Servicio diario - 10 de diciembre de 2018


 

Italia: El Papa ora por las víctimas de la tragedia en la discoteca de Corinaldo
Redacción

Mons. Rogelio Cabrera, nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, apunta a la "esperanza" ante el cambio de gobierno
Rosa Die Alcolea

Navidad 2018: Celebraciones litúrgicas que presidirá el Papa Francisco
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: Francisco invita a celebrar la Navidad "con verdadera fe"
Rosa Die Alcolea

70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Redacción

India: El Papa acepta la renuncia al gobierno pastoral de Cuddapah
Rosa Die Alcolea

Santa Maravillas de Jesús, 11 de diciembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

10/12/2018-18:00
Redacción

Italia: El Papa ora por las víctimas de la tragedia en la discoteca de Corinaldo

(ZENIT — 10 dic. 2018).- El 9 de diciembre de 2018, el Papa Francisco ofreció oraciones por las víctimas de la estampida ocurrida en la madrugada del 8 de diciembre de 2018 en una discoteca en la pequeña ciudad de Corinaldo, Italia, cerca de la costa adriática.

"Un recuerdo en mi oración por los chicos y la madre que murieron en una discoteca en Corinaldo, en la provincia de Ancona, y por los numerosos heridos".

La Agencia de Noticias SIR citó las palabras del Pontífice, pronunciadas después de rezar el Ángelus del mediodía, ante unos 45.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro: "Pido la intercesión de Nuestra Señora para todos".

Según ANSA, los clientes de la concurrida sala de conciertos se asustaron después de que alguien rociara una "sustancia picante" en el concierto del popular rapero italiano Sfera Ebbasta. El pánico se produjo cuando la multitud, en su mayoría adolescentes, trató de salir del local. Seis personas murieron, cinco de ellos menores y la sexta persona era la madre de un asistente al concierto. Además de las muertes, más de 50 resultaron heridas en la estampida para salir del lugar, varias de ellas de gravedad.

 

 

10/12/2018-13:19
Rosa Die Alcolea

Mons. Rogelio Cabrera, nuevo Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana, apunta a la "esperanza" ante el cambio de gobierno

(ZENIT – 10 dic. 2018).- Como Iglesia, “queremos participar, por una parte, de la esperanza que abrigan millones de mexicanos ante el cambio de gobierno. Pero lo haremos desde nuestra posición de pastores que quieren velar por sus fieles, defendiendo en primera instancia a los más pobres”, anuncia Mons. Cabrera López. “No seremos muro de contención ni oposición irracional. Trataremos de colaborar con la nueva administración en aquellos asuntos que nos son comunes”.

El Arzobispo de Monterrey fue elegido Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) el pasado 14 de noviembre de 2018, para el próximo Trienio (2019-2021), durante la CVI Asamblea Episcopal de los Obispos.

 

Impulso del proceso de evangelización

De manera paralela, Andrés Manuel López Obrador, de 65 años, fue investido Presidente de México, el 1 de diciembre de 2018, tras imponerse en las elecciones presidenciales del pasado 1 de julio más del 53% de los votos.

En este momento, el nuevo Presidente de la CEM se enfrenta a grandes retos ante el complejo contexto social de corrupción, violencia, el desafío de la migración y el problema de los abusos sexuales en la Iglesia. Frente a todo ello, Mons. Rogelio Cabrera habla en esta entrevista a Zenit sobre el nuevo impulso de un “proceso de evangelización que tenga como marco referencial los 500 años del Evento Guadalupano y los 2.000 años de la Redención, que se cumplen respectivamente en el año 2031 y 2033”. Se trata del ‘Proyecto Global de Pastoral’ (PGP 31-33).

 

Obispo de Tacámbaro, Tuxtla Gutiérrez y Monterrey

Mons. Cabrera López ha sido Obispo de Tacámbaro, Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, y Representante de la Provincia Eclesiástica de Chiapas. En la Conferencia Episcopal Mexicana, ejerció de Vice-Presidente para el trienio 2009-2012, y fue Segundo Vocal del Consejo de Presidencia para el trienio 2007-2009.

El 3 de octubre del 2012, el Santo Padre Benedicto XVI lo nombra XII Arzobispo de Monterrey. Participó en el Sínodo de los Obispos, celebrado en Roma, en noviembre del 2012.

