Red Iberoamericana de

Estudio de las Sectas

 

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Nº 603

19 de ago. 2018

 

1. La Cienciología y “su” camino a la felicidad.

2. Se cumplen 25 años del “apocalipsis” de Waco.

3. España, paraíso judicial para las sectas.

4. Estudiosa rechaza la teoría del “lavado de cerebro” e insiste en conversión, condicionamiento y coerción.

5. Secta coreana de impronta cristiana sometió a sus adeptos a abusos físicos y sexuales.

6. España: grabaciones internas muestran cómo manipula el Lama Losel a sus adeptos.

7. Argentina: aumentan las denuncias al psicólogo detenido como líder de la Fundación Dolto.

8. Continúan conociéndose detalles del funcionamiento de la secta Nxivm.

9. Colombia: el líder de La Voz de la Piedra Angular fue recibido por el ejército.

10. Corea del Sur: una mujer muere en un ritual para atraer la buena suerte.

 

 

1. La Cienciología y “su” camino a la felicidad.

FUENTE: Aleteia

 

 

Tal como hemos publicado en los últimos números de InfoRIES, la Iglesia de la Cienciología ha estado en el centro de la polémica en Colombia, por la concesión de una medalla de la policía del país al líder mundial de la secta. Pero más allá de este hecho puntual, se ha conocido la importante estrategia de influencia de este movimiento en los cuerpos de seguridad de aquel país a través de la difusión de su libro El camino a la felicidad entre los agentes.

Resulta que esta obra que difunde la Cienciología también se está distribuyendo en comisarías de policía de España, tal como revela en un artículo publicado en Aleteia Ángel Nuño López, profesor de Teología y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). Lo reproducimos a continuación.

Un movimiento controvertido

A estas alturas, a pocos les extraña que la Cienciología acapare tantos focos mediáticos. Se presenta como la “religión del siglo XXI”. Sus portavoces ofrecen éxito, serenidad, paz, salud, poder, equilibrio y otras bondades mediante unas determinadas técnicas de crecimiento personal. Su fundador, L. R. Hubbard, autor de numerosos relatos de ciencia ficción, fue también un gran apasionado por el esoterismo y por el ocultismo, fascinado por figuras tan controvertidas como la del tristemente célebre Aleister Crowley.

La Cienciología no es una mera psicotecnia, pese a que ciertamente se presenta y actúa como método de potencial humano –muy en la línea de tantos otros surgidos en el clima de la Nueva Era–. La Cienciología es mucho más, es una realidad sumamente compleja. Sus recursos económicos son, en cierto modo, desorbitantes. Su presencia mediática, incuestionable. Esta organización, legalizada en España e incluida en el Registro de Entidades Religiosas en 2007, ha sido catalogada como anticonstitucional, peligrosa y totalitaria por algunos otros países europeos.

La Iglesia de la Cienciología se presenta a sí misma como “religión que no requiere fe ni creencia”, “una filosofía religiosa aplicada”. En sus templos, en efecto, no se reza, sino que se practican lo que ellos llaman “auditaciones”, una supuesta técnica con la que se proponen encontrar los “puntos negros” de la vida de las personas que se someten a este procedimiento. Para ello se deben conectar a una máquina llamada E-metro, mientras el auditor que la manipula realiza una serie de preguntas siempre tendentes a destacar los traumas que marcan la vida de cada persona. El objetivo es conducir a quien se somete a esta técnica a una suerte de estado espiritual de purificación denominado “clear”.

Se trata, podría decirse, de alumbrar a un superhombre –ese viejo ‘fantasma’ que alumbraron tantas mentes distinguidas–, liberado de los traumas que emborronan la vida del resto de los mortales. Como ocurre en tantos otros grupos, los términos cristianos, secuestrados del sentido que les es propio, vaciados y manipulados, también tienen cabida en la Cienciología. Ésta emplea con frecuencia términos como “jerarquía”, “iglesia”, “capellán”, “feligrés”. Celebran ritos matrimoniales, funerarios, de imposición de nombres, reuniones dominicales. La confusión, para muchas personas, está asegurada. La confusión como rasgo principal del léxico que emplean viene dada, además, por la abundancia de términos pseudocientíficos.

Su estética, por otra parte, parece haber sido gestada en clara mímesis con el cristianismo. Sus prácticas, por si fuera poco, están muy relacionadas, pese a que intenten ocultarlo, disimularlo o enmascararlo, con ciertos relatos de ciencia ficción, de la autoría de su fundador, según los cuales un dictador galáctico envió a la Tierra una serie de espíritus malvados que infectan la psique de los hombres. He ahí la raíz última de los traumas humanos. Este “relato” podría emplearse como argumento para una obra de ciencia ficción, pero semejante desatino en ningún caso podría servir como explicación del hombre.

No es de extrañar, por tanto, que oculten de entrada esta antropología extravagante e imposible. Pese a todo ello, este grupo se ha convertido en uno de los más activos y, según con qué prisma se mire, exitosos de los últimos tiempos. Si consideramos todos los datos que están a nuestro alcance, podríamos decir la Cienciología y el sentido común protagonizarían, más que un encuentro o una confluencia, un desajuste o desarreglo, por no decir colisión. Ya lo dijo Chesterton. El drama de nuestro tiempo es haber sustituido el sentido común por las ideologías. Aquí tenemos un ejemplo.

Estrategias de difusión

Lo llamativo –y alarmante– del asunto es que esta agrupación, controvertida y compleja, que conocemos como Cienciología, se presenta de diversos modos y emplea diferentes estrategias para difundirse. Presentan un aspecto camaleónico. Así, por ejemplo, cuando interesa, se presentan como “iglesia”; cuando conviene, como mera técnica amparada, según ellos (y sólo ellos), por la ciencia. No son pocas las voces que han alertado sobre su presencia, por ejemplo, en ámbitos educativos.

Pero éste no es el único ámbito en el que intentan filtrarse, o infiltrarse. Es bien conocida su presencia en la industria cinematográfica. No pocas figuras del cine se han relacionado con la Cienciología. Algunas de estas figuras, además, de incuestionable popularidad. Este maridaje, entre la Cienciología y el mundo del cine, responde a varios factores, entre los cuales no pueden olvidarse el intercambio de favores, el marketing y la propaganda: la celebridad brindará, esperan los encargados de estas arquitecturas propagandísticas, notoriedad y prestigio a la Cienciología. Recordemos, por ejemplo, que fue el celebérrimo Tom Cruise el que inauguró, hace ya más de una década, la sede madrileña de la Cienciología.

Otro ámbito en el que intentan hacerse presente es el del sistema penitenciario. Curioso dato, viniendo de quien está envuelto en numerosos escándalos y pleitos judiciales. La historia de la Cienciología está salpicada de no pocos escándalos de diversa naturaleza. A las comisarías españolas están llegando, por ejemplo, folletos presentando “el camino a la felicidad”, nombre con el que se conoce, además, una de las entidades ‘pantalla’ con las que tan frecuentemente operan, procurando esquivar así algunas vigilancias. La propuesta de este “camino a la felicidad” se concreta en lo que, según dicen, no es más que “un código moral no religioso”.

Invitan, en el citado folleto, a nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad y a todo aquel que quiera sumarse a la iniciativa, a brindar a los delincuentes un camino de redención y de purificación. Ese camino, lógicamente, conduciría, eliminando los puntos negros, al estado “clear”. Ese es “su” camino a la felicidad. O esa es la felicidad de la que hablan.

Para mayor desconcierto y sorpresa, tienen presentan ese código moral no religioso como “el primer código moral basado totalmente en el sentido común”. Eliminado de su horizonte el sentido trascendente de la vida, común a todo hombre, ya se le puede llamar “sentido común” a cualquier cosa. Véanse “auditaciones”, “máquinas E-metro”, “puntos negros”, “dictador galáctico”… La Cienciología, como vemos, conlleva una promesa de felicidad. No toda promesa implica su cumplimiento, como tampoco es cordero todo lo que lleva su piel.

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2. Se cumplen 25 años del “apocalipsis” de Waco.

FUENTE: Aleteia

 

 

En 1993, la localidad de Waco (Texas, EE.UU.) fue el escenario de una tragedia protagonizada por una secta adventista. Lo cuenta Luis Santamaría, integrante de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), en el portal Aleteia.

Un lugar: Monte Carmelo. Un rancho a 16 kilómetros al este de Waco, una ciudad del estado de Texas, el único de los EE.UU. en el que en los años 90 moría más gente por armas de fuego que por accidentes de tráfico. Basta pensar que había 60 millones de armas… para 17 millones de habitantes.

