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Desafíos de la medicina personalizada en el Vaticano

 

Comenzó hoy en la Casina Pio IV en el Vaticano el congreso dedicado a la medicina personalizada. Entrevista al prof. Diego Gracia Guillén de la Universidad Complutense de Madrid, participante en el encuentro

 

 

08 abril 2019, 13:45 | María Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano


 

 

“La revolución de la medicina personalizada” es el tema del Congreso que comenzó esta mañana en la Pontificia Academia de las Ciencias.

El encuentro de dos días congrega  en la Casina Pío IV, sede de la Pontificia Academia, a una veintena de académicos de diversos países y especializaciones, en genética, sociología, historia de la medicina, entre otros, en torno al  tema de la medicina personalizada y a la pregunta ¿Vamos a curar todas las enfermedades y a qué precio?

Los trabajos del congreso fueron inaugurados en la mañana de este 8 de abril por el Canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias, Mons. Marcelo Sánchez Sorondo, junto al Prof. Joachim von Braum, Presidente de la misma Pontificia Academia y al prof. Aaron Ciechanover, Académico de la PAC.

“Visión de la medicina personalizada del siglo XXI”; “Medicina personalizada y disturbo de la conciencia: una convergencia alternativa del conocimiento hacia una nueva nosología clínica”, “El concepto de relevancia de género para la medicina personalizada”, fueron algunos de los temas tratados en la primera sesión matutina del Congreso, que continuará sus trabajos por la tarde.

 

Los antecedentes históricos de la medicina personalizada

“Los nuevos descubrimientos en genética y en todo lo que se llama biología del desarrollo está demostrando que la idea clásica que teníamos de lo que es una enfermedad - que es una especie morbosa como tuberculosis pulmonar, cáncer hepático - en el fondo es una unidad un poco ficticia”: afirmó ante los micrófonos de Vatican News Diego Gracia Guillén, profesor de historia de la medicina de la Universidad Complutense de Madrid, quien centró su ponencia en los antecedentes históricos de la medicina personalizada.

 

Individuar las características esenciales de cada paciente

Prosiguiendo con su explicación el profesor Gracia Guillén evidenció que  existen “pacientes con características esenciales muy distintas, que sólo ahora, la ciencia, la genética” está permitiendo “identificar y poder tratar”.  Deteniéndose en el ‘ejemplo paradigmático’ del cáncer de mama en la mujer, que es una ‘entidad morbosa’, el profesor español aseguró que hoy  “se sabe que hay muchísimas entidades dentro de ella y que si quiere tratarse bien a una paciente hay que poder identificar exactamente el tipo de cáncer que tiene esa paciente. Y esto – precisó –  es lo que se llama medicina individualizada, personalizada o medicina de precisión.

 

Un cambio revolucionario y fundamental

Según el profesor Gracia Guillén se trata de “un cambio fundamental en la medicina”, que acaba de comenzar pero que “es realmente revolucionario y que está cambiando ya, pero sobre todo, va a cambiar el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades en muy poquito tiempo”.

 

Medicina personalizada y medicina de precisión

El término medicina personalizada cada vez se usa menos, prosigue el académico español, explicando a continuación el concepto de persona:

“Persona es un concepto que en filosofía y teología tiene un contenido muy preciso y cuando se habla de medicina personalizada no se está incluyendo los aspectos humanos, éticos, religiosos de la persona. Por eso, yo siempre prefiero hablar de ‘medicina individualizada’ pero no personalizada. La llamada ‘medicina personalizada’ no es personalizada, es una medicina de precisión, de mayor precisión, pero habrá que incluir todas otras dimensiones, sociales, morales, religiosas que son las que constituyen lo más importante que tiene una persona”.

 

Desafíos éticos de la nueva medicina

Respondiendo acerca de los desafíos éticos que presenta esta nueva medicina individualizada, el profesor Diego Gracia Guillén explica:

“De una parte, es un avance desde el punto de vista ético porque permite manejar mejor las enfermedades, disminuir el sufrimiento de las personas, hacer que estén más sanas, etc. Todo eso es positivo. Pero claro, también hay una parte negativa con la que hay que tener mucho cuidado: por ejemplo, la técnica que hoy crea más debate, que es una técnica de ingeniería genética, el sistema Crispr, que puede servir para todo esto: para evitar enfermedades, promover la salud, pero también para manipular la vida humana y para intentar cambiar rasgos de la vida humana, lo que se llama Human enhancement”. Precisamente, los problemas éticos del sistema Crispr será uno de los temas a tratar durante el Congreso, agrega el académico español.

 

Medicina, desde a Aristóteles hasta hoy

“A lo largo de la historia de la medicina occidental no ha habido probablemente más que una revolución científica que se produjo en la Grecia clásica” continúa Diego Gracia Guillén, porque el hombre, que es un ser inteligente, ha ido acumulando experiencias sobre cómo tratar enfermedades. Es lo que se llama medicina empírica, lo define Aristóteles al comienzo de la metafísica. Pero una cosa es el empirismo y otra cosa es la medicina científica, que comenzó en Grecia con los ‘hipocráticos’ y allí apareció un concepto que ha permanecido idéntico hasta el día de hoy, que es el de "especie morbosa". En medicina, se estudian las ‘especies morbosas’ de las diferentes enfermedades. Y luego en la clínica  lo que se hace es ver si un paciente tiene tal especie o pertenece a una especie o no. Este es el sistema clásico que nos han enseñado en la facultad de medicina.

 

Especie morbosa es extracción, existen pacientes

“Cada paciente es distinto y, por lo tanto, la especie es una generalización y lo que la ciencia está permitiendo ahora es pasar de la idea de ‘especie’ a la idea de ‘individuo’ – afirma en la conclusión el profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Y agrega: “Lo que he propuesto es que esto es una ‘revolución científica’ que está comenzando y que, probablemente, lo que va a hacer es que se clausure aquella revolución científica que comenzó en el siglo V antes de Cristo en Grecia.  De manera que en toda la historia de la medicina ha habido sólo dos revoluciones científicas: una de ellas al comienzo de la cultura occidental y otra que estamos viviendo ahora.