Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

 

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Nº 655

15 de abr. 2019

 

BOLETÍN MONOGRÁFICO: PSEUDOTERAPIAS Y PSEUDOCIENCIAS

 

1. Luis Santamaría denuncia la divulgación de pseudoterapias en Zamora.

2. La orinoterapia y otras propuestas extravagantes, bajo la lupa en España.

3. Los pseudoterapeutas se defienden ante las acciones del Gobierno español.

4. Los científicos de Argentina, preocupados ante el auge de las pseudoterapias.

5. Las pseudoterapias también se cuelan por los herbolarios.

6. La estafa de Bienve Herreros y su “pulsera Ormus” en España… más allá de lo espiritual.

7. España: piden prisión para el creador de la terapia Biogestalt por abusos sexuales.

8. Uruguay: polémica por las conferencias del curandero español Josep Pàmies.

9. El fraude de la programación neurolingüística (PNL).

10. Constelaciones familiares: una moda polémica.

 

 

1. Luis Santamaría denuncia la divulgación de pseudoterapias en Zamora.

FUENTE: Varios medios

 

 

El pasado 27 de marzo la Alhóndiga, un edificio del Ayuntamiento de Zamora (España) acogía una conferencia bajo el título “Estrés y cáncer, cáncer y estrés”, a cargo del ponente José Luis Torres. Una charla en la que ponente se dirigía a un auditorio de medio centenar de personas para intentar hacerles creer que la medicina no es el camino correcto para curarse de cáncer. Lo cuenta Ángel García en Zamora 24 Horas.

Un peligro para los enfermos

El presidente del Colegio de Médicos en Zamora afirmaba al respecto: “Entendemos que con las pseudoterapias se atenta gravemente contra la salud de los pacientes. Siempre que nos hemos enterado lo hemos denunciado. En situaciones extremas te puedes dejar engañar. Pedimos que no se dejen engañar porque no tienen ninguna evidencia científica”. Además, el doctor Sebastián Martínez Fernández, presidente del Colegio, dijo que “no podemos permitir que los charlatanes actúen sobre la salud de estos pacientes y les lleven a una situación crítica o a la muerte, porque a veces les obligan a dejar el tratamiento oficial”.

Por su parte, la vicepresidenta de la junta provincial de Zamora de la Asociación Española Contra el Cáncer, Julia Romero, exponía: “La AECC no avala tratamientos que no tengan evidencia científica. Quiero rogar a los pacientes de cáncer que no vayan a estas consultas de pseudoterapias, que se ceban en los más débiles, y que, por favor, nadie deje el tratamiento”.

La conferencia, denunciada

En la rueda de prensa intervino Luis Santamaría, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), que ha denunciado ante la Policía y el Servicio Territorial de Sanidad a José Luis Torres, el conferenciante, tal como informa Carlos Gil en La Opinión-El Correo de Zamora. Santamaría comenzó sus palabras señalando que en la convocatoria de la conferencia no aparecían más que el título y el nombre y primer apellido del ponente. Por eso les deseó a los periodistas presentes en la rueda de prensa “que tengáis más fortuna que yo si pedís más información al Ayuntamiento, titular de la Alhóndiga”.

Y lo explicó: “dos días después de la conferencia, el 29 de marzo, solicité por escrito ante el Registro del Ayuntamiento, como se me indicó, conocer el segundo apellido de ese tal José Luis Torres, su capacitación académica y profesional para hablar de temas de salud y, sobre todo, qué particular o institución de Zamora organizó tal conferencia, si no lo hizo él mismo. Hoy es 12 de abril y sigo esperando la respuesta”.

El origen del cáncer, emocional

El investigador de la RIES resumió “las barbaridades más significativas que se dijeron en esa conferencia”, ante una audiencia de unas 50 personas, la mayor parte de avanzada edad, y algunos de ellos, obviamente, enfermos oncológicos.

En el cáncer, según Torres, “la clave son las emociones, cómo vivimos nuestra vida, y la familia”. Una idea repetida varias veces, como cuando dijo: “el origen del cáncer es emocional”. Además, “el cáncer no es más importante que ninguna otra enfermedad”. No sólo eso, sino que dijo lo siguiente: “¿El cáncer mata? ¡No! No. Y hay varios casos de los que tengo conocimiento directo… El cáncer no mata, mata el miedo… ¿Quién de nosotros no tiene miedo?… Todos tenéis o habéis tenido miedo y no sois felices; de ese conflicto nace la enfermedad”.

Y en torno al cáncer “se ha montado un negocio, se intenta acosar a través del miedo para que consumamos”. De hecho, José Luis Torres dijo que los laboratorios de la Seguridad Social se llevan “una pasta” de las sesiones de quimioterapia.

Contra el sistema médico y las pruebas

El ponente desacreditó el sistema sanitario y las herramientas y procedimientos médicos. Afirmó que “fallan los aparatos a la hora de diagnosticar”, y por eso dio “pautas” y “normas” para interpretar los diagnósticos, llegando a decir: “podéis tener certeza de que eso no es real. Los equipos de medición fracasan muchas veces”. Repetidamente llamó a la desconfianza ante los resultados de los análisis y diagnósticos.

No sólo eso. El ponente también atacó las pruebas preventivas y de diagnóstico precoz del cáncer. Una perla: “radiar las mamas implica degenerar las mamas. Y pueden aparecer nódulos, necrosamientos, etc.”. Incluso dijo: “Hay que tener cuidado; yo he recibido hace muy poco una carta de la Seguridad Social para que me haga una prueba de colon… es que esto ya es el asalto. Tengo pacientes que cuando comienzan a darse quimio, empieza un acoso del sistema brutal”. Ante esto, Luis Santamaría comentó en la rueda de prensa: “Ah, ¡tiene pacientes! ¿Acaso es médico? Y, por lo que se vio en la conferencia, tiene pacientes en Zamora. ¿Dónde los recibe o los trata?”.

Discípulo de un médico asesino

Sí quedó claro cuál es su maestro: el doctor Hamer, “un criminal alemán que inventó la Nueva Medicina Germánica”, según Santamaría. Algo que resumió muy bien José Luis Torres al decir: “el cáncer es un aprendizaje como cualquier otra dolencia”. Así, explicó que una persona educada para reprimir sus emociones, podrá desarrollar un nódulo frío de tiroides. Una mujer que haya perdido un hijo, podrá desarrollar un tumor en la mama izquierda.

Abundando en esta teoría, el conferenciante dijo que “ante un diagnóstico de cáncer en una familia, alguien próximo a ese círculo va a generar otro tumor”. Como es algo emocional, se trataría de un mal contagioso. Torres sugirió abandonar la medicación para poder curarse, siguiendo el ejemplo del doctor Hamer, que “pasó ‘a pelo’ una tuberculosis, dos leucemias… Si se medica se rompe el aprendizaje, se rompe el proceso curativo del cuerpo”.

Además de otras recomendaciones de desobedecer las indicaciones de los médicos. Una muestra relatada por Luis Santamaría: “muchos oncólogos prohíben a sus pacientes tomar la luz del sol… y la luz del sol es lo único que les puede sacar adelante”.

Pseudoterapias añadidas

También citó la terapia de las flores de Bach. Y la resumió diciendo que toda enfermedad se produce al fijarnos en nuestro yo, y si no escuchamos a nuestra conciencia, “llega la enfermedad”. Otra pseudoterapia citada como autoridad por José Luis Torres fue la Medicina Tradicional China, asociando las enfermedades a colores y emociones. Así, la agresividad daña a la vesícula biliar, después al hígado y, por último al intestino grueso. La baja autoestima afecta a los huesos y músculos. Y los enfados nos provocan catarros.

Y no sólo se refirió al cáncer. Hablando de la leucemia, dijo que “la leucemia es resultado de un conflicto de territorio entre los padres”. Para resumir “los despropósitos de José Luis Torres”, el investigador del fenómeno sectario destacó ésta: “las enfermedades nos las ganamos a pulso… luego yo solito tengo que resolverlo”. O, con más detalles: “la enfermedad es una oportunidad de aprender lo que estoy haciendo mal, o sea, mi alma no me está mandando una dolencia para castigarme. No, todo lo contrario: para que rectifique el camino”.

Santamaría también contó que “el ponente afirmó ser analista y trabajar en la Sanidad y todas sus referencias fueron relativas a Extremadura. Desde la Secretaría General del Servicio Extremeño de Salud me han confirmado que no trabaja allí. Por otro lado, el presidente de la Asociación Española de Técnicos de Laboratorio me ha dicho que no conocen a esta persona”.

Un problema creciente

En suma, José Luis Torres defendió varias pseudoterapias incluidas en el listado publicado recientemente por los Ministerios de Sanidad y de Ciencia: la Nueva Medicina Germánica, las flores de Bach, la cromoterapia y la Medicina Tradicional China. Además de citar otras no incluidas. A este respecto, Luis Santamaría recordó que “se calculan en 300 los muertos por culpa de la Nueva Medicina Germánica en España, al abandonar sus tratamientos oncológicos, y más de 3.000 los enfermos fallecidos en toda Europa”.

