partes del mundo como ahora. Son dos características que recuerdan el potencial y la alta misión que pueden desarrollar: abrir caminos para caminar juntos y llevar adelante ese sueño que es profecía: sin amor y sin Dios ningún hombre puede vivir en la tierra. De aquí pueden partir aún nuevas vías del futuro hacia Europa y hacia tantas otras partes del mundo. Jóvenes, ustedes son los peregrinos del siglo XXI capaces de una nueva imaginación de los lazos que nos unen.

Pero no se trata de generar grandes programas o proyectos sino de dejar crecer la fe. Como os decía al inicio: la fe no se transmite sólo con palabras sino con gestos, miradas, caricias como la de nuestras madres, abuelas; con el sabor a las cosas que aprendimos en el hogar, de manera simple y auténtica. Allí donde exista mucho ruido, que sepamos escuchar; donde haya confusión, que inspiremos armonía; donde todo se revista de ambigüedad, que podamos aportar claridad; donde haya exclusión, que llevemos compartir; en el sensacionalismo, el mensaje y la noticia rápida, que cuidemos la integridad de los demás; en la agresividad, que prioricemos la paz; en la falsedad, que aportemos la verdad; que en todo, en todo privilegiemos abrir caminos para sentir esa pertenencia de hijos y hermanos (cf. Mensaje para la 52 jornada mundial de las comunicaciones sociales 2018). Esto último que dije tiene la música de san Francisco de Asís, la oración que él ha dicho siempre por la paz. Lo que él aconsejaba. ¿Qué aconsejaba a sus frailes san Francisco de Asís? Para transmitir la fe, –decía así– andad, y predicad el Evangelio y si fuera necesario, también con las palabras. (Aplauso) Este aplauso es para san Francisco de Asís, definitivamente.

Ya estoy terminando, me falta poco. No quiero terminar sin decirles una experiencia que he tenido: He visto a una anciana, muy anciana, una abuela, y en los brazos tenía un nieto de dos meses. Cuando yo pasé, me lo hizo ver sonriendo, y sonreía con una sonrisa de complicidad, como diciendo: Mire, ¡ahora puedo soñar! En ese momento me emocioné, y no tuve el valor de traérmela para acá. Y por eso lo cuento. Los abuelos sueñan cuando los nietos van adelante, y los nietos tienen valor cuando retoman las raíces de los abuelos. (Gran aplauso).

Rumanía es el “jardín de la Madre de Dios” y en este encuentro he podido darme cuenta por qué. Ella es la Madre que cultiva los sueños de los hijos, que custodia sus esperanzas, que lleva la alegría a la casa. Es la madre tierna y concreta, que nos cuida. Vosotros sois esa comunidad viva y floreciente llena de esperanza que podemos regalarle a la Madre. A ella consagramos el futuro de los jóvenes, de las familias y de la Iglesia. Mulțumesc! [Gracias!]

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

01/06/2019-11:09
Larissa I. López

Rumanía: "Tejer juntos el futuro", sin "rezagados"- Homilía en Sumuleu Ciuc

(ZENIT — 1 junio 2019).- Peregrinar "es el compromiso de luchar para que los rezagados de ayer, sean los protagonistas del mañana, y los protagonistas de hoy no se vuelvan los rezagados del mañana. Lo cual requiere el trabajo artesanal de tejer juntos el futuro. Por eso estamos aquí para decir juntos: Madre enséñanos a hilvanar el futuro".

Con estas palabras, el Papa Francisco se ha referido a la simbología que presenta el peregrinar de los fieles del Santuario de Sumuleu Ciuc, que han de construir un futuro sin "rezagados", basado en la fraternidad y unidad entre los pueblos, y contando con la ayuda de la Virgen.

Hoy, 1 de junio de 2019, segundo día de su viaje apostólico a Rumanía, el Santo Padre ha presidido la Santa Misa en Sumuleu Ciuc, Transilvania, alrededor de las 11.30 horas.

 

Los santuarios

Durante su homilía, el Papa Francisco ha hablado del significado de los santuarios “lugares casi ‘sacramentales’ de una Iglesia hospital de campaña, guardan la memoria del pueblo fiel que en medio de sus tribulaciones no se cansa de buscar la fuente de agua viva donde refrescar la esperanza. Son lugares de fiesta y celebración, de lágrimas y petición”.

 

Santuario de Sumuleu Ciuc

El Papa he recordado que la peregrinación en Pentecostés a este santuario fortalece la devoción a Dios y a la Virgen, pero también honra las tradiciones religiosas de rumanos y húngaros.

