Servicio diario - 13 de febrero de 2019


 

Padre Nuestro: Jesús nos enseña a rezar con el "tú", y no con el "yo"
Rosa Die Alcolea

El Vaticano anuncia que el Cardenal John Henry Newman será santo
Rosa Die Alcolea

Audiencia general, 13 de febrero de 2019 — Catequesis del Papa Francisco
Redacción

JMJ Panamá: "Hemos vivido un verdadero Pentecostés Juvenil" cuenta Mons. José Domingo Ulloa
Rosa Die Alcolea

El Papa anima españoles y latinos a pensar "cómo es el diálogo que tienen con el Señor"
Rosa Die Alcolea

Francisco se reúne en el Vaticano con el presidente de Microsoft, Brad Smith
Rosa Die Alcolea

San Juan Bautista de la Concepción, 14 de febrero
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

13/02/2019-10:40
Rosa Die Alcolea

Padre Nuestro: Jesús nos enseña a rezar con el "tú", y no con el "yo"

(ZENIT – 13 febrero 2019).- Esta mañana, en la audiencia general, el Santo Padre ha continuado con el ciclo de catequesis sobre el Padre Nuestro, “para aprender a rezar cada vez mejor”, ha anunciado al comienzo de sus palabras en español, al resumir la catequesis en este idioma.

La audiencia general ha tenido lugar en el Aula Pablo VI, a las 9:30 horas, el miércoles, 13 febrero de 2019, momento en el que el Papa ha reflexionado sobre el tema 'Padre de todos nosotros' (Del Evangelio según Lucas, 10, 21-22).

Francisco ha explicado a los fieles que "la verdadera oración es la que se realiza en el secreto del corazón; es un diálogo silencioso, como un cruce de miradas entre dos personas que se aman: Dios y el hombre".

Por ello, en el Padre Nuestro, Jesús nos enseña a rezar con el “tú”, y no con el “yo”; “porque la oración cristiana es confidencial pero también es diálogo”, ha indicado el Pontífice. En la oración del Padrenuestro decimos: «Sea santificado tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad».

 

“Nosotros”, comunidad

Y en la segunda parte pasa al "nosotros": «danos el pan de cada día, perdona nuestras deudas, no nos dejes caer en la tentación, líbranos del mal». La oración cristiana "no es individualista, sino que es un diálogo con Dios, desde y con la comunidad de hermanos y hermanas".

El cristiano cuando reza lleva consigo a las personas y las situaciones que vive —ha recordado el Papa— y hace propios los sentimientos de Jesús, que siente compasión de cuantos encuentra en su camino.

"También nosotros cuando rezamos tenemos presentes a aquellas personas que no buscan a Dios, porque Jesús no ha venido a salvar solo a los justos, sino a todos", ha propuesto el Santo Padre.

 

 

13/02/2019-13:21
Rosa Die Alcolea

El Vaticano anuncia que el Cardenal John Henry Newman será santo

(ZENIT — 13 febrero 2019).- La Santa Sede ha confirmado que el cardenal inglés John Henry Newman será santo próximamente. El Papa Francisco ha aprobado el milagro atribuido a la intercesión del beato, converso del anglicanismo y fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra.

El Santo Padre aprobó ayer, 12 de febrero de 2019, el decreto que autoriza la canonización beato inglés, al recibir en audiencia al cardenal Angelo Becciu, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede, este miércoles, 13 de febrero de 2019.

Newman fue beatificado en el Reino Unido por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2010, fijando su festividad para el 9 de octubre, fecha de su conversión.

El cardenal de la Santa Iglesia Romana, nació en Londres (Inglaterra) el 21 de febrero de 1801 y murió en Edgbaston (Inglaterra) el 11 de agosto de 1890. Fundó el Oratorio de San Felipe Neri en la ciudad inglesa de Birmingham, en 1848. Fue rector de la Universidad Católica de Dublín (1851-1858).