A juicio de este investigador, “fue una conferencia puntual en la que se difundieron ideas muy peligrosas que afectan a una población tan vulnerable como son los enfermos de cáncer y sus familias”. “Pero esto va más allá de lo anecdótico”, añadió. En el año 2017 en la provincia de Zamora hubo al menos 103 actividades de riesgo potencial de divulgación y práctica de pseudoterapias con publicidad. El estudio actualmente en curso del año pasado arroja la cifra de 134 en 2018.

El de las pseudoterapias “es un problema de primer orden, y un problema creciente, y llamo a las administraciones a tomar cartas en el asunto”. Por ello Santamaría terminó sus palabras agradeciendo al Colegio Oficial de Médicos y a la Asociación Española Contra el Cáncer su implicación y colaboración.

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2. La orinoterapia y otras propuestas extravagantes, bajo la lupa en España.

FUENTE: Quo

 

 

¿Un chupito de orina? La invitación no es nada tentadora, pero sonará aún más delirante si la bebida de nuestra propia orina forma parte de una terapia que promete curarnos cualquiera que sea la enfermedad. Esta técnica milenaria nació en la India hace ya 5.000 años cuando la gente empezó a tomarla para depurar el organismo. También los aztecas limpiaban con su propio pis las heridas externas para prevenir infecciones. Y a los romanos les sirvió de blanqueador dental. Lo cuenta Marian Benito en Quo.

Todavía hay quien cree en ella

Hoy es noticia porque los Ministerios de Sanidad y Ciencia acaban de incluirla en una lista de pseudociencias, es decir de terapias que no curan nada. De las 139 técnicas analizadas, 73 no tienen ningún ensayo clínico aleatorizado, revisiones sistemáticas o meta-análisis sobre su eficacia o seguridad. En aquellos productos o técnicas en los que se tenga constancia que suponen un peligro directo para la salud se acudirá a la Fiscalía como ya ha hecho este ministerio en el caso del clorito de sodio (MMS), que se vende como remedio para el autismo.

La orinoterapia es una estafa más, pero todavía hay quien le atribuye una lista larga de virtudes, como que potencia el rendimiento sexual, reduce el peso, depura el hígado, mejora la piel y actúa contra la alopecia, las alergias, infecciones y cansancio. Hay quien la utiliza con fines cosméticos y se embadurna con ella la piel para conseguir estar más joven y hermoso. ¿Quién no recuerda a Paco Rabal en su papel de Azarías, en Los santos inocentes, orinando en sus manos porque se le agrietaban? Tampoco faltan quienes quieren hacer creer que podría curar el cáncer.

La orina contiene los productos de desecho del organismo, pero sus defensores argumentan que su paso por los riñones le sirve para adquirir unos códigos de regeneración que serán de utilidad en caso de enfermedad. Algunos van más allá y achacan el origen de la enfermedad a un desequilibrio entre el cuerpo y la mente desde el nacimiento, momento en que dejamos de ingerir la mezcla de orina y líquido amniótico.

Su consumo por vía intravenosa acabó, en 2009, con la vida de la veterinaria boliviana Gabriela Ascarrunz después de que una amiga le realizase una transfusión. Una investigación del biólogo extremeño José Ramón Vallejo recopiló 204 usos de la orina como medicina en España. Recoge tradiciones como la de la isla de Ons (Pontevedra), donde la mujer bebía la orina de un hombre virgen para facilitar el parto.

Además de inútiles, el informe de Sanidad y Ciencia recuerda que estas técnicas pueden llegar a ser muy peligrosas y más aún cuando el paciente abandona la medicina para practicar pseudoterapia. Junto a la orinoterapia, en España se siguen practicando, de forma muy minoritaria, técnicas que llaman la atención por su excentricidad.

La medicina de los mapuches

Entiende la enfermedad como una acción de las fuerzas maléficas. Los remedios de sanación de este pueblo indígena, que habita en el sur de Chile, se mantienen vigentes y se comercializan a través de internet o en farmacias mapuches en este país. En la base de esta medicina está la idea de un ser supremo que se comunica con el pueblo mapuche a través de sueño que implanta en los machis o sanadores. Si éstos entienden que la enfermedad tiene una causa sobrenatural organizará un ritual que le ayuda a entrar en trance para que la divinidad determine el modo de curar.

La técnica fosfénica

El fosfenismo se usa para aumentar la capacidad cerebral a partir de reacciones fisiológicas. Quienes la practican trabajan sobre los fosfenos, esos destellos o patrones luminosos que se obtienen después de frotar los párpados con presión. Observándolos, obtienen información suficiente para restablecer el equilibrio entre los dos hemisferios y ampliar las capacidades cerebrales. Prometen potenciar la memoria, la atención, la inteligencia y la creatividad, pretendiendo hacer de este método una herramienta pedagógica. Su impulsor fue el doctor Francis Lefebure, que dijo haber descubierto que la mezcla de un pensamiento con el fosfeno transforma la energía luminosa en energía mental. Sus defensores aconsejan también la técnica fosfénica para tratar la depresión y los estados melancólicos.

Los ángeles de Atlantis

Quienes aprenden a comunicarse con ellos, con sus señales y su lenguaje, acceden a un encuentro íntimo con diferentes tipos de ángeles y, en especial, con su propio ángel de la guarda. En la actualidad hay un montón de ofertas de cursos que enseñan a trabajar con sellos de los ángeles para activar su ayuda, sus rituales de sanación o las tareas que cada uno le asigne para su vida cotidiana.

La abrazoterapia puede esperar

Para saber más y como parte de esta sensibilización ciudadana e información favor de la evidencia científica, los Ministerios de Sanidad y Ciencia han lanzado la campaña #coNprueba, con mensajes como “Para curarte necesitas algo más que agua con azúcar”. Su página web aloja todos los contenidos relacionados con las pseudociencias. El listado es sólo un primer filtro que, de momento y a la espera de mayor revisión, ha dejado aparcadas la homeopatía, el reiki, el pilates, el yoga, la abrazoterapia o la medicina natural China, entre otras técnicas.

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3. Los pseudoterapeutas se defienden ante las acciones del Gobierno español.

FUENTE: El Comercio

 

 

A Pedro Duque (ministro español de Ciencia y Universidades) hay términos como 'hidroterapia de colon' que le provocan «risa». Pero «la hidroterapia de colon es como un enema, una lavativa, algo que en los hospitales están haciendo todos los días, a todas horas», defiende la doctora Ana Azanza, médica que regenta una clínica de estética y nutrición en Oviedo donde practica la hidroterapia a cien euros la sesión (160 si se trata de la primera cita, donde elabora una detallada historia clínica de cada paciente). Lo cuenta Azahara Villacorta en El Comercio.

La hidroterapia –abunda– «es una técnica de higienización que va fenomenal si, por ejemplo, tienes un estreñimiento grave o parásitos como lombrices». Un extremo que no comparten los ministerios de Sanidad y Ciencia, que la han colocado en un listado de 73 técnicas o productos que califican como 'pseudoterapias': aquellas que publicitan su efecto terapéutico pero que carecen de evidencia científica. Una lista a la que han añadido también otras 66 que serán revisadas, según anunciaron recientemente María Luisa Carcedo y Pedro Duque, titulares de ambos departamentos.

A falta de un decreto que establezca los límites en el ejercicio y la publicidad, una campaña informativa (www.coNprueba.es) es la primera medida de su plan para combatir a los filibusteros que prometen curaciones sin base científica alguna. Una iniciativa que no ha sentado nada bien a profesionales como Azanza, que sostiene que, «si no hay evidencia científica para decir que los enemas son perjudiciales, tampoco para la hidroterapia».

También Omar Fernós es otro de los afectados por la calificación de 'pseudoterapias', porque en su clínica avilesina ofrece, entre otros, servicios de iridología, «una ciencia perfectamente demostrable porque el iris es como un mapa del cuerpo humano». O lo que es lo mismo: «Los ojos son como ventanas por las que es posible ver el estado de salud del paciente». Ahora bien –precisa–, esta técnica «no realiza diagnósticos de enfermedades alopáticas específicas, sino que aporta información relacionada con la evolución y el estado de los diferentes tejidos».

No es esa la única práctica que ofrece el avilesino, porque entre su catálogo de servicios aparecen también las Flores de Bach o la homeopatía, en el limbo de las 66 técnicas bajo la lupa del Ejecutivo, a las que el Gobierno no califica con el prefijo 'pseudo', pero que someterá a una revisión para tratar de acreditar sus beneficios para la salud.

De las flores, «una serie de esencias descubiertas entre los años 1926 y 1934 por el doctor Bach, un gran investigador, además de médico y homeópata», asegura que «son «utilizadas para tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación, estrés, depresión y obsesiones». Un limbo pantanoso en el que ha terciado el presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, el asturiano Julio Bobes, que ha cargado contra la «pseudociencias» no reguladas de «chamanes, brujos y magos» que «confunden a los pacientes psiquiátricos y a sus familias y les hacen dejar el tratamiento o dudar de él».