Este santuario se encuentra en Transilvania, territorio que pertenecía a Hungría hasta después de la I Guerra Mundial. Desde entonces forma parte del territorio rumano y en él habita una gran cantidad de población Szèkely, de origen húngaro. En esta comunidad existen personas que no están a favor de la pertenencia de Transilvania al gobierno central de Bucarest.

El Santuario se encuentra, por tanto, en un territorio en el que se habla tanto rumano como húngaro y al que acuden católicos de ambas nacionalidades.

 

Diálogo, fraternidad y unidad

En consecuencia, tal y como señala el Pontífice, este lugar de peregrinación constituye un símbolo “de diálogo, unidad y fraternidad”.

Peregrinar, para el Obispo de Roma, significa, en primer lugar, “saber que venimos como pueblo a nuestra casa”. Un pueblo que incluye a todos, que “son sus mil rostros, culturas, lenguas y tradiciones; el santo Pueblo fiel de Dios que con María peregrina cantando la misericordia del Señor”, añadió.

 

La Virgen María

El Santo Padre ha subrayado también que en los santuarios la Virgen intercede ante nosotros “para que no nos dejemos robar la fraternidad por las voces y las heridas que alimentan la división y fragmentación”.

Además, en este sentido, explicó que “los complejos y tristes acontecimientos del pasado no se deben olvidar o negar, pero tampoco pueden constituir un obstáculo o un motivo para impedir una anhelada convivencia fraterna”.

 

Nuevas oportunidades para la comunión

Francisco continuó describiendo que peregrinar supone “caminar juntos pidiéndole al Señor la gracia de transformar viejos y actuales rencores y desconfianzas en nuevas oportunidades para la comunión; es desinstalarse de nuestras seguridades y comodidades en la búsqueda de una nueva tierra que el Señor nos quiere regalar”.

 

La mística de vivir juntos

Igualmente, la peregrinación es “el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de no tener miedo a mezclarnos, encontrarnos y ayudarnos. Peregrinar es participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, caravana siempre solidaria para construir la historia (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 87).”

 

El Señor no defrauda

El Pontífice ha hecho referencia al misterio de la elección por parte de Dios de María, una joven de Nazaret que “nos anima también a nosotros a decir sí, como ella, para transitar los senderos de la reconciliación”.

Finalmente ha pedido no olvidar que “al que arriesga, el Señor no lo defrauda” y ha exhortado a que “Caminemos y caminemos juntos, arriesguemos, dejando que sea el Evangelio la levadura que lo impregne todo y regale a nuestros pueblos la alegría de la salvación”.

A continuación publicamos la homilía completa del Papa Francisco.

***

 

Homilía del Santo Padre

Con alegría y agradecimiento a Dios, me encuentro hoy con vosotros, queridos hermanos y hermanas, en este querido Santuario mariano, rico de historia y de fe, donde como hijos venimos a encontrarnos con nuestra Madre y a reconocernos como hermanos. Los santuarios, lugares casi “sacramentales” de una Iglesia hospital de campaña, guardan la memoria del pueblo fiel que en medio de sus tribulaciones no se cansa de buscar la fuente de agua viva donde refrescar la esperanza. Son lugares de fiesta y celebración, de lágrimas y petición. Venimos a los pies de la Madre, sin muchas palabras, a dejarnos mirar por ella y que con su mirada nos lleve a aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14,6).

No lo hacemos de cualquier manera, somos peregrinos. Aquí, cada año, el sábado de Pentecostés, peregrináis para honrar el voto de vuestros antepasados y para fortalecer la fe en Dios y la devoción a la Virgen, representada en su imponente talla. Esta peregrinación anual pertenece a la herencia de la Transilvania, pero honra de forma conjunta las tradiciones religiosas rumanas y húngaras, en la que participan también fieles de otras confesiones, y es un símbolo de diálogo, unidad y fraternidad; una llamada a recuperar los testimonios de fe hecha vida y de vida hecha esperanza. Peregrinar es saber que venimos como pueblo a nuestra casa. Es saber que tenemos conciencia de ser pueblo. Un pueblo cuya riqueza son sus mil rostros, mil culturas, lenguas y tradiciones; el santo Pueblo fiel de Dios que con María peregrina cantando la misericordia del Señor. Si en Caná de Galilea, María intercedió ante Jesús para que realizara el primer milagro, en cada santuario vela e intercede no sólo ante su Hijo sino también ante cada uno de nosotros para que no nos dejemos robar la fraternidad por las voces y las heridas que alimentan la división y fragmentación. Los complejos y tristes acontecimientos del pasado no se deben olvidar o negar, pero tampoco pueden constituir un obstáculo o un motivo para impedir una anhelada convivencia fraterna. Peregrinar significa sentirse convocados e impulsados a caminar juntos pidiéndole al Señor la gracia de transformar viejos y actuales rencores y desconfianzas en nuevas oportunidades para la comunión; es desinstalarse de nuestras seguridades y comodidades en la búsqueda de una nueva tierra que el Señor nos quiere regalar. Peregrinar es el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de no tener miedo a mezclarnos, encontrarnos y ayudarnos. Peregrinar es participar de esa marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de fraternidad, caravana siempre solidaria para construir la historia (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 87). Peregrinar es mirar no tanto lo que podría haber sido —y no fue—, sino todo aquello que nos está esperando y no podemos dilatar más. Es creerle al Señor que viene y que está en medio de nosotros promoviendo e impulsando la solidaridad, la fraternidad, el deseo de bien, de verdad y justicia (cf. ibíd., 71). Peregrinar es el compromiso de luchar para que los rezagados de ayer, sean los protagonistas del mañana, y los protagonistas de hoy no se vuelvan los rezagados del mañana. Y esto, hermanos y hermanas, requiere el trabajo artesanal de tejer juntos el futuro. Por eso estamos aquí para decir juntos: Madre enséñanos a hilvanar el futuro.

