Servicio diario - 07 de octubre de 2018


 

Ángelus: "El amor herido puede ser curado por Dios a través de la misericordia y el perdón"
Raquel Anillo

Carta abierta del Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal. Marc Ouellet sobre los recientes cargos contra la Santa Sede
Redacción

El Papa Francisco confía a los esposos con problemas a la intercesión de la Virgen María
Anita Bourdin

Laicos, Familia y Vida: El Papa nombra nuevos miembros y consultores
Anne Kurian

San Hugo de Génova, 8 octubre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

07/10/2018-15:11
Raquel Anillo

Ángelus: "El amor herido puede ser curado por Dios a través de la misericordia y el perdón"

(ZENIT — 7 octubre 2018).- El Papa Francisco recuerda el plan del amor de Dios por el hombre y la mujer tal como está registrado al principio de la Biblia, y al mismo tiempo destaca la actitud que debe tener la Iglesia "para traer de vuelta a Dios los corazones heridos y perdidos.

El Papa efectivamente ha comentado sobre el Evangelio del domingo, 7 de octubre de 2018, en la Plaza de San Pedro, como es costumbre, antes de la oración del Ángelus dominical al mediodía. Bajo los paraguas, ante unas 25,000 personas que se habían reunido, según las cifras de la gendarmería del Vaticano.

El Papa Francisco recordó el diseño del Dios Creador en la pareja: "Originalmente, en el proyecto del Creador, no hay un hombre que se case con una mujer y, si las cosas no funcionan, esta se divorcia. No. Por el contrario, hay un hombre y una mujer llamados a reconocerse, a completarse, a ayudarse mutuamente en el matrimonio".

También constató los defectos, que no son la última palabra, al señalar el remedio en la misericordia: "La forma en que Dios actúa con su pueblo infiel, es decir, con nosotros, nos enseña que el amor herido puede ser sanado por Dios, gracias a la misericordia y el perdón".

El Papa confió a las parejas con problemas a la intercesión de la Virgen María: "Invoquemos a la Virgen María para que ayude a los esposos a vivir y renovar su unión, a partir del don original de Dios".

Uno podría reconocer en esta invocación la devoción del Papa Francisco a la Virgen María que "deshace los nudos", especialmente para parejas en dificultades.

AB

 

Palabras del Papa Francisco antes del Ángelus.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!.

El evangelio de este domingo (Mc 10, 2-16) nos ofrece la palabra de Jesús sobre el matrimonio, la historia comienza con la provocación de los fariseos que preguntan a Jesús si es lícito que un marido repudie a su mujer como lo dispone la ley de Moisés (y 2-4).

En primer lugar, Jesús con la sabiduría y la autoridad que le viene del Padre redimensiona la prescripción mosaica diciendo, a causa de la dureza de su corazón, él, (es decir el antiguo legislador) escribió para ustedes esta norma. En otras palabras, es una concesión que sirve para tapar las lagunas producidas por nuestro egoísmo, pero no corresponde a la intención original del Creador, y aquí Jesús retoma el libro del Génesis.

"Desde el principio de la creación (Dios) nos hizo varón y mujer por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne y concluye, "no debe dividir el hombre lo que Dios a unido" (y 9).

En el proyecto original del Creador no existe el hombre que se casa con una mujer y si las cosas no van bien la repudia, no, en cambio sí hay un hombre y una mujer llamados a reconocerse, a complementarse a ayudarse mutuamente en el matrimonio.

Esta enseñanza de Jesús es muy clara y defiende la dignidad del matrimonio como una unión de amor que implica fidelidad, lo que permite a los esposos permanecer unidos en el matrimonio es un amor de donación reciproca sostenido por la gracia de Cristo. Si por el contrario, prevalecen los cónyuges el interés individual su propia satisfacción entonces esa unión no podrá resistir. Y es en la misma página del Evangelio que nos recuerda con gran realismo que el hombre y la mujer llamados a vivir la experiencia de la relación y del amor pueden hacer dolorosamente gestos que la ponen en crisis.

Jesús no admite el repudio y todo lo que lleva al naufragio de la relación, lo hace para confirmar el plan de Dios en el que destaca la fuerza y la belleza de las relaciones humanas.

La Iglesia Madre y Maestra que comparte las alegrías y los esfuerzos de las personas por un lado, no se cansa de confirmar la belleza de la familia tal como nos ha sido transmitida por la Escritura y Tradición; al mismo tiempo se esfuerza por hacer sentir su cercanía materna de manera concreta a quienes viven la experiencia, relaciones rotas o llevadas a cabo de una manera dolorosa y cansada.

