Servicio diario - 31 de enero de 2019


 

Santa Marta: "Con los ojos del hombre y con los ojos de Dios"
Redacción

Qatar: El Papa recibe al presidente del Comité Nacional de Derechos Humanos
Anne Kurian

JMJ Panamá 2019: Discursos del Papa Francisco
Redacción

Jornada Mundial de Lucha contra la Lepra: "Trabajo compartido de comunión y solidaridad"
Rosa Die Alcolea

Doctrina de la Fe: Renuncia del Padre Hermann Geissler
Rosa Die Alcolea

Universidad Católica del Sagrado Corazón: Mons. Peña Parra invoca "la luz del Espíritu Santo"
Rosa Die Alcolea

Estados Unidos: El Papa nombra obispo de Colombus a Mons. Robert John Brennan
Redacción

India: Simposio Teológico sobre 'La fe cristiana en un contexto multicultural'
Rosa Die Alcolea

Beato Luigi Variara, 1 de febrero
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

31/01/2019-20:27
Redacción

Santa Marta: "Con los ojos del hombre y con los ojos de Dios"

(ZENIT — 31 enero 2019).- "Don Bosco tuvo el coraje de mirar la realidad con los ojos del hombre y con los ojos de Dios. Que todos los sacerdotes lo imiten: mirando la realidad con los ojos del hombre y con los ojos de Dios": este es el tweet que ha publicado hoy el Papa Francisco, 31 de enero de 2019, tomado de su meditación en la misa de la mañana, en la capilla de Santa Marta.

En su homilía —reportada por Vatican News— el Papa Francisco se refirió a la figura de la madre de Don Bosco, una mujer sencilla "que no había estudiado en la facultad de teología", y que le dijo en el momento de su ordenación: "De ahora en adelante, vas a sufrir". El sacerdote sufre —ha explicado el Papa— no porque "haga el faquir" sino porque mira la realidad con los ojos de los hombres y de Dios.

Al ver a los jóvenes abandonados en las calles —ha enfatizado el Papa— Don Bosco "se movió como hombre y comenzó a pensar en maneras de hacer crecer a los jóvenes... caminos humanos. Y luego tuvo el coraje de mirar con los ojos de Dios... con un amor paternal, y al mirar a Dios con los ojos del mendigo que piden luz, comenzó a avanzar".

El sacerdote debe tener "estas dos polaridades", insistió el Papa Francisco: "mirar la realidad con los ojos del hombre y con los ojos de Dios", y para eso debe pasar "mucho tiempo antes del tabernáculo".

Don Bosco, continuó, "no llegó solo con el catecismo y el crucifijo, diciendo 'hazlo'. Los jóvenes le habrían dicho: 'Buenas noches, hasta mañana'. No, no: se les acercó con su vivacidad. Les hizo jugar, caminó con ellos, escuchó con ellos, vio con ellos, lloró con ellos y los llevó más lejos".

El sacerdote debe mirar a "personas humanamente" y estar "siempre sin caminos". Y el Papa debe advertir nuevamente: el sacerdote no es un funcionario que recibe "de 15 a 17:30 horas": "Tenemos tantos buenos funcionarios, que hacen su trabajo ... pero el sacerdote no puede ser. El sacerdote levanta la vista para "entender que son (sus) hijos, (sus) hermanos" y él "tiene el coraje de ir a pelear allí: el sacerdote es alguien que lucha con Dios".

Con Anne Kurian

 

 

31/01/2019-20:15
Anne Kurian

Qatar: El Papa recibe al presidente del Comité Nacional de Derechos Humanos

(ZENIT — 31 enero 2019).- El
Papa Francisco recibió a Ali Bin Smaikh Al Marri, Ministro de Estado y Presidente del Comité Nacional de Derechos Humanos (NHRC) de Qatar, el 31 de enero de 2019, en el Vaticano.
Esta reunión tuvo lugar unos días antes del viaje apostólico del Papa a un país vecino en los Emiratos Árabes Unidos (3-5 de febrero).

La Santa Sede y el estado árabe de Qatar establecieron relaciones diplomáticas oficiales en noviembre de 2002. La mayoría de la población qatarí es musulmana, pero el país también tiene unos 150.000 inmigrantes católicos, principalmente de Filipinas y la India.

La primera iglesia católica, Nuestra Señora del Rosario, se inauguró en marzo de 2008 en Doha, capital del país, después de 14 siglos de prohibición: el evento fue descrito como histórico por la Radio Vaticana.

Miguel Ángel Ayuso Guixot, secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, habló en marzo de 2017 en la 5a Conferencia Internacional del Centro de Investigación sobre Legislación y Ética Islámica (CILE) celebrada en Doha.