 

Peregrinar a este santuario nos hace volver la mirada a María y al misterio de la elección de Dios. Ella, una muchacha de Nazaret, pequeña localidad de Galilea, en la periferia del imperio romano y también en la periferia de Israel, con su “sí” fue capaz de poner en marcha la revolución de la ternura (cf. ibíd., 88). El misterio de la elección de Dios que pone sus ojos en lo débil para confundir a los fuertes nos impulsa y anima también a nosotros a decir sí, como ella, como María, para transitar los senderos de la reconciliación.

Hermanos y hermanas, no olvidemos: al que arriesga, el Señor no lo defrauda. Caminemos y caminemos juntos, arriesguemos, dejando que sea el Evangelio la levadura que lo impregne todo y regale a nuestros pueblos la alegría de la salvación, en la unidad y en la fraternidad.


© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

01/06/2019-19:31
Rosa Die Alcolea

Rumanía: Consagración de los jóvenes y las familias a la Virgen María

(ZENIT – 1 junio 2019).- En el día del niño, 1 de junio, el Santo Padre ha consagrado a la Virgen a más de 100.000  jóvenes, padres, hijos, abuelos y niños en Iasi, al noreste del país, capital de la provincia de Moldavia, y una de las ciudades más antiguas de Rumania, frente al inmenso Palacio de la Cultura, en una conmovedora y entusiasta reunión: ¡el discurso del Papa Francisco fue interrumpido por 19 estallidos de aplausos!

El propio Papa pidió un gran aplauso para los niños, recordando que es el "Día del niño" y solicitando rezar por ellos para que la Virgen María los "mantenga bajo su capa".

Cogido de la mano por 4 niños vestidos con coloridos trajes tradicionales, el Papa Francisco ha llegado a pie al centro del encuentro entre familias, jóvenes y adultos que aplaudían su llegada con entusiasmo. En el altar, una gran imagen de Cristo crucificado, la bandera del país y icono de la Virgen morena de Cacica, venerada en la zona, han presidido la ceremonia.

 

Virgen de Cacica

Mons. Petru Gherghel, Obispo de lasi, ha iniciado el acto con unas palabras de agradecimiento: ¡Con gran alegría y honor le acogemos en medio en nosotros, aquí en lasi! ¡Usted viene exhortándonos a caminar juntos! Acogemos esta exhortación a compartir con su Su Santidad la alegría de la fe bajo la protección de la Virgen.

El Obispo de lasi ha regalado al Papa un cuadro con el icono de la Santa Virgen María de Cacica, "bajo cuya mirada hoy nos encontramos", ha indicado Mons. Gherghel, y "quiere indicarnos el propósito de nuestra peregrinación: ¡Cristo ha resucitado! Con los corazones llenos de la alegría pascual, todos juntos, ¡le damos la bienvenida!".

Varios personas han compartido su testimonio en esta preciosa tarde en Rumanía. Entre ellos, una familia representada por tres generaciones testificó su resistencia cristiana y familiar en la época del comunismo: la de Elisabeth y loan.

 

Fe en medio de las dificultades

Elisabeth, madre de familia de 11 hijos —2 de ellos sacerdotes y 2 religiosas— ha contado: "En el Señor encontramos fuerza cuando no tuvimos en cuenta la opinión de las autoridades comunistas de que teníamos demasiados niños". "La fe nos apoyó cuando, como familia joven, tuvimos que enfrentar las dificultades de la vida", ha relatado.

