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Santa Sede: “Los Océanos, un bien que se debe regir por principios éticos justos”

 

Discurso del Nuncio Apostólico en Indonesia, Mons. Piero Pioppo, Jefe de la Delegación de la Santa Sede en la conferencia: “Our Ocean, Our Legacy”, en curso en Bali, Indonesia, del 29 al 30 de octubre de 2018.

 

 

30 octubre 2018, 15:47 | Renato Martinez – Ciudad del Vaticano


 

 

“Para que los Océanos estén verdaderamente al servicio del bien común, de toda la familia humana y del desarrollo integral y armonioso de cada persona y de cada comunidad, es importante que se rijan por principios éticos justos”, lo dijo Mons. Piero Pioppo, Nuncio Apostólico en  Indonesia, Jefe de la Delegación de la Santa Sede en la conferencia: “Our Ocean, Our Legacy”, en curso en Bali, Indonesia, del 29 al 30 de octubre de 2018.

 

Los Océanos, una realidad compleja

En su discurso, el Representante Pontificio agradeció a todos los Estados y Organizaciones que continúan apoyando el ciclo de conferencias sobre “Nuestro Océano”, en especial por los esfuerzos realizados para que sea lo más “transversal” posible, intentando involucrar a diferentes actores. “Indonesia, debido a su ubicación geográfica específica y a su historia – precisó el Nuncio Apostólico – es uno de esos países que bien pueden atestiguar cómo las cuestiones relacionadas con los océanos sean complejas e interconectadas. En efecto, los océanos requieren nuestra atención y una disponibilidad a colaborar de buen grado para la implementación, por un lado, de un enfoque interdisciplinario serio y, por el otro, del principio de subsidiariedad, que involucre los contextos locales, nacionales y regionales, así como el nivel internacional”.

 

“El objetivo común es garantizar una protección real de lo que la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar describe como el patrimonio común de la humanidad”

 

Los Océanos, un objetivo para el desarrollo sostenible

Con respecto al tema de los océanos, afirmó Mons. Pioppo citando el punto 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), se hace cada vez más necesario adoptar un enfoque interdisciplinario e integral, sobre todo cuando se menciona específicamente que debemos “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, mares y recursos marinos para el desarrollo sostenible”. En este sentido, agregó el Prelado, podría ser útil desarrollar la relación entre el tema de los océanos y el ODS 16, que se refiere a la promoción de “sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible”. De hecho, un enfoque inclusivo con la participación de todos solo puede tener beneficios positivos para el cuidado de nuestro hogar común y, en particular, para los océanos y las zonas costeras.

 

Los Océanos, al centro de la atención de la Iglesia

Para la Santa Sede y para la Iglesia Católica, puntualizó el Jefe de la Delegación de la Santa Sede, la cuestión de los mares es importante. “Así lo demuestran las numerosas iniciativas emprendidas por la Iglesia que incluyen, entre otras – enumeró Mons. Pioppo – los diversos tipos de asistencia ofrecida a la gente de mar; el sostén al desarrollo de las comunidades pesqueras y la protección de sus derechos; el trabajo incesante con y en favor de los migrantes en muchos países; las actividades con comunidades que están amenazadas por el aumento del nivel del mar; así como la sensibilización sobre aquellas iniciativas que pueden dañar el fondo marino”. Para que estos intereses y actividades estén verdaderamente al servicio del bien común, de toda la familia humana y del desarrollo integral y armonioso de cada persona y de cada comunidad, es importante que se rijan por principios éticos justos.

 

“En particular, una antropología saludable debe iluminar nuestra relación con este maravilloso e impresionante regalo: los Océanos”

 

Los Océanos, hace falta una conducta responsable

Por ello, señaló Mons. Pioppo, no debemos limitarnos a una visión de los océanos enmarcada únicamente por la tecnología, por cuestiones de seguridad o por la búsqueda de ganancias. Tampoco sería suficiente concentrarse exclusivamente en la biodiversidad y los ecosistemas, si se dejara de lado el papel de la persona humana. “Debemos abordar las amenazas a nuestros océanos con valentía y prudencia – advirtió el Prelado – a menudo, las causas de estas amenazas se encuentran en la tierra firme: la migración peligrosa y forzada, el flagelo de varias formas de tráfico criminal y la contaminación de los mares”. Por este motivo, en la gestión de los recursos marinos y oceánicos, hace falta una conducta responsable, así como facilitar la asistencia y cooperación necesarias para el desarrollo de las comunidades más vulnerables, y garantizar un seguimiento efectivo de los compromisos asumidos para proteger el bienestar de la humanidad y de la biodiversidad.

 

Los Océanos, educación para el cuidado

Desde esta perspectiva, alienta Mons. Pioppo, no debe olvidarse, que los océanos nos recuerdan la necesidad de “la educación para la alianza entre la humanidad y el medio ambiente”. A este respecto, habría que esforzarse para educar a los jóvenes al cuidado de los océanos pero también, siempre que sea posible, ayudándoles a crecer en el conocimiento, el aprecio y la contemplación de su inmensidad y grandeza.