Servicio diario - 09 de abril de 2019


 

Sudán del Sur: El Papa hablará en el retiro espiritual al presidente y a las autoridades
Rosa Die Alcolea

Normas complementarias de la Constitución Apostólica `Anglicanorum coetibus'
Redacción

Santa Marta: El Papa advierte sobre el apego al fracaso y la insatisfacción
Larissa I López

Valoración ética del suicidio asistido: El caso de María José Carrasco
Justo Aznar

'Cristo vive': La pastoral juvenil debe "ser flexible", sólo puede ser "sinodal"
Rosa Die Alcolea

Universidad Pontificia Lateranense: "El sacerdote en una Iglesia en salida"
Larissa I López

Padre Antonio Rivero: "Acompañemos a Cristo en esta Semana Santa"
Larissa I López

Santa Magdalena de Canossa, 10 de abril
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

09/04/2019-12:05
Rosa Die Alcolea

Sudán del Sur: El Papa hablará en el retiro espiritual al presidente y a las autoridades

(ZENIT — 9 abril 2019).- El Presidente de la República de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit, —recientemente recibido en audiencia por el Papa en el Vaticano— participará en el retiro espiritual junto a cuatro vicepresidentes y ocho miembros del Consejo de las Iglesias del país, que se celebrará los días 10 y 11 de abril en el Vaticano, y que clausurará el Santo Padre con un discurso.

Alessandro Gisotti, director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha informado sobre este encuentro a través unas declaraciones, dadas a conocer el martes, 9 de abril de 2019, a mediodía.

Así, ha explicado que el Santo Padre "ha aprobado la propuesta presentada por el Arzobispo de Canterbury, Su Gracia Justin Welby", de organizar este retiro espiritual en la Casa de Santa Marta, del 10 y 11 de abril de 2019, con la participación de las máximas Autoridades civiles y eclesiásticas de Sudán del Sur.

 

Discurso del Papa

El momento final del retiro será la tarde del jueves 11 cuando, a las 17 horas, el Santo Padre pronunciará un discurso, que será emitido por streaming en Vatican News.

A continuación, se entregará a los participantes la Biblia firmada por el Papa Francisco, Justin Welby, Arzobispo de Canterbury, y por el Rvdo. John Chalmers, ex Moderador de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, con el mensaje "Busca aquello que une. Supera aquello que divide". Como conclusión, se impartirá la bendición a los líderes de Sudán del Sur, que "asumirán un compromiso común por la paz".

 

Autoridades

Por parte de las Autoridades civiles, participarán en este evento los miembros de la Presidencia de la República de Sudán del Sur que, de conformidad con el Revitalised Agreement on the Resolution of Conflict in South Sudan, asumirán altos encargos de responsabilidad nacional el próximo 12 de mayo: Salva Kiir Mayardit, Presidente de la República, cuatro de los cinco Vicepresidentes designados: Riek Machar Teny Dhurgon, James Wani Igga, Taban Deng Gai y Rebecca Nyandeng De Mabior.

Por parte de las Autoridades eclesiásticas del País, participarán en el retiro los ocho miembros del Consejo de las Iglesias de Sudán del Sur.

 

Predicadores

Los predicadores del retiro serán Mons. John Baptist Odama, Arzobispo de Gulu (Uganda), y el Rvdo. P. Agbonkhianmeghe Orobator, jesuita británico, Presidente de la Conferencia de los Superiores Mayores del África y Madagascar.

Este evento, "paralelamente ecuménico y diplomático", es organizado por común acuerdo entre la Secretaría de Estado y el despacho del Arzobispo de Canterbury, con la finalidad de "ofrecer, por parte de la Iglesia, una ocasión proficua para la reflexión y la oración", así como "para el encuentro y la reconciliación", en un "espíritu de respeto y de confianza", a aquellos que en este momento tienen la misión y la responsabilidad de "trabajar por un futuro de paz y de prosperidad" para el pueblo de Sudán del Sur, explica Gisotti.

 

Religiones

En este país, cohabitan los creyentes de diferentes religiones. De los 8.000.000 de habitantes que hay en total, 3.500.000 fieles son católicos, según los datos del Consejo Mundial de Iglesias, y se agrupan en una archidiócesis y seis diócesis: Malakal, Rumbek, Tombura-Yambio, Torit, Wau y Yei.

La Iglesia Anglicana es la segunda religión más numerosa en la nación africana. Posee aproximadamente un 1.500.000 de fieles que se agrupan en la Iglesia Espiscopal de Sudán con diócesis en: Bor, Juba, Malakal, Rumbek, Wau y Yei; y la Iglesia Católica Anglicana con su diócesis en Aweil.

Además, los protestantes están presentes en Sudán del Sur con más de un 1.160.000 fieles. Las denominaciones con más amplia membresía son: Evangelice! Church of South Sudan, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Iglesia Presbiteriana de Sudán, Africa Inland Church Sudany Bautistas.

Por último, los Pentecostales forman un pequeño número de creyentes con poco más de 37 mil personas agrupadas en la Pentecostal Church of Sudan.

 

Prácticas animistas

Después del cristianismo siguen en orden de importancia en cuanto al número de seguidores las prácticas animistas las cuales ejercen más del 30 % de la población; y a continuación el Islam, que es practicado por poco más del 6 %. También hay un pequeño número de testigos de Jehová y de coptos.