Una fecha: 1993, 28 de febrero/19 de abril. Un asedio de 51 días desde una primera intervención federal en el rancho, buscando el bien de los niños miembros del grupo y para evitar el uso de armas ilegales. Un balance final de 86 muertos por el fanatismo irracional de una secta de impronta cristiana… ¿Qué pasó?

Los orígenes de la secta

En 1918, un búlgaro emigrado a los EE.UU., Victor T. Houteff, conoció a los Adventistas del Séptimo Día y su interpretación literal de la Biblia, con los elementos distintivos de la celebración del sábado y de la creencia en la inminente segunda venida de Cristo (que William Miller profetizó para 1843-1844). Llegó a tener un cargo de responsabilidad en el movimiento, pero fue expulsado en 1934 por creerse un elegido.

Así fundó su propia secta, llamada El Cayado del Pastor, y compró un terreno cerca de Waco para esperar allí la segunda venida de Cristo, que sería inminente, y llamó entonces al grupo Adventistas Davidianos del Séptimo Día, porque creía que se restauraría el reinado de David en Israel. A su muerte, acaecida en 1955, continuó dirigiendo la secta su viuda, Florence, que anunció el juicio final para 1959. Tras constatar la profecía fallida, muchos abandonaron el grupo, y aprovechó para hacerse con el poder Benjamin Roden, un hombre carismático que llamó a la secta “Rama Davidiana”. Al morir en 1978, fue sustituido por su viuda, Lois.

Vernon Howell entra en acción

Hubo enfrentamientos entre la nueva líder, Lois, y su hijo George B. Roden, que pretendía erigirse en “profeta vivo” en lugar de su madre. Y en este contexto llegó en 1983 a la secta Vernon W. Howell, un joven de 23 años, buen conocedor de la Biblia y expulsado de los Adventistas, con una gran memoria, capacidad de comunicación y dotes de liderazgo. Al producirse una lucha por el poder en la Rama Davidiana, Howell se puso del lado de Lois y parece que la sedujo, pasando a compartir dormitorio con ella. Así fue ganando liderazgo, algo que creció al casarse poco después con una adolescente de 14 años, hija del vicepresidente de Monte Carmelo.

Cuando Lois murió en 1986 hubo una fuerte lucha interna, que comenzó con la expulsión de Howell del rancho, ocasión que aprovechó para seducir a otra adolescente, hija de un matrimonio benefactor. Tras un tiroteo entre las dos facciones y la consiguiente estancia de Roden en prisión, Howell regresó y se proclamó el nuevo “profeta vivo”.

La vida en Monte Carmelo

Vernon Howell era, por fin, la autoridad indiscutible en la secta, porque tenía hilo directo con Dios. Impuso un régimen de vida muy estricto, con el sueño y la alimentación muy escasos, y duras jornadas de trabajo manual, lectura de la Biblia y sesiones de predicación que duraban horas. Además, los adeptos empezaron a entregar todas sus posesiones.

Por fin, en 1990 cambió su nombre por el de David Koresh, vinculándose así de forma directa al rey David (que sería la identidad de Cristo en su segunda venida), y añadiendo la traducción hebrea de Ciro (que, según él, era el sobrenombre de Dios y también significaba “muerte”). Se refería a sí mismo como el Mesías y el Cordero de Dios. Según explica el periodista Clifford L. Linedecker, Howell “reconoció serios defectos en su carácter espiritual. El primer Mesías estuvo libre de pecado. Pero el hecho de que el nuevo Mesías fuera un pecador le daba más capacidad para juzgar sobre el bien y el mal”.

Llevaba a cabo un intenso proselitismo, acercándose a gente en restaurantes, clubes de rock, campamentos, iglesias y centros de estudios adventistas… Mezclaba con destreza referencias bíblicas y amor a la música, atrayendo a personas que querían una vida diferente. Captó a gente en Hawaii e Inglaterra, incluso a varios miembros de iglesias adventistas de Manchester, casi todos con formación universitaria, que se fueron con él a Waco.

Tuvo una revelación a la que llamó “Nueva Luz”, según la cual tenía derecho a apropiarse de todas las mujeres de la secta, formando su propio harén, al que llamó “la Casa de David”. En tanto que Hijo de Dios, Koresh debía proporcionarle nietos. Así, tuvo relaciones con al menos 15 mujeres, y le daba igual que estuvieran casadas o fueran menores de edad (hasta de 12 años). También fue acusado de maltrato infantil.

Preparándose para el apocalipsis… que llegó

La secta contaba con un arsenal de cerca de 300 armas de fuego (incluyendo rifles de asalto que pueden disparar 600 tiros por minuto). Habían conseguido transformar armas semiautomáticas en automáticas, algo ilegal. También reunieron gran cantidad de alimentos y un gran tanque de propano con vistas a la supervivencia. Ésta fue su preparación para la gran batalla final entre el bien y el mal antes del reinado de mil años de Cristo en la tierra.

Las acusaciones de los ex adeptos y las sospechas iban en aumento, por lo que la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos), de carácter federal, investigó al grupo y decidió intervenir el 28 de febrero de 1993, tras varios meses de trabajo y entrenamiento exhaustivos. Estaba pensada como una operación rápida y limpia, amparándose en el factor sorpresa.

Sin embargo, cuando un agente de la ATF llamó a la puerta de Monte Carmelo aquella mañana, comenzaron los disparos. Koresh había sido avisado, y dejó claro a sus seguidores que “ha llegado la hora”. Tras 45 minutos de tiroteo, murieron varios agentes y varios davidianos.

Del asedio al desenlace

Con 300 agentes alrededor del rancho y 200 profesionales de los medios comenzó el asedio, “una mortal partida de ajedrez entre Koresh y un pequeño ejército de agentes de las fuerzas del orden federales”, en expresión de Linedecker. El nuevo presidente del país, Bill Clinton, ordenó que asumiera la operación el FBI.

En aquellos días difíciles de un operativo retransmitido en directo a distancia, llegaron carros de combate de infantería y helicópteros. El líder sectario prometió rendirse si sus sermones se difundían en las estaciones de radio, pero después no lo cumplía. Llegó a afirmar: “Si quieren sangre, aquí tienen la nuestra… No nos asusta el gobierno. Si tenemos que morir por nuestras convicciones, lo haremos. No me importa morir”.

Los escritos y declaraciones de Koresh –que entonces tenía 33 años– mostraban su progresiva radicalización. Finalmente, el 19 de abril de 1993 se intervino disparando a Monte Carmelo con gases lacrimógenos (gas CS), pues los expertos del FBI habían descartado que pudiera haber un suicidio colectivo por parte de la secta.

Pero unas horas después de la intervención, comenzó a arder el complejo. Según los agentes del orden, fueron los propios davidianos los que prendieron fuego. Pero los críticos con el gobierno echan la culpa al FBI. Lo cierto es que nadie abandonó Monte Carmelo… ni siquiera los padres intentaron salvar a los niños. El mismo David Koresh murió. De las 94 personas que se supone que había dentro, sólo 9 pudieron sobrevivir. De los muertos, 25 eran menores de edad.

Un ejemplo de adónde puede llevar el fanatismo y una interpretación sectaria e irracional de la Biblia. Y, según César Vidal, “una manifestación trágica –pero no la única ni la última– de las consecuencias del adventismo”.

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3. España, paraíso judicial para las sectas.

FUENTE: The Objective

 

 

En España hay en torno a 250 sectas, según explica Lidia Ramírez en The Objective. Se presentan como grupos religiosos, de crecimiento personal, de corte solidario o humanitario, filosófico o new age. Lejos quedan ya aquellos grupos sectarios que hablaban de ovnis y extraterrestres, como en los 80. Son masas que se adaptan al espíritu de los tiempos que pueden disfrazarse detrás de grupos de yoga o meditación y cuyo discurso hoy queda envuelto en mensajes de superación, éxito, cuidado personal, meditación o relajación.

Alrededor del 0,8% - 0,9% de la población española, esto es, unas 600.000 personas, según estimaciones de estudios indirectos, participa en una de estas doctrinas o ideologías concretas que buscan “el poder y transformar la sociedad”. Un porcentaje similar al de otros países europeos donde las cifras también rondan el 1 %.

Tras el caso de Patricia Aguilar, la española rescatada en julio de una secta en Perú, se está buscando la forma de regularizar la adhesión a estos grupos. Y es que como destacaba el periodista Melchor Miralles en nuestra sección de opinión elSubjetivo, “resulta alarmante la escasa eficacia en la persecución de estos delitos, como en otro tipo de desapariciones, y la ausencia de protocolos internacionales para la persecución de este tipo de organizaciones, delictivas”.