También el presidente del Colegio de Médicos de Asturias, Alejandro Braña, reclama «tolerancia cero» ante «estas pseudociencias, que son fraudulentas y, en ocasiones, incluso peligrosas. Con el agravante, además, de que muchas veces van dirigidas a personas con enfermedades graves, llegando a poner en riesgo su vida aprovechándose de su vulnerabilidad».

Así que aplaude la iniciativa encaminada a «distinguir cuáles lo son y cuáles no», porque advierte que estamos ante «un batiburrillo» en el que hay que diferenciar «aquellas terapias que, aun no siendo curativas, producen efectos beneficiosos como la fitoterapia. Porque, «¿quién no se ha tomado alguna vez una tila para tranquilizarse o una manzanilla para el estómago?».

El propio Colegio suprimió su sección de terapias médicas no convencionales, en las que se incluía la homeopatía, con medio centenar de colegiados (de un total de 4.500) que la practican en Asturias. Eso sí, advierte el doctor Braña de que en la entidad «tienen cabida todos los médicos que practican tratamientos aprobados legalmente bajo pautas de ética y responsabilidad». Y, de la misma forma, recuerda que prácticas como la acupuntura «son utilizadas en muchas unidades del dolor de la sanidad pública».

El acupuntor Javier Martínez, que tiene su estudio en Oviedo (El Roble), donde ofrece sesiones a precios populares, sugiere al Ejecutivo «que se fije lo que están haciendo en otros países como EE.UU., donde está regularizada, de manera que quien quiera ejercer debe superar un examen y obtener una licencia». Algo que, según este autónomo, sería una garantía «incluso para los propios profesionales», que verían disminuir el intrusismo. «Lo que no se dice es que cada vez hay más gente que recurre a la acupuntura porque el sistema sanitario está en quiebra y que un 80 % de la que atendemos es gente a la que no dan respuesta. Personas que llevan un año esperando por una resonancia o por una operación y que tienen que seguir trabajando pero no soportan el dolor».

Y al «trasfondo económico» se refiere el maestro de reiki gijonés Carlos Egea, «un sensei» que ha formado a cientos de personas en esta práctica basada «en la imposición de manos y en la energía universal que complementa a la medicina tradicional». Porque Egea está convencido de que, «detrás de toda esta campaña del Ejecutivo, están los intereses de las farmacéuticas».

Y es que el reiki (40 euros la sesión de una hora) «no cura enfermedades, pero te da paz interior y bienestar, además de poder sobre tu propia vida, algo muy peligroso para los gobiernos». Una idea muy parecida a la que defiende Emily González, que abandonó la medicina pública por consagrase al yoga y que dirige en Gijón el centro Hanuman: «El yoga no es una terapia. Es un camino de desarrollo personal, aunque puede tener efectos terapéuticos. Y cada persona tiene derecho a elegir el suyo para encontrar la luz que llevamos dentro».

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4. Los científicos de Argentina, preocupados ante el auge de las pseudoterapias.

FUENTE: Clarín

 

 

En la municipalidad de Colón, al norte de la Provincia de Buenos Aires, a principios de marzo se realizó un “congreso” de terraplanistas, movimientos antivacunas y de personas que predican terapias médicas alternativas como la Nueva Medicina Germánica, la cual asegura que las enfermedades son producidas por el cerebro. La comunidad científica y médica argentina, espantada con la noticia, respondió con cierto temor, preocupada por el crecimiento de este tipo de prácticas en la sociedad. Ellos aseguran que estas son pseudociencias y pseudotarapias, que no tienen bases científicas reales y que, si no se controlan, “matan”.

Una realidad internacional

Este fenómeno no sólo afecta a la Argentina, según explica Gonzalo Herman en el diario Clarín. Es, en realidad, un asunto mundial. Hace poco, en España, el ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar, junto al de Ciencia, elaboraron un listado preliminar con 73 pseudoterapias –presentes también en Argentina– que no demuestran “ningún intento” de evidencia científica.

El listado fue difundido durante la presentación de la campaña #coNprueba, una iniciativa para acercar a la población información veraz y accesible sobre las pseudoterapias y pseudociencias. Los especialista aseguran que estas prácticas no presentan ningún ensayo clínico aleatorizado, revisiones sistemáticas o metanálisis sobre su eficacia o seguridad.

Algunas de las terapias alternativas que integran esta lista son la hidroterapia del colon, el Feng shui, frutoterapia, grafoterapia o el masaje tibetano. Hay otras, entre las que está la homeopatía, acupuntura o aromaterapia, que están actualmente en proceso de evaluación, ya que sus límites científicos son mucho más difusos. Por otra parte, una macroencuesta realizada también en España arrojó que, el año pasado, dos millones de españoles sustituyeron un tratamiento médico por terapias alternativas.

La moda de lo irracional

Pero por qué, en una era donde la tecnología y la ciencia dominan la vida cotidiana, cada vez más gente se ve seducida a creer que la Tierra es plana, que las vacunas dañan o que el cáncer y el alzheimer pueden curarse por “medicinas alternativas”. Nicolás Viotti, antropólogo investigador del Conicet, opina que en el fondo de este fenómeno cultural y social hay un sentimiento “antisistema”. “La relación entre la ciencia y la sociedad siempre fue conflictiva”, dice. Y ve como foco del problema la velocidad con la que avanza la tecnología y el cambio radical en la forma de comunicarnos.

“Hay un acceso tan grande a la información que es muy difícil clasificarla. Internet y las redes sociales ponen en el mismo nivel la información científica y la más irracional. Las dos tienen el mismo nivel de visibilidad”, explica. También asegura que hay una “crisis de creencia en las instituciones”, de “desconfianza”. Piensa, además, que desde hace tres décadas existe “una idea tan individualista que pone en peligro el bien común”.

Lo mismo piensa Rodrigo Laham Cohen, historiador y especialista en la Edad Media, quien opina que estos movimiento “atacan al sistema desde el absurdo”, en referencia a los terraplanistas. Y dice que es “tentador hablar de una segunda Edad Media”. Pero explica que en aquella época “las pseudociencias no chocaban con evidencias científicas” porque “la ciencia como la conocemos hoy no existía”. También habló del sentimiento, predominante en este tipo de movimientos, de que “el sistema nos engaña”. “La idea de complot o el pensamiento conspirativo antes venía desde los centros de poder, como la Iglesia, pero ahora provienen de los sectores populares”, analiza.

En el “congreso” de terraplanistas la idea de complot internacional estaba muy presente detrás de las charlas. “Las vacunas son un sistema de control social”, dijo la “doctora” Alejandra Chiappano, que pregona por una “Argentina sin vacunas”. Y un participante, que no creía en la redondez de la Tierra, le dijo a este cronista que el mundo estaba dominado por los Rockefeller, Rotschild y los Morgan.

Auge de lo conspiranoico

Martín Etchevers, profesor de psicología de la Universidad de Buenos Aires, explica que existe un gran número de personas (aunque estadísticamente se trata de una minoría), que tienen creencias de tipo conspirativo. “En principio es gente que tiene temor y por eso compran cualquier teoría conspirativa”, razona. “Ven un mundo amenazante y sienten que tienen que denunciarlo”. Asegura que los domina “la creencia de que van a descubrir algo nuevo” y que se “sienten especiales”. Pero advierte que “es muy peligroso lo que hacen”.

Sobre esto, Valentín Muro, que es filósofo y estudia el fenómeno del discurso anticiencia, considera que detrás de los pseudocientíficos “hay como un pensamiento de escepticismo mal dirigido, que es desconfiar de todo, que rompe con el método científico: la evidencia no coincide con la hipótesis, o con los prejuicios”. En Colón, durante el evento, también hubo una diatriba feroz contra las vacunas. Se dijo que producían autismo, cáncer e infertilidad en las mujeres (hay que tener en cuenta que entre el público había mujeres embarazadas y parejas con recién nacidos).

Cristian Biscayart, titular de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles, opina que estos movimientos son un peligro para la salud pública: “Las vacunas previenen enfermedades. Esto está basado en evidencias científicas, no en un acto de fe”. Y aseguró que “hay que seguir estos movimientos con mucha seriedad”, y averiguar “cuáles son los determinantes de la aversión o la indiferencia a la vacuna”.

El juego de la confusión

Por otro lado, quienes militan en estos espacios o practican terapias alternativas aseguran que ellos hacen ciencia y que todos sus estudios están basados en evidencias científicas. Daniel de Florian, doctor en física argentino especializado en física de altas energías, duda mucho de este punto y responde que la “ciencia tiene un objetivo muy claro: describir la naturaleza lo más precisamente posible por medio de la experimentación, la cual debe ser reproducible y refutable por otros”. Y afirma que las pseudociencias “se llaman así porque usan a veces algunos datos científicos para disfrazar los postulados que no tienen ninguna comprobación experimental, como la Astrología”.

Al respecto de cómo la ciencia se conecta, o desconecta, con el saber popular, Diego Golombek, biólogo y divulgador, reconoce que hay un problema allí. Que justamente este “divorcio” de la ciencia con la gente causa espacios vacíos de sentido que luego son llenados por el pensamiento mágico o poco científico. “Tenemos que ir con armas un poco más emocionales y no tan racionales contra algo que la razón no puede combatir de ninguna manera”, declara.