La manera en que Dios mismo actúa con su pueblo infiel, (es decir, con nosotros) nos enseña que el amor herido puede ser sanado por Dios a través de la misericordia y el perdón, por eso a la Iglesia en estas situaciones no se le pide inmediatamente y solo la condena, al contrario, ante tantos fracasos matrimoniales dolorosos se siente llamada a vivir su presencia de caridad y misericordia para redirigir hacia Dios los corazones heridos y perdidos.

Invoquemos a la virgen María para que ayude a los esposos a vivir y renovar siempre su unión a partir del don original de Dios.

 

 

07/10/2018-15:45
Redacción

Carta abierta del Prefecto de la Congregación para los Obispos, Cardenal.n Marc Ouellet sobre los recientes cargos contra la Santa Sede

(ZENIT — 7 octubre 2018).- "Queridos hermanos, me gustaría ayudarles a encontrar la comunión con quien es el garante visible de la comunión de la Iglesia católica": una "Carta abierta del Prefecto de la Congregación para los Obispos", cardenal canadiense Marc Ouelle. Este domingo por la mañana, 7 de octubre de 2018, se publica, en español (original) y en italiano, por la Santa Sede, sobre las acusaciones recientes contra la Santa Sede en la fiesta de Nuestra Señora del Rosario.

Una respuesta a las acusaciones del obispo Eduardo Maria Vigano, ex diplomático de la Santa Sede, publicado en italiano el 25 de agosto.

Ayer, 6 de octubre, el Papa Francisco anunció una investigación sobre la gestión del caso McCarrick.

El cardenal Ouellet refuta una de las principales acusaciones del ex nuncio: "Es incorrecto presentar las medidas tomadas a su respecto como" sanciones "decretadas por el Papa Benedicto XVI y anuladas por el Papa Francisco. En otras palabras, la carta apunta a restaurar la verdad en varios puntos, en espera del resultado de la investigación.

Afirma: "Después de revisar los archivos, observo que no hay documentos sobre este tema firmados por ninguno de los dos papas, ni que escuché una nota de mi predecesor, el cardenal Jean-Baptiste Re, que daría el mandato de obligar al Arzobispo Emérito McCarrick a guardar silencio y privacidad con el rigor de las penas canónicas. La razón es que, a diferencia de hoy, no había pruebas suficientes de su presunta culpabilidad".

"Su caso habría estado sujeto a nuevas medidas disciplinarias si la Nunciatura en Washington o cualquier otra fuente nos hubiera proporcionado información reciente y decisiva sobre su comportamiento", observa el cardenal, refiriéndose a la investigación que verifica los hechos y responsabilidades.

El cardenal rechaza la acusación contra el Papa Francisco como "increíble" e "inverosímil" y sugiere una influencia sufrida por el diplomático emérito: "No puedo entender cómo podría usted convencerse de esta acusación monstruosa que no tiene sentido" Recuerda cómo el Papa Francisco sancionó al ex cardenal estadounidense antes de agregar: "Me parece absurdo que aproveche el escándalo del abuso sexual en los Estados Unidos para infligir a la autoridad moral de su superior, el Soberano Pontífice. ¡Un golpe inaudito y no merecido! "

El cardenal Ouellet plantea este discernimiento espiritual sobre el origen de las acusaciones contra el Papa Francisco: "Leer cómo terminas tu último mensaje aparentemente muy espiritual burlándote de ti mismo y arrojando dudas sobre su fe, me pareció realmente demasiado sarcástico, incluso blasfema. No puede venir del Espíritu de Dios".

Su llamado a la comunión es urgente, un llamado a la coherencia con los sacramentos celebrados: "¿Qué puedo responder a tu llamado si no te digo: sal de tu escondite, arrepiéntete de tu revuelta y vuelve a los mejores sentimientos para con respecto al Santo Padre en lugar de fomentar la hostilidad contra él. ¿Cómo puedes celebrar la Eucaristía y pronunciar su nombre en el canon de la misa? ¿Cómo puedes rezar al Santo Rosario, a San Miguel Arcángel ya la Madre de Dios para condenar al que ella protege y acompaña todos los días en su ministerio pesado y valiente? "

Deplora una "injusticia flagrante" en esta acusación al obispo Vigano y su diagnóstico es claro: es "un montaje político privado de una base real que incriminó al Papa" que "hiere profundamente a la comunión de la Iglesia".

Pide la pronta reparación de esta injusticia, con la intercesión de la Virgen del Rosario para que "el Papa Francisco siga siendo reconocido por lo que es: un pastor sobresaliente, un padre compasivo y firme, una gracia profética para La Iglesia y para el mundo".