 

Canonización

La canonización implica que esa persona debe recibir veneración (culto) universal; que el creyente puede rezar confiadamente en ella; que su nombre se inscriba en la lista (canon) de los santos de la Iglesia; y se la "eleve a los altares" es decir, se le asigne un día de fiesta para la veneración litúrgica por parte de la Iglesia entera, y se le puedan dedicar capillas, iglesias y santuarios. Se celebra la fecha de la fiesta porque es el día de "su nacimiento para la eternidad".

Asimismo, durante esta reunión, el Sumo Pontífice autorizó a dicha Congregación a promulgar los Decretos relativos al milagro atribuido a la intercesión de la beata india Mariam Thresia Chiramel Mankidiyan.

 

Nuevo mártir

Asimismo, el Pontífice aprobó el martirio del ecuatoriano jesuita Víctor Emilio Moscoso Cárdenas, y las virtudes heroicas del español Manuel García Nieto, y de la colombiana María Berenice Duque Hencker (nacida: Ana Julia), fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Anunciación.

 

Venerables

Del mismo modo, el Papa aprobó las virtudes heroicas de otros 3 siervos de Dios: el cardenal húngaro Jozsef Mindszenty, anteriormente arzobispo de Esztergom y Primado de Hungría, y los italianos Giovanni Battista Zuaboni, sacerdote diocesano, y Serafina Formai, fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras del Buen Mensaje.

 

 

13/02/2019-15:33
Redacción

Audiencia general, 13 de febrero de 2019 —Catequesis del Papa Francisco

La audiencia general de esta mañana ha tenido lugar a las 9:25 en el Aula Pablo VI donde el Santo Padre Francisco ha encontrado grupos de peregrinos y fieles de Italia y de todo el mundo.

El Santo Padre, retomando el ciclo de catequesis sobre el Padre nuestro, se ha centrado en el tema "Padre de todos nosotros" (Pasaje bíblico: Del Evangelio según San Lucas 10, 21-22)

Tras resumir su discurso en diversas lenguas, el Santo Padre ha saludado en particular a los grupos de fieles presentes procedentes de todo el mundo.

La audiencia general ha terminado con el canto del Pater Noster y la bendición apostólica.

 

Catequesis del Santo Padre

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Continuamos nuestro itinerario para aprender cada vez mejor a rezar como Jesús nos enseñó. Tenemos que rezar como Él nos enseñó a hacerlo.

Él dijo: cuando reces, entra en el silencio de tu habitación, retírate del mundo y dirígete a Dios llamándolo "¡Padre!". Jesús quiere que sus discípulos no sean como los hipócritas que rezan de pie en las calles para que los admire la gente (cf. Mt 6, 5). Jesús no quiere hipocresía. La verdadera oración es la que se hace en el secreto de la conciencia, del corazón: inescrutable, visible solo para Dios. Dios y yo. Esa oración huye de la falsedad: ante Dios es imposible fingir. Es imposible, ante Dios no hay truco que valga, Dios nos conoce así, desnudos en la conciencia y no se puede fingir. En la raíz del diálogo con Dios hay un diálogo silencioso, como el cruce de miradas entre dos personas que se aman: el hombre y Dios cruzan la mirada, y esta es oración. Mirar a Dios y dejarse mirar por Dios: esto es rezar. "Pero, padre, yo no digo palabras..." Mira a Dios y déjate mirar por Él: es una oración, ¡una hermosa oración!

Sin embargo, aunque la oración del discípulo sea confidencial, nunca cae en el intimismo. En el secreto de la conciencia, el cristiano no deja el mundo fuera de la puerta de su habitación, sino que lleva en su corazón personas y situaciones, los problemas, tantas cosas, todas las llevo en la oración.