Asimismo, una joven pareja, formada por Alexandra y Gabriel, han presentado al Pontífice las etapas de las reuniones y los diferentes testimonios. Más tarde, estos mismos muchachos invitaron a "alabar a Dios con las palabras de la Virgen María", del Magníficat, durante una oración de intercesión por Rumania y el mundo, y al anunciar la oración de consagración y bendición, incluida para personas conectadas a través de los medios.

El primer testimonio fue el de Eduard, originario de lasi y estudiante de informática en la universidad, con unos 60.000 estudiantes. Dijo que trató de "vivir su fe en medio de las provocaciones", y no duda, en el consejo del Papa a los jóvenes, de "conocer a los ancianos". Destacó que los jóvenes de Rumania se aseguraron de que sus padres y abuelos estuvieran presentes en esta reunión, juntos.

 

 

 

01/06/2019-15:43
Larissa I. López

Viaje a Rumanía: El Papa visita la Catedral de Santa María Reina en Iasi

(ZENIT – 1 junio 2019).- Hoy, 1 de junio de 2019, después de llegar al aeropuerto de Iasi, el Santo Padre se ha dirigido a la Catedral de Santa María Virgen Reina para visitarla.

En la entrada de la catedral, el Papa Francisco ha sido recibido y el Obispo auxiliar de Iasi le ha entregado un crucifijo con el que ha bendecido a las personas que se encontraban allí reunidas.

 

Saludos

Dentro del templo esperaban más fieles, que han recibido al Santo Padre con aplausos. El párroco de la catedral junto a una familia, le han ofrecido al Pontífice el agua bendita para rociarla.

Francisco se ha dirigido hacia el altar y por el camino ha ido saludando y bendiciendo a las personas, de todas las edades, muchos de ellos enfermos. El Obispo de Roma se ha detenido especialmente con algunos ancianos, niños y enfermos.

Entre los presentes había laicos, religiosos y religiosas y también sacerdotes.

Ya en el altar, un joven diácono y un sacerdote anciano le han ofrecido una vela al Pontífice que él ha colocado frente a las reliquias del Beato Mártir Anton Durcovici, fallecido en 1951.

 

Palabras del Papa

Antes de bendecir a los presentes, el Papa ha improvisado unas palabras: “Me gustaría daros a todos mi bendición junto con mi gratitud por estar aquí. Gracias por venir, gracias por estar con su vuestros enfermos y gracias a vosotros que sobrelleváis la enfermedad ofreciéndola al Señor. Ahora oremos juntos a la Virgen, antes de la bendición”.

 

Oración y bendición

Así, el Papa y los participantes en este acto han rezado un avemaría frente al mosaico de la Virgen de la Asunción.

Después de orar, el Papa ha bendecido a todos los presentes con el crucifijo y ha salido de la catedral, de nuevo, saludando y bendiciendo a los que encontraba a su paso.

A la salida de este acto, el Santo Padre se ha trasladado en papamóvil hacia el Palacio de la Cultura, donde tendrá lugar el encuentro con los jóvenes y las familias.

 

Catedral de Santa María Reina

La Catedral de Santa María Reina forma parte del complejo episcopal católico de Iasi, junto a la Catedral Vieja o iglesia de Santa María Asunta, el Palacio Episcopal y la plaza de la Catedral.

Construida entre 1782 y 1789 en las inmediaciones de la Catedral Vieja, esta catedral está dedicada a la Virgen, motivo por el que presenta las características arquitectónicas de una corona.

Fue consagrada en 2005, después de 12 años de obras, y posee un estilo moderno con mosaicos de los evangelistas y ventanas sobre los sacramentos y los misterios del rosario.

En su interior se encuentra el gran mosaico que representa la asunción de la Virgen al cielo y, en el balcón, otro reproduce la historia de la salvación con la pasión de Cristo.

 

 

 

 

01/06/2019-11:08
Rosa Die Alcolea

El Papa regala una rosa oro a la Virgen de Sumuleu Ciuc, en el corazón de Transilvania

(ZENIT — 1 junio 2019).- El Papa Francisco ha comenzado su segunda jornada en Rumanía celebrando la Eucaristía en el Santuario de Sumuleu Ciuc, corazón peregrino de los húngaros, cuya población católica representa el 70%.

El santuario, también llamado Csiksomlyo, se encuentra en la Archidiócesis de Alba lulia (antes llamada Transilvania), con 355.500 católicos. Es un importante lugar de peregrinación mariano, con arraigada tradición para los húngaros. Cada año, la peregrinación se lleva a cabo en el sábado de Pentecostés, y miles de peregrinos de todas partes caminan al templo, situado entre los montes Cárpatos, en Transilvania.