Habrá una diferencia de tono esencial entre las acusaciones del obispo Vigano y la carta abierta del cardenal Ouellet, quien la publica con la autorización del Papa Francisco.

Aquí está el texto original en español.

AB

 

CARTA ABIERTA DEL PREFECTO DE LA CONGREGACIÓN PARA LOS OBISPOS, CARDINAL MARC OUELLET, SOBRE LOS CARGOS RECIENTES CONTRA LA SANTA SEDE

Querido hermano Carlo Maria Vigano,

En tu último mensaje a los medios, donde denuncias al Papa Francisco y a la Curia romana, me exhortas a decir la verdad sobre los hechos que tú interpretas como una corrupción endémica que ha invadido la jerarquía de la Iglesia hasta su más alto nivel. Con el debido permiso pontificio, ofrezco aquí mi testimonio personal, como Prefecto de la Congregación para los Obispos, sobre los asuntos que conciernen al Arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick y su presunta vinculación con el Papa Francisco, que son objeto de tu clamorosa denuncia pública, así como de tu pretensión de que el Santo Padre dimita. Escribo este mi testimonio basándome en mis contactos personales y en los documentos de los archivos de dicha Congregación, que están siendo actualmente objeto de un estudio para esclarecer este triste caso.

Permíteme decirte en primer lugar, con total sinceridad, y en virtud de la buena relación de colaboración que existía entre nosotros cuando eras Nuncio en Washington, que tu posición actual me parece incomprensible y extremadamente reprobable, no solo por la confusión que siembra en el pueblo de Dios, sino porque tus acusaciones públicas dañan gravemente la reputación de los obispos, sucesores de los Apóstoles. Recuerdo haber gozado durante un tiempo de tu estima y de tu confianza, pero constato que ahora he perdido ante tus ojos la dignidad que me reconocías, por el simple hecho de haber permanecido fiel a las orientaciones del Santo Padre en el servicio a la Iglesia que me ha confiado. La comunión con el Sucesor de Pedro, ¿no es la quizás expresión de nuestra obediencia a Cristo, que lo ha elegido y lo sostiene con Su gracia? Mi interpretación de Amoris Laetitia que tú lamentas se inscribe en esta fidelidad a la tradición viva, de la que Francisco nos ha dado ejemplo con la reciente modificacióndel Catecismo de la Iglesia Católica sobre la cuestión de la pena de muerte.

Vayamos a los hechos. Tú dices haber informado al Papa Francisco el 23 de junio de 2013 sobre el caso McCarrick durante la audiencia que te concedió, a ti y a otros muchos representantes pontificios con quienes ese día se encontraba por primera vez. Imagino la enorme cantidad de información tanto verbal como escrita que tuvo que recoger en aquella ocasión acerca de tantas personas y situaciones. Dudo seriamente de que McCarrick le interesara hasta el punto que tú querrías hacer creer, puesto que era un Arzobispo emérito de 82 años y sin encargo alguno desde hacía siete años. Además, las instrucciones escritas que preparó para ti la Congregación para los Obispos cuando iniciaste tu servicio en 2011, no decían nada sobre McCarrick, sino que te informé oralmente sobre su situación de Obispo emérito que debía obedecer a ciertas condiciones y restricciones, a causa de rumores sobre su comportamiento en el pasado.

Desde el 30 de junio de 2010 que soy prefecto de esta Congregación, jamás he llevado a audiencia ante el papa Benedicto XVI o el papa Francisco el caso McCarrick, salvo en los días después de su decadencia del Colegio de Cardenales. El ex-cardenal, jubilado en mayo de 2006, fue exhortado a no viajar y a no hacer apariciones públicas a fin de no provocar más rumores como los que circulaban sobre él. Es falso presentar las medidas tomadas en relación a él como «sanciones» decretadas por el Papa Benedicto XVI y anuladas por el Papa Francisco. Tras una revisión de los archivos, constato que no hay documentos la respecto firmados por uno u otro papa, ni nota de audiencia de mi predecesor el Cardenal Giovanni Battista Re, que dieran el mandato de obligar al Arzobispo emérito McCarrick al silencio y a la vida privada con el rigor de penas canónicas. La razón es que no se disponía entonces, a diferencia de hoy, de pruebas suficientes de su presunta culpabilidad. De ahí la posición de la Congregación, inspirada por la prudencia, y las cartas de mi predecesor y las mías propias en las que se le exhortaba, a través de los Nuncios Apostólicos Pietro Sambi y tu persona, a un estilo de vida discreto de oración y penitencia por su propio bien y el de la Iglesia. Su caso hubiera merecido nuevas medidas disciplinares si la Nunciatura en Washington o cualquier otra fuente nos hubiese proporcionado elementos recientes y decisivos sobre su comportamiento. Espero que, por respeto a las víctimas y la necesidad de justicia, la investigación que está en curso en Estados Unidos y en la Curia romana nos proporcione un análisis crítico y global de los procedimientos y circunstancias de este doloroso caso para evitar que se reproduzca en el futuro.