Sigue la entrevista en exclusiva de Zenit a Mons. Rogelio Cabrera López, nuevo Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

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¿Cuáles son sus retos para los próximos años como máximo representante de los obispos católicos de México?

Al interior de nuestra Iglesia Católica, los obispos mexicanos queremos impulsar un proceso de evangelización que tenga como marco referencial los 500 años del Evento Guadalupano y los 2.000 años de la Redención, que se cumplen respectivamente en el año 2031 y 2033. Para ello hemos elaborado un Proyecto Global de Pastoral (PGP 31-33) que, además de ser una expresión de la colegialidad entre nosotros los obispos, responde al llamado que el Papa Francisco nos hiciera en la Catedral de México, el 13 de febrero del 2016: impulsar un serio y cualificado proyecto pastoral, que vaya más allá de coyunturas y criterios circunstanciales.

Hacia fuera de nuestra Iglesia Católica, queremos participar, por una parte, de la esperanza que abrigan millones de mexicanos ante el cambio de gobierno. Pero lo haremos desde nuestra posición de pastores que quieren velar por sus fieles, defendiendo en primera instancia a los más pobres. No seremos muro de contención ni oposición irracional. Trataremos de colaborar con la nueva administración en aquellos asuntos que nos son comunes, pero sin perder nuestro sentido crítico contra lo que consideremos pueda afectar a nuestro pueblo.

 

¿Cómo se instalará el Equipo Nacional para la Protección de Menores en términos físicos y funcionales en las Diócesis de México?

En la asamblea del mes de noviembre de este año fue aprobada la integración de un equipo para asesorar a los Obispos de las diversas diócesis. Dicho equipo será formado por expertos en derecho civil y canónico. Serán parte de él hombres y mujeres. En el mes de enero del 2019 ya quedará listo para entrar en funciones.

 

¿Cómo está siendo la línea de actuación de los obispos mexicanos con los inmigrantes de los países hermanos de El Salvador y Guatemala?

A través de nuestra Comisión Episcopal de Pastoral Social, y de la Dimensión Episcopal de Pastoral de la Movilidad Humana, tenemos programas de atención permanente a los migrantes, especialmente en las diócesis fronterizas por donde ellos pasan. Los obispos hemos insistido en que, no obstante que algunos de esos migrantes puedan ser manipulados o, inclusive, ser delincuentes, son nuestros hermanos que deben ser acogidos siguiendo el ejemplo de Jesús misericordioso.

 

En unos días celebraremos la festividad de la Madre de Guadalupe: ¿cómo se percibe en el día a día la figura de Nuestra Señora de Guadalupe en los obispos y fieles mexicanos?

La fe en la Guadalupana no sólo no decrece, sino que aumenta año con año. Es por ello que, como ya lo mencioné, los obispos decidimos elaborar el PGP 31-33, en donde afirmamos: “Los obispos mexicanos queremos refrendar el compromiso de seguir construyendo una casita sagrada porque representa un elemento común de identidad de este pueblo, un signo de unidad, un espíritu de familiaridad” (#152).

 

El pasado 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador inició oficialmente su mandato presidencial. Usted, como Presidente de la CEM: ¿qué frutos espera de este gobierno?

Como con todos los nuevos gobiernos: esperamos que cumpla con sus promesas de campaña. Sin embargo, sabemos que enfrentará un contexto difícil, con muchas presiones internas y externas. Nosotros seguiremos invitando a los fieles a seguir participando en política, no sólo en tiempos electorales, sino durante toda la vida, en aquellas cosas que les corresponden, entendiendo que la fe tiene una profunda dimensión social.

 

En los últimos seis años, han sido asesinados en México más de 25 sacerdotes: ¿de dónde procede tanto odio?

Bueno. No todos han sido crímenes de odio. Según los informes de las autoridades encargadas, estamos ante situaciones de robos -en su mayoría-, confusiones, venganzas por conflictos con familiares de los sacerdotes, etc. Sin embargo, es evidente que estamos ante una pérdida de respeto hacia lo sagrado -presente en todas las sociedades contemporáneas-, que permite a los delincuentes no detenerse para llevar a cabo sus prácticas violentas.

 

En México está habiendo un incremento de creyentes evangélicos. Los pentecostales representan una fuerza potencial. ¿Cómo podemos interpretar esté fenómeno?