Hay una ausencia impresionante en el texto de "Nuestro Padre". ¿Si yo preguntase a vosotros cual es la ausencia impresionante en el texto del Padre nuestro? No será fácil responder. Falta una palabra. Pensadlo todos: ¿qué falta en el Padre nuestro? Pensad, ¿qué falta? Una palabra. Una palabra por la que en nuestros tiempos, -pero quizás siempre-, todos tienen una gran estima. ¿Cuál es la palabra que falta en el Padre nuestro que rezamos todos los días? Para ahorrar tiempo os la digo: Falta la palabra "yo". "Yo" no se dice nunca. Jesús nos enseña a rezar, teniendo en nuestros labios sobre todo el "Tú", porque la oración cristiana es diálogo: "santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad". No mi nombre, mi reino, mi voluntad. Yo no, no va. Y luego pasa al "nosotros". Toda la segunda parte del "Padre Nuestro" se declina en la primera persona plural: "Danos nuestro pan de cada día, perdónanos nuestras deudas, no nos dejes caer en la tentación, líbranos del mal". Incluso las peticiones humanas más básicas, como la de tener comida para satisfacer el hambre, son todas en plural. En la oración cristiana, nadie pide el pan para sí mismo: dame el pan de cada día, no, danos, lo suplica para todos, para todos los pobres del mundo. No hay que olvidarlo, falta la palabra "yo". Se reza con el tú y con el nosotros. Es una buena enseñanza de Jesús. No os olvidéis.

¿Por qué? Porque no hay espacio para el individualismo en el diálogo con Dios. No hay ostentación de los problemas personales como si fuéramos los únicos en el mundo que sufrieran. No hay oración elevada a Dios que no sea la oración de una comunidad de hermanos y hermanas, el nosotros: estamos en comunidad, somos hermanos y hermanas, somos un pueblo que reza, "nosotros". Una vez el capellán de una cárcel me preguntó: "Dígame, padre, ¿Cuál es la palabra contraria a yo? Y yo, ingenuo, dije: "Tú". "Este es el principio de la guerra. La palabra opuesta a "yo" es "nosotros", donde está la paz, todos juntos". Es una hermosa enseñanza la que me dio aquel cura.

Un cristiano lleva a la oración todas las dificultades de las personas que están a su lado: cuando cae la noche, le cuenta a Dios los dolores con que se ha cruzado ese día; pone ante Él tantos rostros, amigos e incluso hostiles; no los aleja como distracciones peligrosas. Si uno no se da cuenta de que a su alrededor hay tanta gente que sufre, si no se compadece de las lágrimas de los pobres, si está acostumbrado a todo, significa que su corazón es ¿cómo es? ¿Marchito? No, peor: es de piedra. En este caso, es bueno suplicar al Señor que nos toque con su Espíritu y ablande nuestro corazón. “Ablanda, Señor, mi corazón”. Es una oración hermosa: “Señor, ablanda mi corazón, para que entienda y se haga cargo de todos los problemas, de todos los dolores de los demás”. Cristo no pasó inmune al lado de las miserias del mundo: cada vez que percibía una soledad, un dolor del cuerpo o del espíritu, sentía una fuerte compasión, como las entrañas de una madre. Este “sentir compasión” –no olvidemos esta palabra tan cristiana: sentir compasión- es uno de los verbos clave del Evangelio: es lo que empuja al buen samaritano a acercarse al hombre herido al borde del camino, a diferencia de otros que tienen un corazón duro.

Podemos preguntarnos: cuando rezo, ¿me abro al llanto de tantas personas cercanas y lejanas?, ¿O pienso en la oración como un tipo de anestesia, para estar más tranquilo? Dejo caer la pregunta, que cada uno conteste. En este caso caería víctima de un terrible malentendido. Por supuesto, la mía ya no sería una oración cristiana. Porque ese “nosotros” que Jesús nos enseñó me impide estar solo tranquilamente y me hace sentir responsable de mis hermanos y hermanas.

Hay hombres que aparentemente no buscan a Dios, pero Jesús nos hace rezar también por ellos, porque Dios busca a estas personas más que a nadie. Jesús no vino por los sanos, sino por los enfermos, por los pecadores (cf. Lc 5, 31), es decir, por todos, porque el que piensa que está sano, en realidad no lo está. Si trabajamos por la justicia, no nos sintamos mejor que los demás: el Padre hace que su sol salga sobre los buenos y sobre los malos (cf. Mt 5:45). ¡El Padre ama a todos! Aprendamos de Dios que siempre es bueno con todos, a diferencia de nosotros que solo podemos ser buenos con alguno, con alguno que me gusta.