¿Cómo es posible que este hombre de Iglesia, cuya incoherencia se conoce hoy, haya sido promovido varias veces hasta ocupar las muy altas funciones de Arzobispo de Washington y como Cardenal? Yo mismo estoy muy sorprendido de esto, y reconozco fallos en el proceso de selección que se ha llevado a cabo en su caso. Pero sin entrar aquí en detalles, se debe comprender que las decisiones tomadas por el Soberano Pontífice se apoyan en la información de la que se dispone en ese momento preciso, y que son objeto de un juicio prudencial que no es infalible. Me parece injusto llegar a la conclusión de que hubo corrupción en las personas encargadas del discernimiento previo, aunque, en el caso que nos ocupa, ciertos indicios que aparecen en los
testimonios hubiesen debido ser examinados más a fondo. El prelado involucrado supo defenderse muy hábilmente de las dudas levantadas sobre él. Por otra parte, el hecho de que pueda haber en el Vaticano personas que practican y sostienen comportamientos contrarios a los valores del Evangelio en materia de sexualidad, no nos autoriza a generalizar y a declarar indignos y cómplices a este tal y a este otro tal, e incluso al mismo Santo Padre. ¿Acaso no deben los ministros de la verdad guardarse ante todo de la calumnia y de la difamación?

Querido representante pontificio emérito, te digo francamente que acusar al papa Francisco de haber encubierto con conocimiento de causa a este presunto depredador sexual y, por consiguiente, de ser cómplice de la corrupción que hace estragos en la Iglesia hasta el punto de llegar a hacerle indigno de proseguir su reforma como primer pastor de la Iglesia, me resulta desde todo punto de vista increíble e inverosímil. No alcanzo a comprender cómo has podido dejarte convencer de esta monstruosa acusación que no se sostiene. Francisco no ha tenido nada que ver con las promociones de McCarrick en Nueva York, Metuchen, Newark y Washington. Él lo destituyó de su dignidad de cardenal tan pronto como apareció una acusación creíble de abuso de menores. Jamás le he escuchado hacer alusión a ese supuesto gran consejero de su pontificado para los nombramientos en América, cuando el Papa no esconde la confianza que concede a algunos prelados. Intuyo que estos no son de tu preferencia ni de la de los amigos que sostienen tu interpretación de los hechos. ¡Pero encuentro aberrante que te aproveches del escándalo de los abusos sexuales en Estados Unidos para infligir a la autoridad moral de tu superior, el Sumo Pontífice, un golpe inaudito e inmerecido!

Tengo el privilegio de mantener largos encuentros con el papa Francisco cada semana para tratar los nombramientos de obispos y los problemas que afectan a su gobierno. Sé muy bien cómo trata a las personas y los problemas, con mucha caridad, misericordia, atención y seriedad, y tú mismo has tenido experiencia de ello. Leer cómo terminas tu último mensaje, aparentemente muy espiritual, mofándote y arrojando dudas sobre su fe, me ha resultado verdaderamente sarcástico, incluso blasfemo. Esto no puede venir del Espíritu de Dios.

Querido hermano, cuánto desearía ayudarte a volver a encontrar la comunión con aquel que es el garante visible de la comunión de la Iglesia católica; comprendo que algunas penas y decepciones hayan jalonado tu camino al servicio de la Santa Sede, pero tú no puedes terminar así tu vida sacerdotal en una rebelión abierta y escandalosa que inflige una herida muy dolorosa a la Esposa de Cristo, a quien tú pretendes servir mejor, agravando la división y el desconcierto en el pueblo de Dios. ¿Qué podría responder a tu llamamiento, salvo decirte: sal de tu clandestinidad, arrepiéntete de tu rebeldía y retorna a tener mejores sentimientos hacia el Santo Padre en lugar de fomentar la hostilidad contra él? ¿Cómo puedes celebrar la Eucaristía y pronunciar su nombre en el canon de la misa? ¿Cómo puedes rezar el santo Rosario, a San Miguel Arcángel y a la Madre de Dios, condenando a aquel a quien Ella protege y acompaña todos los días en su gravoso y valiente ministerio?