Pero también opina que hay que separar la pseudociencia del Estado y criticó a la municipalidad de Colón por darle espacio a los terraplanistas. “El Estado no puede apoyar este tipo de cosas. Puede no tomar partido si quiere, no la puede promover”, dijo. Golombek también consideró que las terapias alternativas o pseudoterapias son peligrosas, y argumentó que “si una persona tiene una enfermedad y se trata con medicinas alternativas sin considerar un diagnóstico adecuado, es muy delicado porque está poniendo en peligro su vida y la salud pública”.

Defensa de la numerología

Julieta Rutenberg es numeróloga y define su profesión, a la que estudia hace 20 años y se dedica hace más de una década, como una ciencia que “trabaja con la frecuencia atómica de las personas”. Explica que su trabajo, como terapeuta, es estudiar los números atómico de los pacientes. “Hacemos cuentas para saber cómo se comporta el paciente”, describe. Asegura que cuando “una persona entiende matemáticamente cómo es su frecuencia de onda mejora porque entiende empíricamente cómo tiene que ser”.

Dice que comenzó a interesarse en la numerología a los 23 años cuando se hizo su primera carta numerológica. Ahí entendió que el universo está “regido” por las matemáticas. “Me partió la cabeza porque los números describían como era mi vida”, comenta. Asegura que leyó muchos libros sobre matemáticas y física, en especial cuántica.

Sobre cómo hace su terapia, Julieta explica que cuando llega el paciente realiza “un mapa matemático”, que leen durante dos horas. Eso dicta cómo es la persona y cómo debería comportarse de ahí en más. Ella asegura que también la consultan de empresas para hacer perfiles de personas o para eligir el nombre de la compañía.

Rutenberg cuestiona a los científicos que dicen que la numerología es una pseudociencia. Asegura que está basada en métodos científicos y comprobales. “Que los físicos y biólogos se informen, que estudien”, reclama. Cuenta que Joe Dispenza y Bruce Lipton, dos neurocientíficos,  desarrollaron técnicas empíricas de comportamiento atómico en función del pensamiento y “demostraron que todo está basado sobre leyes matemáticas y de la física cuántica”. Julieta está convencida de lo que hace. Tal es así que afirma que “hay personas que tenían cáncer o alzheimer y que cambiando su frecuencia de onda, a través del pensamiento y la alimentación, se curaron”.

“La vibroacústica es una ciencia”

Jorge Zaín dice haberse recibido de licenciado en musicoterapia en la Universidad de Buenos Aires. Se especializó en la vibroacústica, a la que define como una ciencia. Hace años dirige el Centro Vibro, donde realiza terapias vibroacústicas utilizando cuencos tibetanos y dispositivos vibroacústicos donde además enseña este tipo de método terapéutico. Afirma que él y su equipo están “estudiando los efectos de la vibroacústica en personas con insomnio” y asegura que esta práctica tiene beneficios en el tratamiento contra la fibromialgia, párkinson y alzhéimer”.

Zaín cuenta que cuando empezó no había material teórico sobre el tema. Y que él tuvo que realizar estudios e investigaciones, las cuales publicó en forma de libros. Reconoce que este tipo de terapias están de moda y que hay mucho “esoterismo” en el ambiente. Cree que la comunidad científica en lugar de vincularse con escuelas y espacios que realizan investigaciones serias sobre esto, se “topan con estas modas, nos ponen en la misma bolsa y se burlan y no lo toman en serio”.

Jorge sostiene que “hay un montón de ensayos publicados donde está estudiado los efectos de la vibración sonora”. “Yo utilizo el método científico, utilizo escalas de evaluación, como por ejemplo escalas de analogías visuales, de calidad de vida y algunas de dolor”. Para él problema con estas terapias alternativas es que no hay plata para la investigación y lo hacen todo “a pulmón”. “Hay muy poca gente que escribe sobre vibroacústica porque no hay plata. Nosotros estamos alentado la investigación pero nos faltan herramientas”, cuenta.

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5. Las pseudoterapias también se cuelan por los herbolarios.

FUENTE: El Diario

 

 

Alineación de chakras, desintoxicación iónica, lámparas de sal, sesiones de tarot terapéutico... La oferta de algunos herbolarios españoles es una puerta de atrás para las terapias falsas. A pesar de que la normativa impide que realicen cualquier tipo de tratamiento, que vendan medicamentos o productos supuestamente curativos, es habitual encontrar en las ciudades españolas tiendas que ofrecen estos servicios. Lo leemos en El Diario, en un artículo firmado por Ángel Villascusa.

De acuerdo con la legislación, los herbolarios son comercios minoristas autorizados únicamente para la venta de productos vegetales, preparados dietéticos, alimentos ecológicos y cosmética natural. Un negocio creciente que facturó 485 millones de euros en España en 2018, según el Observatorio Sectorial DBK. Las asociaciones contra las pseudociencias denuncian que la falta de regulación y de control hace que en los herbolarios se lleven a cabo ese tipo de prácticas. “Pueden vender plantas con principios activos medicinales y poco más”, defiende Emilio Molina, vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP).

Según la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, en las herboristerías se pueden distribuir derivados de plantas y suplementos siempre que no se haga referencia a supuestas “propiedades terapéuticas, diagnósticas o preventivas”. Es decir, como terapias médicas. Pero, según Molina, la norma se incumple de manera habitual: “Estas prácticas llevan haciéndose desde hace años. No se puede decir que ciertos productos naturales curan el cáncer o sirven para mejorar los síntomas de una dolencia si no está demostrado científicamente”.

La pseudoterapias, como la homeopatía tienden a encontrar vías de distribución, como ha evidenciado su presencia en farmacias donde los profesionales han llegado a contar a eldiario.es “solo es placebo, pero si viene alguien y me lo pide, se lo dispenso” aunque luego justificaban que “al menos les explicamos las consecuencias que tiene e intentamos que no abandonen los tratamientos de eficacia probada”. La calificación de medicamento de un producto homeopático ha obligado a que se encuentren en las farmacias.

“Nosotros somos los boticarios de toda la vida”

Además de la Ley de garantías, el Real Decreto 1907/1996 sobre promoción de productos con pretendida finalidad sanitaria prohíbe que se atribuya a cualquier producto una utilidad terapéutica si no está considerado medicamento. “Nuestro sector no es impermeable a personas que se exceden en sus funciones, pero esto ocurre en todos los ámbitos profesionales”, explica José Ramón Lobo, presidente de la Asociación de Profesionales de la Naturología y la Herbodietética, quien acusa a APETP y a otras agrupaciones similares de persecución contra todo lo relativo a las terapias naturales.

“Nosotros somos los boticarios de toda la vida. A pesar de que en nuestras tiendas hay farmacéuticos, nuestra función no es despachar medicamentos de ningún tipo. Nos dedicamos a vender aquellos remedios naturales que los médicos pueden recomendar a sus pacientes”, cuenta desde Valencia Carolina Girbés, responsable de comunicación de Herbolarios Navarro, la mayor cadena de tiendas de plantas medicinales, comida ecológica y dietética de España.

Desde la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas no cuestionan la utilidad de la fitoterapia, es decir, remedios a base de productos de origen vegetal tradicionalmente considerados como medicinales, pero reclaman más control a la hora de su venta. “Se debe ser muy cuidadoso cuando se administra fitoterapia para evitar tanto la hipermedicación como la hipomedicación”, advierte Molina. Las plantas, recuerda, no son inocuas. “El ácido salicílico, proviene del sauce pero es muy corrosivo para el estómago y hace falta mucha cantidad para conseguir el efecto de una aspirina”. Para Molina, es indispensable que exista un control médico porque incluso aunque se tomen de forma complementaria pueden interferir con otros medicamentos.

El abogado y divulgador científico Fernando Frías considera que es necesario velar por el cumplimiento de la normativa en vigor: “Las Comunidades Autónomas tienen que poner en marcha más inspecciones para comprobar que lo que se hace en estos lugares se ajusta a la normativa”. El Real Decreto 1277/2003 sobre autorización de centros, servicios y establecimientos sanitarios no considera que estas tiendas ejerzan actividades relacionadas con la salud, por eso no necesitan autorización sanitaria previa, pero Frías cree que debería plantearse algún tipo de normativa específica: “Si así fuera, podría exigirse formación a los trabajadores”.

“Nos preocupan los ciudadanos, no los terapeutas”

Algunos herbolarios, como los de la red de Herbolarios Navarro, sí cuentan con personal especializado, como recuerda su responsable de comunicación: “Para nosotros es esencial atender a los pacientes de forma responsable”. Sin embargo, esta es una práctica voluntaria. Además de controlar que no se venden medicamentos (ni convencionales ni homeopáticos), que no se atribuyen cualidades curativas a los remedios herbales, Frías explica que se debe evitar que en el interior se hagan sesiones terapéuticas: “No pueden hacerlo. Para ello deberían estar registrados como Unidad 101 de Terapias no convencionales y estar controlados en todo momento por un profesional sanitario”. En resumen, más regulación y que se aplique la que ya está en vigor.