Hermanos y hermanas, santos y pecadores, todos somos hermanos amados por el mismo Padre. Y, en el ocaso de la vida, seremos juzgados por el amor, por cómo hemos amado. No solo el amor sentimental, sino también compasivo y concreto, de acuerdo con la regla evangélica -¡no la olvidéis!- "Todo lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos, más pequeños a mí lo hicisteis".Así dice el Señor. Gracias.

 

 

13/02/2019-14:35
Rosa Die Alcolea

JMJ Panamá: "Hemos vivido un verdadero Pentecostés Juvenil" cuenta Mons. José Domingo Ulloa

(ZENIT – 13 febrero 2019).- A escasos días del término de la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá (JMJ 2019), el Arzobispo José Domingo Ulloa, asegura que aquí no acaba todo, más bien es el comienzo. El Arzobispo Metropolitano de Panamá revela a Zenit cual fue la invitación que le hizo el Santo Padre antes de marchar del país, y relata qué frutos ha dejado la JMJ en la Iglesia panameña.

“Hemos vivido un verdadero Pentecostés Juvenil con la riqueza multicultural y étnica de los peregrinos” expresa con alegría el prelado centroamericano. “Realmente ha sido maravilloso ver a ‘la esposa’ tan hermosa y llena de detalles que nos invitan a la oración y la participación en la eucaristía” recuerda Mons. Ulloa haciendo referencia al momento de la consagración de la Catedral de Panamá.

Rosa Die Alcolea, corresponsal de Zenit en la JMJ de Panamá, celebrada del 22 al 27 de enero de 2019, entrevistó en exclusiva a Mons. José Domingo Ulloa, días después de que terminara el encuentro mundial en Ciudad de Panamá.

Los momentos de intensa espiritualidad como el Via Crucis y la Vigilia han supuesto una experiencia que "ha marcado mucho a quienes participamos", relata Mons. Ulloa, así como el contacto humano en el centro de cumplimiento de menores y en el Hogar Buen Samaritano.

A continuación, ofrecemos la entrevista completa que el Arzobispo concedió a Zenit.

***

 

ZENIT: ¿Cómo ha vivido esta Jornada Mundial de la Juventud?

Mons. José Domingo Ulloa: Con mucha alegría y esperanza en la juventud del mundo. Hemos vivido un verdadero Pentecostés Juvenil con la riqueza multicultural y étnica de los peregrinos, que a pesar de ser distintas jamás fueron distantes. Y teniendo tan cerca al Papa Francisco, con sus gestos tan sensibles a la realidad de nuestros pueblos, nos hemos sentido fortalecidos en la fe y en nuestro ministerio episcopal.

 

ZENIT: ¿Qué momento de la JMJ ha vivido de manera más especial?

Mons. Ulloa: Es difícil responder un momento específico, porque la JMJ en Panamá fue un cúmulo de emociones, en cada evento, en cada recorrido, en cada encuentro. Los momentos de intensa espiritualidad como el Via Crucis y la Vigilia, ha sido una experiencia que ha marcado mucho a quienes participamos, pero también el contacto humano en el centro de cumplimiento de menores y en el Hogar Buen Samaritano, nos impactó mucho. Esto solo por mencionar algunos.

 

ZENIT: Fue un momento precioso cuando el Papa le felicitó el día de la consagración del altar de la Catedral por encontrarse con su esposa. ¿Cómo lo vivió? ¿Cómo fue la espera?

Mons. Ulloa: Su Santidad como buen latinoamericano sabe usar las frases adecuadas y precisas para cada momento. Ciertamente, luego que la Catedral Basílica Santa María la Antigua estuviese cerrada por tantos años y poder encontrar esta joya histórica y espiritual en compañía del Santo Padre y la representación de todo la Iglesia, fue muy emocionante. Realmente ha sido maravilloso ver a “la esposa” tan hermosa y llena de detalles que nos invitan a la oración y la participación en la eucaristía; ha sido un acontecimiento memorable.