Si el Papa no fuera un hombre de oración, si estuviera apegado al dinero, si favoreciera a los ricos a costa de los pobres, si no demostrara una energía infatigable para acoger todas las miserias y dar el consuelo generoso de su palabra y de sus gestos, si no multiplicara todos los medios posibles para anunciar y comunicar la alegría del Evangelio a todos y a todas, en la Iglesia y más allá de sus fronteras visibles; si no tendiera la mano a las familias, a los ancianos abandonados, a los enfermos de alma y cuerpo y, sobre todo, a los jóvenes en busca de la felicidad; se podría tal vez, según tu parecer, preferir a otro que adoptase actitudes diplomáticas y políticas diversas, pero yo no puedo poner en tela de juicio su integridad personal, su consagración a la misión y, sobre todo, el carisma y la paz que le habitan, por la gracia de Dios y la fuerza del Resucitado.

En respuesta a tu ataque injusto e injustificado en los hechos, querido Viganó, concluyo por consiguiente que la acusación es un montaje político carente de fundamento real que pueda incriminar al Papa, y que hiere profundamente la comunión de la Iglesia.

Quiera Dios que esta injusticia flagrante sea rápidamente reparada y que el Papa Francisco siga siendo reconocido por lo que es: un pastor insigne, un padre compasivo y firme, un carisma profético para la Iglesia y el mundo. ¡Que siga adelante con toda confianza y alegría, llevando a cabo la reforma misionera que ha emprendido, y contando con la oración del pueblo de Dios y con la solidaridad renovada de toda la Iglesia unida a Santa María, Reina del Santo Rosario!

Marc Cardenal Ouellet
Prefecto de la Congregación para los Obispos,

Festividad de Nuestra Señora del Santo Rosario, 7 de octubre de 2018.

 

 

07/10/2018-16:26
Anita Bourdin

El Papa Francisco confía a los esposos con problemas a la intercesión de la Virgen María

(ZENIT — 7 octubre 2018).- El Papa Francisco confía a los esposos en dificultad a la intercesión de la Virgen María: "Invoquemos a la Virgen María para que ayude a los esposos a vivir y renovar su unión, siempre a partir del del don original de Dios".

El Papa efectivamente ha comentado sobre el Evangelio de este domingo 7 de octubre de 2018, en la Plaza de San Pedro, como es costumbre, antes de la oración dominical del Ángelus al mediodía. Bajo los paraguas, ante unas 25,000 personas que se habían reunido, según las cifras de la gendarmería del Vaticano.

 

La historia de los esposos en dificultad.

Esta oración a María por los esposos en dificultad recuerda la devoción del Papa Francisco a la Virgen María que "deshace los nudos", representada por la pintura atribuida al pintor bávaro Johann Georg Melchior Schmidtner, y que se encuentra en la Iglesia Sankt-Peter. -am-Perlach en Augsburg (Alemania).

El papa conocía la foto gracias a la postal que una monja le dirigió un año por Navidad. El Papa quedó impresionado por esta representación de la Virgen María. La pintora Ana Berti de Betta hizo una copia en Argentina. Y el Papa fue fotografiado varias veces bajo una copia de la pintura, en Santa Marta, Vaticano.

La pintura sería un ex voto de agradecimiento por el cumplimiento de la oración del jesuita alemán Jakob Rem, 28 de septiembre de 1615, a favor de Wolfgang Lagenmantel y su esposa Sophie Rentz: había pedido a la Virgen que deshiciera los nudos (concretos) de la cinta nupcial — entonces un elemento de la liturgia del matrimonio — de esta pareja en dificultad. Los nudos de la cinta, que retomaron su color blanco inicial, y las dificultades de la pareja desaparecieron.

 

La gratitud de un nieto.

Fue un nieto de esta pareja, que se convirtió en sacerdote en Sankt Peter, Hieronymus von Langenmantel (1666 — 1709) quien encargó la pintura para la capilla dedicada a su familia y para recordar la intercesión de la Virgen María en favor de sus abuelos.

En Die Zeit del 9 de marzo de 2017, el Papa explicó que la pintura se refiere a una expresión de San Ireneo de Lyon: "El marido consultó con un padre jesuita. Tomó la larga cinta blanca que se les ofreció en la boda y rezó a la Virgen María. Había leído en los textos de Ireneo que el nudo atado por el pecado de Eva había sido derrotado por la obediencia de María. Le pidió a la Virgen la gracia para deshacer los nudos.

El Papa citó a San Ireneo el 12 de octubre de 2013, en el Año de la Fe, sobre la fe de María, diciendo: " La fe de María deshace el nudo del pecado" (ver Concilio Oecum, ). II, Dogm Const., Lumen gentium , 56). Qué significa ? Los Padres conciliares [del Vaticano II] han tomado una expresión de San Ireneo que dice: "El nudo atado por la desobediencia de Eva se ha deshecho por la obediencia de María; lo que la virgen Eva había atado por su incredulidad, la Virgen María lo desató por su fe "(Adversus Haereses III, 22, 4).

