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Médicos Sin Fronteras: así es vivir y trabajar en Sierra Leona

 

La organización Médicos Sin Fronteras sigue trabajando en Sierra Leona para ayudar al sistema de salud a recuperarse tras el fuerte impacto del brote de Ébola (2014-2015) y para reducir las elevadas tasas de mortalidad, tanto en mujeres embarazadas como en niños. La joven enfermera argentina, Marcela Mendonca, comparte su experiencia trabajando con los más necesitados.

 

 

03 abril 2019, 12:28 | Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano


 

 

Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo, devastado tras años de una violenta guerra civil que llegó incluso a utilizar a niños soldados para forjar sus ejércitos.

El 70% de su población vive por debajo del umbral de pobreza. Según el último informe publicado por la ONU en 2017, el ingreso nacional bruto de sus habitantes es 100 veces más bajo que el de los habitantes de las sociedades europeas. Una situación económica insostenible que causa graves consecuencias en la alimentación y salud de este pueblo.

 

Alta tasa de mortalidad infantil

El servicio sanitario es muy deficiente debido a la escasez de recursos para financiarlo.

Sin embargo, el futuro es esperanzador gracias a las recientes reformas en el sistema y al inmenso trabajo que realizan organizaciones como Médicos Sin Fronteras que sigue trabajando en Sierra Leona y ayudando en el terreno para que el pueblo pueda recuperarse tras el fuerte impacto del brote de Ébola (2014-2015), con el fin de reducir las elevadas tasas de mortalidad, tanto en mujeres embarazadas como en niños.

El equipo médico también lucha contra otras enfermedades como la malaria, la tuberculosis y la desnutrición que cada año acaban con la vida de miles de personas.

 

Así es trabajar en Sierra Leona

Una de los integrantes de este equipo es Marcela Mendonca, enfermera argentina que trabaja para MSF desde 2017. Ha estado en Angola, Bangladesh y en Sierra Leona, país que tocó fuertemente su corazón tras varios meses de ardua labor en los hospitales locales, atendiendo a pacientes y encargándose del control del depósito de medicinas en los centros de esta ONG.

A través de las Redes Sociales, Marcela comparte su experiencia explicando cómo es un día de trabajo en Médicos Sin Fronteras, cómo se organizan y qué enfermedades tratan en el proyecto.

Además, afirma que debido a las paupérrimas condiciones higiénico-sanitarias del contexto social, los problemas de salud benignos se convierten, con frecuencia, en complicaciones de vida o muerte. "Esto se debe, normalmente, a la falta de medidas preventivas y a la mala higiene", añade.

 

Derecho a la educación

Las carencias sanitarias no son el único problema que padecen los sierraleonenses: casi el 30% de la población infantil no han tenido acceso a la educación.

Poco a poco, la nación intenta salir adelante: después de años de guerra civil, que han producido el cierre de numerosos centros educativos, también se están llevando a cabo algunas mejoras en el acceso a la educación.

No obstante, continúa siendo muy difícil para algunos niños ir al colegio, especialmente en las regiones más remotas del país.

Los edificios que albergan escuelas se desmoronan y la mayoría de los profesores no reciben su sueldo a tiempo. Además, muchos menores se ven obligados a trabajar para cubrir sus necesidades.

 

Marie: la esperanza del centro pediátrico

Pese al duro panorama, la joven enfermera no pierde la esperanza y cuenta con ilusión cómo ha evolucionado una de sus pacientes más pequeñas:

"Marie, de cuatro años, llegó al hospital con una grave dificultad respiratoria a causa de una infección pulmonar y mucha fiebre. Tras haberle realizado una radiografía de tórax, decidimos hacerle un drenaje pleural en el cual extrajimos a la pequeña 600 mm de pus del pulmón derecho".

A los pocos días de haber recibido el tratamiento, Marie comenzó a sonreír y a jugar. Si bien aún le cuesta respirar con normalidad, ya no necesita del oxígeno: "pasó de ser la niña apática del pabellón de pediatría a la más simpática y preferida de todos", afirma Marcela, quien ve como los esfuerzos de esta organización dan frutos cada vez que mejoran la calidad de vida de las personas.