Servicio diario - 04 de octubre de 2018


 

Sínodo de los Obispos: "Los jóvenes se preguntan: ¿cuál es tu pasión?"
Rosa Die Alcolea

Testimonio de una joven en el Sínodo: "Pedimos a la Iglesia testigos vivos"
Rosa Die Alcolea

Cariñoso saludo del Papa a un grupo de peregrinos chinos y vietnamitas
Rosa Die Alcolea

¿Qué es el Sínodo de los Obispos y para qué sirve?
Redacción

Religión católica: La Santa Sede y San Marino ratifican el acuerdo para la enseñanza
Rosa Die Alcolea

Indonesia: El Papa dona 100.000 dólares para socorrer a las poblaciones
Redacción

Ecuador: Mons. Torres Asanza, nombrado obispo de Guaranda
Redacción

Hungría: El Papa nombra obispo auxiliar de la archidiócesis de Esztergom-Budapest
Redacción

Santa Faustina Kowalska, 5 de octubre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

04/10/2018-19:01
Rosa Die Alcolea

Sínodo de los Obispos: "Los jóvenes se preguntan: ¿cuál es tu pasión?"

(ZENIT — 4 oct. 2018).- El vietnamita Joseph Cao Huu Minh Tri, el participante más joven en el Sínodo de los Obispos, de 21 años, ha expresado que la gran búsqueda de muchos jóvenes es descubrir cual es su pasión y ha debatido sobre qué significa esto.

Joseph ha compartido sus impresiones sobre la 2a Congregación General del Sínodo de los Obispos, celebrada hoy, jueves, 4 de octubre de 2018, al participar en el briefing informativo ofrecido en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en el que también han intervenido la profesora Chiara Giaccardi, colaboradora del Secretario Especial, y Docente de Sociología en la Universidad Católica de Milán (Italia); Mons. Carlos José Tissera, Padre sinodal elegido por la Conferencia Episcopal de Argentina, Obispo de Quilmes; y Paolo Ruffini, prefecto el Dicasterio vaticano para la Comunicación.

En este contexto, el oyente vietnamita Huu Minh Tri expresó su felicidad por estar aquí en Roma, cómo se siente honrado de participar y "agradecido a Dios" por participar.

La búsqueda de la pasión por parte de los jóvenes, y cómo se les canaliza a través de Internet, YouTube, revistas, etc, "es una tendencia ahora fuerte, especialmente en Vietnam". A pesar de esto —se lamentó— hay muchas personas que luchan hoy en día para encontrar su pasión y vivir una vida feliz; la gente a menudo ahora se encuentra entre dos extremos: no encontrar la pasión de uno y encontrar la pasión equivocada, observó.

Paolo Ruffini, por su parte, hizo una breve radiografía sobre la segunda jornada del Sínodo de los Obispos sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

Lo primero que ha expresado es que esta experiencia está siendo diferente a la vivida en anteriores Sínodos en cuanto a "como el espíritu del Sínodo nos está forjando, de una manera diferente de los Sínodos anteriores", ha dicho.

Ha indicado que la una chica estadounidense ha compartido su testimonio con todos los presentes, que se está planteando un camino vocacional (está terminando su camino de discernimiento para ser monja). "Los jóvenes desean el bien, y ser escuchados donde residen", ha asegurado Rufini.

 

3 minutos de silencio

El Prefecto para la Comunicación ha destacado la novedad propuesta por el Santo Padre Francisco para esta XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de tener 3 minutos de silencio cada 5 intervenciones. Esta iniciativa ha sido muy bien acogida por todos, y necesaria para "reposar las palabras en el corazón", ha expresado también el Padre Sinodal Mons. Carlos José Tissera.
Ruffini también ha enumerado otros temas que los Padres Sinodales han debatido hoy, 4 de octubre de 2018: El tema de la afectividad y de la sexualidad como algo "muy grande" del amor humano; se ha hablado de la vocación "no simplemente como una vocación al sacerdocio o a la vida religiosa, si no en un sentido más grande".