 

 

 

09/04/2019-17:15
Redacción

Normas complementarias de la Constitución Apostólica `Anglicanorum coetibus'

(ZENIT — 9 abril 2019).- La Congregación para la Doctrina de la Fe, el 9 de abril de 2019, emitió las Normas Complementarias de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus.

En un artículo que publica hoy L'Osservatore Romano escrito por Nicola Gori y relativo a las Normas complementarias de la Constitución Apostólica Anglicanorum coetibus se recuerda que Benedicto XVI firmó en 2009 la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus sobre la institución de ordinariatos personales para los anglicanos que entrasen en plena comunión con la Iglesia Católica, obedeciendo a la solicitud de algunos grupos anglicanos que querían ser acogidos, incluso de forma corporativa en la plena comunión católica.

En la actualidad los ordinariatos son tres: Nuestra Señora de Washington en Reino Unido, la Cátedra de San Pedro en Estados Unidos y Nuestra Señora de la Cruz del Sur en Australia.

La constitución de 2009 constaba de una normativa general y se integraba con normas complementarias. Durante los diez años transcurridos desde su publicación se han acogido algunas sugerencias e indicaciones teológicas, de derecho canónico y ecuménicas y se han analizado algunos aspectos para que su actuación fuera más fiel. Todo ello ha desembocado en la nueva versión de dichas normas, decididas por la Congregación para la Doctrina de la Fe y aprobadas por el Papa Francisco el pasado 8 de marzo.

"Para entrar en detalle —explica Gori-, en el Artículo 4, donde se hace referencia al Ordinario que tiene la facultad de incardinar en el Ordinariato a los ministros anglicanos que entran en plena comunión con la Iglesia Católica se ha agregado en las Normas Complementarias revisadas una referencia especial a aquellos que ya están incardinados en una diócesis en virtud de la Pastoral Provision y a los candidatos que pertenecen al Ordinariato promovidos por él a las sagradas órdenes".

Además, los clérigos que "están a punto de ser incardinados en el Ordinariato deben ser excardinados de su diócesis de origen".

Como recuerda el autor, la Pastoral Provision, autorizada por san Juan Pablo II en 1980, nació en el contexto de la Iglesia estadounidense para recibir a los ex sacerdotes anglicanos casados en el ministerio ordenado católico.

"Con respecto a los fieles del Ordinariato —prosigue Gori- de los que se trata en el Artículo 5, las nuevas Normas complementarias especifican el caso de una persona que haya sido bautizada válidamente en otra comunidad eclesial fuera de la Iglesia Católica. Cuando la persona expresa el deseo de entrar en plena comunión con la Iglesia Católica, gracias a los esfuerzos y la misión evangelizadora del Ordinariato, puede ser admitida y pertenecer al Ordinariato cuando "entre en la plena comunión y reciba los sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía". Además, se evidencia que esto también se aplica a los que no están bautizados válidamente, pero gracias a la acción evangelizadora del Ordinariato, han descubierto la fe de manera que pueden recibir todos los sacramentos de iniciación".

En el artículo 10, relativo al clero hay otra actualización. Si el párrafo 2 del precedente rezaba que "para tener en cuenta las necesidades particulares de los seminaristas del Ordinariato y de su formación en el patrimonio anglicano, el Ordinario puede establecer programas para desarrollar en el seminario o también erigir casas de formación", en las nuevas Normas complementarias en el mismo párrafo 2 se menciona a los seminaristas del Ordinariato, los cuales recibirán su formación teológica con los otros seminaristas en un Seminario o en una Facultad de Teología, de acuerdo con el obispo diocesano o los obispos interesados". "Agregando sencillamente que tales candidatos "pueden recibir una formación sacerdotal particular, se simplifica la norma y se hace más adecuada a las necesidades actuales" —especifica Gori- Siempre en el artículo 10, esta vez en el párrafo 5 se añade que el Ordinariato, con miras a la formación permanente de sus clérigos, promoverá su participación no solo en las reuniones locales organizadas por la Conferencia Episcopal y el obispo diocesano, sino también en sus programas de formación permanente".

"En las nuevas Normas complementarias se ha insertado un artículo completo, el 15, dedicado a la celebración del Culto Divino. Se reconoce que el Misal de los Ordinariatos personales, llamado Divine Worship, o sea la forma aprobada por la Santa Sede para su uso en el Ordinariato, expresa y preserva el culto católico y "el digno patrimonio litúrgico anglicano, entendido como aquel que ha alimentado la fe católica a lo largo de la historia de la tradición anglicana y ha impulsado la aspiración a la unidad eclesial".

"De ahí que se subraye —concluye Gori— que la celebración litúrgica pública según el Divine Worship esté "limitada a los ordinariatos personales" establecidos con la Constitución apostólica Anglicanorum coetibus. Cualquier sacerdote incardinado en el Ordinariato está autorizado a celebrar siguiendo el Divine Worship. Esto es válido al margen de las parroquias del Ordinariato cuando el sacerdote celebre la misa sin la participación de los fieles, y también públicamente con el permiso del rector / párroco de la iglesia o de la parroquia interesada.

Además, cuando las necesidades pastorales lo requieran, o en ausencia de un sacerdote incardinado en un Ordinariato, si se solicita, cualquier sacerdote incardinado en la diócesis o en un instituto de vida consagrada o en una sociedad de vida apostólica puede celebrar según el Divine Worship para los miembros del Ordinariato. Por último, se otorga a cualquier sacerdote incardinado en la diócesis o en un instituto de vida consagrada o en una sociedad de vida apostólica la posibilidad de concelebrar según el Divine Worship".