 

 

31/01/2019-19:22
Redacción

JMJ Panamá 2019: Discursos del Papa Francisco

(ZENIT — 31 enero 2019).- Los lectores de Zenit tienen la posibilidad de leer todos los discursos que el Papa Francisco pronunció en la Jornada Mundial de la Juventud 2019,
celebrada en Panamá, del 22 al 27 de enero de 2019, publicados por los organizadores de la JMJ, y recogidos en Zenit cada día.

Así, tienen la opción de descargar el pdf con todos los discursos o bien de leerlos online en la página de Zenit, seleccionando el que se desee.

  1. Discurso a las Autoridades, Cuerpo diplomático y Representantes de la sociedad civil de Panamá Jueves 24 de enero, Palacio Bolívar
  2. Discurso a los obispos centroamericanos Jueves 24 de enero, iglesia de San Francisco de Asís
  3. Ceremonia de acogida Jueves 24 de enero, en el Campo Santa María la Antigua
  4. Liturgia penitencial con jóvenes infractores Viernes 25 de enero, Centro de Cumplimiento de Menores Las Garzar, de Pacora
  5. Vía Crucis con los jóvenes Viernes 25 de enero, Campo Santa María la Antigua
  6. Misa de consagración del altar de la Catedral Santa María la Antigua Sábado 26 de enero
  7. Vigilia con los jóvenes Sábado 26 de enero, Campo San Juan Pablo II
  8. Misa de Envío con los jóvenes Domingo 27 de enero, Campo San Juan Pablo II
  9. Visita a la Casa Hogar El Buen Samaritano Domingo 27 de enero
  10. Encuentro con los voluntarios de la JMJ Domingo 27 enero, Estadio Rommel Fernández

 

 

31/01/2019-13:40
Rosa Die Alcolea

Jornada Mundial de Lucha contra la Lepra: "Trabajo compartido de comunión y solidaridad"

(ZENIT — 31 enero 2019).- Con motivo de la 66a Jornada Mundial de Lucha contra la Lepra (enfermedad de Hansen) —celebrada el domingo 27 de enero de 2019—, el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha escrito un mensaje titulado Acabar con la discriminación, la estigmatización y el prejuicio.

Cada año se registran más de 200.000 casos nuevos de la enfermedad de Hansen (lepra), el 94 % en 13 países diferentes, señala Mons. Turkson. El diagnóstico ha mejorado y muchos tratamientos son más accesibles que antes, sin embargo, "desafortunadamente, esta enfermedad todavía afecta principalmente a las personas más desfavorecidas y más pobres", advierte.

"Es importante" —cita las palabras del Papa Francisco— "mantener viva la solidaridad con estos hermanos y hermanas que han quedado discapacitados como resultado de esta enfermedad" y recuerda que Jesús "fue para nosotros un modelo" para este tipo de cuidado.

 

Trabajo compartido

A nivel práctico, —se ha referido el cardenal— hay muchas maneras para facilitar este encuentro con los enfermos de lepra. "No será un esfuerzo individual el que consiga la transformación necesaria de quienes luchan contra la lepra, sino un trabajo compartido de comunión y solidaridad", ha recordado.

 

San Damián de Veuster

Mons. Peter Turkson ha compartido el testimonio misionero de San Damián de Veuster, del que se cumple este año el 10° aniversario de su canonización. El sacerdote belga, de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María, sirvió a la aislada comunidad de leprosos de la isla de Molokai en Hawai, donde "atento a la inspiración de su corazón y a las necesidades de las personas a las que servía", contrajo la enfermedad.

San Damián de Veuster "predicó el Evangelio de la misericordia a una comunidad a la que generalmente uno se dirigía a distancia, mostrando la cercanía de Dios a 'Nosotros, los leprosos"', ha relatado.

Publicamos a continuación el mensaje del Prefecto del Dicasaterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson:

***

 

Mensaje del Cardenal Peter Turkson

A los presidentes de las conferencias episcopales,
A los obispos encargados de la pastoral de la salud,
A las religiosas y religiosos,
A los trabajadores sociales, sanitarios y pastorales,
A los voluntarios y personas de buena voluntad.

 

"Acabar con la discriminación, la estigmatización y el prejuicio".

La comunidad médica y la sociedad han experimentado en los últimos años un gran progreso en el cuidado de las personas que padecen lepra o enfermedad de Hansen. El diagnóstico ha mejorado y muchos tratamientos son más accesibles que antes, sin embargo, "desafortunadamente, esta enfermedad todavía afecta principalmente a las personas más desfavorecidas y más pobres". [1] Más de 200.000 casos nuevos de la enfermedad de Hansen se registran cada año, el 94 % en 13 países diferentes. [2] "Es importante", ha afirmado el Papa Francisco, "mantener viva la solidaridad con estos hermanos y hermanas que han quedado discapacitados como resultado de esta enfermedad". [3] Jesús fue para nosotros un modelo para este tipo de cuidado. Lo que movía profundamente a Cristo en el encuentro con los leprosos ahora debe inspirarnos a todos, en la Iglesia y en la sociedad.