 

ZENIT: ¿Qué ha aprendido de sus fieles panameños con la celebración de esta Jornada?

Mons. Ulloa: Como lo señaló el Papa Francisco “es un pueblo noble”, que no es indiferente ante las necesidades del otro. La apertura y la manera en que han acogido a todos los peregrinos sin distinción alguna, nos habla de esa capacidad de servir en alegría y de su desprendimiento. Puedo decir que la Jornada ha permitido al pueblo panameño reencontrarse con sus raíces, que están íntimamente ligadas a su fe y a su Iglesia.

El impacto de un pueblo noble se ha sentido en todo el mundo. Esperamos seguir compartiendo la alegría de la solidaridad y la fraternidad, que nos ha caracterizado siempre.

 

ZENIT: ¿Qué les aportaron a ustedes, a la Iglesia Católica en Panamá, los peregrinos de otros países, algunos tan lejanos?

Mons. Ulloa: Para nosotros el encuentro con el otro es una oportunidad, para compartir la vida de fe, la vida social y cultural. El aporte de tantos peregrinos nos ha permitido sentirnos una sola familia humana, una sola Iglesia, en la que compartimos el amor de Dios, la fe y el compromiso de ser esa Iglesia en salida, sin miedo a equivocarnos ni a compartir lo que somos.

 

ZENIT: Partiendo del documento que prepararon los jóvenes indígenas en el EMJI, ¿cómo cree que han repercutido las palabras del Papa Francisco en ellos?

Mons. Ulloa: Estoy convencido que ha sido un momento especial, sobre todo el mensaje que envió el Papa Francisco a los participantes de este encuentro, que los sorprendió muchísimo y los alegró también. Siempre es un estímulo positivo para continuar con el rescate de sus valores y la defensa de la tierra.

Es oportuno también informar que también previo a la Jornada Mundial de la Juventud, se realizó el Foro JMJ Afrodescendientes, con una participación de 200 líderes y liderezas juveniles, que fue muy especial donde convergieron católicos, evangélicos, de otras comunidades de fe y no creyentes, para hacer su proclama sobre la defensa de sus derechos en justicia, desarrollo y reconocimiento.

Estos dos encuentros son inéditos en la JMJ, que el Santo Padre Francisco ha ponderado durante sus intervenciones en los actos centrales de la Jornada.

 

ZENIT: ¿Cómo se involucraron los jóvenes indígenas de Panamá en el EMJI? ¿cuántos participaron?

Mons. Ulloa: Hubo todo un trabajo organizativo donde participaron las distintas etnias lo que permitió tener una gran representatividad de los indígenas panameños. Participaron representaciones de 40 pueblos originarios, de 12 países.

 

ZENIT: ¿Cree que se abre un nuevo espacio para el diálogo interreligioso en Panamá con el gesto de solidaridad de sus hermanos judíos y musulmanes?

Mons. Ulloa: Panamá ya tiene un camino recorrido en lo que se refiere al Diálogo Ecuménico y el Diálogo Interreligioso, y una de las figuras que aportó muchísimo en esto fue el Padre Néstor Jaén, (q.e.p.d.) . Nos hemos reunido para la Jornada de Oración por Siria y en la promoción de la Laudato Si’ o el cuidado de la tierra. También en la preparación de la JMJ. Esto es un testimonio que deseamos se pueda replicar en otros países.

 

ZENIT: ¿Qué le encomendó el Papa Francisco?

Mons. Ulloa: Continuar abriendo los espacios para los jóvenes, acompañarlos, formarlos y animarlos porque hay mucha esperanza en ellos, especialmente en la Iglesia Católica en Panamá y Centro América.

 

 

 

13/02/2019-11:34
Rosa Die Alcolea

El Papa anima españoles y latinos a pensar "cómo es el diálogo que tienen con el Señor"

(ZENIT — 13 febrero 2019).- "Los animo a pensar cómo es el diálogo que tienen con el Señor" ha instado el Papa a los peregrinos españoles y latinoamericanos, tras resumir la catequesis en español, en la audiencia general celebrada en la mañana del miércoles, 13 de febrero de 2019.