Por su parte, el padre de la joven lamentó durante una rueda de prensa la “desprotección de las víctimas” y la “falta de leyes que legislen casos”. Además, solicitó un protocolo y formación policial “para saber cómo actuar en estas situaciones”, así como un observatorio para la prevención y centros de ayudas a las víctimas captadas por sectas.

Legislación española

La captación psicológica en España no es delito. Además, en muchos casos, la adhesión a estos grupos se produce por decisión propia motivada por multitud de factores y las víctimas son mayores de edad. “En nuestro país la situación legislativa actual dista mucho de la que encontramos en otros países europeos como Francia, Bélgica o Luxemburgo donde sí existe una legislativa específica orientada a los grupos de sectas destructivas”, apunta a The Objective Miguel Perlado, psicólogo especialista en relaciones abusivas y abordaje global de la problemática sectaria.

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan tanto la policía como los investigadores es que estos grupos sectarios se inscriben como entidades religiosas o incluso asociaciones culturales. De esta forma las autoridades se encuentran con las manos atadas, ya que formar una agrupación no es un delito, tal y como se fundamenta en la Constitución española a través de la libertad de creencias, religiosa y de culto.

Por eso la policía tiene que acogerse a otro tipo de infracciones en las que éstas puedan incurrir para poder procesar a sus líderes, ya que como apunta el experto “no se puede juzgar a un grupo per se, pero su comportamiento sí puede ser regulado”. En este sentido, algunos de los principales delitos en los que suelen incurrir y por los que sí pueden ser juzgados son: publicidad engañosa, captación de menores, usurpación de identidad, evasión fiscal, actividades coercitivas o explotación laboral de sus fieles.

Asimismo, el Código Penal, en el artículo 515 recoge que “son punibles las asociaciones ilícitas que, aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la personalidad para su consecución”. Sin embargo, ¿ha sido aplicado a alguna secta destructiva en España? La respuesta es clara y tajante, no.

“Es frustrante”, apunta el psicólogo, que también destaca la falta de profesionales como abogados, psicólogo o juristas especializados. “Hay grandes carencias. Hay que seguir mejorando los instrumentos de evaluación y en la formación de profesionales porque hay grandes lagunas. Es uno de los flacos que tiene sus limitaciones por la ley”.

Perfil de las víctimas

El mito sobre que la mayoría de las víctimas captadas por una de estas sectas son personas con problemas, conflictivas o con poca formación educativa es falso. Según apunta Miguel Perlado, buscan, sobre todo, “gente joven, idealista, con buen corazón, ingenua, con estudios universitarios y con insatisfacción social”. Y añade: “No les interesan personas conflictivas o taradas que presenten un problema para la organización”.

Entre sus objetivos también se encuentran personas entre 30 y 40 años con antecedentes de alguna adicción a tóxicos o dependencias afectivas o emocionales, y aquellos que sufren la crisis de la mitad de la vida y que buscan nuevos caminos. Y es que entre sus mensajes destaca la plena convicción de que transformarán la sociedad y salvarán a la población. La salida de uno de estos grupos, apunta Perlado, puede tardar años. El paso más adecuado es la ayuda psicológica, “de lo contrario, el riesgo de recaída y de entrar en otra relación de abuso se incrementa a medida que pasa el tiempo”, señala el profesional.

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4. Estudiosa rechaza la teoría del “lavado de cerebro” e insiste en conversión, condicionamiento y coerción.

FUENTE: Tendencias 21

 

 

El término “lavado de cerebro” es muy utilizado en el ámbito religioso, pero también para definir posicionamientos políticos o sociales. Pero, ¿existe de verdad? La profesora emérita de Estudios Religiosos en la Universidad de San Diego Rebecca Moore lo pone en duda y lo considera pseudocientífico, tal como leemos en el medio Religión en Libertad.

Esta mujer perdió a dos hermanas y un sobrino en el suicidio masivo de Jonestown de 1978 cuando 900 personas de la secta Templo del Pueblo aparecieron muertas. Para ella, hubiera sido más sencillo asegurar que les habían lavado el cerebro. Pero en su lugar ofrece tres conceptos que considera más exactos, y científicos para referirse a lo que muchos definen como “lavado de cerebro”. Lo hace en este artículo de The Conversation que traduce al español Tendencias 21.

El “mito” del lavado del cerebro

Hace casi 40 años, mis dos hermanas, Carolyn Layton y Annie Moore, se encontraban entre quienes planearon las muertes masivas en Jonestown el 18 de noviembre de 1978. Formaban parte de un movimiento llamado Templo del Pueblo, que fue dirigido por un pastor carismático, el conocido Jim Jones, con el que decidieron mudarse junto a otros 1.000 estadounidenses a la nación sudamericana de Guyana para crear una utopía comunal. Bajo la presión de parientes preocupados y los medios de comunicación, desarrollaron un plan de muertes masivas y suicidio colectivo. Jonestown es recordado en la frase “beber el Kool-Aid” (aceptación ciega de algo, N. de la R.), porque más de 900 personas murieron después de beber una pócima con veneno. Mis dos hermanas y mi sobrino estaban entre los que murieron.

A raíz de esta tragedia, puedes pensar que estoy dispuesta a considerar la idea de que les habían lavado el cerebro. Supuestamente, esto justificaría sus acciones atroces, además de ofrecer una explicación simplista de su comportamiento. Muchos argumentan que las personas se unen a “líderes de secta” o “nuevos movimientos religiosos”, el término que prefieren los académicos, porque se les ha lavado el cerebro. Se considera que se han visto sometidos a algún tipo de programación que permite a otros manipularlos en contra de su voluntad.

¿De qué otra forma podría explicarse por qué las personas se sumergen en grupos marginales que parecen tan ajenos a sus vidas anteriores y más socialmente aceptables? ¿De qué otra manera se puede explicar el hecho de que, en algunos casos, incluso cometen crímenes? Pero al igual que la palabra “culto” [secta], el término lavado de cerebro parece aplicarse únicamente a grupos que desaprobamos. No decimos que a los soldados se les lave el cerebro para matar a otras personas; eso es entrenamiento básico. No decimos que a los miembros de una fraternidad [juvenil, estudiantil] se les lava el cerebro para atontar a sus miembros; eso es presión de grupo.

Como erudita de estudios religiosos me desalienta la forma en que se usa sin cuidado la palabra “lavado de cerebro”, ya sea para describir a los partidarios de un político o a individuos que son devotos religiosos. Rechazo la idea del lavado de cerebro por tres razones: es pseudocientífica, ignora las explicaciones basadas en la investigación del comportamiento humano y deshumaniza a las personas al negar su libre albedrío.

Sin fundamentos científicos

El lavado de cerebro se usa con tanta frecuencia para describir las conversiones religiosas que tiene cierta credibilidad, como si estuviera basado en la teoría científica. Pero el lavado de cerebro presenta lo que los científicos llaman una “hipótesis no comprobable”. Para que una teoría sea considerada científicamente creíble, debe ser falsable; es decir, debe poder demostrarse que es incorrecta. Por ejemplo, tan pronto como las cosas dejen de caer hacia abajo, sabremos que la teoría de la gravedad es falsa. Puesto que no podemos probar que realmente no existe lavado de cerebro, por lo tanto no cumple con los criterios estándar del método científico.

Además, parece que no hay discusión posible acerca del lavado de cerebro: o lo aceptas o no. No se puede rebatir a alguien que dice: “me lavaron el cerebro”. Pero la ciencia real busca argumentos y desacuerdos, ya que los académicos cuestionan las teorías y presupuestos de sus colegas. Finalmente, si el lavado de cerebro realmente existiera, más personas se unirían y permanecerían en estos grupos. Pero los estudios han demostrado que los miembros de las nuevas religiones generalmente abandonan el grupo a los pocos años de unirse. Incluso los defensores de las teorías del lavado de cerebro están abandonando el término frente a tal crítica, utilizando expresiones más científicas como “reforma del pensamiento” y “persuasión coercitiva”.

La conversión

Una vez que nos movemos más allá del lavado de cerebro como una explicación de las conductas de las personas, podemos aprender bastante acerca de por qué los individuos se sienten atraídos por las nuevas ideas y religiones alternativas o toman decisiones en desacuerdo con sus estilos de vida anteriores. Hay al menos tres términos científicos, neutrales y precisos, que pueden reemplazar al lavado de cerebro.