 

La relación con Dios

El Papa explicó este vínculo entre desobediencia e incredulidad del ejemplo de un niño: "El" nudo "de desobediencia, el" nudo "de incredulidad. Cuando un niño desobedece a su mamá o papá, podríamos decir que se forma un pequeño "nudo". Sucede si el niño actúa dándose cuenta de lo que está haciendo, especialmente si hay una mentira; a partir de entonces no tiene confianza en su madre o en su padre. ¡Sabes que a veces sucede! Entonces la relación con los padres necesita ser limpiada de esta falla y, de hecho, se disculpa, para que haya nueva armonía y confianza".

Aplicó esta comparación a la relación con Dios: "Algo similar sucede en nuestra relación con Dios. Cuando no lo escuchamos, no seguimos su voluntad, hacemos acciones concretas por las cuales manifestamos una falta de confianza en sí mismo, y esto es pecado, se forma un nudo en nuestro ser interior. Y estos nudos quitan la paz y la serenidad. Son peligrosos porque muchos nudos pueden formar un enredo, que siempre es más doloroso y más difícil de desatar.

 

María y la Divina Misericordia

El Papa entonces enfatizó el trabajo de la Divina Misericordia en la vida e intercesión de María: "Para la misericordia de Dios, lo sabemos, ¡nada es imposible! Incluso los nudos más enredados se deshacen con su gracia. Y María, que con su "sí", abrió la puerta a Dios para desatar el nudo de la vieja desobediencia, es la Madre que, con paciencia y ternura, nos lleva a Dios, para que él deshaga los nudos de nuestra alma con su misericordia de Padre. "

Invitó a todos a confiar en María y en la misericordia de Dios con confianza, para que los "nudos" de la vida pudieran resolverse: "Cada uno de nosotros tiene algo y podemos preguntarnos en nuestro corazón: ¿Qué nudos hay en mi vida? "Padre, el mío no se puede deshacer! ¡Pero es un error! Todos los nudos del corazón, todos los nudos de la conciencia se pueden deshacer. ¿Le pido a María que me ayude a confiar en la misericordia de Dios, a deshacerlos, a cambiar? Ella, mujer de fe, seguramente nos dirá: "Vamos, ve al Señor: él te entiende". Y nos lleva de la mano, Madre, Madre, hacia la ternura del Padre, Padre de misericordia".

©Traducción de ZENIT, R.A

 

 

07/10/2018-14:36
Anne Kurian

Laicos, Familia y Vida: El Papa nombra nuevos miembros y consultores

(ZENIT — 7 octubre 2018).- El Papa Francisco ha nombrado a 21 nuevos miembros y 26 nuevos consultores en el seno del dicasterio para los laicos, la familia y la vida, este 6 de octubre de 2018. Se trata principalmente de laicos. Entre ellos, cuatro franceses: una pareja, un laico y un obispo.

 

Veintiún nuevos miembros, incluyendo 16 laicos.

Los nuevos miembros incluyen tres cardenales: Gérald Cyprien Lacroix , Arzobispo de Quebec (Canadá); Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires (Argentina); y Joáo Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.

Dos obispos también: Wilton Daniel Gregory, Arzobispo de Atlanta (Estados Unidos); Joel Portella Amado, Obispo auxiliar de Sáo Sebastiáo do Rio de Janeiro (Brasil) y un sacerdote jesuita, Gianfranco Ghirlanda, profesor emérito de la Facultad de Derecho Canónico (Italia).

Los otros miembros son laicos, incluidas tres parejas: Piotr y Aleksandra Brzemia Bonarek (Polonia), profesores de Biología y Derecho Canónico en Cracovia; Daniel y Shelley EE (Singapur), jefes del equipo eclesial internacional del Movimiento Mundial de Encuentro Matrimonial ; así como Luis Jensen y Pilar Escudero de Jensen, miembros del Instituto de la Familia de Schoenstatt.
Y una docena de expertos, incluidas tres mujeres: Roberto Fontolan, director del Centro Internacional de Comunión y Liberación (Italia); Moysés Louro de Azevedo Filho, fundador y moderador de la Comunidad Shalom (Brasil); Laurent Landete, de la Comunidad del Emmanuel (Francia); Marco Impagliazzo, presidente de la Comunidad de Sant'Egidio (Italia); Geneviéve Amélie Mathilde Sanze (Rep. Centroafricana), miembro del Consejo General del Movimiento de los Focolares; Manfred Lütz, psiquiatra de la enfermería Alexanier de Colonia (Alemania); Robert Cheaib (Líbano), profesor de teología en la Universidad Pontificia Gregoriana; Laura Palazzani, profesora de filosofía en LUMSA Roma (Italia); Helen M. Alvaré, profesora de derecho en la Escuela de Derecho de la Universidad George Mason (Estados Unidos); Franco Nembrini, pedagogo (Italia); y Javier Borrego Borrego, abogado del Tribunal de Cuentas de Madrid (España).