Así, el Pontífice Francisco los ha invitado a seguir el ejemplo de Jesús "para rezar de forma concreta, recordando a aquellos que tienen a su lado y aman, como también a aquellos que no quieren tanto".

"Necesitamos aprender de Dios que es bueno con todos", ha recordado el Santo Padre.

 

Panameños y grupo Valdosco

Al Santo Padre le ha llamado la atención la presencia de los panameños: "Hay banderas panameñas ahí", palabras que han sido celebradas con alegría y aplausos.

Asimismo, el Papa ha enviado un saludo al grupo 'Valdosco', presente en la audiencia, que "trabaja en zonas marginales por la cultura, por el bienestar de los pueblos", ha indicado Francisco.

 

 

13/02/2019-16:58
Rosa Die Alcolea

Francisco se reúne en el Vaticano con el presidente de Microsoft, Brad Smith

(ZEENIT – 13 febrero 2019).- Francisco ha recibido esta tarde, 13 de febrero de 2019, al Presidente de Microsoft, Brad Smith, acompañado por el Presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Arzobispo Vincenzo Paglia, ha informado el Director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti.

Durante su reunión, el Sr. Smith discutió el tema de la inteligencia artificial al servicio del bien común y las actividades dirigidas a reducir la brecha digital que aún persiste a nivel global. En conclusión, informaron al Santo Padre que Microsoft, junto con la Academia Pontificia para la Vida, promoverá un premio internacional sobre ética en inteligencia artificial, el tema de la asamblea plenaria de la Academia 2020.

Este año, la Asamblea Plenaria de la Academia Pontificia para la Vida se llevará a cabo en el Vaticano del 25 al 27 de febrero de 2019 para discutir el tema "Roboethics: Humans, Machines and Health", mientras que la Asamblea Plenaria en 2020 se centrará en la inteligencia artificial.

 

 

13/02/2019-09:00
Isabel Orellana Vilches

San Juan Bautista de la Concepción, 14 de febrero

«Cuando el amor a Dios se desborda, brotan las bendiciones. Este gran reformador trinitario sufrió mucho por causas internas y externas, pero alcanzó la santidad, como santa Teresa vaticinó a sus padres cuando él era un niño»

En los siglos que median de aquel instante en el que este santo trinitario subió al cielo en 1613, su figura no ha hecho más que agrandarse. Y todo porque la herida de amor divino que traspasó su ser de parte a parte, además de impregnar a cuantos tuvo a su alrededor, sigue desbordándose para alumbrar a tantos modernos cautivos de sí mismos, de afanes diversos que asfixian su caminar, y de la opresión de otros. El efecto de esa mística llaga, ajena al paso del tiempo, se ha multiplicado y mantiene su frescura primigenia como signo palpable de que la única perennidad que en rigor cabe esperar es la que se alcanza con la ofrenda a Dios de la propia vida. Juan Bautista soñó la santidad, hizo de ella coto de sus juegos infantiles, respiró aromas de eternidad a los pies del sagrario unido a Maria, y nutrió su acontecer con esa exclusiva aspiración, venciendo sus flaquezas con la gracia de Cristo.

Nació en Almodóvar del Campo, Ciudad Real, España, el 10 de julio de 1561 en el hogar de unos labradores acomodados. Siendo niño mostró un precoz anhelo hacia la perfección del amor. Tanto es así que jugaba a ser santo incluyendo prácticas ascéticas que afectaron seriamente a su salud, al punto de que alguna secuela le acompañó hasta su muerte.

El testimonio y aliento de sus padres contribuyeron a que calasen en él definitivamente rasgos de piedad característicos de su vida: devoción a la Eucaristía y rezo del Santo Rosario, así como la abnegación y un dilecto amor a los pobres. El conocimiento de hazañas de jóvenes que habían alcanzado la gloria eterna ofreciéndose a Dios sin reservas le animaba en su afán religioso.