Una terapia con múltiples medicamentos y centros clínicos especializados ha demostrado su eficacia en el tratamiento de esta enfermedad, sin embargo, "ninguna institución puede reemplazar al corazón o a la compasión humana, cuando es necesario enfrentar el sufrimiento del otro". [4] El tema de este año para la Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra, "Acabar con la discriminación, la estigmatización y los prejuicios", nos enseña claramente que una de las necesidades básicas en las vidas de quienes experimentan esta enfermedad devastadora es el amor.

El Papa Francisco, reflexionando sobre la curación del leproso por obra de Jesús, en el Evangelio según Marcos (Marcos 1: 40-45), indica el poder y la eficacia de Dios para salir al encuentro de nuestro deseo más profundo de ser amados y cuidados. "La misericordia de Dios", nos recuerda, "supera toda barrera y la mano de Jesús toca" al leproso. El Médico Divino no pierde el tiempo en diagnosticar las dolencias que nos afligen, sino que solo quiere aproximarse y curarlas acercándose a nosotros. "No se coloca a distancia de seguridad", continúa Francesco, "y no actúa por poderes, sino que se expone directamente al contagio de nuestro mal". [5]

Este año se cumple el décimo aniversario de la canonización de San Damián de Veuster. Nacido en Tremelo, Bélgica, en 1840, fue ordenado sacerdote de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María. Su celo misionero lo llevó a servir a la aislada comunidad de leprosos de la isla de Molokai en Hawai. Atento a la inspiración de su corazón y a las necesidades de las personas a las que servía, Damián eligió quedarse en la isla y luego también él contrajo la enfermedad. Predicó el Evangelio de la misericordia a una comunidad a la que generalmente uno se dirigía a distancia, mostrando la cercanía de Dios a "Nosotros, los leprosos". Murió en la isla de Molokai en 1889, después de 16 años de cuidado compasivo que revelaba el rostro de Cristo a aquellos a quienes servía.

En Evangelii Gaudium, el Papa Francisco aborda la actitud humana de abrazar “un desborde activista” cuando se trata de servir a los pobres y necesitados. Lo que Dios quiere de cada uno de nosotros, explica, es “una atención puesta en el otro, considerándolo como uno consigo” [6] Lo que necesitamos hoy es “la gracia de hacer una cultura del encuentro, de este encuentro fecundo, de este encuentro que devuelve a cada persona su dignidad como hijo de Dios, la dignidad de la vida”. [7] A la  profunda conversión de San Francisco de Asís contribuyó un encuentro lleno de gracia con un leproso. Al final se hizo cargo de esa persona, -el leproso,  figura de Cristo crucificado-  lo ayudó y lo besó. Cada encuentro auténtico tiene el poder de devolver la vida y la esperanza.

A nivel práctico, hay muchas maneras para facilitar este encuentro con los enfermos de lepra. Nuestras instituciones médicas y los sistemas locales de asistencia sanitaria, en colaboración con los organismos gubernamentales y las ONGs, pueden ayudar a crear alianzas que tengan efecto a largo plazo en las personas afectadas por esta enfermedad. No será un esfuerzo individual el que consiga la transformación necesaria de quienes luchan contra la lepra, sino un trabajo compartido de comunión y solidaridad.

Otro paso fundamental en el camino hacia el progreso es la construcción de la conciencia, especialmente en aquellos países donde la lepra es una enfermedad endémica. Aquí, el poder de la educación y la contribución de la academia de las ciencias pueden hacer mucho para asistir a las personas diagnosticadas con lepra a encontrar una solución y ayudar a nuestras comunidades a tender una mano benévola y acogedora. Dios siempre bendice esta colaboración y los beneficios para los enfermos son tangibles.

Por último, las comunidades mismas deben esforzarse continuamente para eliminar la "discriminación, la estigmatización y los prejuicios", trabajando para lograr la integración completa de la persona en todas sus dimensiones físicas y espirituales. Hablando de la gran necesidad de desarrollo a nivel global, San Pablo VI habló de un desarrollo "de todo el hombre y de todos los hombres". [8] Cuando los leprosos encuentran atención clínica, merecen recibir una mirada de amor, de hermandad y, por lo tanto, también merecen encontrar aceptación social de acuerdo con su dignidad espiritual, así el desarrollo humano integral encontrará su expresión más pura en la curación auténtica.

Expreso mi más profunda gratitud a todos aquellos que trabajan infatigablemente para ayudar a quienes sufren de lepra y brindan un alivio tan eficaz a los enfermos. El apoyo financiero de muchos, junto con las numerosas contribuciones de la ciencia y la investigación también han aportado esperanza y asistencia a muchas personas que padecen esta enfermedad. ¡Que la poderosa intercesión de la Santísima Virgen María, Salud de los Enfermos, esté con nosotros en nuestro intento de vencer la enfermedad de Hansen, así como la estigmatización, la discriminación y los prejuicios en todas sus formas!