 

Veintiséis nuevos consultores, incluidos 15 laicos.

El Papa Francisco también nombró nuevos consultores, incluidos diez sacerdotes: Mons. Matteo Visioli, Subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe (Italia); El Obispo Pierangelo Sequeh, Presidente del Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia (Italia); Jacques Suaudeau (Francia), asistente espiritual de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas; Robert W. OLIVER (Estados Unidos), secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores; Luis Felipe Navarro Marfa (España), magnífico rector de la Universidad de la Santa Cruz; Jan Balik , fundador del servicio de la Pastoral de la Juventud (República Checa); Obispo Roberto Colombo, Profesor de neurobiología y genética humana en la Universidad del Sagrado Corazón en Roma (Italia); el jesuita Ulrich Rhode (Alemania), profesor de derecho canónico en el gregoriano; José Granados, de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María (España), Vicepresidente del Instituto Teológico "Juan Pablo II" para las ciencias del matrimonio y la familia; el p. Fabio Attard, (Malta), salesiano responsable de la Pastoral de los Jóvenes.

Una religiosa cuenta entre las consultoras: Giovanna Maria Colombo, Comunidad de Loyola (Italia), profesora de Derecho Canónico en el Seminario Mayor de San Agustín y jueza en la corte interdiocesana de Bamako (Malí);

También se nombraron dos parejas: Leon Botolo Magoza y Marie-Valentine Kisanga Sosawe, fundadores y líderes de la Comunidad de la Familia Cristiana (República Democrática del Congo); Emmanuel y Marie-Gabrielle Ménager, fundadores y presidentes de Theology of the Body European (Francia).

Finalmente, once laicos, cinco mujeres, se convierten en consultoras: Guilherme Vaz , miembro del Consejo Católico de la India (India); Luigino Bruni, profesor de Economía Política en LUMSA en Roma (Italia); Maria Emmaus Voce, Presidenta del Movimiento de los Focolares (Italia); María Ascensión Romero Anton, miembro del Equipo responsable del Camino Neocatecumenal (España); Giuseppe Noia, presidente de la Asociación Italiana de Ginecólogos Obstétricos Católicos y Director del Hospicio Perinatal en Gemelli (Italia); Thomas W. Hilgers, fundador y director del Instituto Papa Pablo VI para el Estudio de la Reproducción Humana (Estados Unidos); Paul Metzlaff, miembro del Ministerio de la Juventud (Alemania); Malcom Hart , Director del Ministerio de la Juventud (Australia); Ciare Jiayann Yeh, fundadora y directora de la Oficina de Atención Pastoral para el Matrimonio y la Familia (Taiwán); Carmen Peña García, profesora de derecho matrimonial en Madrid (España); Ana Maria Celis Brunet, profesora de Derecho (Chile).

©Traducción de ZENIT, R.A

 

 

07/10/2018-16:53
Isabel Orellana Vilches

San Hugo de Génova, 8 octubre

«Miembro destacado de la Orden de Malta, combatiente de la tercera Cruzada, gran asceta que tuvo el don de realizar numerosos milagros en Génova, donde es muy venerado»

Hugo Canefri es uno de los más destacados miembros de la Orden de Malta, a la que pertenecía, y particularmente venerado en Génova. Vino al mundo en Castellazzo Bormida, Alessandría, Italia. No existe unanimidad en la fecha; algunos la sitúan en 1148 y otros en 1168. Ésta última quizá sea la más verosímil toda vez que existe constancia de que ese año su ilustre familia participó en la fundación de Alessandría iniciada entonces. Su padre era Arnoldo Canefri. Su madre Valentina Fieschi era hija del conde Hugo di Lavagna, y hermana de Sinibaldo di Fieschi (pontífice Inocencio IV). El peso de su apellido era de gran envergadura. Su abuelo paterno había donado importantes sumas a la iglesia de S. Andrea di Gamondio. Además, tenía entre los suyos personas destacadas en los estamentos sociales, muy reputadas por su valía y alta responsabilidad tanto a nivel eclesiástico como civil, nada menos que condes, reyes, fundadores y santos... Aparte de ello, no se proporciona información sobre su infancia y adolescencia.