"A veces el canal de comunicación parece interrumpido entre los jóvenes y la Iglesia. Hay que recuperar el tema de la maternidad de la Iglesia", ha señalado.
Y la "familia", como lugar de la transmisión de la fe, ha sido otro de los grandes temas tratados hoy por la Asamblea. "Las familias deberían colaborar con la Iglesia para transmitir la fe", ha explicado.

"Se ha hablado mucho de la profecía de los jóvenes al futuro. La Iglesia debería saber escuchar. Asimismo, "se ha hablado del perdón, que la Iglesia ya ha solicitado, sobre todo cuando no ha estado a la altura de sus tareas o de otras cuestiones (en concreto sobre los abusos sexuales). Ahí a lo mejor muchos religiosos no lograron estar a la altura...", ha explicado el Prefecto del Vaticano.

Ha sido un "clima de gran participación, gran atención por parte de los participantes, de los jóvenes, han logrado compartir en todas las intervenciones, intentado comprender las relaciones entre las distintas generaciones", ha matizado Paolo Ruffini.

Con Deborah Castellano Lubov

 

 

04/10/2018-17:56
Rosa Die Alcolea

Testimonio de una joven en el Sínodo: "Pedimos a la Iglesia testigos vivos"

(ZENIT — 4 oct. 2018).- Heridos por la soledad, la fragilidad familiar y la ansiedad existencial —ha expresado Briana Santiago, participante en el Sínodo— "pedimos a la Iglesia que sea acompañada por testigos vivos, capaces de evangelizar a través de sus vidas".

El testimonio de esta joven estadounidense de 27 años, postulante en la comunidad de consagradas 'Apóstoles de la Vida Interior', ha sido uno de las principales intervenciones de la 2a Congregación General de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, celebrada este jueves, 4 de octubre de 2018.

La americana forma parte del grupo de 34 jóvenes que participan en el Sínodo de los Obispos, es natural de San Antonio, Texas, y ha narrado su camino vocacional en esta congregación. Briana acaba de comenzar el quinto año de formación con la comunidad de consagradas 'Apóstoles de la Vida Interior', y el cuarto año de estudio filosófico y teológico en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma.

La joven estadounidense se ha dirigido al Papa y a todos los presentes: Los jóvenes de hoy estamos en búsqueda; búsqueda del significado de la vida, búsqueda de trabajo, búsqueda de nuestro camino o vocación, búsqueda de nuestra identidad. "Los jóvenes sueñan con la seguridad, la estabilidad y la realización personal, de encontrar un lugar al que puedan sentir que pertenecen".

 

Realidad paralela

Reconocemos la utilidad del "intercambio de información, ideales, valores e intereses comunes" que es posible a través de Internet, pero también cómo la tecnología utilizada de manera inhumana puede crear "una realidad paralela engañosa que ignora la dignidad humana".

La mayor parte de lo que acabo de enumerar es el resultado de la reflexión realizada durante la reunión pre-sinodal de marzo pasado.

La americana asistió a la reunión preparatoria del Sínodo dando la bienvenida a jóvenes que hablaban inglés, que estaban conectados a través de las redes sociales, y estuvo presente físicamente entre los trescientos delegados mientras se realizaba la reflexión.

Briana ha compartido con los presentes la sorpresa que la causó descubrió la cantidad de cosas en común que tenemos los jóvenes, a pesar de los orígenes y culturas.

"Había tanta alegría en esa sala: la alegría de conocer y de ser conocido, que se sentía en la risa, las canciones y la charla durante los descansos", ha recordado Briana.

 

Adultos ansiosos por saber

Los jóvenes "queremos el diálogo, la autenticidad, la participación y allí fuimos recibidos por adultos que estaban disponibles y ansiosos por saber qué llevamos en nuestros corazones", destaca la americana.

La joven oyente del Sínodo lo califica como una experiencia "de fraternidad entre personas muy diferentes", algunas de ellas también pertenecientes a otras religiones o no creyentes, que vivieron siete días de comunión y de intercambio mutuo.

Briana ha reconocido que hay "tantas necesidades en el mundo, tantos temas sobre los cuales debemos reflexionar y dialogar", y además "estamos aún más agradecidos de que en este momento de la historia la Iglesia se centre en nosotros y en todo lo que nos concierne", ha reconocido la chica de Texas.