El primero es la “conversión”, que describe el cambio sorprendente de actitud, emoción o punto de vista de un individuo. Normalmente se usa en el contexto de la transformación religiosa, pero puede describir otros cambios radicales, desde votar por el candidato “equivocado” hasta unirse a Earth First. Puede ser repentino y dramático, como en el caso de San Pablo, que había estado persiguiendo a la iglesia primitiva, pero luego se detuvo después de supuestamente escuchar una voz del cielo. O puede ser un proceso lento y gradual, similar a la forma en que Mahatma Gandhi llegó a comprender su papel y su misión como líder de la independencia de la India.

Solemos pensar en la conversión como un proceso voluntario. Pero cuando nos fijamos en los relatos de conversos respetados, San Agustín viene a la mente, encontramos exactamente lo que el filósofo William James dijo: los conversos comienzan siendo receptores pasivos de un evento trascendente que le cambia la vida. Ellos no planean la conversión, simplemente pasa. Pero no pueden volver a ser como eran antes de su experiencia.

El condicionamiento

Luego está el “condicionamiento”, que se refiere al proceso psicológico de aprender a comportarse de cierta manera en respuesta a ciertos estímulos. A medida que crecemos y experimentamos la vida, estamos condicionados por padres, maestros, amigos y la sociedad para pensar y sentir de ciertas maneras predecibles. Somos recompensados por algunas cosas que hacemos y castigados por otras. Esto influye en cómo nos comportamos. No hay nada malo o infame en este proceso.

Los estudios han demostrado que muchas de las personas que buscan nuevas religiones pueden estar predispuestas o condicionadas a encontrar un grupo que fomente su cosmovisión. Pero ¿qué hay de las buenas personas que, en casos raros, terminan haciendo cosas terribles después de unirse a un nuevo movimiento religioso?

Una vez más, el proceso de condicionamiento parece ofrecer alguna explicación. Por ejemplo, la presión del grupo tiene la poderosa capacidad de condicionar a las personas para que se ajusten a los roles específicos que les asignan. En el experimento de la prisión de Stanford, a los participantes se les asignó aleatoriamente el papel de guardia y prisionero, y los guardias pronto se volvieron abusivos y los internos se volvieron pasivos. Mientras tanto, la deferencia a la autoridad, que Stanley Milgram estudió en su famoso experimento de 1961, puede alentar a las personas a hacer lo que saben que está mal. En el caso del experimento de Milgram, los participantes aplicaron lo que creían que eran descargas eléctricas a los individuos, incluso cuando escucharon gritos simulados de dolor.

La coerción

Y, finalmente, la “coerción” también puede ayudar a explicar por qué las personas pueden actuar en contra de sus propios valores, incluso cometiendo crímenes en ocasiones.  Si a alguien se le dice que haga algo, y se le amenaza con daño físico, emocional o espiritual si no lo hace, se trata de coacción. El hecho de que alguien lleve a cabo una acción no significa que esté de acuerdo con ella. Los prisioneros de guerra pueden denunciar públicamente a su país de origen o reclamar lealtad al enemigo solo para sobrevivir. Sin embargo, cuando son liberados del cautiverio, vuelven a sus creencias verdaderas.

En otras palabras, la coerción (o el agotamiento o el hambre) pueden hacer que las personas hagan cosas que de otro modo no podrían hacer. No necesitamos una teoría de la reforma del pensamiento para comprender el poder del miedo.

Una negación de la actitud

Los verdaderos creyentes existen. Mis hermanas están dentro de en esa categoría. Se entregaron sinceramente a la causa del Templo del Pueblo, sin importar cuán equivocadas estuvieran bajo el liderazgo de Jim Jones, debido a su profundo compromiso con sus ideales. Este compromiso surgió de sus experiencias de conversión y de su aceptación gradual y condicionada de un comportamiento ético deleznable.

Sin embargo, no considero que les lavasen el cerebro. Tomaron decisiones y elecciones más o menos libremente. Ellas sabían lo que estaban haciendo. Este caso guarda cierto símil con los Davidianos: aceptaron y creyeron en la palabra de Dios tal como la interpretó David Koresh. Si realmente existiera el lavado de cerebro, podríamos ver a muchas más personas peligrosas andando por la calle, planeando realizar maquinaciones reprobables.

En cambio, encontramos que muchas personas frecuentemente abandonan sus creencias tan pronto como abandonan los entornos coercitivos. Este hecho no aborda la dificultad de dejar ciertos grupos, ya sean partidos políticos, movimientos religiosos, clubes sociales o incluso organizaciones empresariales. Sin embargo, las personas pueden abandonar estos grupos y abandonar sus creencias, y lo hacen. ¿Deberíamos considerar los obstáculos situacionales y las formas de presión como formas del lavado de cerebro? Si ese fuera el caso, entonces todo constituiría control mental.

Tenemos estudios que iluminan los procesos de conversión y acondicionamiento. Tenemos ejemplos históricos que demuestran lo que las personas son capaces de hacer bajo compulsión. La explicación del lavado de cerebro ignora esta investigación científico-social. Se infantiliza a los individuos negándoles una actitud personal y sugiriendo que no son responsables de sus acciones. Los tribunales no tienen en cuenta la teoría del lavado de cerebro. ¿Por qué deberíamos hacerlo nosotros?

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5. Secta coreana de impronta cristiana sometió a sus adeptos a abusos físicos y sexuales.

FUENTE: BBC

 

 

“El mundo se acabará y debemos huir al último paraíso en la Tierra”. Con esta y otras frases premonitorias fue como Shin Ok-ju logró convencer a 400 personas de que huyeran de Corea del Sur. Les aseguraba que una hambruna inminente asolaría la península coreana. El destino prometido era Fiji, según relataron a medios locales algunas de las víctimas de esta “iglesia” cristiana llamada Grace Road. Pero ninguno sabía que una vez en este país insular del Pacífico se les iba a retirar el pasaporte y a someter a abusos físicos y sexuales. Lo leemos en BBC.

Shin Ok-ju fue detenida a finales de julio junto con otros tres líderes de este grupo espiritual cuando aterrizaron en el aeropuerto de Incheon, cercano a Seúl, después de la denuncia de cinco personas que lograron escapar de donde los mantenían retenidos. “La pastora Shin and y otras tres personas se enfrentan a cargos del uso de la violencia para forzar a sus seguidores a quedarse en Fiji”, le dijo un agente de la policía a la agencia de noticias AFP.

La secta Grace Road, con base en Corea del Sur, fue declarada ilegítima en 2014 por las autoridades surcoreanas y en 2016 se creó un comité para intentar erradicar su actividad. Pero eso no impidió que desde 2014 cientos de sus feligreses siguieran a Shin Ok-ju hasta Fiji.

Según testimonios de sus seguidores esta líder predicaba que una guerra sumiría al país en una gran hambruna. Fiji era dibujado entonces como “el último paraíso en la Tierra por su terreno fértil y propicio para cultivos”, según relataron algunos de los ex miembros de la secta a los medios de comunicación. Pero una vez allí, según reporta el Christian Daily, Shin Ok-ju se negaba a dejarlos salir del complejo de 33 hectáreas donde vivían todos juntos en comunidad, vigilados por “guardianes” elegidos por ella.

Rituales de “purificación”

Pero lo que ocurría mientras estaban encerrados era peor que el cautiverio. Siempre según el testimonio de quienes se declaran víctimas, los miembros de esta secta de origen cristiano eran obligados a llevar a cabo rituales llamados “de purificación”. Según el diario The Korea Times, los miembros de la secta debían propinar palizas que podían superar los 600 golpes a otros miembros de la comunidad. Había que golpearlos “hasta que apareciese sangre”. Este diario reporta que un hombre sufrió un grave daño cerebral a causa de las agresiones.

También era un ritual que los niños golpearan a sus padres, en ocasiones hasta cien veces para eliminar la impureza, cuentan los testigos. Con el mismo objetivo algunas mujeres eran forzadas a mantener relaciones sexuales con uno de los líderes de la secta. Aquellos que se negaban a hacerlo eran amenazados con “ser objeto del castigo de Dios”. Finalmente, según el diario coreano, cinco de sus miembros lograron escapar y denunciaron a Shin Ok-ju y su formación religiosa ante las autoridades que acabaron arrestando a esta líder religiosa en un viaje reciente a Seúl.