***

 

Publicamos a continuación el link, en italiano e inglés, al documento Normas complementarias de la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aprobadas por el Santo Padre Francisco en la audiencia concedida el pasado 8 de marzo al prefecto y al secretario de dicho dicasterio, respectivamente S.E el cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer S.I. y S.E. Mons. Giacomo Morandi.

 

Link en italiano

http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2019/04/09/0300/00607.html#ita

 

Link en inglés

http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2019/04/09/0300/00607.html#ing

 

 

 

09/04/2019-16:38
Larissa 1. López

Santa Marta: El Papa advierte sobre el apego al fracaso y la insatisfacción

(ZENIT – 9 abril 2019).-Estamos más apegados a la insatisfacción, al cansancio, al fracaso. Que el Señor nos libere de esta enfermedad ha pedido el Papa en su homilía diaria.

Hoy, 9 de abril, el Santo Padre ha contado con la participación de Mons. Celestino Aós, nuevo administrador apostólico en Santiago de Chile desde el 23 de marzo, en la Misa en Santa Marta.

Según Vatican News, el Pontífice ha hecho referencia a la lectura del libro de los Números (Nm 21, 4-9) para hablar sobre el “cansancio” y la caída en la “desolación”. Durante la huida de la esclavitud, el pueblo de Dios “no soportó el viaje”, perdió el entusiasmo y la esperanza, y esto le lleva a la murmurar en contra de Moisés.

“Y nosotros, cuando estamos en la desolación, no soportamos el viaje y buscamos refugio en los ídolos o en la murmuración, o en tantas cosas… Este es un modelo para nosotros. Y este espíritu del cansancio en nosotros, los cristianos, también nos lleva a un modo de vivir insatisfecho: el espíritu de la insatisfacción”, dice el Papa.

El Santo Padre también comentó que las personas estamos inclinadas a dicha insatisfacción, al cansancio y al fracaso y tenemos miedo a las caricias del Señor, a la esperanza, facilitándole el camino a la siembra del diablo: “Esta es la vida de muchos cristianos. Viven quejándose, viven criticando, viven murmurando y viven insatisfechos”.

Al final de su homilía, el Papa Francisco pidió "Que el Señor nos libere de esta enfermedad".

 

 

 

09/04/2019-18:43
Justo Aznar

Valoración ética del suicidio asistido: El caso de María José Carrasco

Resultaría insensible el no empatizar con el sufrimiento que desvela este relato de Ángel Hernández y su mujer María José Carrasco. Admirable los días y horas que ha dedicado durante su vida a cuidar de ella. Nadie puede ignorar la dureza de una esclerosis múltiple de más de treinta años, especialmente limitante y de un alto grado de dependencia. Cada uno de estos casos representa un universo de dolor frente al que muchos de nosotros no podemos hacer otra cosa que suspender todo juicio sobre la persona.

Pero con el todo el respeto que merece esta situación, el problema comienza cuando se pretenden amortizar este tipo de episodios aislados de alto voltaje emocional y gran difusión mediática para fines políticos que, estratégicamente, buscan concienciar y educar a la sociedad.

Permitir que en una sociedad uno de sus miembros provoque la muerte de otro bajo cierta excepcionalidad supone un debilitamiento progresivo del carácter inviolable de la vida humana y de los derechos que la protegen. Si en "algunos casos" se pudiera disponer de la vida propia o ajena, se estaría afirmando que la vida humana puede ser devaluada y perder la incondicionalidad de su respeto. Social y legalmente se operaría un cambio de paradigma ya que, bajo determinadas situaciones de sufrimiento, se aceptaría que la vida pueda ser violada, y su violabilidad constituir un derecho. Pero ninguna vida es indigna y por tanto violable por el sufrimiento que padezca. La vida humana siempre constituirá un bien, aunque esté enferma. Lo que representa un mal es el sufrimiento resultante que habrá que dotarlo de sentido, reducirlo al máximo, eliminarlo, apoyando al que sufre y a los que les acompañan para evitar llegar a la triste situación de pensar que ya no merece la pena seguir viviendo adoptando la peor de las decisiones.

Aturdidos por esta tragedia, sostenemos que no pueden existir variantes benignas de la eutanasia y del suicidio asistido. Y por más que entendamos su sufrimiento, la valoración ética de este tipo de acciones no puede quedar diluida bajo una pátina de bondad, compasión y amor. Por muy duro que parezca, la lástima que provoca una situación de sufrimiento nunca puede justificar quitar intencionalmente la vida de una persona. Por qué si así fuera ¿dónde fijaríamos el límite del sufrimiento a partir del cual se aceptaría la petición de eutanasia o de suicidio? ¿Bastaría con que alguien manifestara que ya no quiere seguir viviendo porque su vida carece de sentido? ¿Por qué en unos casos si se admitiría y en otros no? Al final, tarde o temprano, no habría más remedio que abrir la puerta a un sinfín de situaciones que reclamarían la muerte, por ejemplo, al sufrir por la pérdida de un ser querido, por la amputación de un brazo o de un seno, por un desengaño amoroso, por bullyng, por perdida de movilidad, cáncer, Alzheimer, discapacidad y retraso mental progresivo, etc.