 

Honor y responsabilidad

Esto es un "honor" —ha expresado la joven de Estados Unidos ante los Padres Sinodales— para nosotros también una "gran responsabilidad", ser "transparentes y conscientes de nuestra fragilidad" para poder ayudarnos no solo a nosotros mismos, sino también a las generaciones que vendrán después de nosotros, ha explicado.

"En un nivel más personal, comparto con ustedes que el Señor me trajo a Roma para discernir seriamente la vida consagrada, no solo porque mi familia es católica practicante, sino también gracias a cada persona que se hizo Providencia en mi camino".

La joven ha relatado su experiencia personal: "Mi párroco en San Antonio (Texas) se convirtió en uno de nosotros, y en su vecindario vi una Iglesia acogedora que cuidaba hasta al miembro más pequeño, y me derretí frente a ese amor".

Los catequesis de Briana —ha contado en el Aula del Sínodo— no hablaron de reglas, sino de su relación personal con Cristo, algo que cambió su "imagen de Dios de juez a Padre". En la universidad, la joven americana conoció a una mujer consagrada que se tomó en serio todo lo que vivió y le acompañó, ayudándole a orar y desarrollar su vida interior.

"Como lo fue para mí —ha manifestado— creo que todos nosotros, los jóvenes, necesitamos ser escuchados primero, y luego guiados para entrar más profundamente en nosotros mismos".

En resumen, "queremos encontrarnos allí donde estamos": intelectualmente, emocionalmente, espiritualmente, socialmente y físicamente, ha matizado Briana Santiago.

"Me uno a todos ustedes con la esperanza de que el Espíritu pueda descender sobre cada uno de nosotros e iluminar lo que nos acercará más a la felicidad, al encuentro con Cristo en la plenitud de la vida y el amor" ha concluido.

 

 

04/10/2018-08:47
Rosa Die Alcolea

Cariñoso saludo del Papa a un grupo de peregrinos chinos y vietnamitas

(ZENIT – 4 oct. 2018).- Francisco saludó ayer en la Basílica de San Pedro a un grupo de peregrinos de origen chino y vietnamita, presentes en Roma para participar en la peregrinación promovida por la Congregación de San Juan Bautista, con ocasión de los 90 años de misión al servicio del pueblo chino.

El encuentro tuvo lugar el pasado miércoles, 3 de octubre de 2018, antes del inicio de la Santa Misa de apertura de la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, frente a la Capilla de la Piedad.

El Papa saludó a los fieles chinos y vietnamitas e intercambió con ellos unas palabras de afecto y cercanía. Además, los peregrinos entregaron al Santo Padre un regalo.

Obispos chinos en el Sínodo

Asimismo, el Santo Padre se ha mostrado muy contento por la participación –por primera vez en la historia– de dos obispos de China Continental en el Sínodo de los Obispos, que se celebra del 3 al 28 de octubre en el Vaticano.

Ellos son Mons. Giuseppe Guo Jincai (1968) Obispo de Chengde (provincia de Hebei) y Mons. Giovanni Battista Yang Xiaoting (1964), Obispo de Yan’an (provincia de Shaanxi).

La presencia de estos prelados en la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo se debe al Acuerdo Provisional que firmaron la Santa Sede y la el gobierno de la República Popular de China sobre el nombramiento de los obispos, el pasado 22 de septiembre, una cuestión de gran importancia para la vida de la Iglesia, y crea las condiciones para una colaboración más amplia a nivel bilateral.

 

 

 

04/10/2018-10:55
Redacción

¿Qué es el Sínodo de los Obispos y para qué sirve?

(ZENIT – 4 oct. 2018).- El Sínodo de los Obispos es una institución permanente, creada por el Papa Pablo VI (15 de septiembre de 1965), en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II para mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de la experiencia conciliar.

Aunque el Sínodo es una institución de carácter permanente, sus funciones y su concreta colaboración no tienen tal carácter. El Sínodo de los Obispos se reúne y actúa solo cuando el Santo Padre considera necesario y oportuno consultar al episcopado, el cual durante un encuentro sinodal expresa su opinión “sobre argumentos de gran importancia y gravedad” (Pablo VI, Discurso a los Cardenales, 24 de junio de 1967).