Lobo reconoce que puede haber excesos, pero señala que son casos aislados que no se deberían utilizar para desprestigiarles. Pero, en opinión de Emilio Molina, de la asociación contra las pseudoterapias, las terapias alternativas sí son peligrosas: “Son negocios en muchos casos fraudulentos que están provocando retrasos en los diagnósticos y, en los peores casos, incluso la muerte”. Molina rechaza cualquier ataque personal hacia los terapeutas: “Ellos no nos importan, lo que nos preocupa es la salud de los ciudadanos”.

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6. La estafa de Bienve Herreros y su “pulsera Ormus” en España… más allá de lo espiritual.

FUENTE: RedUNE

 

 

El blog “Constelación de Falsificadores”, publicado en Internet por la plataforma española RedUNE (Red de Prevención del Sectarismo y del Abuso de Debilidad) ha publicado recientemente el testimonio de una afectada por la “Pulsera Ormus”. Lo reproducimos a continuación.

Bienvenida Herreros Guerra es la mujer que destruyó mi matrimonio, mi familia, mi hogar, a mis hijos, a mi marido y a mí. Esta mujer vende una pulsera llamada la Pulsera de Ormus. Supuestamente esta pulsera cura todo tipo de cáncer, fibromialgias, sida, estrés, insomnio, depresión, etc. También ganas la lotería, asciendes en tu trabajo, consigues el trabajo de tus sueños, encuentras a tu alma gemela, tienes la vida de tus sueños… una maravilla de pulsera.

Bienvenida le dijo a mi marido que yo soy la parte negativa de su vida y que nunca tiene que estar conmigo, tiene que estar con otra mujer que no sea yo, para que todo lo bueno le llegue a su vida. Le hizo creer a mi marido que él vino a este mundo a ser un gran maestro, que él es el salvador de este mundo, ya que tiene una conexión directa con Dios.

Desde ese momento mi marido cambió por completo, no quería saber nada de nuestros hijos, tampoco de mí... Mi marido nos abandonó para irse a vivir su nueva vida... Mi marido la llama a esta mujer Maestra... Esta mujer manipula, engaña, tima y juega con la mente de las personas que se encuentran en situaciones desesperadas por encontrar una solución a sus problemas... esta mujer es conocida en las redes sociales como Bienve Herreros.

Bienvenida hace talleres con esta pulsera en Valencia capital y pueblos de los alrededores como Manises, Aldaia... Cuando le compras la pulsera, ella te pone en sus grupos de WhatsApp, que ella misma va creando. Ahí envía audios para que escuches sobre la reprogramación de la mente, abundancia económica, salud y relaciones de pareja. Dichos grupos se llaman Experimento Pulso 1, Experimento Pulso 2, etc.

Dicha pulsera ella la vende a 27 euros. La persona que hace la pulsera se llama Manel Ferriz... A Bienvenida no le gusta que le contradigan porque te elimina del grupo... Tienes que hacer lo que ella te diga. En los talleres que hace pone estratégicamente a personas que supuestamente se curaron de fibromialgias, otra que antes era pobre y que ahora tiene dinero, y ella misma te cuenta que se curó el cáncer con esta pulsera.

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7. España: piden prisión para el creador de la terapia Biogestalt por abusos sexuales.

FUENTE: El Español

 

 

“Transmite sabiduría e impone respeto. Es sutil, callado, reservado… Es como un maestro, un gurú”. Sus conocidos, incluso los que no han salido bien parados tras ser tratados, definen así a A., conocido psiquiatra tinerfeño, en conversación con Silvia Gil, del medio digital El Español. Sin embargo, detrás de esa imagen se escondería, presuntamente, otra –siempre que la denunciante esté en lo cierto–. La Fiscalía y la acusación particular piden 10 años de prisión y de inhabilitación para él por considerarlo responsable de un delito continuado de abusos sexuales a una paciente.

A., según la denuncia interpuesta por la mujer, presuntamente, habría abusado de ella entre los años 2011 y 2014 de forma continuada y aprovechándose de su estado mental y de debilidad. “Vente sin bragas”. “No tienes por qué sentirte culpable. Tú sabes cómo es nuestra relación. Tengo unas pocas ganas de follarte y sentir tu boca mientras te mojas...”. “¿No te apetece sentirme por detrás?”. Le escribió el psiquiatra a la víctima, según publicó La Opinión de Tenerife.

Para abusar de ella, A. –según la denuncia– se habría valido de un tratamiento con fármacos muy agresivos capaz de afectar a la capacidad de decisión de la mujer. El psiquiatra le habría suministrado éxtasis a la paciente para ayudarle a reducir la ansiedad y los problemas emocionales. Además, también le habría recetado Imalgene 50, un medicamento que tiene como uno de sus componentes activos la ketamina, un anestésico que se utiliza como sedante y que, en dosis altas, da lugar a intoxicaciones y alucinaciones, así como a la desinhibición sexual. Sus efectos pueden durar de dos a cuatro horas.

Una situación –y vivencia– que le ha causado daños psicológicos graves a la paciente, que desde entonces sufre de ansiedad y estrés postraumático. Por eso, la víctima fue la que rompió con todo y dejó de visitar al psiquiatra tinerfeño, que se había convertido en su vida por aquel entonces. Esa es la versión de la víctima.

A., al otro lado, argumentó, en su declaración judicial, que comenzó a tratar a la mujer en 2005 –cuando ella padecía de anorexia y bulimia–, que le puso tratamiento en 2009 y le dio trabajo como masajista cuando se quedó sin trabajo. Que la víctima, además, en 2013, accedió también a un curso de terapias que duró tres años. Que mantuvo, en efecto, relaciones sexuales con ella, pero que eran secretas –estaba casado–. Una de esas relaciones, la tuvo en su consulta, cuando ella le daba masajes; y el resto, en su casa, de la que la propia víctima tenía las llaves según el terapeuta. Estas, según A., tuvieron lugar durante 14 meses, pero habrían sido consentidas.

A. no es un desconocido para los psicólogos y psiquiatras de Tenerife. Es el creador de la terapia Biogestalt, un método creado por él mismo, y miembro fundador y presidente honorífico de la asociación de mismo nombre (AETB). Tiene, a su vez, en la isla, su propio Instituto con este método de tratamiento. Allí, realiza talleres (de autoconocimiento, de meditación en movimiento...), pasa consulta e imparte cursos, entre otras muchas cosas. “Métodos pseudocientíficos, que un psiquiatra no puede realizar por código deontológico, y que un paciente que acude a su consulta no tiene porqué conocer”, cuentan fuentes ajenas a la víctima.

Entre sus terapias, la principal es la biogestalt, que utiliza –según cuenta A. en su propia página– como “elementos primordiales: el desarrollo de la atención, el esfuerzo voluntario y el autocompromiso, lo que conlleva el aumento de la observación y la autoconsciencia con el fin de lograr niveles más altos de conciencia hasta la visión cabal o la atención pura”. Pero también, por ejemplo, el propio A. es el introductor del método Fischer-Hoffman, consistente en un curso de siete días en el que un grupo está internado y, a través de la inmersión en la propia infancia, trata de reparar con el perdón y el amor las relaciones básicas (las que se tienen con los padres).

Muchos, avalados por todo ese conocimiento, acuden al instituto de A. para realizar talleres o ser tratados. De dos formas: “Directamente, muchos acuden porque les han dicho que es bueno o porque encuentran su número en la guía telefónica”. Indirectamente, a través de recomendaciones. “Acudes a charlas grupales porque te dicen que te va a venir bien y después eres tratado”, cuenta la misma fuente a El Español. A partir de ahí, A. realiza sus consultas. Una de ellas, a la denunciante, por la que la acusación particular y la Fiscalía piden 10 años de prisión.

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8. Uruguay: polémica por las conferencias del curandero español Josep Pàmies.

FUENTE: El País

 

 

El 11 y 12 de marzo, el español Josep Pàmies o “el embaucador de la lejía” –como lo ha apodado la prensa española– fue a dar una charla a Uruguay. Se trata de un agricultor que hace dos décadas abrió un vivero de plantas medicinales en Balaguer (Cataluña) y sostiene que con la sustancia denominada MMS (Solución Mineral Milagrosa) y consistente en una mezcla de clorito de sodio y agua, puede curar casi cualquier enfermedad: desde el cáncer, la malaria, el ébola o hasta el autismo. El MMS (Miracle Mineral Solution) fue acuñado en 2006 por Jim Humble y está prohibido en Canadá, según leemos en el diario uruguayo El País.

En España, el Departamento de Salud de Cataluña le ha impuesto multas en tres ocasiones: la primera fue de 30.000 euros por el uso de ciertas plantas para curar el cáncer; la segunda ascendió a 90.000 euros y fue impuesta luego de que Josep Pàmies promocionara en la web de su asociación, Dolça Revolució, el MMS, sustancia que las autoridades sanitarias mantienen prohibida en España desde 2010; y la última fue de 600.000 euros y se le impuso a fines de 2018 por realizar unas jornadas sobre supuestas curas del autismo en las que se difundía nuevamente el MMS como remedio mágico.