 

Rosa de oro

Después de la celebración eucarística, el Pontífice ha regalado a la Virgen de Csiksomlyo la rosa de oro enviada en 1818 por Pío VII a la emperatriz de Austria, Carolina Augusta de Baviera. Es un objeto de plata con oro, compuesta por mármol rosa, de 84 centímetros de alto. Es la cuarta rosa de oro que Francisco regala.

El Santo Padre ha llevado en la ceremonia una casulla con la representación del santuario de Sumuleu Ciuc ,y por el otro lado la figura de la Virgen que se encuentra en el templo, mostrando así su cariño y su cercanía a este lugar, tan venerado por los peregrinos de Rumanía, Hungría y otros países europeos.

El Papa Francisco visita Rumanía como segundo pontífice católico, tras los pasos de San Juan Pablo II, que estuvo en el país en mayo de 1999, siendo la primera vez que un papa visitaba un país de mayoría ortodoxa.

 

"No tener miedo a mezclarnos"

“Peregrinar es el desafío de descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de no tener miedo a mezclarnos, encontrarnos y ayudarnos”, ha dicho Francisco en este lugar, centro de peregrinaciones muy importante para los húngaros, dando lugar ocasionalmente a situaciones de tensión con los rumanos.

Durante su homilía, leída en Italia y traducida al rumano y al húngaro, el Papa ha insistido en la convivencia pacífica entre unos y otros: “Peregrinar significa sentirse convocados e impulsados a caminar juntos pidiéndole al Señor la gracia de transformar viejos y actuales rencores y desconfianzas en nuevas oportunidades para la comunión”.

El Evangelio, leído en rumano, corresponde a Lucas 1, 26-38: “Concebirás en tu vientre a un hijo, lo darás a luz y lo llamarás Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; El Señor Dios le dará el trono de David su padre y reinará para siempre en la casa de Jacob y su reino no tendrá fin”.

Las lecturas, también pronunciadas en rumano, han sido: la Primera Lectura Del Libro de Jeremías 1, 4-5. 17-19; y el Salmo 39, cantado por un joven. Asimismo, durante la oración de los fieles, 4 personas han leído las peticiones en rumano, en húngaro y en alemán, y Liturgia eucarística: Ofrendas al altar llevadas por trajes típicas de una familia húngara, habitantes de la zona que han llevado las ofrendas.

 

Presencia húngara en Transilvania

Transilvania, pese a ser un territorio que en la actualidad es administrado en su totalidad por Bucarest, cuenta con regiones en la que la minoría húngara es del 20%, siendo ésta del 6,5% para la totalidad del país. De hecho, Rumanía es el país del mundo (después de la propia Hungría), donde más población de origen magiar habita, en torno a 1.200.000 personas.

Estas minorías húngaras en Rumanía son conocidas como székely. Los orígenes de esta presencia húngara en Transilvania se remontan al Imperio Austrohúngaro, que ocupaba la mayor parte de la región balcánica y de la Europa danubiana, estableciendo un delicado equilibrio en un crisol de etnias que en muchas ocasiones guardaban profundas rivalidades históricas.

 

 

 

 

01/06/2019-12:32
Larissa I. López

Rumanía: El Papa visita Transilvania y cumple la promesa de Juan Pablo II

(ZENIT — 1 junio 2019).- Hoy, 1 de junio de 2019, antes de impartir la bendición final de la celebración de la Santa Misa en Sumuleu Ciuc, el Arzobispo de Alba lulia, Monseñor Gyórgy-Miklós Jakubínyi, ha dirigido unas palabras de agradecimiento al Santo Padre.

 

La promesa de Juan Pablo II

En su mensaje, el arzobispo ha recordado la visita de Juan Pablo II en 1999, quien solo pudo visitar la capital, Bucarest. El entonces papa lamentó no haber acudido a Transilvania, donde viven la mayoría de los fieles católicos de Rumanía, pero prometió que, si regresaba al país, los visitaría.

El prelado ha manifestado su alegría porque, veinte años después, hoy, Francisco ha podido cumplir dicha promesa. La asamblea ha manifestado también su gozo con un aplauso improvisado.

 

Saludo de la comunidad católica

Monseñor Gyórgy-Miklós Jakubínyi ha transmitido el saludo de los fieles y los obispos de las cuatro diócesis católicas de Transilvania (Alba lulia, Oradea Mare, Satu Mare y Timi?oara), que poseen una mayoría de población húngara-sícula.

Finalmente, el prelado ha pedido al Papa que les ayude a insertarse más en la "corriente de la vida de la Iglesia" y le ha dado las gracias por pedir a la Virgen de Sumuleu Ciuc / Csíksomlyó (el nombre del lugar en húngaro) que les bendiga.