La finalidad de cada asamblea sinodal es vivir una experiencia de colegialidad entre el episcopado y el Santo Padre. A través de la aceptación del Santo Padre de las sugerencias o conclusiones de una determinada asamblea, el episcopado ejerce una actividad colegial que se aproxima pero que no coincide con aquella manifestada en un concilio ecuménico. Esto es un resultado directo de varios factores: de una presencia de Padres provenientes del entero episcopado, de la convocación de parte del Santo Padre y de “la unidad del episcopado, el cual, para ser uno, necesita una Cabeza del Colegio” (Juan Pablo II, Pastores gregis, 56), que es primero en el orden episcopal.

 

Trabajo del Sínodo

El trabajo del Sínodo se lleva a cabo en sesiones a las que asisten todos los Padres sinodales en el Aula del Sínodo, llamadas Congregaciones generales, que dan comienzo con una relación ante disceptationem preparada por el Relator General del Sínodo. En resumen, el Sínodo de los Obispos se divide en tres fases.

 

Presentación

Durante la primera fase cada miembro presenta a los demás la situación de su Iglesia particular. Este rico intercambio de experiencias de fe y cultura sobre el tema del sínodo contribuye a ofrecer una primera imagen de la situación de la Iglesia que, no obstante, debe ser profundizada y perfeccionada.

 

Círculos Menores

A la luz de estas presentaciones, el Relator General del Sínodo elabora una serie de preguntas (recogidas en la relación “post disceptationem“) que deberán debatirse durante la segunda fase, cuando todos los miembros del Sínodo se dividen en grupos según las diversas lenguas, llamados Círculos Menores (Circuli Minores).

Los informes de cada grupo se leen en Asamblea Plenaria. En esta ocasión, los Padres sinodales pueden pedir aclaraciones sobre los temas presentados y hacer sus comentarios.

 

Votación

En una tercera fase, los Círculos se dedican a hacer sugerencias y observaciones en forma precisa y definida de tal manera que en los últimos días la asamblea pueda proceder al voto de proposiciones concretas. El trabajo inicial de los Padres sinodales, reunidos en los círculos, se encamina hacia la formulación de diferentes proposiciones sobre la base de la discusión en el aula del Sínodo y en la Relaciones de los Círculos Menores. En los Círculos Menores, los Padres sinodales pueden votar una proposición con el “Placet” (apruebo) o “non-placet” (no apruebo).

 

Enmiendas

Las propuestas de los Círculos Menores se envían luego al Relator general y el Secretario especial quienes las reúnen en una lista unificada de proposiciones, que es presentado por el Relator General en sesión plenaria. Entonces los Círculos Menores se encuentran de nuevo para discutir las proposiciones. Y es en este momento, cuando los Padres sinodales pueden presentar sus enmiendas individuales a la atención del círculo, cuyo propósito será unir todos los votos provenientes de cada círculo y los relativos a las enmiendas a las proposiciones.

El Relator General y el Secretario Especial dan su opinión sobre estas enmiendas colectivas y deciden si deben ser incorporadas o no en la lista final de proposiciones y, en caso de rechazo, deben explicar la motivación en un documento llamado: Examen de las enmiendas.

La lista final de las proposiciones se presenta después en sesión plenaria y se somete al voto de cada padre sinodal, que puede decidir a favor o en contra de la proposición.

Al final de una Asamblea General del Sínodo, el Secretario General archiva todo el material en la Secretaría General y elabore el informe final del trabajo para presentarlo al Santo Padre.

 

 

 

04/10/2018-09:16
Rosa Die Alcolea

Religión católica: La Santa Sede y San Marino ratifican el acuerdo para la enseñanza

(ZENIT — 4 oct. 2018).- El Nuncio apostólico en la República de San Marino y el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores de la República de San Marino ratificaron el Acuerdo entre la Santa Sede y la República de San Marino para la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas, firmado en San Marino el 26 de junio de 2018.

La firma del convenio tuvo lugar el pasado lunes, 1 de octubre de 2018, en el Palazzo Begni, en San Marino, sede de la Secretaría de Estado para Asuntos Exteriores y Políticos de la República de San Marino.

