Perspectiva de Género

 

La Comunidad Valenciana veta las terapias para revertir la homosexualidad

 

La nueva norma no prohíbe, sin embargo, las terapias que conducen a ser homosexual, intersexual, bisexual, transexual y un largo etcétera

 

 

12 diciembre, 2018 | ForumLibertas.com


 

 

Una de las grandes contradicciones de la ideología de género es que basa su propuesta en que la sexualidad es una decisión mental que cada uno debe tomar por sí mismo. Es decir, que hay un sexo biológico, con el que se nace, pero otro que nace de la propia identidad de la persona que ésta debe decidir.

Para identificar la denominada “identidad sexual” se admiten por parte de la ideología de género y sus lobbies terapias que supuestamente ayuden a las personas a definirse como homosexuales, transexuales, intersexuales, bisexuales y un largo etcétera de conductas sexuales. La contradicción sobreviene cuando la terapia es para realizar un proceso que desemboque en la heterosexualidad como identidad sexual escogida, siguiendo la propia lógica de género. La razón es que eso no es posible. Hasta ese punto la ideología de género es tan obtusa que se pide que se prohíban esas terapias para caminar hacia la heterosexualidad, aunque se potencian y celebran las del sentido opuesto: las que llevarían a un heterosexual a identificarse como gay o lesbiana.

 

Veto a las terapias que llevan a la heterosexualidad

En ese sentido ha caminado las Cortes Valencianas, que han lanzado un duro veto a las terapias de reversión de la homosexualidad. Ahora, las personas que en la Comunidad Valenciana desee libremente iniciar una terapia para abandonar el modelo de vida homosexual, sencillamente no podrá.

Bajo la amigable idea de erradicar la discriminación, la norma discrimina a un tipo de terapias en favor de otras que sí construyen la ingeniería social que la ideología de género desea.

Además, como ya se hiciera con las leyes antidiscriminación de los colectivos LGTBI, ahora se privilegia a estos grupos por encima del resto de la población. Por ejemplo, se establece que los cuerpos policiales de localidades con más de 50.000 habitantes tendrán un grupo especializado en la prevención de delitos de odio o que en el ámbito sanitario público las personas homosexuales accederán con garantías a las técnicas de reproducción asistida.

La multa por ofrecer o publicitar terapias como las mencionadas con anterioridad serán de entre 45.000 a 120.000 euros.