Creo que hay una doble fuente de este incremento. Por una parte, ha crecido la oferta de movimientos religiosos -no sólo pentecostales- de todo tipo. Se cree que la espiritualidad puede fortalecerse sin una estructura religiosa, y se apuesta más bien por contactos individuales, que no siempre personales, con Dios. En esta dinámica, el mantenerse en la Iglesia Católica pareciera una pérdida de tiempo.

Por otra parte, y reconociendo con humildad nuestras limitaciones, debemos reconocer que de alguna manera hemos favorecido ese incremento, al descuidar la atención personalizada a nuestros fieles, el énfasis en la evangelización, un estilo de vida más acorde al evangelio, la atención a las verdaderas preocupaciones de la comunidad, algunos escándalos vinculados al abuso de poder y al clericalismo, etc.

 

 

 

10/12/2018-14:38
Rosa Die Alcolea

Navidad 2018: Celebraciones litúrgicas que presidirá el Papa Francisco

(ZENIT — 10 dic. 2018).- La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha publicado esta mañana el horario de celebraciones litúrgicas que oficiará el Papa Francisco en el Vaticano, esta Navidad, en diciembre y enero de 2018.

El Santo Padre Francisco celebrará la Misa del Gallo en la solemnidad de la Natividad del Señor, el lunes 24 de diciembre en la Capilla papal, Basílica Vaticana, a las 21:30 horas. Esta celebración eucarística será precedida por el canto de la Kalenda.

En la Solemnidad de la Natividad del Señor, el martes, 25 de diciembre de 2018, el Papa dirigirá su mensaje de Navidad al mundo desde el balcón central de la Basílica Vaticana, a las 12 horas, e impartirá la Bendición Urbi et Orbi.

El último día del año 2018, lunes, 31 de diciembre, Francisco celebrará a las 17 horas las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre De Dios, a las que seguirá la exposición del Santísimo Sacramento, el tradicional canto del himno Te Deum al final del año civil y la bendición eucarística.

El 1 de enero de 2019 se dedica a la Solemnidad de María Santísima, Madre De Dios. El Pontífice celebrará la santa misa a las 10 horas, en la octava de Navidad, en coincidencia con la LII Jornada Mundial de la Paz cuyo tema es: "La buena política está al servicio de la paz". Será en la Capilla papal, de la Basílica Vaticana.

Asimismo, el Santo Padre Francisco celebrará la Santa Misa en la solemnidad de la Epifanía del Señor, el domingo 6 de enero de 2019, en la Capilla papal, Basílica de San Pedro, a las 10 horas.

 

 

10/12/2018-19:03
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: Francisco invita a celebrar la Navidad "con verdadera fe"

(ZENIT — 10 dic. 2018).- En la misa celebrada en la capilla de Santa Marta, el lunes, 10 de diciembre de 2018, el Santo Padre ha comentado el pasaje del Evangelio de Lucas elegido para el día, que narra la curación de un paralítico y que "sirve como inspiración" —ha dicho— para reafirmar que la fe infunde valor y que es la manera de tocar el corazón de Jesús.

Así, el Papa ha exhortado a vivir la segunda semana de Adviento, pidiendo la gracia de prepararnos con fe para la Navidad. "No es fácil mantener y defender la fe", ha advertido.

"Pedimos fe en el misterio de Dios hecho hombre. La fe también hoy, en el Evangelio, muestra cómo toca el corazón del Señor. El Señor a menudo vuelve a la catequesis sobre la fe, insiste. "Viendo su fe", dice el Evangelio.

Jesús vio esa fe — porque se necesita coraje para hacer un agujero en el techo y dejar caer una camilla con el enfermo allí... se necesita coraje -. Ese coraje, ¡esta gente tenían fe! Ellos sabían que si el enfermo llegaba delante a Jesús, sería sanado".

 

"Confiar nuestra fe a Dios"

Para exhortar "a confiar nuestra fe a Dios", defendiéndola de las tentaciones del mundo, el Papa ha recomendado leer el pasaje de la curación del ciego en el capítulo IX de Juan, su acto de fe delante a Jesús a quien reconoce como el Mesías.

"Nos hará bien hoy, e incluso mañana, durante la semana, tomar este capítulo IX de Juan y leer esta hermosa historia del niño ciego de nacimiento. Y terminar desde nuestro corazón con el acto de fe: "Creo, Señor. Ayuda a mi poca fe. Defiende mi fe de la mundanalidad, de las supersticiones, de las cosas que no son fe. Defiéndela de reducirla a teorías, ya sea teologizando o moralizando... no. Fe en ti, Señor".