Mons. Emil Paul Tscherrig, arzobispo titular de Voli y nuncio apostólico en la República de San Marino, y Nicola Renzi, Secretario de Estado de Asuntos Exteriores de la República de San Marino, intercambiaron los instrumentos de ratificación del Acuerdo para la enseñanza de la religión católica en la República.

Este Acuerdo redefine el Estatuto de la enseñanza de la religión católica dentro del sistema educativo público "asegurando a los estudiantes de la misma los elementos culturales necesarios para el conocimiento de la religión, para el crecimiento de la persona y para comprender la realidad y la historia del país y de la cultura europea", informó la Santa Sede el pasado 26 de junio de 2108.

En el acto solemne de la firma del Acuerdo participaron: Por parte de la Santa Sede, Mons. Giuseppe Laterza, Consejero de la Nunciatura Apostólica, y por parte de la República de San Marino, Maria Alessandra Albertini, Embajadora ante la Santa Sede.

El Acuerdo, que consta de un preámbulo y cuatro artículos, y entró en vigor el día del intercambio de los instrumentos de Ratificación.

 

República de San Marino

San Marino, el tercer Estado más pequeño de Europa, también es la más antigua república.

De acuerdo a la tradición, fue fundada en el 301 cuando un cantero cristiano llamado Marinus el Dálmata dejó la isla de Arbe para escapar de la política anticristiana del emperador romano Diocleciano. Marinus se escondió en la cima del Monte Titano, el más alto de los siete que posee San Marino y fundó una pequeña comunidad cristiana. La propietaria del terreno, una compasiva mujer de Rímini, les dejó en herencia el territorio.

 

 

04/10/2018-11:21
Redacción

Indonesia: El Papa dona 100.000 dólares para socorrer a las poblaciones

(ZENIT — 4 oct. 2018).- En la última semana, violentas sacudidas de terremoto y un tsunami han devastado diversas zonas de Indonesia, especialmente la isla de Sulawesi, causando más de 1.400 víctimas, según las estimaciones actuales, y miles de heridos. Además, en estas horas, el volcán del Monte Soputan, en la isla de Sulawesi, ha entrado en erupción, amenazando a la población ya agotada por el seísmo y el oleaje anómalo.

El Papa Francisco, a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha enviado, en esta primera fase de emergencia, una contribución de 100.000 dólares para socorrer a las poblaciones.

Esta suma quiere ser una expresión inmediata del sentimiento de cercanía espiritual y aliento paternal del Santo Padre a las personas y territorios afectados y se repartirá, en colaboración con la Nunciatura Apostólica, entre las zonas más golpeadas por la catástrofe.

El Papa Francisco, durante el Ángelus del domingo 30 de septiembre, rezó por las personas afectadas, "por los difuntos, desgraciadamente numerosos, por los heridos y por los que han perdido la casa y el trabajo. Que el Señor los consuele y apoye los esfuerzos de aquellos que están comprometidos en llevar socorro".

La contribución de este Dicasterio, que acompaña la oración del Santo Padre por la amada población de Indonesia, es parte de las ayudas que se están activando en toda la Iglesia Católica y en las que participan, además de varias Conferencias Episcopales, numerosas organizaciones caritativas.

 

 

04/10/2018-16:55
Redacción

Ecuador: Mons. Torres Asanza, nombrado obispo de Guaranda

(ZENIT — 4 oct. 2018).- El Santo Padre Francisco ha nombrado obispo de Guaranda (Ecuador) a Mons. Hermenegildo José Torres Asanza, hasta ahora obispo titular de Centenaria y auxiliar de Machala, ha informado la Oficina de Prensa este jueves, 4 de octubre de 2018.

 

Mons. Hermenegildo Torres Asanza

Mons. Hermenegildo José Torres Asanza nació en San Roque, diócesis de Machala, el 12 de junio de 1966. Ingresó en el Seminario Mayor "San José" en Quito y asistió a cursos institucionales en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1992 e incardinado en la diócesis de Machala. Enviado a Roma, obtuvo una licenciatura en Teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Ha sido párroco en varias parroquias, vicario episcopal de la Zona alta de Machala y presidente de la Comisión Diocesana de Catequesis y también de la Comisión de Pastoral social.