Las sectas en Corea del Sur

Los cultos de inspiración cristiana se han multiplicado en Corea del Sur. Es la religión que cuenta con más adeptos en el país, un 29 % de la población se considera cristiana, de acuerdo con un análisis de 2014 del centro de investigaciones Pew Reasearch Centre. De ese porcentaje la inmensa mayoría es protestante. La fuerte influencia de Estados Unidos en el país durante su etapa democrática tuvo su impacto también en el aspecto religioso, explican desde el servicio coreano de la BBC, y por eso el protestantismo es tan popular en el país.

El cristianismo empezó a crecer en 1990, una vez el país había alcanzado la democracia y empezaba a destacar como potencia económica. En ese año apenas un 1 % de la población era cristiana. 20 más tarde, en 2010, tres de cada diez ya se declaraban profesos de esa religión, indica el centro de análisis sociológico. Pew Research Centre destaca las pocas restricciones gubernamentales que hay en el país para la formación de grupos religiosos. En el año 2012, apunta, eran mucho menores que en Estados Unidos o cualquier otro país de la región de Asia y el Pacífico.

A lo largo de los años ha habido varios escándalos relacionados con sectas y otros grupos religiosos en Corea del Sur. En 1987, se responsabilizó a la Asociación Odaeyang Co del suicidio de 33 personas. Entre las víctimas había menores. Hace ocho años, 292 personas murieron en el naufragio de un ferry del que responsabilizan al líder multimillonario de una secta llamada Iglesia Evangélica Bautista de Corea. Y el pasado mes de mayo un líder religioso que afirmó ser el mesías fue arrestado en Seúl por violar al menos a siete mujeres congregadas, dijeron los fiscales.

Y a la propia expresidenta del país, Park Geun-hye, ahora encarcelada por un escándalo de corrupción, se la relacionó con una secta llamada Iglesia de la Vida Eterna. Algunos cables diplomáticos revelados por Wikilieaks apuntan que el líder de este grupo religioso y sus más allegados ejercieron una gran influencia sobre Park antes y durante su mandato.

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6. España: grabaciones internas muestran cómo manipula el Lama Losel a sus adeptos.

FUENTE: El Español

 

 

Reproducimos a continuación el reportaje que ha publicado el medio digital El Español, en el que su redactor Brais Cedeira desvela los audios que muestran la personalidad del gurú de una pequeña secta española, que se hace llamar, entre otros nombres, Lama Losel.

“Va a sonar un poco fuerte esto que voy a decir… Pero nuestra hermana T. vino con fibromialgia a Madrid porque los médicos la habían desahuciado. Cogí un tarro, un gotero, eché un poco de mi semen, con esencia de rosa. Lo tomó y en tres días se curó completamente de la fibriomialgia. Esto es lo que hace el semen de un hombre de oración”.

Carlos Herranz Ortega, 44 años, dice que es el “hermano de Jesús”, pero que no le reza porque sería como estar “rezando a mí mismo”. Herranz también dice que tiene “una luz especial”, y que levitó en una de sus visitas a Jerusalén. Y que el semen es un “néctar sagrado”. Su voz fluye melosa entre susurros, directa como un suave licor a los oídos de sus adeptos, que acuden cada semana puntuales a las reuniones secretas. Con ella ejerce un gran poder de convicción entre los miembros de su secta. En ella es señor, soberano y rey absoluto bajo el seudónimo de Lama Losel.

Por eso, el gurú se podía permitir y se permite decir allí dentro casi cualquier cosa que le venga en gana. Todos los delirios que surgen de su cabeza son escuchados con fidelidad por sus discípulos, obnubilados por sus sabias enseñanzas: “Hablo a los espíritus y ellos me escuchan”. “Dios quiere tu culo. Dios siempre quiere que pongas tu culo. Dios quiere penetrarte entera de arriba abajo”.

A priori, estas afirmaciones podrían pasar sin más como una ristra de sandeces, la expresión más absoluta de los sórdidos delirios del jefe de una de estas extrañas organizaciones. Sin embargo, la gravedad de estas y otras sentencias radica en que todas ellas emanan y tienen su base en un informe de la Guardia Civil de Guadalajara al que ha tenido acceso El Español. También de decenas de horas de grabación de las sesiones que han tenido lugar a lo largo de los últimos años en una secta que todavía continúa activa en Madrid. También a ellas ha tenido acceso este periódico. Losel fue y está siendo investigado. La Benemérita le imputa los delitos de lesiones, creación de asociación ilícita y estafa.

Así manipulaba a sus víctimas

En el seno de la asociación, tal y como refleja el informe, el “maestro” de la secta “se hace pasar por ‘Lama’ para a través del engaño hacer creer a los miembros de la asociación que posee sabiduría en relación a todas las religiones existentes” y “manipula mentalmente a los miembros del Grupo para que luego realicen todas las acciones/movimientos a su antojo”.

El informe elaborado por la Guardia Civil, tras entrevistar a distintos adeptos y recopilar pruebas relacionadas con las grabaciones, explica que Losel se vale de su cargo para “hacer creer a los miembros del grupo, sobre todo femeninos, que si se acuestan con él conseguirán la libertad espiritual más rápidamente, a lo que las chicas, bajo previa manipulación mental, acceden en un primer momento voluntariamente”.

El caso están ya abierto y se instruye en los juzgados de Sigüenza. Lama Losel decía ser experto en musicoterapia y en la interpretación de melodías con cuencos tibetanos. Era algo que el gurú utilizaba como reclamo, casi siempre en actuaciones públicas. De ese modo contactaba con potenciales nuevos miembros.

Los casos relacionados con el mundo de las sectas suelen generar siempre controversia, curiosidad y morbo a partes iguales. En los últimos meses, los hechos relacionados con la secta peruana que captó a la joven Patricia Aguilar han vuelto a suscitar el interés de los medios. En España operan unas 250 sectas repartidas por todo el país. Si bien el número de afectados no habla de cifras astronómicas, esta lacra supone un tabú muy pocas veces abordado.

Sin embargo, es raro o muy poco frecuente encontrar un caso en el que exista un número tan amplio de grabaciones que deje constancia sobre lo que sucede en el interior de una secta. Normalmente, los documentos sonoros o visuales son inexistentes. Luis Santamaría, experto en este tipo de organizaciones, fundador y secretario de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), no ha visto cosa igual: para él resulta algo “nada habitual. No es normal que aparezcan audios de una secta. Es la primera vez que conozco un caso así”.

En este caso, era el propio líder de la organización quien sugería y fomentaba la costumbre de dejar constancia de lo que allí ocurría: permitía que las reuniones, en la que se proferían toda clase de atrocidades, fuesen grabadas de forma sistemática. Este periódico ha tenido acceso a ellas y ha podido comprobar la retahíla interminable de ideas, todas ellas, según los expertos consultados, altamente peligrosas, religiosamente confusas, explícitamente sexuales e hirientes para según qué colectivos. Este es el mundo de Lama Losel

El gurú de los cuencos tibetanos

Una melodía monocorde satura la estancia en la que la secta comienza la reunión del 24 de diciembre de 2014. La música proviene de un sruti, un extraño y exótico instrumento propio de la cultura hindú que produce un tono hipnótico, febril, similar tal vez al de un órgano, o tal vez al de un acordeón oxidado y decadente. Por encima de las notas, Lama Losel, gurú y líder supremo, canta junto a una de sus adeptas. Era algo habitual.

Al terminar, Losel se acerca a una de las mesas porque ha visto algo que le llama levemente la atención. Se trata de una grabadora destinada a dejar constancia de todo lo que allí se diga. Es lo que él quiere. Que todo quede grabado. “Aaaah, ¿esto qué es? ¡Alguien está grabando! Vale, vale”, dice. Se encoge de hombros y se va con su voz suave y pausada para comenzar a lo que él tiene por enseñanzas y otros muchos por los delirios del líder de una secta.

Losel es un tipo alto. Sobrepasa el metro noventa y los 170 kilos de peso. Su atuendo es un remedo similar a la indumentaria clásica de los monjes budistas, pero a su manera: una camisa de manga corta, un fajín que hace las veces de túnica y poco más. El fajín rodea su vientre y cubre uno de sus hombros. Los pantalones son holgados y también naranjas como la camiseta. Losel, para rematar, cubre su cabeza con una suerte de turbante. Toda la indumentaria es de color naranja, aunque cada una de las prendas posee una tonalidad diferente.

Junto a él, en múltiples fotos, aparecen unos cuantos cuencos tibetanos. Con ellos imparte distintos talleres que le sirven, según los adeptos y la Guardia Civil, para establecer un primer contacto en el que localizar posibles nuevos integrantes de su secta. Sus enseñanzas son prácticamente una coctelera de todas las doctrinas y corrientes religiosas: mezcla el hinduismo, el cristianismo, el islam y el judaísmo sin ningún tipo de problema. A partir de ahí, sus charlas desbarran por doquier.