En conclusión, el Papa ha comentado en la Eucaristía que hoy pidamos a Dios esta gracia: en esta segunda semana de Adviento, "preparémonos con la fe para celebrar la Navidad".

"Es cierto que la Navidad —como todos sabemos— muchas veces se celebra no con tanta fe, también se celebra de manera mundana o pagana; pero el Señor nos pide que lo hagamos con fe y nosotros, esta semana, debemos pedirle esta gracia: poder celebrarlo con fe. No es fácil mantener la fe, no es fácil defender la fe: no es fácil", ha aconsejado el Pontífice.

 

 

10/12/2018-19:15
Redacción

70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

(ZENIT — 10 dic. 2018).- Hoy se inaugura en la Pontificia Universidad Gregoriana la Conferencia Internacional Los Derechos Humanos en el Mundo Moderno: conquistas, omisiones, negaciones.

El evento, celebrado con motivo del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y del 25 aniversario de la Declaración y del Programa de Acción de Viena para la Protección de los Derechos Humanos en el Mundo, ha sido organizado por la Pontificia Universidad Gregoriana y el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Publicamos a continuación el mensaje que el Santo Padre ha enviado para la ocasión a los participantes en la Conferencia Internacional y cuyo texto fue leído esta mañana por el cardenal, Peter K. Appiah Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

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Mensaje del Santo Padre

Señor cardenal
Venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio.
queridos hermanos y hermanas,

Me complace enviar un cordial saludo a todos vosotros, representantes de los Estados ante la Santa Sede, de las instituciones de las Naciones Unidas, del Consejo de Europa, de las Comisiones Episcopales de Justicia y Paz y de las de pastoral social, del mundo académico y de las organizaciones de la sociedad civil, reunidos en Roma para la Conferencia Internacional sobre el tema "Los derechos humanos en el mundo contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones", organizada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y por la Pontificia Universidad Gregoriana, con motivo del 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y del 25 aniversario de la Declaración y del Programa de Acción de Viena.

A través de estos dos documentos, la familia de las Naciones quería reconocer la igual dignidad de cada persona humana, [1] de la cual se derivan derechos y libertades fundamentales que, por estar enraizados en la naturaleza de la persona humana, -una unidad inseparable de cuerpo y alma-, son universales, indivisibles, interdependientes e interconectados. [2] Al mismo tiempo, en la Declaración de 1948 se reconoce que "toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que solo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad ". [3]

En el año en que se celebran aniversarios significativos de estos instrumentos jurídicos internacionales, resulta oportuna una reflexión profunda sobre los fundamentos y el respeto por los derechos humanos en el mundo contemporáneo, una reflexión que espero sea premisa de un compromiso renovado en favor de la defensa de la dignidad humana , con una atención especial por los miembros más vulnerables de la comunidad.

En efecto, observando con atención nuestras sociedades contemporáneas, encontramos numerosas contradicciones que nos llevan a preguntarnos si verdaderamente la igual dignidad de todos los seres humanos, proclamada solemnemente hace 70 años, sea reconocida, respetada, protegida y promovida en todas las circunstancias. En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre. [4] Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados.

Pienso, entre otras cosas, en los niños por nacer a quienes se les niega el derecho a venir al mundo; en aquellos que no tienen acceso a los medios indispensables para una vida digna; [5] en aquellos que están excluidos de la educación adecuada; en quien está injustamente privado de trabajo o forzado a trabajar como esclavo; a quienes están detenidos en condiciones inhumanas, a quienes son sometidos a torturas o a quienes se les niega la oportunidad de redimirse, [6] a las víctimas de desapariciones forzadas y sus familias.

Mis pensamientos también se dirigen a todos aquellos que viven en un clima dominado por la sospecha y el desprecio, que son objeto de actos de intolerancia, discriminación y violencia debido a su pertenencia racial, étnica, nacional o religiosa. [7]

Finalmente, no puedo dejar de recordar a cuántas personas sufren violaciones múltiples de sus derechos fundamentales en el contexto trágico de los conflictos armados, mientras los mercaderes de muerte sin escrúpulos [8] se enriquecen al precio de la sangre de sus hermanos y hermanas.