 

Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson
Prefecto

 

[1] Papa Francisco, Angelus, 28 enero 2018.
[2] Organización Mundial de la Saluv, "Estrategia Mundial de la Lepra 2016-2020", 3.
[3] Papa Francisco, Angelus, 31 enero 2016.
[4] Pontificio Consejo de la Pastoral para los Agentes Sanitarios, "Nueva Carta para los Agentes Sanitarios".
[5] Papa Francisco, Angelus, 15 febrero 2015.
[6] Papa Francisco„ Evangelii Gaudium, 199.
[7] Papa Francisco„ "Meditaciones diarias en la capilla de la Casa Santa Marta", 13 septiembre 2016.
[8] Papa Pablo VI, Populorum Progressio, 42.

 

 

31/01/2019-19:54
Rosa Die Alcolea

Doctrina de la Fe: Renuncia del Padre Hermann Geissler

(ZENIT — 31 enero 2019).- El 28 de enero de 2019, el Padre Hermann Geissler solicitó al Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe poder dejar su servicio, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en un comunicado emitido el 29 de enero de 2019.

"Acusado de 'comportamiento inapropiado' con una ex monja, el padre Hermann Geissler le pidió al dicasterio que lo liberara de sus deberes para defenderse mejor" reportó Vatican News.

"El Prefecto ha aceptado esta petición", declara la Oficina de Prensa. "El Padre Geissler ha dado este paso para limitar el daño ya causado a la Congregación y a su Comunidad".

El Padre Geissler "reitera que la acusación contra él no es cierta y pide que el proceso canónico ya iniciado continúe", afirma la Santa Sede. Asimismo, "se reserva cualquier eventual medida de carácter legal", se lee en el comunicado.

 

 

31/01/2019-13:11
Rosa Die Alcolea

Universidad Católica del Sagrado Corazón: Mons. Peña Parra invoca "la luz del Espíritu Santo"

(ZENIT — 31 enero 2019).- Mons. Edgar Peña Parra ha invitado a los estudiantes y profesores de la Universidad Católica del Sagrado Corazón a invocar "la luz del Espíritu Santo" en el año que inicia, "para que ilumine y guíe vuestra investigación y vuestro compromiso diario con la escuela".

Esta mañana, 31 de enero de 2019, el Substituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, ha presidido la Misa inauguración del año académico de la Universidad Católica del Sagrado Corazón.

En su homilía, basándose en el Evangelio del día de hoy, Marcos 4: 21-25, Mons. Peña Parra ha recordado como Jesús, después de haber dicho a los apóstoles que les había confiado el misterio del Reino de Dios, lo compara con una lámpara, y les enseñó que "ésta no debe colocarse debajo de un celemín o del lecho sino claramente visible en el candelabro para que ilumine, tampoco ellos deben ocultar el misterio del Reino de Dios, es decir, guardarlo solo para ellos mismos, como si fueran un grupo de elegidos".

"Se trata de dar un límpido testimonio cristiano —ha indicado el obispo— en cada entorno en el que estamos llamados a vivir y trabajar". "En este compromiso apostólico tenemos la certeza de estar apoyados por el Espíritu Santo, el que guía a los discípulos a la plenitud de la verdad", ha alentado.

Esto es exactamente lo primero que hizo Jesús, ha asegurado el sustituto de la Secretaría de Estado. "Desde el momento en que dejó Nazaret —ha descrito— comenzó su predicación pública, recorriendo los caminos de Galilea. El propósito de su misión era comunicar a todos la cercanía del Reino de Dios, es decir, el amor del Padre por todos y especialmente por los más pobres".

Así, el prelado venezolano ha invitado a invocar en esta celebración el don del Espíritu Santo, a través de la intercesión de María Santísima, Trono de la Sabiduría: "Deseamos incorporarnos al 'rayo de acción' de ese evento".

De este modo, ha llamado a invocar el don del Espíritu "para que en el año que comienza, esta comunidad universitaria pueda vivir plenamente su vocación y su misión dentro de la Iglesia y al servicio de su misión en el mundo".

Sigue la homilía completa de Mons. Edgar Peña Parra:

***

 

Homilía de Mons. Edgar Peña Parra

Queridos hermanos y hermanas,

Nos encontramos en torno a la mesa eucarística, para la inauguración del año académico de este Ateneo católico. Queremos invocar la asistencia divina sobre los estudiantes, para quienes el nuevo año académico marcará una etapa de la fase decisiva de la formación científica y profesional; sobre los docentes llamados a una dedicación renovada en el delicado papel formativo de las nuevas generaciones. He aceptado con mucho gusto la invitación para presidir esta misa y me complace expresar mis cordiales saludos a los presentes. En particular, saludo en primer lugar al rector Prof. Franco Anelli, al Cuerpo académico, al querido Mons. Claudio Giuliodori, asistente general y a los sacerdotes colaboradores suyos. También saludo con deferencia a las demás autoridades aquí convocadas.