Por otra parte, legislar sobre casos extremos muy minoritarios y dramáticos resulta un modo inadecuado de legislar ya que, al hacerlo bajo esa trágica y excepcional petición de muerte, acabaría convirtiéndose tal excepción en norma, extendiéndose la falsedad de que lo normal sería solicitar la eutanasia ante un diagnóstico de enfermedad incurable. De hecho, por el carácter pedagógico de las leyes, amplios sectores sociales y los propios facultativos acabarían pensando – como así ha sucedido en Holanda y Bélgica- que la eutanasia es la única alternativa ofertable a los enfermos llegados a esa fase irreversible de la enfermedad. Es decir, que el acostumbramiento social y el activismo pro-eutanásico terminarían por convencer a los profesionales médicos y a los familiares que terminar con la vida de un enfermo por la pena que les provoca o por petición de este representaría una alternativa tan eficaz que no se podría rechazar. Ante opciones personales aisladas de eutanasia y suicidio, por respetables y dolorosas que sean, el Estado no debería universalizarlas en un pretendido derecho que obligue o presione a unos – médicos y familiares-  a causar la muerte directa de otros.

Por el contrario, lo que el Estado si debería atender y legislar es para una mayoría de ciudadanos enfermos y sus familiares que están reclamando a voces unos cuidados paliativos de calidad, los cuales, una vez ofrecidos, neutralizarían las escasas peticiones de eutanasia que se dan. Aquí sí que existe un deber del Estado de universalizar el derecho y el acceso a estos cuidados, invirtiendo tanto como sea necesario para hacerlos realidad. Y estos esfuerzos solo se pueden alcanzar a través del compromiso de los gobernantes y la colaboración de sociedades compasivas y solidarias con los más vulnerables, que pongan en marcha equipos multidisciplinares de profesionales médicos, enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales, asistentes espirituales. Actualmente, en todos los casos de sufrimiento causado por dolores físicos y/o mentales, la medicina paliativa ya ha demostrado su eficacia para neutralizarlos o al menos disminuirlos. Y la sedación paliativa, cuando está indicada medicamente, puede controlar los síntomas refractarios intratables que mucha vez constituyen la causa de sufrimientos intensos.

Existen otras respuestas a la fragilidad y al sufrimiento humano al final de la vida o ante una enfermedad incurable, que son más acordes con lo que la dignidad de los enfermos y sus familias merecen, más acordes con nuestra propia auto-representación como sociedad progresista y comprometida con sus miembros más débiles. Todas ellas empiezan por una necesaria inversión pública en cuidados paliativos.

 

 

Justo Aznar Lucea
Director del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Católica de Valencia.
Miembro de la Real Academia de Medicina de Valencia

Emilio García Sánchez
Profesor de Bioética en Ciencias de la Salud.
Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia)

 

 

 

09/04/2019-18:01
Rosa Die Alcolea

`Cristo vive': La pastoral juvenil debe "ser flexible", sólo puede ser "sinodal"

(ZENIT — 9 abril 2019).- La pastoral juvenil debe "ser flexible", sólo puede ser "sinodal", es decir, "capaz de configurar un camino común", e implica dos grandes líneas de acción: investigación y crecimiento. Esta es la reflexión que deja el Papa en el capítulo séptimo de la Exhortación Apostólica Christus Vivit (Cristo Vive), escrita en forma de carta a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios.

El documento post-sinodal se hizo presentó en la Santa Sede el pasado 2 de abril, está inspirado en la "riqueza de las reflexiones y diálogos" del Sínodo de los Obispos sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, celebrado en el Vaticano del 3 al 24 de octubre de 2018.

En esta línea, Francisco señala que es necesario "invitar a los jóvenes a acontecimientos que de vez en cuando les ofrezcan un lugar donde no sólo reciban formación, sino que también les permitan compartir sus vidas, celebrar, cantar, escuchar testimonios concretos y experimentar el encuentro comunitario con el Dios vivo" (204).

Los mismos jóvenes "son actores de la pastoral juvenil, acompañados y guiados, pero libres para encontrar nuevos caminos con creatividad y audacia". Necesitamos "hacer uso de la astucia, el ingenio y el conocimiento que los propios jóvenes tienen de la sensibilidad, el lenguaje y los problemas de otros jóvenes". (203).

 

Líneas de acción

La pastoral juvenil sólo puede ser sinodal, es decir, capaz de configurar un "camino común", e implica dos grandes líneas de acción: la primera es la investigación y la segunda el crecimiento.
Para la primera, Francisco confía en la capacidad de los propios jóvenes para "encontrar formas atractivas de invitar": "Sólo tenemos que estimular a los jóvenes y darles libertad de acción". Más importante aún es que "cada joven encuentre el valor de sembrar el primer anuncio en esa tierra fértil que es el corazón de otro joven" (210).

Se debe dar prioridad al "lenguaje de la cercanía, el lenguaje del amor desinteresado, relacional, existencial, que toca el corazón", acercándose a los jóvenes "con la gramática del amor, no con el proselitismo" (211).

En cuanto al crecimiento, Francisco advierte contra proponer a los jóvenes afectados por una intensa experiencia de Dios "encuentros de "formación" en los que sólo se abordan cuestiones doctrinales y morales....". El resultado es que muchos jóvenes se aburren, pierden el fuego del encuentro con Cristo y la alegría de seguirlo". (212).

Si todo proyecto de formación "debe incluir ciertamente una formación doctrinal y moral", es igualmente importante "que se centre" en el kerigma, es decir, "la experiencia fundadora del encuentro con Dios a través de Cristo muerto y resucitado" y en el crecimiento "en el amor fraterno, en la vida comunitaria, en el servicio" (213).

