Papa Francisco | Francia - eutanasia

 

Vincent Lambert. Papa: custodiar siempre la vida, no a cultura del descarte

 

En Francia, se ha iniciado el procedimiento para dejar de alimentar e hidratar a Vincent Lambert, que está hospitalizado en Reims desde el 2008. Para algunos está en un estado de "conciencia mínima" para otros en un estado "vegetativo crónico". El Papa, que en el 2018 ya había lanzado dos llamamientos, ha publicado hoy un tweet: la vida es un don de Dios, desde el principio hasta el fin natural.

 

 

20 mayo 2019, 15:43 | Sergio Centofanti – Ciudad del Vaticano


 

 

El día que el hospital de Reims, en Francia, inició el procedimiento para dejar de alimentar e hidratar a Vincent Lambert, el Papa lanzó este tweet en la cuenta @Pontifex:

 

“Roguemos por cuantos viven en estado de grave enfermedad. Custodiemos siempre la vida, don de Dios, desde el inicio hasta su fin natural. No cedamos a la cultura del descarte”

 

Los padres: ¡no lo maten!

El hombre de 42 años está hospitalizado desde 2008 tras un accidente de tráfico: es tetrapléjico y, según algunos médicos, vive en un estado de "conciencia mínima", mientras que, según otros, se encuentra en un estado "vegetativo crónico". Vicent respira autónomamente, el latido del corazón es espontáneo, no se está muriendo. Los padres se oponen a la muerte de su hijo por hambre y sed y desean trasladarlo a otro centro para que pueda recibir una rehabilitación adecuada. Han presentado otro enésimo recurso  de urgencia. La madre, según Bfm-Tv, dijo: "Lo están matando, sin habernos dicho nada”. En cambio, la esposa, habla de ensañamiento terapéutico y apoya la decisión de la interrupción de los cuidados.

 

Comité ONU: no interrumpir la alimentación y la hidratación

Después del Consejo de Estado francés, también el Tribunal Europeo de Derechos Humanos rechazó la petición de los padres de Lambert de seguir alimentando e hidratando a su hijo. Por su parte, el  Comité de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad había pedido a Francia que no inicie procedimientos para poner fin a la vida de Vincent: quiere examinar el caso. Sin embargo, la ministra francesa de Sanidad, Agnès Buzyn, dijo que no consideraba que la solicitud del Comité fuera vinculante.

 

La Convención ONU sobre los derechos de las personas con discapacidad

Los abogados de los padres, por su parte, señalan que Francia ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad, aceptando libremente someterse a las obligaciones que de ella se derivan.  Los Estados que se adhieren a la Convención, aprobada en el 2006, se comprometen a reconocer, de acuerdo con el artículo 25, "que las personas con discapacidad tienen derecho a gozar del más alto estándar posible de salud, sin discriminación por motivos de discapacidad".  Además, se comprometen a "adoptar todas las medidas pertinentes para asegurar  el acceso de las personas con discapacidad a servicios de salud (...) incluida la rehabilitación relacionada con la salud” y a impedir “que se nieguen, de manera discriminatoria, servicios de salud o de atención de la salud o alimentos sólidos o líquidos por motivos de discapacidad”.

 

Los llamamientos del Papa: sólo Dios es el dueño de la vida

El año pasado, el Papa Francisco lanzó dos llamamientos públicos a favor de Vincent Lambert, relacionándolo a la historia del pequeño Alfie Evans. El 15 de abril de 2018, en ocasión de la Regina Caeli, dijo:

Confío a sus oraciones a las personas como Vincent Lambert, en Francia, el pequeño Alfie Evans, en Inglaterra, y otras en diferentes países, que viven, a veces por largo tiempo, en un estado de grave enfermedad, asistidos médicamente para sus necesidades básicas. Son situaciones delicadas, muy dolorosas y complejas. Recemos para que cada enfermo sea siempre respetado en su dignidad y atendido de una manera apropiada a su condición, con el acuerdo de los familiares, de los médicos y de otros trabajadores de la salud, con gran respeto por la vida.

Tres días después, al final de la audiencia general del 18 de abril de 2018, afirmó:

Llamo de nuevo la atención sobre Vincent Lambert y el pequeño Alfie Evans, y quisiera reiterar y confirmar con firmeza que el único dueño de la vida, desde el inicio hasta el fin natural, ¡es Dios! Y nuestro deber, nuestro deber es hacer todo lo posible para custodiar la vida.