Santa Teresa de Jesús, al conocerle de paso en uno de sus viajes apostólicos hacia 1574 o 1576, identificó en él al santo que llegaría a ser, comunicando a sus padres el futuro que preveía para el adolescente. Ellos, gozosos ante el vaticinio, no pusieron ningún impedimento para que su hijo siguiera en pos de su vocación.

En este camino que emprendía, alimentando su aspiración religiosa, se formó con los carmelitas descalzos de su ciudad natal, y prosiguió estudios en Baeza y Toledo. Su primer intento fue integrarse en la comunidad, pero no pudo ver cumplido ese sueño por designios inexplicables de la divina Providencia. Yen 1580 se convirtió en religioso de la orden de trinitarios calzados, donde tomó el hábito y profesó al año siguiente. En el noviciado había coincido con Simón de Rojas, entre otros religiosos que iban a derramar su sangre por Cristo.

El camino hacia la santidad acarreaba renuncias que en un primer momento no se sentía inclinado a realizar. Después, al convertirse en un reformador consumado, repararía en esos escollos que surgieron de su interior. Y en una mirada retrospectiva sobre su vida, apuntaría debilidades como la vanidad y una cierta resistencia a dar respuesta inmediata a lo que entendía que Dios le pedía, además de señalar faltas diversas como la impaciencia y poco tacto, entre otras, surgidas de un temperamento colérico como el suyo, que le jugaba malas pasadas. En suma, advirtió que no había sido riguroso en la exigencia del seguimiento.

La santidad se fragua a través de fidelísimos y constantes sacrificios que testifican cada día la autenticidad de una decisión. Y Juan conquistó la suya. Esa es su grandeza y corona. Durante dieciséis años se fue forjando en la caridad, viviendo la regla primitiva de la Orden, sobreponiéndose a su endeble salud. Llevó su gran sabiduría de excelso predicador por Alcalá de Henares y Sevilla. Fue entonces, al salir de esta capital, cuando a través de una revelación que surgía como de una tempestad, vio que debía emprender la reforma trinitaria llevando a la Orden hacia un mayor rigor.

Había llegado su hora: «Señor, me haré reformado en Valdepeñas». «Pasó la tempestad y yo quedé recoleto con voto y con obligación y con deseo y voluntad». Con esta convicción llegó a esta localidad en 1596, y de allí partió a Roma dos años más tarde, habiendo abandonado a los pies de Cristo el lastre que le ataba a tantas cosas inútiles; se dijo: «más quiero mi religión y la honra de mi buen Dios que los tesoros del mundo».

La misión no fue nada fácil. Hubo férreas oposiciones de trinitarios calzados, detenciones, agresiones físicas y verbales, traiciones hasta de sus hijos, entre otras, que no le impidieron poner en pie la reforma que se produjo el 20 de agosto de 1599. Dejándose la vida en el empeño de dar a conocer a Cristo y asentar las bases de la misma, Juan no desmayó. Fundó 19 conventos, uno de ellos para monjas de clausura. Siendo el eje central de su vida la Santísima Trinidad, vivió y transmitió la caridad con los cautivos y los necesitados, la humildad, la penitencia y la oración. «¡Señor, ámate yo y sea pobre, tan pobre que solo tenga un breviario!».

Purificado y moldeado por Dios, como se acrisola el oro en el fuego, en momentos de oscuridad suplicaba ardientemente: «Tú, Señor, ¿no sabes que deseo hacer sola tu santa voluntad, aunque me cuesten mil vidas? Dame, Señor, luz; sepa yo tu santa voluntad. Nada se me da de cuantos trabajos hay en el mundo; solo querría yo agradarte y no salir un punto de tu querer». Estas hondas experiencias rezuman los numerosos tratados ascéticos, místicos y teológicos que surgieron de su pluma, y en los que se aprecia su amor a la cruz. El tránsito a la vida eterna le sorprendió en Córdoba el 14 de febrero de 1613. Fue canonizado el 25 de mayo de 1975 por Pablo VI. Los trinitarios calzados dejaron de existir como Orden en 1897.