Por eso, "la pastoral juvenil debe incluir siempre momentos que ayuden a renovar y profundizar la experiencia personal del amor de Dios y de Jesucristo vivo" (214). Y debe ayudar a los jóvenes "a vivir como hermanos, a ayudarse unos a otros, a hacer comunidades, a servir a los demás, a estar cerca de los pobres" (215).

Las instituciones de la Iglesia deben, por tanto, convertirse en "ambientes adecuados", desarrollando "la capacidad de acogida": "En nuestras instituciones debemos ofrecer a los jóvenes lugares apropiados, que puedan manejar a su antojo y donde puedan entrar y salir libremente, lugares que los acojan y a los que puedan acudir espontánea y confiadamente para encontrarse con otros jóvenes tanto en momentos de sufrimiento o de aburrimiento, como cuando deseen celebrar sus alegrías" (218).

Francisco describe entonces "la pastoral de las instituciones educativas", afirmando: " La escuela es sin duda una plataforma para acercarse a los niños y a los jóvenes", pero la escuela tiene "una urgente necesidad de autocrítica".

En este sentido, recuerda que "hay algunas escuelas católicas que parecen estar organizadas sólo para preservación. La escuela transformada en un "búnker" que protege de los errores "fuera" es la expresión caricaturesca de esta tendencia".

Cuando los jóvenes salen, sienten "una discrepancia insuperable entre lo que han enseñado y el mundo en el que se encuentran viviendo". Mientras que "una de las mayores alegrías de un educador consiste en ver a un alumno que se constituye como una persona fuerte, integrada, protagonista y capaz de dar" (221). La formación espiritual no puede separarse de la formación cultural: "Ésta es vuestra gran tarea: responder a los coros paralizantes del consumismo cultural con opciones dinámicas y fuertes, con la investigación, el conocimiento y el compartir" (223).

Entre las "áreas de desarrollo pastoral", el Papa indica las "expresiones artísticas" (226), la "práctica del deporte" (227) y el compromiso con la protección de la creación (228).

 

Pastoral juvenil popular

Necesitamos "una pastoral juvenil popular, "más amplia y flexible, que estimule, en los distintos lugares en los que se mueven concretamente los jóvenes, a aquellos guías naturales y a aquellos carismas que el Espíritu Santo ya ha sembrado entre ellos.

En primer lugar, se trata de no poner tantos obstáculos, normas, controles y marcos obligatorios en el camino de los jóvenes creyentes que son líderes naturales en los barrios y en los diferentes entornos. Debemos limitarnos a acompañarlos y estimularlos" (230).

Al exigir "una pastoral juvenil aséptica, pura, caracterizada por ideas abstractas, alejada del mundo y preservada de toda mancha, reducimos el Evangelio a una propuesta insípida, incomprensible, distante, separada de las culturas juveniles y apta sólo para una elite juvenil cristiana que se siente diferente, pero que en realidad flota aislada, sin vida ni fecundidad' (232).

 

Iglesia con las puertas abiertas

Francisco nos invita a ser "una Iglesia con las puertas abiertas", y "ni siquiera es necesario aceptar completamente todas las enseñanzas de la Iglesia para participar en algunos de nuestros espacios dedicados a los jóvenes". (234)

"También debe haber lugar para todos aquellos que tienen otras visiones de la vida, profesan otras creencias o se declaran extraños al horizonte religioso" (235). El icono de este enfoque nos lo ofrece el episodio evangélico de los discípulos de Emaús: Jesús los interroga, los escucha pacientemente, los ayuda a reconocer lo que viven, a interpretar a la luz de la Escritura lo que han vivido, acepta quedarse con ellos, entra en su noche. Son ellos mismos los que deciden reanudar sin demora el viaje en la dirección opuesta (237).

 

Siempre misioneros

"Siempre misioneros", insiste el Santo Padre. "Para que los jóvenes se conviertan en misioneros no es necesario hacer `un largo camino': Un joven que peregrina para pedir ayuda a la Virgen e invita a un amigo o a un compañero a acompañarlo, con este sencillo gesto está llevando a cabo una preciosa acción misionera", escribe Francisco en el punto 239.

La pastoral juvenil "debe ser siempre una pastoral misionera" (240). Y los jóvenes necesitan ser respetados en su libertad, "pero también necesitan ser acompañados" por adultos, empezando por la familia (242) y luego por la comunidad. "Esto implica que los jóvenes sean mirados con comprensión, estima y afecto, y no que sean continuamente juzgados o que se les exija una perfección que no corresponde a su edad" (243).

Faltan personas experimentadas, dedicadas al acompañamiento (244) y "algunas jóvenes perciben una falta de referentes femeninos en la Iglesia" (245).

 

Tutor de pastoral juvenil

Lo que esperan de un tutor de pastoral juvenil es que "sea un auténtico cristiano comprometido con la Iglesia y con el mundo; que busque constantemente la santidad; que comprenda sin juzgar; que sepa escuchar activamente las necesidades de los jóvenes y pueda responderles con gentileza; que sea muy bondadoso, y consciente de sí mismo; que reconozca sus límites y que conozca la alegría y el sufrimiento que todo camino espiritual conlleva. Una característica especialmente importante en un mentor, es el reconocimiento de su propia humanidad. Que son seres humanos que cometen errores: personas imperfectas, que se reconocen pecadores perdonados". (246). Deben saber cómo "caminar juntos" con los jóvenes respetando su libertad.

 

 

 

09/04/2019-15:38
Larissa 1. López

Universidad Pontificia Lateranense: "El sacerdote en una Iglesia en salida"

(ZENIT — 9 abril 2019).- La Universidad Pontificia Lateranense celebra el seminario El sacerdote en una Iglesia en salida, que cuenta con la presencia del Cardenal Angelo De Donatis.