 

Regalos

Además de la rosa de oro para la Virgen Auxiliadora de Sumuleu Ciuc, el Papa ha hecho entrega de un cáliz a Monseñor Gyórgy-Miklós Jakubínyi. Este último, por su parte, ha regalado al Santo Padre un cuadro.

El Papa Francisco ha ofrecido a la Casa Archidiocesana "Jakab Antal Ház" de Sumuleu Ciuc un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús de madera.

 

 

 

01/06/2019-12:00
Rosa Die Alcolea

Rumanía: La Casa "Jakab Antal Ház", de Caritas diocesana, recibe la visita del Papa

(ZENIT — 1 junio 2019).- El Papa Francisco ha almorzado este sábado, 1 de junio de 2019, en la Casa Archidiocesana "Jakab Antal Ház", de Sumuleu Ciuc, a unos 3 km del centro de Miercurea Ciuc, ciudad principal del distrito de Harghita, situada al este de Transilvania.

Después de la celebración de la Eucaristía, se ha trasladado en coche al centro religioso, donde le han recibido el director de la casa, atendida por Caritas diocesana, y algunos colaboradores más. El lugar fue inaugurado en 2016 y está gestionado por Caritas diocesana de Alba lulia. Se trata de un espacio utilizado para conferencias y eventos nacionales e internacionales, tanto culturales como espirituales.

La casa se llama "Mons. Jakab Antal", en honor al que fue arzobispo de Alba lulia de 1980 a 1990. Fallecido en 1993, el obispo fue detenido durante 13 años, durante el régimen comunista, de 1951 a 1964, obligado a realizar trabajos forzados en una mina de plomo.

 

Sagrado Corazón

El regalo que el Papa Francisco ha ofrecido a la Casa archidiocesana es un cuadro producido enteramente en color filigrana de papel, en representación del Sagrado Corazón de Jesús, que imita a una famosa pintura al óleo del siglo XIX de la escuela portuguesa.

Hecha con la antigua técnica de filigrana, que consisten en colocar tiras de papel, modeladas y pegadas para crear diseños decorativos. De hecho, ya durante el Renacimiento se utilizó, especialmente en el ambiente monástico, para decorar no solo las portadas de libros y demás artículos religiosos, pero sobre todo en la producción, especialmente de los que contienen reliquias de los santos.

 

 

 

01/06/2019-16:28
Larissa I. López

Rumanía: El Santo Padre se encuentra con sus hermanos jesuitas en Bucarest

Como suele hacer tradicionalmente durante sus viajes apostólicos, el Papa Francisco se reunió con los jesuitas en Rumanía la noche de su primer día de visita al país, el 31 de mayo de 2019.

Después de celebrar la misa en la catedral católica de Bucarest, la última reunión oficial del día, el Papa se dirigió a la Nunciatura de la capital, donde habló durante una hora con 22 hermanos que trabajan en el país, entre los cuales hay 14 rumanos, dijo la Oficina de Prensa de la Santa Sede por la tarde.

El Asistente del Prepósito General, Padre Barreto, y el provincial para la Provincia euro-mediterránea, el padre Matarazzo, también estuvieron presentes.

 

 

 

01/06/2019-07:58
Larissa I. López

Segundo día del viaje apostólico del Papa a Rumanía

(ZENIT — 1 junio 2019).- Hoy, 1 de junio de 2019, tiene lugar la segunda jornada del 30° viaje internacional del Papa Francisco a Rumanía.

 

Segundo día

A las 9.30 (8.30 horas en Roma), el Santo Padre viajará en avión hasta Bacau y desde allí será transferido en helicóptero a la Base Aérea de la Brigada de Montaña de Miercurea Ciuc para después dirigirse en coche al Santuario de Sumuleu- Ciuc, donde presidirá la Santa Misa a las 11.30 horas (10.30 horas en Roma)

Más tarde se trasladará a lasi en helicóptero, allí visitará la Catedral de Santa María Reina a las 17.25 (16.25 en Roma) y participará con los jóvenes y las familias en un encuentro mariano organizado en la plaza del Palacio de la Cultura, a las 17.45 horas (16.45 en Roma).

 

Bacau

Conocida también como "ciudad de Bacovia", Bacau es la cuarta sede episcopal católica de la región, se encuentra situada en el área de Moldavia.

Es una de las ciudades más antiguas de Rumanía, que comenzó a ser poblada por rumanos de Transilvania en el siglo XV.

 

Miercurea Ciuc

Es una pequeña urbe situada al este de Transilvania, famosa en el país por la fábrica de cerveza que lleva su nombre. A nivel turístico es conocida por sus paisajes y por sus termas.