La página del Evangelio de hoy (Mc 4: 21-25) ilumina esta celebración nuestra, así como el camino cultural y espiritual que recorre la Universidad Católica en este nuevo año académico.

Jesús, después de haber dicho a los apóstoles que les había confiado el misterio del Reino de Dios, lo compara con una lámpara. Y como ésta no debe colocarse debajo de un celemín o del lecho sino claramente visible en el candelabro para que ilumine, tampoco ellos deben ocultar el misterio del Reino de Dios, es decir, guardarlo solo para ellos mismos, como si fueran un grupo de elegidos. Ese misterio, ciertamente, debía ser penetrado y comprendido con todo el esfuerzo de su inteligencia, pero al mismo tiempo los apóstoles están llamados a manifestarlo a todos, difundiéndolo ampliamente hasta los confines de la tierra. De hecho, Jesús advierte: "Nada hay oculto si no es para que sea manifestado, nada ha sucedido en secreto, sino para que deba ser descubierto" (v.22)

Y eso es exactamente lo primero que hizo Jesús. Desde el momento en que dejó Nazaret, comenzó su predicación pública, recorriendo los caminos de Galilea. El propósito de su misión era comunicar a todos la cercanía del Reino de Dios, es decir, el amor del Padre por todos y especialmente por los más pobres. Viendo al Maestro divino a la obra, la gente percibía que la luz realmente había venido al mundo, como escribe San Juan en el Prólogo, y que ya no estaba "debajo del celemín", sino que brillaba en el candelabro. Y las multitudes, tanto se dieron cuenta, que acudían en tropel desde todas partes para ser iluminadas, para recibir una luz que despeja la oscuridad de una vida a menudo triste y difícil.

La imagen de la luz que existe para iluminar a otros, y ciertamente no a sí misma, describe bien la vida y la misión de Jesús. Él es la verdadera luz que ilumina a cada hombre; no vino para sí mismo, no se encarnó para realizarse o incluso para afirmar su propio proyecto personal. Jesús vino a la tierra para iluminar el camino de los hombres hacia la salvación. Vino para que todos, escuchando su palabra, recorrieran los caminos de la existencia hasta llegar al cielo. Los discípulos a quienes continúa llamando a través de los siglos, de generación en generación, están invitados a hacer lo mismo: es decir, a no esconder la luz del Evangelio que han recibido, ni a adoptar medidas estrechas para comunicar esta luz al mundo.

Nos lo recuerda Él mismo en el Evangelio de hoy: "Con la medida con la que midáis, seréis medidos" (v.24). Es una invitación a tener un corazón grande y misericordioso como el del Padre en el cielo. Y la generosidad de Dios ha sido muy grande con nosotros: nos dio a su propio Hijo para que lo recibiéramos y lo diéramos a conocer a los demás. Por esa generosidad seremos juzgados. De hecho, Jesús deja en claro a los discípulos: "Al que tiene se le dará y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará "(v.25). Según el Evangelio, el amor y la generosidad no tienen restricciones ni límites: el corazón del creyente es universal y está abierto a todos.

Se trata de dar un límpido testimonio cristiano en cada entorno en el que estamos llamados a vivir y trabajar. En este compromiso apostólico tenemos la certeza de estar apoyados por el Espíritu Santo, el que guía a los discípulos a la plenitud de la verdad. Y es muy apropiado tener en cuenta esta obra del Espíritu en el contexto de una comunidad universitaria, donde el diálogo entre la fe en Cristo y la investigación científica se desarrolla a diario. Cuando Jesús hablaba a los apóstoles en el Cenáculo, tenía en mente a su Iglesia que, gracias al don del Espíritu, habría podido comprender plenamente su mensaje de salvación. Esto sucedió de una manera fundamental y extraordinaria en Pentecostés, pero continuó después en la vida cotidiana de los individuos y las comunidades, así como en otros eventos excepcionales que la Providencia ha dispuesto a lo largo de los siglos. Por lo tanto, para cumplir efectivamente la misión de dar testimonio de Jesús y de su Evangelio, cada persona, cada creyente y cada comunidad, incluida la universitaria, deben entrar, por así decirlo, en el radio de acción de Pentecostés y confiarse constantemente a la acción
iluminadora del espíritu de verdad.