El 30 de octubre de 2007 fue nombrado obispo titular del Centenaria y auxiliar de Machala, recibiendo la consagración episcopal el 12 de diciembre del mismo año.

 

 

04/10/2018-17:05
Redacción

Hungría: El Papa nombra obispo auxiliar de la archidiócesis de Esztergom-Budapest

(ZENIT — 4 oct. 2018).- Francisco ha designado a Mons. Gábor Mohos obispo auxiliar de la archidiócesis de Esztergom-Budapest (Hungría), ha comunicado la Oficina de Prensa, este jueves 4 de octubre, a través de un comunicado.

Mons. Mohos pertenece al clero de la misma circunscripción eclesiástica, hasta ahora Rector del Pontificio Instituto Eclesiástico Húngaro en Roma, asignándole la sede titular de Iliturgi.

 

Mons. Gábor Mohos

El reverendo Gábor Mohos nació el 11 de septiembre de 1973 en Budapest. Estudió en el Liceo de los Benedictinos en Pannonhalma. Después de dos años de estudios en el Seminario de Esztergom, continuó sus estudios teológicos en la Pontificia Universidad Lateranense, como alumno del Seminario Pontificio Romano. De 2000 a 2002, estudió Teología Moral en la Academia Alfonsiana de Roma, obteniendo la Licencia. Fue ordenado sacerdote el 19 de junio de 1999 en Esztergom.

Después de la ordenación presbiteral, ocupó los siguientes cargos: vice- párroco en Szentendre (1999-2000); vice- párroco en Budapest-Erzsébetváros (2002-2003); Secretario del arzobispo y ceremoniero arzobispal (2003-2008); Secretario General de la Conferencia Episcopal Húngara (2008-2018); párroco de la parroquia personal de los Carismáticos en la archidiócesis de Esztergom-Budapest (2016-2018). Desde julio de 2018 es rector del Pontificio Instituto Eclesiástico Húngaro en Roma.

 

 

04/10/2018-19:06
Isabel Orellana Vilches

Santa Faustina Kowalska, 5 de octubre

«Esta mística es mundialmente aclamada como apóstol de la Divina Misericordia, cuyo culto propagó. Maestra de la vida espiritual, profeta de nuestro tiempo y secretaria de Jesús misericordioso»

Helena Kowalska nació el 25 de agosto de 1905 en Glogowiec, Polonia, en el hogar de una familia de campesinos, piadosos practicantes. Fue la tercera de diez hermanos. Espiritualmente fue forjada en la fe sobre todo por su madre. Y desde su más tierna infancia manifestó una inclinación religiosa que se apreciaba en su comportamiento. Los suyos conocían perfectamente sus prácticas de oración, la tendencia a procurar todo el bien posible a su alrededor y su marcada predilección por las vidas de santos que le gustaba leer y compartir con otros niños de su edad. A los 7 años fue sellada por la experiencia del amor de Dios. Antes de ir a la escuela, su padre le había enseñado a leer. Luego añadió lo que pudo aprender en la escueta formación académica que recibió, que no llegó a tres años. Los escasos recursos para tan numerosa familia demandaban la pronta ayuda de los hijos mayores. Y ella con 16 años tuvo que ganarse el sustento como empleada de hogar y dependienta. Trabajó en varios hogares y localidades diversas.

Soñaba con la vida religiosa, y en las contadas ocasiones que viajó a su casa paterna expuso este anhelo, recibiendo siempre una negativa como respuesta. En una de ellas ya tenía 18 años. Fue entonces cuando pasó por un corto periodo en el que las diversiones ocuparon su tiempo. En su Diario explicó que de ese modo trataba de sofocar las constantes invitaciones que recibía de lo alto para mudar sus hábitos. Pero la predilección divina se extendió sobre ella. Un día en una fiesta, mientras bailaba, vio al divino Redentor lleno de llagas; poniéndose a su altura, le dijo: «Helena, hija mía, ¿cuándo cesarás de ignorarme y cuánto más estarás alejada de mi lado?».