La mayoría de la población en este lugar pertenece a la etnia denominada Székely, es católica y habla dos lenguas, el rumano y el húngaro.

El Santuario de Sumuleu Ciu, donde el Papa presidirá la Santa Misa de hoy, es un barrio de esta ciudad.

 

lasi

lasi es el centro político, económico y cultural más importante de la provincia de Moldavia y una de las ciudades más antiguas de Rumanía.

Situada en la parte noroeste del país, durante muchos años ha sido atravesada por múltiples rutas comerciales que enlazan Polonia, Hungría, Rusia y Constantinopla.

Su arquitectura cuenta con más de 100 iglesias ortodoxas, entre las que se encuentran la iglesia del príncipe de San Nicola y la Catedral Metropolitana de Santa Paraschiva, patrona de Moldavia. También cuenta con otros lugares de interés, como una antigua catedral católica o la Gran Sinagoga hebrea.

 

 

 

01/06/2019-19:47
Redacción

Viaje a Rumanía: Programa del tercer día

 

Domingo, 2 de junio

El último día del viaje apostólico, el domingo, 2 de junio de 2019, a las 11 horas (10 horas en Roma), tendrá lugar la beatificación de los 7 obispos greco-católicos mártires en el Campo de la Libertad en Blaj.

Ese mismo día, el Encuentro de la Comunidad Rom de Blaj, en el que Francisco ofrecerá unas palabras, será a las 15:45 horas (14:45 horas en Roma), y a las 16:35 horas, el Santo Padre se trasladará en helicóptero al aeropuerto de Sibiu.

Por último, está previsto que el Pontífice llegue al aeropuerto de Roma-Ciampino el domingo por la tarde, a las 18:45 horas.

A continuación, ofrecemos el programa completo, publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El horario del que se informa es local, es decir, en este caso, se trataría de una hora más que en Roma (GMT+3).

 

Domingo 2 de junio de 2019
BUCAREST-SIBIU-BLAJ-SIBIU-ROMA
 
09:00 (08:00 Roma) Salida en avión hacia Sibiu.    
09:40 (08:40 Roma) Llegada al aeropuerto de Sibiu y traslado en helicóptero a Blaj.    
11:00 (10:00 Roma) DIVINA LITURGIA con beatificación de los 7 obispos greco-católicos mártires en el  Campo de la Libertad en Blaj Homilía del Santo PadreRegina Coeli  
13:25 (12:25 Roma) Almuerzo con el séquito papal    
15:45 (14:45 Roma) ENCUENTRO CON LA COMUNIDAD ROM DE BLAJ Saludo del Santo Padre  
 16:35 (15:35 Roma) Traslado en helicóptero del Santo Padre al aeropuerto de Sibiu.    
       
17:20 (16:20 Roma) CEREMONIA DE  DESPEDIDA en el aeropuerto de Sibiu    
17:30 (16:30 Roma) Salida del avión papal hacia Roma / Ciampino      
18:45 (17:45 Roma) Llegada al aeropuerto de  Roma/Ciampino

 

 

 

 

01/06/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

San Eugenio I, 2 de junio

«Fidelidad y autenticidad alumbrada por la fe de este pontífice que se enfrentó al emperador Constante II, quien debió pensar que podría manipularle. Eugenio antepuso su amor a la Iglesia, y en su momento recusó el monotelismo»

Que «Dios escribe recto con renglones torcidos» es un conocido dicho popular. Las aparentes oportunidades muchas veces son «estrategias» divinas que trastocan las intenciones humanas. Al emperador Constante II le falló su maniobra ya que parece que él, bien directamente o quizá por haber suscitado hondo temor en los ciudadanos que no quisieron importunarle eligiendo a Eugenio pontífice, tuvo un papel determinante en la decisión que ellos tomaron. De hecho, se arguye que quiso imponer su voluntad a la del santo, forzándole a asumir la Silla de Pedro con la idea de mantenerle sometido. Es decir, que aunque la designación no la hubiera efectuado a título personal, la ratificó sin dudarlo. Eso induce a pensar que seguramente creyó que la bondad natural y la mansedumbre de este insigne discípulo de Cristo, que tenía un inequívoco carácter conciliador, le permitiría dominarle, que a través de él podría actuar a su antojo.

Además, lograba su propósito de ser el artífice de su nombramiento, algo que no pudo conseguir con el papa Martín I quien se mantuvo al frente de la Iglesia sin haber sido ratificado por él, y al que había desterrado a Naxos, Constantinopla, acusado de alta traición. Determinó su exilio a través del exarca de Rávena, Teodoro Calíopa, todo por haberse negado a sustentar las tesis monotelistas que defendía dos naturalezas en Cristo, la humana y la divina y una única voluntad.

