Estado y Vida

 

10/12/2018 | por Grupo Areópago


 

 

Hoy 10 de diciembre se cumplen 70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, al término de la Segunda Guerra Mundial.  Esta Declaración es un documento “que marca un hito en la historia de los derechos humanos”, porque fue redactada por representantes de todas las regiones del mundo con distintos antecedentes jurídicos y culturales. Es el documento más universal sobre derechos humanos que existe.

En el artículo 3 de la Declaración se garantiza que “todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. Pero a pesar de este artículo, cada día se atenta fuertemente contra la vida de las personas, en sus diferentes modalidades: el aborto, los asesinatos, la guerra, el terrorismo, la eutanasia, la violencia entre hombres y mujeres, el hambre, los inmigrantes muertos en pateras, las drogas, las torturas, etc.  El derecho a la vida está en peligro en nuestros días.

No pasa un día sin que las noticias que nos llegan estén relacionadas con muertes que hay en el mundo, miles de personas mueren cada día, cerca de nosotros. Ante este panorama, cabe preguntarse ¿Dónde queda la garantía al derecho la vida? ¿Por qué cada día mueren tantas personas? ¿Qué nivel de responsabilidad y de compromiso tenemos todos para garantizar el cumplimiento del artículo 3 de la citada declaración?

¿En qué manos está nuestro derecho a la vida? ¿En manos de los Estados competentes de garantizar la vida de todos nosotros? ¿Estados que legislan a favor del aborto y de la eutanasia? ¿Estados que no garantizan la paz de los pueblos ni actúan para frenar el hambre?; ¿Estados sin políticas efectivas de inmigración y refugiados, por ejemplo?

La vida no es sólo responsabilidad de los Estados y de las organizaciones. El hombre es responsable de su propia vida porque es sagrada y nadie tiene derecho a quitársela.

 

GRUPO AREÓPAGO