Hoy, con esta celebración litúrgica, deseamos incorporarnos al "rayo de acción" de ese evento, invocando con fe el don del Espíritu Santo, a través de la intercesión de María Santísima, Trono de la Sabiduría. Lo invocamos para que en el año que comienza, esta comunidad universitaria pueda vivir plenamente su vocación y su misión dentro de la Iglesia y al servicio de su misión en el mundo. Esta Universidad se distingue por el adjetivo "católica", deseado por su fundador, el padre Agostino Gemelli, que recuerda la eclesialidad del Instituto, es decir su ubicación dentro de la misión de la Iglesia. Sabemos bien que la eclesialidad de una comunidad nunca debe darse por sentada. ¡Incluso el título de "católica" no es suficiente para garantizarla! Es un don que solicita siempre ser acogido y revivido con fe y compromiso generoso.

Es hermoso, en efecto, reconocer que cada generación de profesores y de estudiantes está llamada, en la invocación y en la acogida del Espíritu Santo, a colaborar para que la Universidad sea lo que debe ser, eso es "católica". La "catolicidad" de la comunidad académica y del trabajo universitario consiste en un apasionado compromiso con la reflexión sobre toda la realidad a la luz del misterio de Cristo, de lo que depende la elaboración de una cultura cristiana abierta a la comprensión de todos. Si Cristo es la verdad que ilumina, libera y da sentido a la vida, si es la respuesta completa a las preguntas profundas e imborrables del hombre, la verdad que es Cristo, precisamente en las universidades católicas, debe hacerse luz para los demás, para el mundo. Y esto es muy diferente de una etiqueta que se otorga a una institución de una vez por todas, ni puede ser solamente la tarea de una cumbre académica o de los responsables de las pastoral universitaria, sino que es un don y un compromiso que interpela la disponibilidad y la docilidad de todos a la acción del Espíritu.

Por lo tanto, invoquemos la luz del Espíritu Santo en el año que inicia, para que ilumine y guíe vuestra investigación y vuestro compromiso diario con la escuela.

 

 

31/01/2019-19:32
Redacción

Estados Unidos: El Papa nombra obispo de Colombus a Mons. Robert John Brennan

(ZENIT — 31 enero 2019).- El Papa Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Columbus, Estados Unidos de América, presentado por Mons. Frederick Francis Campbell.

De este modo, el Pontífice ha nombrado obispo de Colombus a Mons. Robert John Brennan, hasta ahora obispo titular de Erdonia y auxiliar de Rockville Center.

 

Mons. Robert John Brennan

Mons. Robert John Brennan nació el 7 de junio de 1962 en el sector del Bronx de la Ciudad de Nueva York, en la archidiócesis homónima. Después de asistir a la Escuela Primaria de Our Lady of Perpetua! Help y a la Saint John the Baptist Diocesan High Schoo! en West (slip (Nueva York), obtuvo el Bachelor of Science en Matemáticas y en Computer Science en la Saint John's University en Queens (Nueva York). ).

Posteriormente, siguió los estudios eclesiásticos en el Seminario Immaculate Conception en Huntington (Nueva York).

Fue ordenado sacerdote el 27 de mayo de 1989 para la diócesis de Rockville Centre.

Después de la ordenación, ocupó los siguientes cargos: vicario parroquial de Saint Patrick en Smithtown (1989-1994), secretario especial de los tres obispos de Rockville Center (1994-2002), vicario general y moderador de la Curia (2002-2019) y párroco de Saint Mary of the Isle en Long Beach (2010-2012).

En 1996 fue nombrado capellán de Su Santidad y en 2002 Prelado de Honor.

Nombrado obispo titular de Erdonia y auxiliar de Rockville Centre el 8 de junio de 2012, recibió la consagración episcopal el 25 de julio siguiente. Como auxiliar de Rockville Centre, continuó como vicario general y moderador de la Curia.

Además de inglés, sabe español.

 

 

31/01/2019-19:41
Rosa Die Alcolea

India: Simposio Teológico sobre 'La fe cristiana en un contexto multicultural'

(ZENIT — 31 enero 2019).- Del 21 al 24 de enero de 2019, se celebró el Simposio Teológico sobre el tema La fe cristiana en un contexto multicultural, en el Sí«. John's Medical College Campus en Bangalore, India. Al simposio, organizado por la Conferencia Episcopal de la India y la Congregación para la Doctrina de la Fe, asistieron 44 obispos y teólogos de la India.

La Delegación de la Congregación estuvo compuesta por el cardenal Luis F. Ladaria, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo J. Augustine Di Noia, secretario adjunto y algunos funcionarios del mismo dicasterio. El nuncio apostólico en India, Mons. Giambattista Diquattro, también participó en la reunión

 

Participantes

Los participantes del episcopado hindú, procedentes de las tres Iglesias rituales presentes en el país, estaban encabezados por el cardenal Oswald Gracias, Presidente de la Conferencia Episcopal de la India, por el cardenal Moran Mor Baselios Cleemis, Presidente del Santo Sínodo Episcopal de la Iglesia Siro-Malankar, por el cardenal Mar George Alencherry, presidente del Sínodo Episcopal Santo de la Iglesia de Siro-Malabar, y por el arzobispo Thomas Mar Koorilos, presidente de la Oficina para la Doctrina de la Conferencia Episcopal de la India. Otros 18 arzobispos y obispos y 22 teólogos participaron en la reunión, incluidos sacerdotes, religiosas y laicos, en representación de las tres Iglesias sui iuris del país.