Ante estos graves fenómenos, todos somos cuestionados. De hecho, cuando se violan los derechos fundamentales, o cuando se favorecen algunos en detrimento de otros, o cuando se garantizan solo a ciertos grupos, se producen graves injusticias, que a su vez alimentan los conflictos con graves consecuencias tanto dentro de las naciones como en las relaciones entre ellas.

Por lo tanto, cada uno está llamado a contribuir con coraje y determinación, en la especificidad de su papel, a respetar los derechos fundamentales de cada persona, especialmente de las "invisibles": de los muchos que tienen hambre y sed, que están desnudos, enfermos, son extranjeros o están detenidos. (cfrMt25.35-36), que viven en los márgenes de la sociedad o son descartados.

Esta necesidad de justicia y solidaridad tiene un significado especial para nosotros los cristianos, porque el Evangelio mismo nos invita a dirigir la mirada a los más pequeños de nuestros hermanos y hermanas, a movernos a la compasión (cf. Mt 14:14) y a trabajar arduamente para aliviar sus sufrimientos.

Deseo, en esta ocasión, dirigir un llamamiento sincero a aquellos con responsabilidades institucionales, pidiéndoles que coloquen a los derechos humanos en el centro de todas las políticas, incluidas las de cooperación para el desarrollo, incluso cuando esto signifique ir contra la corriente.

Con la esperanza de que estos días de reflexión puedan despertar la conciencia e inspirar iniciativas destinadas a proteger y promover la dignidad humana, confío a cada uno de vosotros, a vuestras familias y a vuestros pueblos, a la intercesión de María Santísima, Reina de la Paz, e invoco sobre todos la abundancia de bendiciones divinas.

En el Vaticano, 10 de diciembre de 2018.

FRANCISCO

 

[1] Véase la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 10 de diciembre de 1948, Preámbulo y artículo 1.

[2] Véase la Declaración de Viena, 25 de junio de 1993, n. 5.

[3] Declaración Universal de los Derechos Humanos, art. 29.1.

[4] Ver Esort. ap. Evangelii gaudium, 53.

[5] Cf. Juan )0011, Carta Enc.Pacem in terris, 11 de abril de 1963, pág. 6.

[6] Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2267.

[7] Ver Discurso a los participantes en la Conferencia Mundial sobre el tema "Xenofobia, racismo y nacionalismo populista, en el contexto de la migración mundial", 20 de septiembre de 2018.

[8] Cf. Audiencia General, Piazza San Pietro, 11 de junio de 2014

 

 

10/12/2018-19:34
Rosa Die Alcolea

India: El Papa acepta la renuncia al gobierno pastoral de Cuddapah

(ZENIT — 10 dic. 2018).- El Santo Padre Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Cuddapah (India), presentada por Mons. Prasad Gallela.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede lo ha comunicado este lunes, 10 de diciembre de 2018, a través de un comunicado.

El sacerdote indio nació en Adoni el 7 de abril de 1962, y fue ordenado en Kurnool, India.

Mons. Prasad Gallela, ahora obispo emérito, participó en la visita ad Limina Apostolorum de mayo de 2011, siendo papa Benedicto XVI.

 

 

10/12/2018-07:35
Isabel Orellana Vilches

Santa Maravillas de Jesús, 11 de diciembre

«Esta fundadora carmelita, que se abrazó gozosamente a la cruz, tuvo como modelos a otros dos excelsos miembros de la Orden: Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Su afán no fue otro que cumplir la voluntad de Dios a cada instante»

Por su reciedumbre personal, espiritual y apostólica se han apreciado en María de las Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmánrasgos que también caracterizaron a la gran santa castellana, su fundadora y maestra, Teresa de Jesús. Embebida en el amor a Dios y al prójimo tuvo siempre claro que siendo fugaz la existencia, lo único que cabe es pensar en la otra: «procurar agradar a Dios nuestro Señor y el juicio suyo; lo que únicamente vale es lo que seamos delante de nuestro Dios».

Nació en Madrid, España, el 4 de noviembre de 1891. Pertenecía a una familia aristocrática muy religiosa. Era la cuarta y última hija de los marqueses de Pidal. Su padre fue sucesivamente ministro de Fomentoy embajador de España ante la Santa Sede; había actuado a favor de la Iglesia distinguiéndose por sus iniciativas apostólicas. Y su madre, igualmente comprometida eclesialmente, estaba emparentada con la más alta nobleza, de modo que Maravillas recibió una excelente educación. Pertrechada en la fe y finura espiritual que se respiraba en su hogar, dio ejemplo de caridad tratando de paliar las graves carencias de gente que no tenía medios económicos.