Esta iniciativa ha sido organizada por el Pontificio Instituto Pastoral Redemptor Hominis junto con el Servicio diocesano para la formación permanente del clero de la Diócesis de Roma y tiene lugar en la sede de la Universidad Lateranense, hoy martes 9 de abril de 2019.

Los organizadores explican que "acogiendo la invitación del Papa Francisco, el seminario pretende reflexionar sobre la figura del sacerdote, ofreciendo un análisis y una validación de tipo teológico-pastoral sobre el ministerio sacerdotal en el contexto urbano de una gran metrópoli como es la ciudad de Roma".

El curso se divide en dos sesiones. La matutina se ha celebrado a las 9 y ha sido presidida por el cardenal De Donatis, Vicario del Papa por la diócesis del Roma y Gran Canciller de la Lateranense e introducida por el Rector Magnífico de la Universidad Lateranense, Vincenzo Buonomo. En esta sesión han intervenido Gianpiero Palmieri, obispo auxiliar de Roma y de Paola Asolan y Nicola Reali, docentes del Instituto Redemptor Hominis.

La sesión vespertina, a las 15 horas, comienza con el video titulado Los sacerdotes y el amor a Dios, producido en colaboración con el Servicio de información religiosa de la Conferencia Episcopal italiana (SIR). Realizado por el director de cine Marco Calvarese, la pieza audiovisual ofrece los testimonios de 8 estudiantes del instituto que reflexionan sobre el tema del celibato sacerdotal.

A continuación, se producirán las intervenciones de Gabriele Faraghini, rector del Seminario Pontificio romano, de Salvatore Abbruzzese, sociólogo de la Universidad de Trento y de Denis Biju- Duval, docente del Instituto Redemptor Homini.

 

 

 

09/04/2019-15:44
Larissa 1. López

Padre Antonio Rivero: "Acompañemos a Cristo en esta Semana Santa"

 

DOMINGO DE RAMOS

Ciclo C

Textos: Lc 19, 28-40; Is 50, 4-7; Filp 2, 6-11; Lc 22, 14-23, 56

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: Tres símbolos nos remiten hoy a realidades profundas: el asno, unos gritos y una cruz.

Síntesis del mensaje: Con este domingo damos inicio a la Semana Santa o Semana Grande, que es mitad Cuaresma (hasta la Eucaristía del Jueves) y mitad Triduo Pascual (desde esa Eucaristía hasta la Vigilia Pascual y luego todo el domingo). Este domingo tiene dos dimensiones: las alabanzas que la multitud dedicó a Jesús en la entrada a Jerusalén, con palmas y Hosannas, y luego la Eucaristía, más adusta, con la lectura de la Pasión del Señor. Y entre los gritos y la cruz, un asno.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, el Señor necesita del asno. Pero del asno desamarrado y adornado ricamente. Ese asno, con todo el respeto, somos cada uno de nosotros. Jesús quiere echar mano de nosotros para entrar a Jerusalén y ser proclamado como Rey. Jesús quiere entrar en la ciudad montado en un burro. Es decir, podría haber entrado solo pero quiso "usar" el burro. Es más, gracias -podríamos decir así- al burro, la profecía fue cumplida. Esto me hace pensar en que Jesús quiere siempre usar un "burro" para entrar a la ciudad de los hombres.

Y ese burro lo inventó él: se llama Iglesia. La construyó con doce cimientos (apóstoles) dentro de los cuales destacó a uno, Pedro. La hizo nacer de su costado abierto por la lanza del soldado y le dio un alma en Pentecostés: el Espíritu Santo. Desde entonces es el "instrumento" a través del cual la salvación de Jesús llega a la humanidad. ¡Qué maravilla la de que estemos, los bautizados, asociados de esa manera a la redención que estamos celebrando en esta Pascua! Eso sí, no olvidarnos nunca que lo hacemos como "simples burros".

Que no nos pase lo que dice la simpática leyenda, que pone atención en los "sentimientos" del burro. Este animalito estaba tranquilo en su casa. De pronto vienen dos desconocidos y se lo llevan. Lo tratan muy bien y, encima, adornan ricamente. Alguien lo monta, pero el burro no lo nota porque está halagado por todo lo que le está ocurriendo. Y comienza a caminar entre la muchedumbre. La gente se ha hecho ramos de olivos y palmeras y lo vitorea proclamando al rey Mesías. Entonces el burro se da cuenta de lo famoso e importante que es y se para en dos patas para saludar a la gente que lo aplaude. En ese mismo momento... el rey de reyes se le cae al piso. A veces nos ponemos en el centro de la fe: buscamos ser alabados, reconocidos, escuchados. Y en ese momento, Jesús termina en el piso porque somos nosotros el centro.

En segundo lugar, en este día escuchamos dos tipos de gritos. Unos de júbilo. Otros de desprecio. ¡Cuántos a lo largo de los siglos han vitoreado a Cristo como Rey! Repasemos la guerra de los cristeros en México y también la guerra civil española: ¡cuántos morían martirizados gritando con orgullo y decisión: "¡Viva Cristo Rey!".