Profundamente turbada, como no podía ser menos, acudió presurosa a la catedral de San Estanislao de Kostka. Cristo se manifestó explícitamente ante la pregunta acuciante de la joven, ansiosa por saber qué debía hacer: «Ve inmediatamente a Varsovia; allí entrarás en un convento».

En esa época la dote era condición imprescindible para ingresar en él. Solo cabía la fe, ya que de ningún modo poseía la cantidad exigida. Pero su confianza en Dios no tenía fisuras, y con ella tocó las puertas del convento de las Hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia. Para reunir la suma necesaria aún tuvo que trabajar otro año más. Por fin, en 1925 pudo cumplir la indicación de Cristo integrándose en la vida religiosa; tomó la iniciativa sin contar con la venia de sus padres. Ahora bien, no le resultó fácil la consagración. Le acuciaron las tentaciones de volver al mundo y de mirar retrospectivamente su pasado. Cristo le instó a mantenerse fiel para superar las sombras que se cernían sobre ella y, una vez disipadas con su gracia, siguió el camino trazado desempeñando tareas de cocinera, jardinera y portera. El 30 de abril de 1926 profesó en Cracovia con el nombre de Faustina del Santísimo Sacramento, nombre que se le reveló durante el acto litúrgico.

Era humilde, sencilla, trabajadora, muy alegre. Durante el primer año de noviciado vivió la experiencia de la «noche oscura». Hacia mediados de 1930 y después de haber pasado por casi todas las casas de la Orden, llegó al convento de Plock. En febrero de1931 recibió la primera revelación. En ella Cristo le pedía: «Pinta una imagen según el modelo que ves, y firma: 'Jesús, en Ti confío'. Deseo que esta imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en el mundo entero». Esta imagen fue realizada en 1935 por Eugene Kazimierowski siguiendo sus indicaciones. Es venerada en Ostra Brama, Vilma, aunque la más conocida es obra de Adolf Hyla, que la pintó en 1943 en agradecimiento por haber preservado a su familia de la guerra.

Progresivamente, y en sucesivas manifestaciones, Cristo confiaba a Helena la devoción y ejercicio de la virtud de la misericordia: «Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni excusarte, ni justificarte. Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera, la acción; la segunda, la palabra; la tercera, la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mí». En una ocasión, después de atender a un enfermo de gravedad, el Redentor le dijo: «Hija mía, me has dado una alegría más grande haciéndome este favor que si hubieras rezado mucho tiempo».Ella respondió: «Si no te he atendido a Ti, oh Jesús mío, sino a este enfermo». Cristo corroboró el alcance de esa virtud: «Sí, hija mía, cualquier cosa que haces al prójimo me la haces a Mí».

Estas revelaciones fueron marcando su vida mística, sellada por profunda aflicción: «Experimento un terrible dolor cuando veo los sufrimientos del prójimo. Todos los dolores del prójimo repercuten en mi corazón, llevo en mi corazón sus angustias de tal modo que me agotan incluso físicamente. Quisiera que todos los dolores cayesen sobre mí para llevar alivio al prójimo».En medio de ello, Cristo la consolaba. Su director espiritual el beato Miguel Sopo?ko fue de inmensa ayuda para dilucidar cuánto había de verdad en sus experiencias místicas, y qué debía hacer respecto a la fundación de una nueva Congregación como había percibido. En una de las locuciones Cristo le comunicó su deseo de que instaurase una Fiesta dedicada a la Divina Misericordia. Y ella impulsó esta devoción que contiene la «Coronilla a la Divina Misericordia», oración que Él mismo le dictó, haciéndole saber que quien la rezara recibiría gran misericordia en el momento de la muerte, entre otras gracias.

Mientras, su vida iba deteriorándose paulatinamente con lesiones diversas. La tuberculosis atacó sus pulmones y estómago. Y murió en Lagiewniki, Cracovia, el 5 de octubre de 1938. Había sido agraciada con numerosos carismas. Juan Pablo II la beatificó el 18 de abril de 1993, y la canonizó el 30 de abril de 2000. Determinó también que la Fiesta de la Divina Misericordia se celebre el primer domingo después de la Pascua de Resurrección.