El año pasado, durante una de sus charlas explicó cómo, supuestamente, había ido a Jerusalén y allí había levitado por los aires, en pleno trance. “Para mi desgracia, en Jerusalén, C. y mi tío cuando estaba levitando me tiraron para abajo”. En otras ocasiones, el gurú Losel diserta sin problema sobre lo beneficioso que es estar en contacto con él. “Sandra toca mis pies y huele a flores. No me creo a San Pablo, porque los dones sólo te los puede dar Dios. Si leemos a Jesús, Jesús dice que él puede dar dones. Cuando yo le digo a alguien que puedo dar un don, está mal expresado. Significa que yo puedo activar un don. Te puedo enseñar a utilizar ese don que ya tienes. Hay gente que viene a mí, se frota conmigo y activa un don”.

En medio de sus sesiones, a veces recurre al imaginario budista, asociándose directamente con las teorías de la reencarnación tras la muerte en otro ser vivo. Él, claro, es acaso uno de los más supremos de todos. “Porque yo he pasado por miles de reencarnaciones. Joder, me acuerdo de cada una de mis encarnaciones anteriores. Mandé a C. a buscar mi anterior encarnación al Tíbet y la encontró en un monasterio”.

En 2014, octubre, la cosa se puso seria. Entre las risas absortas de quienes le escuchan, Losel explica, sin especificar si se trata de una metáfora, de lo que Dios quiere de sus seguidores: “Dios quiere tu culo. Dios siempre quiere que pongas tu culo. Dios quiere penetrarte entera de arriba abajo”. En numerosas ocasiones de esas charlas grabadas a Carlos Herranz se le escucha, según explica el informe de la Guardia Civil insultar, coaccionar y realizar vejaciones contra quienes le siguen. El 6 de octubre de 2016 no tiene reparos en reconocer sus fechorías. “Cuando puteo a mis alumnos lo hago por su bien”. Meses antes, el 14 de junio, asegura: “Si ves que las llamo zorras es por un bien mayor”. En otra de sus charlas, da una receta a su juicio infalible para cambiarle la vida a cualquiera. “Te meto un lefazo místico y te cambio la vida”.

La táctica sibilina de captación a la secta comienza casi sin que uno se percate. Todo empieza con una charla, con una sesión. Luego, más adelante, es cuando viene la parte dura del discurso. Y por el medio, una sugerencia muy sutil: “Dame la posibilidad, dame 41 días. Es como si un médico te dice: durante 41 días te vas a tomar esta pastilla. Bueno, pues esto es como si durante 41 días te tomas la pastilla que yo te voy a dar. Al término de este tiempo, tu vida va a hacer fuuuuu y se va a abrir como una flor”.

La desprotección de las víctimas

Las disertaciones del maestro Losel podían durar tres y cuatro horas cada vez. O incluso más. Su capacidad de sugestión radicaba en el exotismo de sus ideas, en el modo de presentarlas, en el tono de voz, en su retórica. Su poder de convicción era tal que hacía creer a los miembros del grupo que los extraterrestres les habían implantado unos microchips y que él tenía poderes para extraérselos. Lo explica el informe de investigación de la Guardia Civil. En ese momento, “utiliza su fuerza junto con otros objetos punzantes para causar lesiones a los denunciantes a las que se hace referencia en las presentes diligencias”.

Lo más complicado para las víctimas de estas organizaciones, como queda reflejado en el caso reciente de Patricia Aguilar, es el momento de presentarse ante la justicia. El caso de Lama Losel, en concreto, va todavía muy despacio. Lo sabe bien Carlos Bardavio, abogado penalista, experto en casos relacionados con el esotérico, oscuro y sórdido universo de las sectas. Es también el autor de la novedosa tesis doctoral Las sectas en derecho Penal: estudio dogmático de los delitos sectarios, elaborada a lo largo de los últimos diez años.

En su día a día, Bardavio lleva la defensa de algunas víctimas de este tipo de grupos y presta en muchos casos similares. A lo largo de los últimos meses ha estado atareado echando un cable, asesorando de forma puntual a la familia de Patricia Aguilar, la joven española captada por una secta en Perú. Desde su dilatada experiencia como estudioso y práctico de la materia, detalla el arduo trabajo que tienen que pasar las víctimas de estos grupos, y sus abogados defensores, para que los casos prosperen. “En las sectas, la violencia y la presión coercitiva es sutil, es indirecta. Lo que hace normalmente el líder de una secta de este tipo es obtener información de la víctima. Cuantos más datos consigue de ella, más fácil le es ejercer su influencia. Como por ejemplo, el caso de Patricia (Aguilar)”.

Lo más complicado de todo es que el Código Penal no regular en ninguno de sus artículos el delito de persuasión coercitiva. “Es el que utilizan, mayormente, las sectas, una forma sutil que acaba anulando la capacidad de las personas y que las deja sometidas a la voluntad absoluta del líder”, aclara Bardavio. Resulta también difícil, señala el abogado, lo que llega después, cuando hay que probarlo todo ante el juez. “Las víctimas tienen complicado demostrar cómo todo lo que hicieron fue porque estaban anulados psicológicamente por la influencia del líder, y más cuando no existe un tipo penal para esta clase de delitos. La conclusión y la propuesta de mi tesis es que hace falta legislar más, hace falta crear un nuevo tipo penal, dedicado exclusivamente a regular la persuasión coercitiva”.

Cada mes, explican los agentes de la investigación, los feligreses de Losel le ingresaban el diez por ciento de sus ingresos. No iban destinados a ningún fin benéfico, y tampoco para ayudar a los más desfavorecidos. Aquello era, tan sólo, para lucro personal. La persuasión inicial de Losel quedaba plasmada con la suavidad de su retórica, con esa voz amistosa y cercana.

Esa táctica deja luego paso al mandato, a la obligación de acudir a su llamada: “El domingo es sagrado. Es un día para quedar con el maestro, para reunirse con los hermanos de comunidad. Deberíais buscar la forma de reuniros conmigo. Ya se puede morir vuestra madre o su abuela. Así os lo digo”. Lo dice en ocasiones muy distintas: “La familia está bien, pero los hijos te roban tiempo de estar con Dios”. Por cierto, el grupo de Lama Losel sigue activo por Madrid y sus alrededores. Queda constancia de ello gracias a las grabaciones: “Bienvenidos a nuestra secta de Gran Hermano”.

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7. Argentina: aumentan las denuncias al psicólogo detenido como líder de la Fundación Dolto.

FUENTE: La Voz

 

 

La reciente detención en Mar del Plata (Córdoba Argentina) del psicólogo Marcelo Bazán y tres personas más acusadas por la Justicia de extorsión agravada y amenazas, de la que hemos publicado ya dos noticias en boletines InfoRIES anteriores, provocó una catarata de denuncias. A la causa original en la que están imputados también Nicolás Libra y Guillermo Miatelo, se le sumó rápidamente un nuevo capítulo por coerción y aprovechamiento de personas. Lo cuenta Juan Pablo Carranza en La Voz.

Pablo Salum, fundador de la Red Libremente que ayuda a víctimas y familiares de organizaciones coercitivas, realizó una denuncia en Tribunales Federales por esta situación. Casi inmediatamente una veintena de familias y víctimas declararon ante la fiscal Graciela López de Filoñuk y afirmaron que Bazán los había captado y separado de sus afectos, utilizando sus conocimientos como terapeuta. Las dos denuncias judiciales parecen abrir dos vías de ingreso a una compleja organización que se nutría tanto de pacientes como de profesionales en momentos delicados, y que habría sido la contracara de una financiera con bocas en varios puntos de la provincia.

Cómo funcionaba

La Fundación Dolto, que se presentaba como un instituto de psicoanálisis, tenía una estructura diversificada. En su sitio web –ya fuera de línea– se anunciaba como una red de consultorios especializados en la salud mental (psicología, psiquiatría y hasta nutrición), con cursos de e-learning, talleres de capacitación y una academia de apoyo para universitarios. Bazán habría utilizado todas estas vías para nutrirse de adeptos.