El ascendente histórico de este episodio radica en las enconadas luchas entre bizantinos y lombardos que caracterizaron al siglo VII. Martín I propició un resurgimiento del catolicismo como lo hicieron el papa Agatón y Máximo el Confesor. Posteriormente, tras el gobierno del exarca Eleuterio, que estuvo marcado por la paz, Teodoro reavivó las controversias por motivos religiosos, y las tensiones con Roma se acentuaron, lo que dio lugar a una separación que desembocó en un cisma. Antes de que él ostentara el exarcado había sucedido otro hecho capital. En el transcurso del concilio convocado por Martín I se condenaron todos los escritos monotelistas que suscribía Constante. Éste ordenó a Olimpio, exarca de Rávena, que fuese a Roma y le arrestara. Pero fue más lejos y quiso matarle. Sin embargo, en el momento en que se dispuso a segar su vida, quedó ciego.

A su muerte le sucedió Teodoro, a quien el emperador había otorgado el exarcado, y por mediación suya arrestó al papa. Es de suponer que, con la designación de Eugenio, se tomaba la revancha ante lo que juzgó inadmisible afrenta realizada por Martín. Pero cometió una grave equivocación. Este ciudadano romano, hijo de Rufiniano, que desde su juventud estaba vinculado al clero, era un hombre fiel a la fe, íntegro, valeroso. Cuando tuvo que enfrentarse a él lo hizo sin vacilar, anteponiendo su amor a Cristo y a la Iglesia a todo lo demás. Sabía que su destino estaba en juego, y que, tal como le sucedía a Martín, podían aherrojarle con cadenas, pero eso no le hizo temblar. De modo que Dios, a través de las malintencionadas pretensiones de Constante, ocultas o manifiestas, trazó los convenientes caminos de la historia de la Iglesia otorgando todas las bendiciones a este nuevo sucesor de Pedro.

Eugenio se convirtió en el I_XXV Vicario de Cristo en la tierra el 10 de agosto del 654. Desde su exilio el pontífice Martín I, que inicialmente reprobó su nominación, en su momento reconoció su legitimidad. Éste murió en Cherson al año siguiente a causa de los muchos sufrimientos que padeció. Es posible que antes de su deceso le llegaran noticias del ímpetu de Eugenio que no perdió el tiempo. Así, después de haber tomado posesión dispuso que viajasen a Constantinopla unos legados suyos que tenían la misión de notificar al emperador que se habían cumplido sus deseos. Quería informarle de que él asumía la más alta dignidad eclesial como había impuesto.

Por razones no esclarecidas entró en liza Pedro, el patriarca de Constantinopla, quien a su vez entregó a los legados —que posiblemente se pusieron de parte suya— un documento de sombrío contenido que impedía dilucidar cuál era su postura exacta en el grave tema del monotelismo. Además, solicitó a Constante que indujera a Eugenio a establecer un vínculo estrecho con él. El contenido de este escrito sinodal conocido por los fieles en Santa María la Mayor a través del pontífice suscitó en ellos un clamoroso rechazo; le exigieron que secundara esta misma postura. Por si fuera poco, el Santo Padre informó a su pueblo del injusto trato que se estaba dando a su predecesor Martín I, amén de ignorar la profesión de fe suscrita por Constante que debía haber firmado. Parecía un desafío en toda regla, si bien lo que perseguía era dejar sentada la única verdad que propugna la Iglesia que no tiene más obediencia que la debida a Dios.

La respuesta de los delegados bizantinos a esta reacción, realizada con notable violencia y agrias acusaciones, no doblegaron el ánimo de Eugenio. Le amenazaron con someterle a la misma pena que sufrió Martín I, intenciones frustradas por razones bélicas ya que los musulmanes derrocaron al emperador, y también porque murió al poco tiempo. De los escasos hechos que se han compilado de la vida de este santo pontífice uno tiene singular alcance. Fue el encuentro que mantuvo el año 654 con el obispo de York san Wilfrido, a quien dio su bendición. Éste había peregrinado a Roma con el fin de instruirse en las Escrituras y conocer otros aspectos importantes eclesiales. Pudo llegar al papa gracias a su sintonía con san Bonifacio. Por otro lado, Eugenio concedió al rey franco Clodoveo II poner bajo el amparo de la Santa Sede el monasterio de San Mauricio de'Agaune, como él pidió, lo que suponía mantenerlo a resguardo de intereses ajenos. Este papa fue un hombre generoso con los desfavorecidos y estuvo agraciado con el don de milagros. A él se debe la prescripción de la castidad para los sacerdotes. Falleció el 2 de junio del año 657.