San José Luis (así le llamaban sus compañeros cristeros), con apenas 13 años, se había enrolado en las filas del glorioso ejército de los cristeros, que defendían su fe y proclamaban que Cristo era Rey de su patria, por encima de la opresión que el gobierno de Plutarco Elías Calles ejercía sobre todos los católicos mexicanos. Eran los tiempos de la persecución religiosa y de los mártires de Cristo Rey. Lo condujeron a su pueblo natal, Sahuayo, donde los soldados del gobierno intentaron hacerle renegar de su causa cristera e incluso que se pasara a su bando para luchar contra los cristeros. José siempre rechazó indignado todas esas propuestas. Después de los vanos intentos, decidieron acabar con él.

Primero lo torturaron cortándole las plantas de los pies, para después obligarlo a caminar con sus pies sangrantes por las calles empedradas del pueblo hasta el cementerio, donde finalmente lo remataron. Mientras lo conducían los soldados hacia el camposanto, el niño cristero no cesaba de aclamar a Cristo Rey ante el asombro y rabia de los soldados, y la admiración del pueblo que presenció su martirio. Al llegar al lugar, lo colocaron al lado de una zanja, mientras él seguía gritando vivas a Cristo Rey.

Entonces se abalanzaron unos esbirros contra él y lo cosieron a puñaladas y a tiros. Cayó en el hoyo y lo taparon, retirándose después satisfechos de su hazaña. Durante esa Pasión, Cristo tuvo que también escuchar gritos de desprecio, de boca de aquellos que lo odiaban por no conocerle y siempre por instigación de Satanás que quería doblegar la misión de Cristo y detener "la hora" del reloj de la salvación. "¡Crucifícale!".

Finalmente, la cruz. Y Cristo llegó a la cruz, con ayuda del cireneo, de las santas mujeres, de la Verónica y sobre todo de su Madre Santísima, que le sostuvo siempre, especialmente en este trance durísimo. Y desde esa cruz nos dejó su Testamento. Y a esa cruz Él se dejó clavar voluntariamente para cumplir el plan de salvación que su Padre le había encomendado. Y esa cruz está ahí impertérrita, aunque el mundo dé mil vueltas, como reza el lema de los Cartujos: Stat Crux dum volvitur orbis (La Cruz sigue estable mientras el mundo da vueltas, o, Cruz constante mientras el mundo cambia).

Y es también esa cruz que cada uno de nosotros tiene que coger y llevar, porque somos discípulos de Cristo. Y en esa cruz tenemos que clavar nuestros pecados este Viernes Santo, como le dijo Cristo a san Jerónimo: "Sólo te falta una cosa por entregarme, Jerónimo: dame tus pecados para Yo perdonarlos". El santo al oír esto se echó a llorar de emoción y exclamaba: "¡Loco tienes que estar de amor, cuando me pides esto!".

Y con esa cruz, venceremos al enemigo, pues "in hoc signo vinces" (con esta señal, vencerás), como hizo el emperador Constantino, por inspiración divina, contra Majencio al grabar sobre sus banderas esas letras. Y esa cruz será el estandarte que llevaremos al cielo para ser reconocidos como seguidores de Cristo.

Para reflexionar: ¿Me he puesto en las manos de Cristo, como dócil y humilde "asno" para que Él pueda entrar en todos los lugares, o quiero yo recibir los aplausos por mis buenas acciones? ¿Mi vida qué grita: "Viva Cristo Rey", o, por el contrario, "¡Crucifícale! "? ¿Voy dejando que la cruz de Cristo vaya incorporándose en mi vida, en mi voluntad, en mi afectividad, en mi mente?

Para rezar: Ante ti, oh cruz, aprendo lo que el mundo me esconde: que la vida, sin sacrificio, no tiene valor y que la sabiduría, sin tu ciencia, es incompleta. Eres, oh cruz, un libro en el que siempre se encuentra una sólida respuesta. Eres fortaleza que invita a seguir adelante a sacar pecho ante situaciones inciertas y a ofrecer, el hombro y el rostro, por una humanidad mendiga y necesitada de amor. Ahí te vemos, oh Cristo, abierto en tu costado y derramando, hasta el último instante, sangre de tu sangre hasta la última gota para que nunca a este mundo que vivimos nos falte una transfusión de tu gracia un hálito de tu ternura de tu presencia una palabra que nos incite a levantar nuestra cabeza hacia lo alto. En ti, oh cruz, contemplamos la humildad en extremo la obediencia y el silencio confiado, la fortaleza y la paciencia del Siervo doliente, la comprensión de Aquel que es incomprendido, el perdón de Aquel que es ajusticiado. En ti, oh cruz, el misterio es iluminado, aunque, en ti, Jesús siga siendo un misterio.

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

09/04/2019-07:47
Isabel Orellana Vilches

Santa Magdalena de Canossa, 10 de abril

«Esta sierva de los pobres, fundadora de las Hijas e Hijos de la Caridad, dejó a un lado su título nobiliario y su gran fortuna. Impulsó el Instituto canossiano y puso en marcha una fructífera cadena de acciones caritativo sociales»

«Hacer que Jesús sea conocido y amado». ¡Qué otra aspiración ha guiado a los santos que no sea ésta! Magdalena lo expresó así. Pero, al igual que ella, otros muchos demostraron sobradamente que ese era su único objetivo. La santa forma parte del selecto grupo de elegidos que tuvieron el mundo a sus pies y estando en posesión de cuantiosos bienes se desprendieron de ellos.