La idea de una reunión anual entre obispos y teólogos en la India se propuso en 1996. Más tarde, durante la reunión de una delegación de obispos hindúes con los representantes de varios dicasterios de la Santa Sede en Roma, se sugirió la participación de la Congregación para la Doctrina de la Fe en un encuentro de este tipo. Respondiendo a este deseo, la Congregación participó en un coloquio teológico con obispos y teólogos, celebrado del 16 al 22 de enero de 2011.

 

Subcontinente hindú

Ocho años más tarde, se ha organizado este Simposio para fortalecer el entendimiento mutuo y la cooperación fraterna. El subcontinente hindú, de hecho, es un ejemplo de coexistencia pacífica entre pueblos con importantes diferencias lingüísticas, religiosas y culturales. Debido a sus grandes recursos naturales y humanos, es uno de los países más prometedores del mundo. Habiendo recibido el Evangelio al comienzo de la era cristiana, los católicos hindúes han dado una contribución impresionante al desarrollo del país, especialmente a través de numerosas instituciones educativas, centros de salud, organizaciones sociales y organizaciones caritativas.

Al comienzo de la reunión, el Presidente de la Conferencia Episcopal de la India expresó su cordial bienvenida a todos los participantes, recordando el propósito del Simposio. El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe pronunció después un discurso inaugural, hablando de la vocación específica del teólogo para la promoción de la fe católica.

 

Cinco sesiones

Teniendo en cuenta el contexto de la India, los temas elegidos para las cinco sesiones del Simposio abordaron algunos de los desafíos pastorales de la Iglesia hoy: El significado de la salvación cristiana en un mundo pluralista: algunas reflexiones sobre el mensaje de Placuit Deo (arzobispo J. Augustine Di Noia, OP); Enviados, construido sobre la roca, inflamados: Armonizar los dones jerárquicos y carismáticos en la pequeña grey hindú (Prof. Francis Gonsalves, S.I.) Respuesta del Prof. Thomas Kollamaprampil, C.M.I.); Los desafíos del multiculturalismo en la India (obispo Thomas Dabre; Respuesta del obispo Barnabas Mar Jacob, 0.I.C.); Evangelización y colaboración interreligiosa: fundamentos bíblicos y patrísticos (Prof. Thomas Manjaly; Respuesta del Prof. Sr. Metti Amirtham); Vivir la fe cristiana en un contexto interreligioso y multicultural (arzobispo Félix Machado).

Las intervenciones fueron seguidas por discusiones animadas, orientadas a una comprensión más profunda de los diversos temas, teniendo en cuenta la situación específica de la India y los desafíos a los que los obispos y teólogos deben responder.

 

Misión de la Congregación

Un espíritu de diálogo abierto, respeto mutuo e intercambio cordial de pensamientos y experiencias caracterizó los debates, desembocando en un mayor aprecio del compromiso de todos. Se han aclarado varias cuestiones sobre el papel y la misión de la Congregación para la Doctrina de la Fe y su cooperación con las Conferencias Episcopales y sus Comisiones Doctrinales.

Las misas, celebradas según los diversos ritos presentes en el país, hicieron que se experimentase con alegría la naturaleza particular de la unidad en la diversidad de la Iglesia en la India. Los intercambios informales durante los almuerzos y por la tarde de los tres días ofrecieron la oportunidad de profundizar los contactos personales y amistosos.

Los participantes han declarado su agradecimiento por la maravillosa hospitalidad ofrecida por el St. John's Medical College Campus de Bangalore.

El Simposio Teológico ha sido enriquecedor para todos los participantes que, como obispos y teólogos, están llamados a colaborar eficazmente en la misión común de la Iglesia. La reunión terminó con una nota de esperanza de que el Pueblo de Dios, unido bajo el cuidado de los obispos, siga contribuyendo al bien común de este gran país.