 

La Iglesia de Reims: no emprender el camino de la eutanasia

El arzobispo de Reims, Monseñor Éric de Moulins-Beaufort, y su obispo auxiliar, Monseñor Bruno Feillet, publicaron el pasado 13 de mayo una declaración sobre el caso de Vicent, en la que declaran:

Está en juego el honor de una sociedad humana de no dejar que uno de sus miembros muera de hambre o sed y hacer todo lo posible para mantener hasta el final las atenciones apropiadas. Permitirse renunciar a ella porque un tal tratamiento tiene un coste o porque sería inútil dejar vivir a la persona humana arruinaría el esfuerzo de nuestra civilización. La grandeza de la humanidad consiste en considerar la dignidad de sus miembros, especialmente los más vulnerables, como inalienable e inviolable. Nuestras sociedades bien equipadas se han organizado de tal manera que las personas en estado vegetativo o de conciencia mínima sean apoyadas hasta el final por hospitales y seguidas por personal competente. También sus familiares y amigos están llamados a brindar apoyo en caso de que uno de sus seres queridos se encontrara en una situación de este tipo y las bases para un buen acompañamiento se encuentran en la confianza mutua entre estas personas. Muchas personas experimentan que este apoyo, aunque agotador, ayuda a hacerlos más humanos. El deber de la sociedad es ayudarlos. Seguimos rezando y los invitamos también a ustedes a que lo hagan, para que nuestra sociedad francesa no emprenda el camino de la eutanasia.

 

L'Osservatore Romano: no es un caso de ensañamiento terapéutico

En Francia, la eutanasia está prohibida, pero los tribunales en el caso Lambert han admitido la suspensión del tratamiento porque consideran que su continuación es una obstinación irrazonable, un acto inútil y desproporcionado según afirma la ley Clays-Leonetti sobre el fin de vida. Pero el hecho es que Vincent no se está muriendo. En este contexto, el sábado pasado el L’Osservatore Romano habló sobre el caso publicando un artículo de Don Roberto Colombo, profesor de la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón. Don Colombo afirma: seguir alimentando e hidratando, aunque sea artificialmente, a Vicent, que no se está muriendo, nada tiene que ver con el deber de "respetar el inevitable inicio de la muerte y no oponerse al curso natural de la agonía con intervenciones inadecuadas que sólo prolongan el sufrimiento del moribundo".

Don Colombo cita al Papa Francisco, quien subrayó que sólo para un paciente en condiciones terminales, respetar el curso natural sin ensañamiento terapéutico es "una elección que asume responsablemente el límite de la condición humana mortal, cuando reconoce que ya no puede oponerse a ella". Aparece clara entonces la diferencia ética entre la práctica del ensañamiento terapéutico (uso de medios desproporcionados) y la eutanasia, que pretende interrumpir la vida, causando la muerte. Este sería exactamente el efecto de suspender la hidratación y la nutrición a Vincent. Si incluso la ley o una sentencia lo permitieran -concluye Don Colombo- esta acción "sigue siendo inaceptable e indigna de una sociedad fundada en el respeto y la acogida de la vida de todos".

 

Ciencia y Vida: también una cuestión de costos

En los últimos días,  intervino en Vatican News el jurista Alberto Gambino, presidente de Ciencia y Vida, hablando de una tendencia en algunos países a rediseñar los sistemas de salud con el posible resultado de "interrumpir la existencia humana porque puede que ya no sea eficiente e incluso se pueda recortar costes". En Inglaterra -dice- ha habido un fuerte impulso hacia las prácticas de eutanasia, después de la reforma del sistema de salud que ha requerido la reducción de muchos costos".

"Si llegamos a una drástica cuenta -añadió Gambino- de lo que puede costar permanecer en un hospital, en una estructura, cuando no hay posibilidad de recuperación desde el punto de vista de la plenitud de la fisiología propia, entonces, a este punto, se vuelve dramático no sólo el caso Lambert, sino muchas situaciones en las que encontramos una existencia que no está en plena conciencia. Pensemos cuánto es lábil el confín entre una patología grave, irreversible, y muchos estados depresivos que podrían configurarse como patologías y que podrían llevar al resultado exicial de la muerte" a través del abandono del paciente. Y concluyó: "Esto realmente no puede suceder en Europa, cuna de la civilización, y es correcto que los médicos se opongan a todo esto".