Los datos que se poseen se deben al arzobispo de Génova, Ottone Ghilini, paisano y contemporáneo suyo, que había pasado por las sedes de Alessandría y de Bobbio. Fue el papa Gregorio IX quien lo trasladó a Génova y al instruir el proceso canónico de Hugo, sintetizó por escrito su virtuosa vida, dando cuenta de sus milagros. Lo que se puede decir de él con más certeza arranca de la época en la que fue elegido caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta), aunque en esa época sus miembros eran conocidos como hospitalarios y sanjuanistas. Todo parece indicar que Hugo no debió ser ordenado sacerdote, pero sí vistió el conocido hábito que en su tiempo se distinguía por su color negro con una cruz blanca de ocho puntas en alusión a las ocho bienaventuranzas; el hábito cambió de color algunos años después de su fallecimiento.

Las cruzadas contra los infieles se hallaban entonces en su apogeo. Eran muchos los que se integraban en los ejércitos que partían para liberar Tierra Santa del dominio de los enemigos de la fe cristiana. Después de la conquista de Jerusalén por Godofredo de Bouillón en 1099, el hospicio (hubo varios y de distintas nacionalidades) construido junto al Santo Sepulcro para la atención de los peregrinos, que había sido dedicado a san Juan, fue donado por el califa de Egipto, Husyafer, al beato Gerardo de Tengue, fundador de la Orden de Malta. Tras esta primera Cruzada se convirtió no solo en el lugar donde iban a sanar sus heridas los caballeros cruzados que lucharon en combate, sino que fue el origen del nacimiento de la Orden puesta bajo el amparo del pontífice Pascual II, a petición de fray Gerardo. Cuando Hugo nació, el papa Calixto II ya le había concedido nuevos privilegios, y el Gran Maestre Gilbert d'Assailly, el quinto, gozaba de gran prestigio. Esta Orden de caballería estaba integrada por seculares y también por los caballeros que habían emitido votos y tenían como objetivo la tuitio fidei et obsequium pauperum (la defensa de la fe y la ayuda a los pobres, a los que sufren), dedicándose a las tareas de enfermería. Además, los capellanes, que eran «una tercera clase», se ocupaban del servicio divino.

Pues bien, Hugo fue uno de los ilustres combatientes en Tierra Santa. Participó en la tercera Cruzada junto a Conrado di Monferrato y al cónsul de Vercelli, Guala Bicchieri. Y al regresar de estas campañas, fue designado capellán de la Encomienda del hospital de san Giovanni di Pré, en Génova. Desde ese momento, la vida del santo, alejado de las armas, se centró en la oración y en el ejercicio de la caridad con los enfermos y marginados que acudían al hospital, además de los peregrinos que iban y venían de Tierra Santa. A los enfermos los asistió procurándoles consuelo humano, espiritual y económico. Cuando fallecían, les daba sepultura con sus propias manos. Pero uno de los rasgos representativos y más loados de su espiritualidad, junto a su amabilidad, modestia y piedad, fue su fe. Con ella era capaz, como dice el evangelio, de trasladar montañas.

Entre otros milagros que se le atribuyen se halla el acaecido un día de intensísimo calor. Hubo un problema con el suministro del agua, y las lavanderas del hospital se veían obligadas a recorrer un intrincado camino para proveerse de ella. Sus lamentos fueron escuchados por Hugo, quien se apresuró a atenderlas. Entonces le rogaron que pidiese a Dios un milagro, y él les recomendó que rezasen. Pero a las mujeres les faltaba fe, y pronto su lamento se tomó en exigencia: él era el único que podía arrebatar esa gracia; ellas estaban cansadas de tanto trabajo en medio del sofocante calor. No le agradó a Hugo su propuesta, pero en aras de la caridad hizo lo que le pedían, y después de orar y de realizar la señal de la cruz obtuvo de Dios el bien que solicitaban. También se le atribuye el rescate de una nave que se hallaba a punto de naufragar, logrado con su oración, y la mutación del agua en vino, que se produjo en un banquete, al modo que hizo Cristo en las bodas de Caná. Otros fenómenos místicos que se producían a veces mientras oraba o se hallaba en misa, momentos en los que podía entrar en éxtasis, fueron visibles para otras personas, entre ellas el arzobispo de Génova, Otto Fusco.

Hugo fue un penitente de vida austera (su lecho era una tabla situada en el sótano del centro hospitalario), que vivió entregado a la mortificación y al ayuno. Su muerte se produjo en Génova hacia el año 1233, un 8 de octubre. Sus restos fueron enterrados en la primitiva iglesia en la que residía, sobre la que se erigió la de San Giovanni di Pré donde hoy día continúan venerándose.