 

 

31/01/2019-07:28
Isabel Orellana Vilches

Beato Luigi Variara, 1 de febrero

«La mirada de un santo, exceptuando la de Dios, no tiene parangón con ninguna otra. Penetra los entresijos del corazón, consuela, anima, seduce, arrastra... Luigi tuvo esta experiencia con Don Bosco y se propuso conquistar el cielo»

De entre los muchos jóvenes que Don Bosco conmovió con su poderoso carisma, algunos conquistaron la santidad y uno de ellos fue Luigi, un muchacho nacido el 15 de enero de 1875 en Viarigi, Asti, Italia. Estudiaba en Valdocco y fuede los tantos que acogió expectante y lleno de júbilo al fundador mientras compartía juegos con otros compañeros en el patio del Oratorio.
Nadie es capaz de mirar como un santo, excepto Dios. Y desde esta perspectiva contempla aquél lo que le rodea. Luigi se sintió profundamente traspasado por la mirada de Juan al punto de cambiarle la vida. Y llevado de su mano, urgido por la autoridad moral, compendio de la virtud que destilaba, junto a su ternura y aliento, se adentró por las formidables veredas de la perfección.
Tenía que ser así, porque un santo no busca prosélitos, no espera que revierta en él la atención y gratitud de las personas a las que se dirige, sino que vuelen hacia Dios. De tanta generosidad emana una fuerza misteriosa que atrae a todos con independencia de edades y condiciones.

Luigi acariciaba la idea de encontrarse con Don Bosco, como él mismo narró de forma deliciosa: «Estábamos en la estación de invierno. Jugábamos una tarde en el amplio patio del Oratorio, cuando de repente se oyó gritar de un lado a otro: ¡Don Bosco!... ¡Don Bosco! Instintivamente nos abalanzamos todos hacia el sitio donde aparecía nuestro buen Padre, a quien sacaban a dar un paseíto en un coche. Pronto se vio Don Bosco rodeado de su querida turba infantil. Yo buscaba afanosamente el modo de situarme en algún punto donde pudiera verlo a mi gusto, pues deseaba ardientemente conocerlo. Me acerqué lo más que pude y, en el momento de ser ayudado a subir al coche, me dio una dulce mirada y sus ojos se fijaron detenidamente en mí; tenía la seguridad de haber conocido a un santo y que ese santo había leído en mi alma algo que solo Dios y él pudieron saber».

Cursó estudios eclesiásticos y antes de ser ordenado partió a Colombia, a un lugar donde habitaba el dolor de forma desgarrada: el leprosorio de Agua de Dios. Así lo soñó y demandó a sus superiores. Don Rúa se lo había concedido dando respuesta a la petición efectuada por el padre Unía que se hallaba en el lazareto y que lo seleccionó personalmente en Turín.

Llegó el intrépido apóstol en 1894, con 19 años, entregando a Cristo el néctar de su juventud. Portaba la gracia de tocar el corazón de todos con sus muchas cualidades que aliviaron a los enfermos; una de ellas la música, cuyas notas se extendían por aquél valle de lágrimas a través de la banda musical que él mismo creó.

Fue ordenado sacerdote en 1898 y centró su labor apostólica entre la infancia y la juventud herida por tantas desdichas. Lo tenía claro: «Nadie sirve más a Jesús, que el que sirve a los enfermos en nombre de Jesús». Les prestó su voz luchando por sus legítimos derechos y persiguió la justicia en bien de todos en una época que aislaba cruelmente a los afectados por la lepra. Con su valentía y tesón contribuyó a mejorar la situación. Fue un ángel de esperanza.

Dos centenares de jóvenes mujeres que, o bien habían contraído la enfermedad, o ésta era triste patrimonio de sus padres, se formaban bajo la atenta mirada del padre Variara como integrantes de la Asociación de Hijas de María. Por sus circunstancias personales era impensable que la llama de la vocación que prendía en el espíritu de la mayoría pudieran encauzarla en algún Instituto religioso. Y Luigi, consciente de la situación, en 1905 les dio la Congregación de las Hijas de los Sagrados Corazones y esta consigna: «Ser todas de Jesús, he ahí vuestro anhelo y vuestro cielo».
Ellas se ofrecían gozosas a Cristo como víctimas expiatorias. Que estos enfermos tuvieran una Institución donde canalizar su entrega religiosa era algo inexplorado en la Iglesia. Seguro que en las numerosas dificultades que tuvo que atravesar a partir de ese momento, el recuerdo de Don Bosco fue acicate para los días y noches de Luigi, alumbrándole en su quehacer junto a María Auxiliadora y sosteniéndole ante la incomprensión del estamento eclesial y la reticencia de ciertos superiores suyos.

Sensato, humilde, prudente y abnegado, no sin dolor, abrazado a la cruz, en 1919 obedientemente partió hacia nuevas misiones confiando a la Virgen su obra. Pasó por Bogotá, Mosquera, Barranquilla y Táriba, pero jamás olvidó a los enfermos ni a sus hijas, que sostuvo con una correspondencia epistolar de tal hondura que tuvo un peso fundamental en su causa de beatificación.

Cuando se sintió morir, pidió que le enviaran a Cúcuta. No era el lazareto, pero se hallaba en la tierra que había regado con sus sufrimientos. Murió el 1 de febrero de 1923. Tenía 48 años. Había sido fidelísimo a esta convicción: «Seamos pues firmes en la vocación, humildes ante Jesús y solo a Jesús busquemos en todo».Juan Pablo II lo beatificó el 14 de abril de 2002.