En total, lo que podría llegar a pagar este curandero por concepto de multas ascendería a 720.000 euros. Los argumentos de Salud para abrirle expediente son que la promoción de remedios como el MMS incumple la normativa vigente sobre productos sanitarios. La Fiscalía de Balaguer, a su vez, anunció recientemente la apertura de una investigación para determinar si sus charlas animando al consumo de ese “producto milagroso” podrían constituir efectivamente un delito.

Gira latinoamericana

Pese a esto, Pàmies continúa difundiendo el MMS y en marzo comenzó una gira por distintas ciudades de Latinoamérica, entre ellas Montevideo y Punta del Este, para difundir los beneficios de esa solución ilegal. En el anuncio del evento en la página de Facebook “Josep Pàmies en Uruguay”, se lo describe al catalán como “experto en plantas medicinales, congresista y un ser con el don de querer buscar el camino de la sanación a través de las plantas, agua de mar y el MMS”.

También dice ser víctima de la persecución por parte del Gobierno español, pero que a pesar de eso “sigue adelante, porque no quiere dejarnos de espaldas al conocimiento ocultado por las mafias farmacéuticas, las mutuales, y otras”, se lee en la web. En la descripción del evento se invitaba a participar de la charla “colaborando los que puedan”, depositando en su cuenta o pagando un bono colaboración de $380 que puede adquirirse depositando el dinero en un colectivo de Abitab o Red Pagos a nombre de Pàmies. El comprobante de ese depósito era la entrada al evento.

En Montevideo, la actividad se programó para el 11 de marzo a las 18:30 en el Salón de Actos de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay, ubicada en Rincón y Misiones. En Punta del Este, en tanto, el encuentro tendría lugar el 12 de marzo en la antigua estación de servicio Ancap de la península, en Avenida Gorlero y Calle 30. Después de pasar por Uruguay, haseguido por distintas ciudades de Argentina y Chile.

Su teoría

El promotor de la polémica sostiene desde hace varios años que la malaria puede curarse en horas y el ébola en tres días si se usa la planta adecuada. En cuanto al autismo, dice que es culpa de los “metales pesados que meten en las vacunas, la comida y los medicamentos”. Acusa a la OMS de genocida, y a la Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras, Unicef y otras organizaciones “como colaboradores de este genocidio”, por no permitir que “los conocimientos de los curanderos lleguen a países de África” azotados por el ébola y otras enfermedades. Sostiene también que el cáncer puede ser curado con una planta denominada kalanchoe.

En cuanto a los beneficios del MMS dijo: “Esto no se puede probar porque no da dinero a esas mafias”, dice Pàmies en un video publicado en Youtube en 2014, haciendo referencia a la OMS y a las empresas farmacéuticas. En cuanto a otros métodos naturales, Pàmies asegura que el agua de mar “es lo más efectivo para curar el cólera ya que hace que se ‘disuelva’, pero sin embargo la OMS no lo recomienda”, asegura en el mismo video.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Oncológica del Uruguay, Luis Ubillos, dijo a El País sin dudar que el método de Pàmies es una “fantasmada”. “Es algo peligrosísimo. No podemos dejar que venga un tipo a decir que con agua jane cura el cáncer porque es un disparate”, indicó y agregó: “No tiene ni un solo estudio de valor científico que avale lo que dice. Cuando uno está desesperado, a medida que se van acortando las opciones, deposita la confianza en lo que sea. Y aprovecharse de eso es de mala gente. Es aprovecharse de la desgracia ajena”, dijo.

Según explicó, en el cáncer “ha habido mejorías considerables en el tratamiento pero ninguna ha sido por soluciones mágicas. No está bien darle falsas esperanzas a la gente diciéndoles que con una mezcla de agua jane se van a curar”, subrayó.

Los riesgos que marca el Ministerio de Sanidad

El Ministerio de Sanidad de España asegura que hay un riesgo doble en el consumo y la confianza en el MMS. “Por un lado, existen pruebas de que el mero hecho de tomar lo que en realidad es un tipo de lejía (cloro), aunque sea en dosis muy bajas, puede resultar perjudicial para la salud”, explica el diario El País de España, de acuerdo a declaraciones desde el organismo de sanidad. Por el otro, dice el ministerio, “las personas que lo consumen en lugar de tomar un fármaco legal incurren en el grave peligro de no tratar su enfermedad”.

Entre las dolencias a tratar con el MMS, además, los pseudocientíficos aseguran que cura el autismo, la hepatitis, la diabetes, la artritis, el cáncer, el ébola y la malaria. “El hecho de que un solo producto se proponga para el tratamiento de esta variedad de patologías [...] ya constituye una prueba de la ausencia de fundamento científico” de su uso, remarcó Sanidad. En cuanto a la cura del autismo, Josep Pàmies revela que la campaña la inició “al pedírmelo varias familias con hijos afectados por esa enfermedad, que han probado ese remedio y están muy satisfechos”, dijo el hombre al diario español La Vanguardia. “Aconsejo tomar algo que ya está en el mercado y no requiere espera para conseguirlo”, dijo el agricultor pese a las contraindicaciones médicas.

Cambio de ubicación

Tal como se ha dicho, estaba previsto que la charla de Pàmies se llevaría a cabo el 11 de marzo en la Cámara de Comercio del Uruguay. Pero una imprevista inundación en el salón que había sido alquilado para la ocasión, hizo que la charla debiera ser cambiada de lugar. Desde la organización del encuentro sostienen que la Cámara “dio marcha atrás” y no les comunicó ningún motivo que justificara su decisión. Aseguran también que la nota publicada en El País contribuyó a esa “marcha atrás” de la Cámara.

La charla cambió entonces de locación y se movió para el 11 en el Teatro Cervantes (Soriano 868), un lugar que tiene mayor capacidad. Se puso una urna en la entrada del lugar donde los asistentes podían colaborar económicamente. Hasta el 9 de marzo, según informaron los organizadores, había unas 250 personas que confirmaron que asistirían a la charla. Pero se esperaba que fueran más, dado que aún quedaba lugar en la antesala, en donde pusieron dos parlantes para la gente que allí obtuviera un lugar.

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9. El fraude de la programación neurolingüística (PNL).

FUENTE: El Universal

 

 

Con el título “El fraude de la programación neurolingüística, otra mentira que nos hemos tragado”, el diario mexicano El Universal ha publicado un artículo de Luis Javier Plata Rosas, divulgador científico y profesor de la Universidad de Guadalajara. Es doctor en oceanografía costera y autor de varios libros. Por su interés, reproducimos su artículo a continuación.

Pocas metodologías pseudocientíficas pueden presumir el éxito alcanzado y sostenido durante casi medio siglo por la Programación Neurolingüística (PNL, para intentar, según sus postulados, programar a mi cerebro a pensar “charlatanería” cada vez que escriba, lea o escuche estas siglas). Desde que inventaron la PNL en los años setenta, John Grinder y Richard Bandler demostraron con la elección del nombre que, en su caso, sus estudios en lingüística (el primero) y en psicología (el segundo) no los harían tan ricos como la mercadotecnia —a falta de ciencia— de la PNL en forma de conferencias, seminarios y diplomados que cada uno por su cuenta promueve en su propia página personal en internet.

Bandler nos ofrece, por ejemplo, una Ingeniería de la persuasión o un Remodelado neurohipnótico, y no esperábamos menos de quien se autodenomina “matemático, filósofo, modelador, maestro, artista y compositor”, y autor de un legado de conocimientos que “cambiarán la terapia, la educación y la medicina para siempre”.

Grinder, algo más modesto, promete enseñarnos a amar hablar en público sin sufrir el martirio de practicar y ser criticados —retroalimentados, diríamos mejor, para no herir nuestra autoestima hipersensible en estos tiempos milenarios— en cada sesión de Toastmasters por nuestros compañeros del club. “Imagina a tu audiencia disfrutando de tu presentación, hipnotizada por tu estilo y queriendo compartir con sus amigos todo lo que tú dijiste”. Yo, al menos, imagino a mis lectores haciendo esto con mis textos y lamento no contar con los cuarenta y cinco mil pesos que cuesta el seminario de seis días, pero, como en los memes de Kermit (la rana René, para los nacidos el siglo pasado), “…luego recuerdo que la PNL no sirve y se me pasa”.

De sapos a príncipes

El núcleo de la PNL es que cada persona prefiere uno de los siguientes “sistemas representacionales” o sentidos para percibir los estímulos del medio y representar la realidad en su mente: visual, auditivo o cinestésico (mediante sensaciones corporales y sentimientos). Al determinar qué tipo de persona somos —visual, auditiva o cinestésica— y qué tipo de persona son los otros, podemos “sintonizarnos” con éstas —comunicarnos con el sistema que ellas prefieren— y, digamos (¿digamos? Este verbo puede indicar que quien esto escribe es una persona auditiva según la PNL), ganar con los ojos cerrados (¡ojos cerrados! Estas palabras indican que soy una persona visual según la PNL) un premio de Comunicador Avanzado Oro. ¡En su cara, Toastmasters! (¿cara? Ya saben lo que eso significa para la PNL).