Sus modelos de vida eran dos grandes santos: Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, figuras señeras de la Orden carmelita. Con la determinación a seguir sus pasos, sintiéndose profundamente conmovida por el amor de Jesucristo y alentada por su devoción a María, a los 21 años consagró su castidad en la intimidad. Más tarde, el 12 de octubre de 1919 ingresó en el convento carmelita de El Escorial; profesó en 1921. De su impronta apostólica —que emanó del sagrario, ante el que oraba sin imponerse límite alguno—, surgió la fundación del Carmelo en el Cerro de los Ángeles, lugar emblemático y punto neurálgico del territorio español. Allí se había erigido el monumento en honor del Sagrado Corazón de Jesús, y España fue consagrada a él por el monarca Alfonso XIII el 30 de mayo de ese año.

Para iniciar su obra, la santa contaba con la aprobación del prelado de Madrid-Alcalá. Con objeto de ocuparse de los preparativos, se instaló en Getafe junto a otras religiosas. En 1926 tuvo lugar la apertura del convento, y ella fue elegida priora de la comunidad. Rápidamente fueron bendecidas con numerosas vocaciones en las que entrevió un signo para continuar extendiendo el Carmelo. Pero en 1936 estalló la Guerra Civil, y la comunidad padeció numerosos sobresaltos.

Sin temer a la muerte, en un rasgo de generosidad y valentía que brotaba de su fe, se había ofrecido heroicamente a Pío XI para defender la imagen del Sagrado Corazón en el caso de que se atentase contra ella. El pontífice aceptó su propuesta, pero las monjas fueron detenidas y conducidas a Getafe. Luego, tras un año largo de grandes zozobras soportadas en un piso madrileño, se vieron obligadas a abandonar Madrid. En su recorrido llegaron a Lourdes y de allí al territorio salmantino en 1937. El bellísimo paraje de las Batuecas, entonces apartado e inhóspito, fue su morada hasta que en 1939 regresaron al Cerro de los Ángeles, debiendo restaurar la que había sido su casa antes de la contienda. A lo largo de ese convulso periodo Maravillas había dado testimonio de templanza y fortaleza, infundiendo confianza y alegría en su derredor. Asentadas otra vez en el convento, brotaron abundantemente las vocaciones y con ellas la anhelada expansión apostólica que se hizo notar en varias provincias españolas y en la India con la apertura de nuevas fundaciones, diez en total, emprendidas por esta santa carmelita.

Espiritualmente fue una ejemplar asceta y es considerada una gran mística. Al igual que el elenco de los egregios hombres y mujeres que componen el santoral, la Madre Maravillas vivió heroicamente las virtudes. Se caracterizó por su austeridad. Se abrazo felizmente a la pobreza contribuyendo con su trabajo al sostenimiento de la comunidad. Con los medios económicos que poseía, entre otras acciones propició la creación de casas para personas sin recursos, una iglesia y un colegio, costeó estudios a seminaristas, puso en marcha una fundación destinada a religiosas enfermas, adquiriendo también una vivienda para su alojamiento en el caso que fuera preciso, etc. Muchas de estas iniciativas las impulsó dentro de la clausura del convento salmantino de la Aldehuela, donde murió. A ella se debe la existencia de la «Asociación de Santa Teresa» que aglutina a los conventos que fundó.

Amable, discreta, paciente, confiada, dadora de paz, vivía lejos de sí, entregada a la oración y a la penitencia. Ejercitaba la caridad con todos, preocupándose por la más mínima de sus necesidades. Gran apóstol, solía decir: «Me abraso en deseos de que las almas vayan a Dios». La conciencia de su pequeñez, que le hacía considerarse «una nada pecadora», da cuenta de su afán por la unión plena con Dios: «No quiero la vida más que para imitar lo más posible la de Cristo».Hasta el fin, como hizo en el proceso de su enfermedad, quiso cumplir la voluntad divina. Siempre había dicho a sus hijas: «Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera». Falleció mientras manifestaba: «¡Qué felicidad morir carmelita!», el 11 de diciembre de 1974. Fue beatificada por Juan Pablo II el 10 de mayo de 1998, y canonizada por él, el 4 de mayo de 2003.