Eligieron las austeridades para imitar a Cristo y ponerse a la altura de los desfavorecidos. Una decisión que no es usual, y menos aún a cierta edad, ya que con los años es fácil amoldarse a una forma de vida aunque sea rutinaria, y resulta más costoso emprender nuevos caminos. Magdalena Gabriela tenía fortuna y un codiciado título nobiliario: marquesa de Verona, lo cual le hacía acreedora de innumerables prebendas. Se despojó de todas. Ni siquiera tenían el estatus de fruslerías ante la gloria que Cristo le ofreció.

Nació en Verona, Italia, el 1 de marzo de 1774. Era la tercera de seis hermanos. Se ha dicho en incontables ocasiones que el dinero no da la felicidad. Así es. En este hogar se cumplía el aserto de que no es oro todo lo que reluce. Magdalena conoció en él los vericuetos del sufrimiento. Perdió a su padre, sufrió el abandono de la madre que contrajo nuevas nupcias, y se abatieron sobre ella enfermedad e incomprensiones.

Son los misteriosos caminos de Dios que horada el corazón de sus dilectos hijos. Adecuarse a la voluntad divina es un acto de fe. Por lo general, no se comprenden los senderos y hechos que conducen a la unión con Él. A la santa le costó, pero no eludió el compromiso al que fue llamada. Y a los 17 años hasta en dos ocasiones intentó ser carmelita de clausura.

Forzada a regresar a su hogar para administrar la fortuna de la familia, cuando su tía se hallaba en trance de muerte se ofreció a adoptar a su pequeño. Las circunstancias histórico-políticas habían acrecentado el drama de los pobres. La Revolución francesa y la hegemonía de distintos gobernantes opresores generó un importante cúmulo de carencias que sepultaban a los débiles. Magdalena, mujer de oración, vocación y empuje, experimentó una indecible piedad por ellos. Y como la aflicción es un activo que Dios infunde en el corazón humano, se puso manos a la obra. En los barrios marginales de Verona penetró la luz llevada de su ardiente caridad.

Palió hambre, falta de afecto, de formación... Su vida, vertebrada por la Eucaristía, el amor a Cristo crucificado y a la Virgen Dolorosa, rezumaba virtud. A su respetable familia le incomodaban sus públicos gestos en favor de los oprimidos. Pero cuando el amor tiene tal intensidad como el que a ella le animaba los muros caen derrocados. Y venció toda resistencia iniciando su obra en 1808.

Se hallaba a la mitad de la treintena cuando dejó la comodidad de palacio para instalarse en un barrio, el de S. Zeno, habitado por la miseria. Y con un grupo de mujeres afines puso los pilares de las Hijas de la Caridad Siervas de los Pobres, inaugurando con ellas el Instituto canossiano. Las chicas más pobres fueron acogidas en el monasterio de san José.

Abrió varios frentes: escuelas, residencias para la formación de las docentes, catequesis, asistencia a pobres y enfermos hospitalizados, así como ejercicios espirituales dirigidos a mujeres de la nobleza, con la idea de impregnarlas de la fe involucrándolas en acciones caritativo sociales. Pero era realista. Escribió a una amiga suya en 1813 y le dijo: «Venecia es la ciudad de los proyectos (...) son las necesidades que dan la oportunidad de proyectar, sin luego poder conocer el éxito de los proyectos mismos...».

Guiada por el afán de cumplir la voluntad de Dios estaba abierta a sus designios. «Me pareció voluntad de Dios que solo buscara vivir completamente abandonada a su divina voluntad». Esta mujer que llevó la ternura y la esperanza a los pobres fue, además, una excepcional formadora. Recta, clara, misericordiosa, con tenacidad y rigor sostenía la vida espiritual de sus hijas. Las cartas que les dirigió, al igual que sus Memorias y el diario espiritual, revelan su grado de santidad. Preocupada y atenta a las necesidades de todas nunca impuso nada.

Haciendo acreedoras de su confianza a las religiosas, con palpable humildad y espíritu de servicio, solía pedir su juicio ante las necesidades apostólicas que surgían, seguía con minuciosa atención su devenir aconsejando el descanso y la visita médica pertinente, si era el caso, el cuidado responsable de la salud, etc., dejando claro que nada de ello formaba parte de la periferia de la vida. Pero el meollo de la misma, y eso jamás lo olvidó, está en la santidad personal. Si todas eran santas, se convertirían en grandes apóstoles y el carisma no sería estéril.

«Hija mía querida —decía en una de sus numerosas cartas—, el Señor te quiere santa y yo también lo deseo, y mi deuda de madre y de madre que te ama es la de formar en vos la santidad, y ésta jamás se podrá lograr sin sumisión, obediencia y humildad [4 Para las obras del Señor, se necesitan humildad, abandono en Dios, olvido del mundo y despojo universal [...]. No te preocupes de las habladurías del mundo, ni de las felicitaciones, ni de los reproches y atiendas sólo a santificarte en el ejercicio de la obediencia, de la humildad y de la búsqueda de Dios...». El auténtico amor a Dios y al género humano solo podían brotar de la contemplación del Crucificado y de su Madre.

Tenía alma misionera y logró que el Instituto, cuyos miembros se comprometían con plena disponibilidad a partir donde fuera preciso, se extendiera por otras ciudades italianas. Tras su muerte sus hijas lo expandieron por Oriente y América Latina. Cercano su fin, y después de infructuosas gestiones efectuadas ante Rosmini y Provolo, en 1831 fundó el Instituto de Hijos de la Caridad que había soñado en 1799. Murió el 10 de abril de 1835. Su obra había sido aprobada en 1828. Pío XII la beatificó el 7 de diciembre de 1941. Juan Pablo II la canonizó el 2 de octubre de 1988.