Entre los milagros que podemos lograr una vez que sepamos cómo distinguir si la vecina, el jefe, un cliente o cualquier otra persona es visual, auditivo o cinestésico está el curar nuestras fobias y ayudar a niños y adultos a superar problemas de lectura y escritura en menos de una hora, eliminar hábitos perniciosos como el alcohol y el tabaco en unas cuantas sesiones y sanar de varios problemas físicos. O al menos eso asegura Steve Andreas, editor y prologuista (y, por supuesto, acólito de los autores) de Frogs into Princes (De sapos a príncipes, 1975), una de las piedras de toque de la PNL escrita por Bandler y Grinder.

En Frogs into Princes Grinder y Bandler tranquilizan a sus lectores escépticos al aclarar que no son psicólogos ni teólogos ni teóricos. Añaden que: “no tenemos idea sobre la naturaleza ‘real’ de las cosas, y no estamos particularmente interesados en qué es ‘verdadero’. […] si nos toca mencionar algo que usted sabe que es inexacto con base en un estudio científico, o por estadísticas, dese cuenta de que lo que aquí le ofrecemos es un nivel de experiencia diferente. No le estamos ofreciendo algo que es verdad, sólo cosas que son útiles”. Más honestidad no se puede pedir ni a los políticos de la 4T. Por sus ojos los conoceréis.

El programador neurolingüístico puede: a) capacitarse en persona con Bandler o Grinder —mas ya vimos que esta opción no es para todos los bolsillos—, b) leer alguno de sus libros, o c) enterarse de sus técnicas nada secretas en la red. A fin de cuentas, tampoco es que se trate de estadística avanzada y —de nuevo de acuerdo con Andreas— la mayoría de tales técnicas “pueden ser puestas a pruebas en unos cuantos minutos o unas cuantas horas”. A continuación, una de las más populares de ellas, resumida en la sentencia “por sus ojos los conoceréis”:

La teoría (en el más amplio sentido del término) de la PNL nos dice que una forma de determinar si una persona es visual, auditiva o cinestésica es observar el movimiento de sus ojos; hacia arriba a izquierda o derecha indica, por ejemplo, que es lo primero. Más aún: si la persona es diestra y mira hacia arriba y a su derecha, eso significa que está “construyendo” (es decir, imaginando) un evento, mientras que si mira hacia arriba y a su izquierda es que está recordando algo.

A pesar de que sus propios creadores de entrada anunciaron que la PNL no tiene evidencia alguna que respalde sus postulados, y aunque jamás implicaron que “construir” un evento fuera sinónimo de “inventar una mentira”, al parecer sus seguidores ni vieron ni oyeron ni captaron por ninguno de sus sistemas representacionales preferido esta afirmación ni su nula aplicación como alternativa al polígrafo, y llegan incluso a ponerle números a los supuestos resultados de este método, tan pseudocientífico como inútil, de detección de mentiras. Así, mientras que algunos practicantes de la PNL afirman que “63 % de la población” miente con sus ojazos tapatíos de la manera predicha, otros aseguran que un 90 % sigue ese patrón, y nadie menciona cómo obtuvo estas cifras.

Las mentiras de la PNL

Un problema más serio es que todavía en el 2001 publicaciones como el FBI Law Enforcement Bulletin, con artículos de interés permanente y universal —si uno es un oficial de policía— incluían textos escritos por agentes e instructores del FBI sobre la utilidad de la PNL en la sala de interrogatorio, con conclusiones como esta: “al ser conscientes del proceso y de los beneficios asociados con la PNL, los entrevistadores pueden usar estas técnicas a su favor”.

A pesar de la posibilidad de ser interrogados e injustamente condenados como mentirosos (no digamos ya por alguna autoridad judicial sino por autoridades de cualquier otro tipo, como nuestra maestra de primaria, nuestro médico o nuestro jefe inmediato) apenas en 2012 dos artículos pusieron a prueba la hipótesis de la PNL como método para detectar mentiras.

En el primero de ellos, Samantha Mann y sus colegas del Departamento de Psicología de la Universidad de Portsmouth pidieron a 204 personas, todas ellas pasajeros en tránsito en un aeropuerto, que dijeran la verdad (107 de ellas) o mintieran (las 97 restantes) acerca del propósito de su viaje mientras eran grabados en video. Posteriormente, dos investigadores —uno de ellos ignorante de la hipótesis que se investigaba y de la veracidad de las respuestas dadas— analizaron en los videos los movimientos de los ojos de los participantes. Resultado: sólo 13 de quienes mintieron (6.5 % del total de mentirosos) movieron sus ojos de la forma predicha por la PNL.

“Es que la PNL claramente dice que los mentirosos ‘construyen’ a partir de eventos pasados, no de intenciones futuras”, podrían aducir sus defensores. Es por eso que Mann y colaboradores, en un segundo experimento, pidieron a otros participantes que mintieran acerca de su profesión en una entrevista grabada en video y analizada posteriormente como en el primer experimento. Resultado: sólo 9 % de los participantes se comportaron de acuerdo con lo predicho con la PNL. Conclusión del estudio: es una mentira que la PNL permita detectar mentiras. Ajustar la realidad a nuestro pensamiento

El segundo estudio fue incluso más concienzudo. En él, psicólogos de las universidades de Hertfordshire, Edimburgo y Columbia Británica, encabezados por Richard Wiseman, analizaron en un primer experimento los movimientos oculares en videos de participantes que mintieron o dijeron la verdad sobre lo que hicieron dentro de una oficina y acerca de los objetos que había dentro de un cajón en ella. Como los practicantes de la PNL podrían aducir que éste es un proceso mucho más intuitivo que codificar movimientos oculares por investigadores en videos, en un segundo experimento se informó a un grupo de participantes sobre el movimiento de los ojos asociado con mentir según la PNL y se les pidió que fueran ellos quienes detectaran a los mentirosos en los videos.

Por último, para aquellos defensores de la PNL que señalan que posiblemente estos mentirosos no tenían motivos suficientes para ser “buenos” o “auténticos” mentirosos, se usaron videos provenientes de agencias noticiosas de diferentes países en los que en la mitad de ellos los entrevistados mentían al pedir ayuda en la búsqueda de un familiar extraviado. Conclusión de los tres experimentos: la misma que en el primer estudio. Conclusión mía: hora de, al estilo Marie Kondo, decir “gracias por haberme entretenido” a todos nuestros libros de PNL y enviarlos a donde pertenecen.

Dada su proliferación, está claro que el hecho de que las técnicas de la PNL no sirvan no significa que muchas personas no crean que sí lo hacen (no por nada decenas de libros con el PNL en el título siguen guiñándole el ojo a miles de personas), y un estudio de 2018 mostró que los participantes en él, a quienes se les había mentido previamente diciéndoles que era una verdad apoyada por la ciencia la asociación entre mentirosos y aquellos movimientos oculares descritos por la PNL, estaban seguros de haber observado este comportamiento en sospechosos de mentira (si se nos permite el exceso, dado que a estos últimos se les pidió que movieran los ojos como si mintieran, aunque estuvieran diciendo la verdad y viceversa), a pesar de que esto no ocurrió así.

La teoría de disonancia cognitiva es una posible explicación de este comportamiento: ante la diferencia observada entre lo que esperamos que suceda —con base en nuestras ideas, creencias, conocimientos y prejuicios— y lo que en verdad ocurre, intentamos racionalizar esto para disminuir esta discrepancia y, en vez de ajustar lo que pensamos a la realidad, intentamos ajustar la realidad a lo que pensamos. PNL aparte, la verdad es que la frecuencia y duración de los movimientos sacádicos de los ojos sí permite distinguir cuando una persona miente, esto se debe a que, para mentir, es necesario recuperar información en nuestra memoria a largo plazo y diversos estudios, apoyados con imágenes de resonancia magnética, muestran que estos movimientos, con milisegundos de duración, están relacionados con la eficiencia en esta búsqueda de información.

Un estudio mostró que los mentirosos exhibieron unas tasas de movimientos sacádicos oculares un 68 % mayor que quienes dijeron la verdad. Y aunque también es cierto que detectar frecuencia y duración de movimientos sacádicos oculares puede ser programable mediante el lenguaje, nadie habla aquí de neurolingüística, y ni siquiera de humanos, sino de instrucciones en una computadora que controle una cámara de alta velocidad.

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10. Constelaciones familiares: una moda polémica.

FUENTE: La Voz del Interior

 

 

Patricia Zabala es una abogada que abandonó el mármol de los pasillos de los tribunales cordobeses para dedicarse de lleno a las constelaciones familiares, un tipo de “psicoterapia” creada por el alemán Bert Hellinger, filósofo, teólogo y pedagogo nacido en 1925. Patricia dejó el Palacio de Justicia para ser parte de una nueva movida que en Argentina cuenta con más de 500 consteladores o facilitadores, tal el nombre con el que se los conoce. En Córdoba hay sólo 11 personas que pueden realizar constelaciones familiares, según el Centro Latinoamericano de Constelaciones Familiares, la entidad que los agrupa en esta parte del mundo. Lo cuenta Catalina Bonacossa en el diario argentino La Voz del Interior.