“Las víctimas describen un modus operandi de Bazán. Primero captaba a las personas como pacientes (alumnos y profesionales), estudiaba sus puntos débiles y sus secretos. Y usaba la persuasión coercitiva para ir sometiéndolos de a poco a la explotación sexual y laboral”, cuenta Salum. Denuncian que personas con problemas psiquiátricos y de adicciones, que recurrían Bazán para un tratamiento, generaban una relación de dependencia con el psicólogo. Los pacientes se convertían en socios o recurrían a él para algún tipo de auxilio financiero o laboral.

Personas que en algún momento participaron del núcleo íntimo de Bazán hablan también de sometimiento sexual a pacientes y la realización de orgías. También de que se les proporcionaba drogas a los pacientes (tanto marihuana como cocaína). En todos los casos, los miembros de este círculo cortaban vínculos con sus familias y entraban a trabajar en Dolto.

Modelo de negocio

El modelo de negocio de la institución consistía en expandirse a través de franquicias, algunas en manos del círculo íntimo de Bazán y otras en poder de terceros que veían exclusivamente un apalancamiento comercial. En total, la institución contaba con ocho locales. Dolto se encargaba de generar el contacto con las obras sociales para los profesionales que trabajaban en las consultas. “Por esta gestión, Dolto se quedaba con el 40 por ciento de lo que pagaba una prepaga por la consulta de un paciente”, explica un profesional que trabajó en una sede.

“Por consulta nos quedaban 130 pesos”, explica este profesional, que inclusive fue paciente de Bazán y asegura que desconocía tanto el posible negocio financiero como la presunta “secta”. El Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba (CPPC) estipula el mínimo ético por consulta en 500 pesos. Aunque desde diversos sectores profesionales indican que es común que los recién egresados acepten condiciones muy desventajosas para trabajar y formarse.

Para varias personas que trabajaron en las franquicias, el quiebre se produjo cuando Bazán se separó de su segunda esposa. Entre fines de 2014 y principios de 2015, Doxa pasó a llamarse Dolto. Sin embargo, la denuncia de Salum abarca un período de tiempo mayor. En 2015 entró en escena un paciente de Bazán, quien sería dueño de una financiera en el departamento Río Segundo. Los socios de este hombre, que estarían en España, fueron quienes denunciaron las amenazas y la extorsión.

Tras el cambio de nombre, los franquiciados debieron rescindir los contratos y realizar unos nuevos con el financista. “Las copias quedaban en Dolto”, relatan. Después de eso Bazán consolidó un grupo chico, que incluía a psicólogos y profesionales con sus respectivas parejas, que se mantuvo estable y que siempre procuró sumar más adherentes. La mayoría fueron primero sus pacientes. Además del financista, integró a un contador y a un abogado, que se encargó de contestar con cartas documento las denuncias.

En 2012, presentó una denuncia ante el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba (CPPC) contra dos psicólogas que querían abandonar su institución. Desde esa entidad profesional indicaron que si bien el contrato era legal, tenían condiciones usurarias para las trabajadoras. Días antes de ser detenido recibió una multa del CPPC por 15.000 pesos por expresarse de manera incorrecta contra un colega. En 2017, esa institución acreditó que no tenía sanciones éticas ni disciplinarias.

“Todos podemos ser captados”

Sectas es el nombre popular con el que se conoce a los “grupos que usan técnicas de manipulación piscológica” para captar personas y, aprovechándose de sus vulnerabilidades, despojarlas materialmente, en largos procesos de sometimiento psicológico que tienen como punto en común la ruptura de los lazos de la víctima con su familia.

“Todos podemos ser captados, porque todos en algún momento somos vulnerables. En general, las víctimas de las organizaciones coercitivas pueden agruparse en tres grupos: jóvenes alrededor de 25 años, de clase media superior; personas adictas, y adolescentes en un proceso de búsqueda existencial o espiritual. Los líderes de los grupos coercitivos cambiaron las túnicas por los trajes y perfeccionaron sus técnicas de captación y de manipulación psicológica”, dijo Carolina Monsó, jefa del programa de asistencia a las víctimas de “sectas”.

Sin hablar específicamente de la fundación Dolto, puesto que es posible que presuntas víctimas recurran al Programa, Monsó y Alicia Salusso –subdirectora de Asistencia a la Víctima del Delito–, trazan un panorama general de este tipo de organizaciones. Las puertas de ingreso a estas organizaciones se multiplicaron de la mano de la tecnología y los cambios socioculturales del siglo. En los casos extremos, las víctimas pueden sufrir reducción a la servidumbre, abusos sexuales y trata. Aunque en general los grandes daños son la destrucción de los vínculos, para generar aislamiento, y enormes perjuicios económicos. “Hubo víctimas que pidieron préstamos para pagar cursos carísimos que les permitían escalar en la pirámide de la organización”, dice Salusso sobre un caso que mantendrá en secreto.

Estrategias de manipulación

“La víctima jamás empieza a pertenecer a estos grupos pensando o sabiendo que se trata de organizaciones coercitivas. Las técnicas de captación se despliegan en el tiempo, con sutileza; y a mayor tiempo de permanencia, mayor es el daño”, explica Monsó. Y agrega: “Se destruye la personalidad previa y se impone un renacimiento a partir del ingreso de la persona a la organización. Y para lograrlo es clave la destrucción de los lazos afectivos de esa persona”.

En la mayoría de los casos, las estructuras son piramidales, con una amplia base de personas captadas. Para ascender, el líder los obliga a cumplir determinados objetivos. Por ejemplo, multiplicar la cantidad de asistentes a cursos de autoayuda o de autoconocimiento personal. “Hay casos extremos en los que se les obliga a las víctimas a prácticas sexuales o a que se cambien el apellido por el del líder”, agrega Monsó.

En este marco, una vez que la persona develó sus secretos y fragilidades, queda en las manos del líder o de sus colaboradores más cercanos, quienes pueden manipularlos con facilidad. “Despojar a la víctima del vínculo familiar es clave para que la persona deje de manejarse libremente. El líder trabaja con el concepto de que la familia fue la causante del daño”, explica Monsó.

“Los niños son los que más sufren el proceso de ‘desparentalizar’, que es cuando el padre, la madre o ambos rompen los vínculos con el resto de la familia. En esos casos, es común que los niños sean retirados de la escuela y pasen a ser educados por miembros de la comunidad, en un contexto de adoctrinamiento”, dice la experta. Además de cursos y de talleres, otra fuente de ingreso son los productos culturales, en particular libros escritos por el líder. Una vez que las personas ingresan en esta trama, es común que la organización exija el despojo de bienes.

La familia de las víctimas de estas organizaciones puede acudir al programa, solicitando asistencia. “La familia suele sentir culpa: ‘Algo habré hecho para que no quieran verme más’. En el caso de estas organizaciones, la familia también es víctima, aunque no haya sida captada. Es fundamental desplegar estrategias de contención para mantener el vínculo con las personas captadas por la organización”, dice Salusso.

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8. Continúan conociéndose detalles del funcionamiento de la secta Nxivm.

FUENTE: El País

 

 

Aunque han suspendido sus operaciones como empresa, en la página web de Nxivm, la turbia organización que está en el centro de una trama rocambolesca en la que están implicadas ricas herederas y actrices famosas, aún se definen como “una comunidad guiada por principios humanitarios que buscan empoderar a la gente y resolver preguntas importantes sobre lo que significa ser humano”. Lo cuenta María Contreras en el diario español El País.

El FBI, sin embargo, no opina lo mismo. En los últimos meses han arrestado a seis altos cargos de lo que consideran que es una peligrosa secta de estructura piramidal. En su cima estaba su líder y “gurú”, Keith Raniere, un ex programador informático de 57 años que hoy está en la cárcel a la espera de juicio y que, según la acusación, ejercía un control psicológico, económico e incluso sexual entre sus acólitas. El 24 de julio, el caso dio otro sorprendente giro de guion cuando la millonaria Clare Bronfman, heredera del dueño de la destilería Seagram, Edgar Bronfman, también pasó a disposición judicial por su vinculación con la trama.

Bronfman, de 39 años, que está bajo arresto domiciliario tras el pago de 100 millones de dólares (87 millones de euros) de fianza, estaba en la junta directiva de Nxivm y llevaba más de 15 años financiando sus actividades; se estima que ella y su hermana Sara —­que ya está más desvinculada de la organización— invirtieron más de 150 millones de dólares (131 millones de euros) en esta supuesta panacea de la autoayuda y en su cabecilla.

Ya en 2010, Vanity Fair reveló que habían gastado 66 millones (casi 58 millones de euros) en paliar pérdidas económicas de Raniere; 30 millones (26 millones de euros) en propiedades inmobiliarias; 11 millones (9,6) en un jet privado y una cantidad desconocida en abogados y detectives contratados para perseguir a los “enemigos” de Nxivm. Clare ha sido acusada de conspiración, robo de identidad, lavado de dinero y fraude electrónico, cargos por los que podría ser condenada a 20 años de cárcel.