Este tipo de terapia alternativa se lleva a cabo todos los fines de semana en numerosos puntos de la provincia; incluso hay retiros en las Sierras para realizar formaciones, talleres y seminarios. La práctica, que muchos engloban dentro del fenómeno new age, experimentó un fuerte auge en los últimos años, hasta el punto de preocupar a los colegios de psicólogos por las consecuencias que puede tener entre las personas que la eligen para intentar resolver sus conflictos personales.

En España, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar considera a las constelaciones una pseudociencia o pseudoterapia. Esa es la posición más común que adoptan las autoridades sanitarias de diversas partes del mundo, aunque existen excepciones llamativas, como el caso de Brasil. Nuestro vecino país habilitó en 2018 la posibilidad de que los hospitales públicos ofrezcan constelaciones familiares, junto con un criticado menú de seudociencias que incluyó hasta la hipnosis, para “promover el bienestar de la población y reducir el estrés y la ansiedad”, según informó en su momento el Ministerio de Salud brasileño.

¿Qué son las constelaciones familiares? ¿Por qué tantas personas las buscan para superar problemas personales? ¿Son la nueva moda que viene a reemplazar la visita al parapsicólogo y a prácticas como las cartas del tarot? Para entender el fenómeno, me sumé a las miles de personas que ya constelaron en Córdoba en los últimos años.

Cómo es constelar

Conocí a Patricia a través de una compañera de trabajo, quien me pasó su contacto como “Patri Reiki”. En ese momento, mi viaje al mundo de las constelaciones estaba a sólo un mensaje de comenzar. Arreglamos un encuentro y fui a su consultorio. La música ambiental salía de un celular, que fue puesto de forma horizontal sobre una cómoda. Patricia habla suave, con dulzura; mira a los ojos incluso cuando no se la está mirando, y guía la meditación para que su cliente encuentre el problema por el que llegó hasta su consultorio.

La constelación consiste en entender las estructuras familiares que marcaron patrones en nuestra conducta y que terminarían afectando nuestra vida diaria. A través de dinámicas grupales o individuales, el constelador trata de entender esos roles familiares y ordenarlos para poder producir un cambio en la vida de la persona que va buscando ayuda.

En la constelación, cuando se la hace en grupos, se ve a otras personas actuar las conductas de diversos miembros de la familia. Quien está constelando es un testigo externo de esa situación, que ve cómo reaccionan y responden quienes se meten en el rol de sus familiares. Casi como si fuera una obra de teatro de su propia vida. La intención es que, de esa manera, vaya comprendiendo su problemática, entendiendo su lugar y encontrando una respuesta.

“La terapia trabaja con la psiquis, y las constelaciones, con el alma”, me explica Patricia antes de comenzar a realizar la constelación. Inhalo y exhalo; las células receptoras del olfato captan un vaho pesado avainillado. Aun así, mantengo los ojos cerrados y pienso en qué problema personal elegiré para constelar.

Mirada crítica

A la Federación de Psicólogos de la República Argentina, la práctica de las constelaciones familiares no le merece confianza. Emitió una declaración en la que afirma que esta práctica “actualmente no se encuentra incluida dentro de un marco teórico que haya sido validado científicamente”. Es decir, forma parte del amplio y diverso mundo de las pseudociencias. La entidad agrega que los llamados consteladores “no adoptan en su totalidad el corpus de una teoría psicológica reconocida y vigente” y que “como práctica, no puede considerarse incluida dentro de una teoría o campo de la psicología (clínico, jurídico, social, comunitario, laboral ni educacional)”.

El principal problema o desafío para este nuevo tipo de terapia alternativa es que todos pueden constelar y todos pueden formarse, a través de cursos que no llevan tanto tiempo como una carrera tradicional, para ser consteladores, y ese resulta ser uno de los riesgos que plantean muchos psicólogos. De hecho, para el constelador Alejandro Reyes, quien además es psicólogo, las constelaciones “no reemplazan a la terapia psicológica que el paciente necesite o elija”. Opina que, aunque las constelaciones familiares parezcan una especie de “terapia de impacto”, en la que en dos horas se lograría resolver los conflictos de toda la vida, la verdad es que no son un tratamiento alternativo.

Para Pablo Salum, de la red Librementes y conocido por colaborar con víctimas y familiares de organizaciones coercitivas, a veces denominadas “sectas”, las constelaciones son “seudoprácticas que no tienen un fundamento científico” y que incluso “pueden llevar a la persona al suicidio”. “Me ha consultado gente a la que le han sacado sus casas, sus propiedades. Hay consultorios clandestinos que captan a personas vulnerables con la promesa de que en dos días van a solucionar sus problemas. Ofrecen soluciones mágicas”, opina Salum.

Agrega que, en esta práctica, hay facilitadores deshonestos que utilizan técnicas de grupos new age en las que hacen que las personas cuenten secretos y después las extorsionan. Otro dato que aporta Salum desde la red Librementes es que estas prácticas son en su mayoría brindadas por psicólogos con matrícula, lo cual tiene “un doble agravante”, ya que son profesionales de la salud que saben que lo que hacen no está bien.

El mecanismo individual

En mi caso, decido plantear un problema vincular que tiene que ver con el lugar donde vivo. Porque las constelaciones funcionan así: debe haber un conflicto, “algo que esté desordenado” en la vida de las personas, y a través de este tipo de terapia alternativa se puede acomodar aquello que se salió de su lugar. Enfrente de mí hay un tablero de ajedrez de madera, con casilleros rojos y negros. Al costado, en una bolsa plástica transparente, una infinidad de piezas de distintos materiales y de distintos sets.

Guiada por Patricia, elijo un peón negro de madera para que represente a mi hermana más chica, una torre de colores para mi hermano y una torre blanca algo chueca para mí. A mis padres, obviamente, les concedo el lugar de rey y de reina. Los acomodo donde quiero; el lugar en donde van a estar ubicadas las piezas tiene, por supuesto, su significado. Pienso en lo racional que es el ajedrez y lo raro que resulta usarlo para esta práctica. Me acuerdo de Erving Goffman, el sociólogo canadiense que estudiaba la interacción en los pequeños grupos de personas; pienso en mis años dedicados a la terapia, al yoga. El olor a vainilla que flota en el consultorio me devuelve al tablero.

Patricia se formó durante dos años para ser consteladora. Me explica que “no todos están listos para constelar en todo momento” y que ella se fija realmente en cada caso antes de trabajar con alguien. Ha tenido pacientes de solamente 6 años que llegan acompañados por sus padres. Desde los 16, se entiende que las personas ya pueden trabajar sus conflictos solas, sin ser acompañadas.

El trabajo de revisar el problema que cada uno plantea, acomodar las piezas de ajedrez, meditar y volver a llevar las piezas a un lado y a otro para intentar encontrar la solución dura una hora y media. En teoría, se sale de ese cuartito con una respuesta y el desorden pasa a ser orden. La constelación funcionaría como una Marie Kondo para el alma. Muevo mi pieza en el tablero y voy sumando personas que forman parte de mi vida. A medida que avanzo en movimientos, es como si se fuera terminando el juego. Hasta que más o menos se le logre cantar jaque al problema.

El mecanismo grupal

Patricia realiza constelaciones individuales y grupales. Estas últimas suelen ser las más conocidas: a través de roles, las personas ven sus problemas interpretados por desconocidos. Julieta Centeno, una cordobesa que fue a constelar grupalmente, cuenta que las terapias grupales son “como ver una película de tu vida”. “Ves y escuchás algo que todo el mundo te aconsejó, pero no hiciste caso. Es como que necesitás verlo desde alguien externo”, dice.

“Una mujer tuvo incluso los síntomas del personaje familiar que protagonizaba. Es ‘groso’: te puede pasar que vayas al grupo y no puedas constelar por las emociones que te produce”, agrega. Julieta dice que las constelaciones le permitieron sacar hacia afuera sus problemas en poco tiempo, a diferencia de lo que suele suceder en terapias tradicionales.

Candelaria Blanco, otra “clienta” cordobesa que hizo constelaciones grupales, contó que antes había hecho otro tipo de terapia tradicional, pero que “las constelaciones, por su forma y por la participación de más personas, fueron algo nuevo”. “Tuve una experiencia súper sanadora y de autoconocimiento que le recomendaría a todos. Yo fui confiada, aunque creo que la experiencia y la vivencia es única. No me parece que haya que ‘creer’ para que funcione mejor. Sí hay que estar dispuesto a trabajarse a uno mismo para sanar”, sostiene.

Tanto Zabala como Reyes afirman que las constelaciones familiares son una práctica que lleva casi una década en expansión, y reconocen que los últimos años notan una explosión en relación con la temática. “Creo que las constelaciones permiten que las personas saquen rápidamente sus cosas a la luz. Es una dinámica que tiene un efecto de eficiencia que llega con rapidez”, explica Reyes. Zabala coincide y agrega que en su caso la herramienta, además de rápida, es segura, “porque el individuo tiene privacidad para contar su historia”. “El fenómeno hoy explota en gente de entre 25 y 40 años porque la juventud es más abierta”, describe Zabala.

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