Fue Sara Bronfman quien, en 2002, acudió por primera vez a uno de los carísimos cursos intensivos de coaching que impartía Executive Success Programs (el germen de Nxivm), una entidad fundada por Raniere en 1998 que llegó a tener tentáculos en 30 países y por cuyas charlas de desarrollo pasaron más de 16.000 personas. Persuadió a Clare, que entonces intentaba triunfar como amazona, para seguir su ejemplo, y pronto entraron en el círculo de élite en la organización.

Según Vanity Fair, en 2009 lograron incluso persuadir al Dalai Lama para dar una charla en Albany (Nueva York), ciudad donde Nxivm tenía su sede. Edgar Bronfman y su tercera esposa se habían separado cuando las hermanas tenían 7 y 4 años y las niñas se criaron con su madre en Inglaterra. Ambas buscaban darle un nuevo sentido a su vida y lo encontraron en las “enseñanzas” de Keith Raniere.

La revista Forbes fue la primera en alertar sobre la verdadera naturaleza de Nxivm en un artículo de 2003 en el que Edgar Bronfman, que murió diez años después, llegaba a decir: “Creo que es una secta”. Pero fue un impactante reportaje publicado por The New York Times en octubre de 2017 el que disparó todas las alarmas: en él, la actriz y ex miembro de Nxivm Sarah Edmondson daba detalles de un subgrupo secreto “de amas y esclavas” bautizado DOS en el que, como rito de iniciación, marcaban a las mujeres en la pelvis como ganado (ella misma mostraba el espeluznante “tatuaje”), las sometían a ayunos y castigos y las chantajeaban con información sensible que tenían sobre ellas.

La actriz de Dinastía Catherine Oxenberg llevaba casi un año denunciando en los medios la existencia de DOS porque su hija India, de 27 años, estuvo entre las mujeres captadas y “marcadas”. La actriz llevó a la joven a un seminario de liderazgo impartido por Nxivm en 2011 pensando que podría ayudarla en su plan de abrir su propio negocio. Aunque no tardó en ver el lado oscuro de la filosofía que predicaba Raniere, a su hija, dice, “le lavaron el cerebro”. La actriz ha contado su experiencia en un libro recién publicado, Captive: A Mother’s Crusade to Save Her Daughter from a Terrifying Cult e India, que acaba de abandonar la secta después de siete años, ha anunciado que contará su versión de la historia “a su debido tiempo”.

Durante más de 200 episodios, la actriz Allison Mack hizo de Chloe Sullivan en la popular serie de televisión Smallville, pero en la vida real ha interpretado un papel mucho más macabro: las autoridades creen que era la segunda al mando en DOS, una secta sexual disfrazada de hermandad para el empoderamiento femenino. La intérprete, de 36 años, entró en contacto con Nxivm en 2006 a través de sus seminarios de orientación.

Ahora está en libertad condicional acusada de trata de personas y conspiración para cometer tráfico sexual y trabajo forzado, y se enfrenta a un mínimo de 15 años de cárcel. Ella, se cree, era la “ama” de India Oxenberg, y habría reclutado a decenas de “esclavas” a las que presuntamente coaccionaba para que mantuvieran relaciones sexuales con Raniere. En su labor de captación, Mack apuntaba alto. Llegó a dirigirse a Emma Watson por Twitter para hablarle del “increíble movimiento de mujeres” en el que estaba involucrada. Watson no respondió.

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9. Colombia: el líder de La Voz de la Piedra Angular fue recibido por el ejército.

FUENTE: El Tiempo

 

 

El diario colombiano El Tiempo ha continuado publicando noticias en torno a la infiltración de la Cienciología en la policía colombiana y en otros cuerpos de seguridad de aquel país. Pero no es la única secta que ha tenido un contacto significativo con las fuerzas del orden. Recogemos a continuación otro artículo que muestra la realidad.

William Soto Santiago, un puertorriqueño, fundador de la iglesia 'La Voz de la Piedra Angular' y director de la ONG la Embajada Mundial de Activistas por la Paz (EMAP), estuvo en Colombia participando en un foro de las Fuerzas Militares. Soto, que aparece como el autodenominado 'Ángel del Señor', la 'voz de Dios en la Tierra', 'Mensajero de la Paz' y 'Mensajero Final de Dios', entre otros, fue recibido en la custodiada sede militar donde funciona el área de inteligencia del Ejército.

El anfitrión del evento fue el teniente coronel Anstrongh Polania, jefe de Derechos de la Operación Conjunta del Ministerio de Defensa, el mismo oficial que asistió a la inauguración del edificio de la Cienciología en Colombia. El foro se denominó 'Dignidad Humana y Presunción de Inocencia', y quedó registrado en un vídeo publicado en la página web de la EMAP.

La actividad se desarrolló el 26 de junio de 2014 en el que participaron unos 400 espectadores, entre civiles y militares, y entre los exponentes figuraron: Pedro Alonso Sanabria, magistrado del Consejo Superior de la Judicatura; Flor Esmeralda Suescún, fiscal Especializada de la Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, y Camilo Montoya Reyes, procurador delegado ante el Tribunal Superior de Cundinamarca y Bogotá.

En el vídeo de la Embajada Mundial de Activistas por la Paz se ve el mensaje: “que preocupado por la defensa de los derechos humanos realizó el pasado 26 de junio de 2014 el foro 'Dignidad Humana y Presunción de Inocencia' en el Cantón Norte del Ejército de Colombia, (...) en aras de fomentar el respeto por los mismos en un Estado social de Derecho”.

“Para mí como director de la Escuela de Derechos Humanos del Ejército es un verdadero placer dar inicio a este foro en Derechos Humanos. La Escuela de Derechos Humanos desde su creación hace cinco años ha estado trabajando en la promoción (...) hoy en día es una institución con reconocimiento internacional, siempre divulgando y promocionando los derechos humanos. Que más que el soldado que quiere la paz”, aseguró en su intervención el coronel Polanía.

En el vídeo se resalta la participación del líder espiritual, a quien señaló “como Embajador Mundial de la Paz” y destacó “la necesidad de que en el ámbito internacional se declare y se precise el concepto de dignidad humana”, y continúo que el objetivo de esa solicitud era “arbitrar sobre la utilización y su relación con conductas genocidas y constitutivos de atentados contra los derechos humanos. Conductas que desconocen a cada persona como individuo, (...) ciertas características que lo hacen único y repetible digno de respeto y de toda consideración”.

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10. Corea del Sur: una mujer muere en un ritual para atraer la buena suerte.

FUENTE: PacoZea

 

 

Una mujer en Corea del Sur falleció después de haber dormido dentro de un ataúd como parte de un ritual para invocar a la buena suerte y expulsar las malas vibraciones. De acuerdo con medios locales, de los que se hace eco el portal PacoZea, la policía de la ciudad sudoriental de Gumi tres mujeres, seguidoras de una supuesta secta religiosa, se reunieron en una casa el pasado jueves 2 de agosto para realizar un rito que prometía atraer la buena fortuna en el amor.

Una de las participantes, de 47 años de edad, ingresó en el ataúd alrededor de las 20:00 (hora local), pero salió dos horas más tarde quejándose de dificultades para respirar, por lo que sus amigas la convencieron para que aguantara un poco más. Las mujeres aseguraron que permaneciendo toda la noche dentro del ataúd, la mujer podría “expulsar la desgracia”, por lo que cerraron la estructura de madera y se fueron a dormir.

Cuando una de las mujeres despertó a la mañana siguiente se dio cuenta que su amiga ya no respiraba. Un oficial de la policía señaló que “es posible que la víctima se haya sofocado mientras dormía dentro del ataúd “. Los investigadores también tienen la hipótesis que el calor que azota en las últimas semanas a la nación coreana pudo haber contribuido a la muerte. No obstante, las otras involucradas formarán parte de una investigación por presunta negligencia.

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La RIES es una red de expertos y estudiosos católicos sobre el fenómeno sectario y la nueva religiosidad, presentes en España y Latinoamérica, y abarcando las zonas lusoparlantes. Pretende ofrecer, también con este boletín informativo, un servicio a la Iglesia y a toda la sociedad. La RIES no se responsabiliza de las noticias procedentes de otras fuentes, que se citan en el momento debido. La RIES autoriza la reproducción de este material, citando su procedencia.