Católicos
Jornada celebrada en la Universidad Eclesiástica San Dámaso

 

El padre Noriega: “El acto sexual es lo más maravilloso del amor. Por eso, o Humanae vitae o la nada”

 

El Superior General de los Discípulos y catedrático de moral analiza las perspectivas abiertas de la encíclica de Pablo VI

 

 

El Departamento de Moral de la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso (UESD) ha organizado la jornada “El Misterio de la acción conyugal en la unión de naturaleza y gracia. Perspectivas abiertas a 50 años de Humanae vitae”. El padre José Noriega, catedrático de moral del Instituto Pontificio Juan Pablo II, argumentó en su conferencia “La diferencia sexual y la lógica del don” por qué la encíclica de Pablo VI permanece actual en nuestros días.

 


 

 

José Noriega habla de la sexualidad humana sin puritanismos trasnochados. “El acto sexual es confirmar al otro en la preciosidad de su existencia, es lo más maravilloso del amor. Es reconocer al creador. Quien experimenta el placer sexual reconoce al Creador cuando Él dijo ‘Y vio Dios que era bueno’. Lo que se dona en el acto sexual es a uno mismo”.

El catedrático de moral del Pontificio Instituto Juan Pablo II se dirige con confianza al público que ha acudido a escucharle  a la Universidad San Dámaso desde matrimonios jóvenes con sus bebés, seminaristas, sacerdotes, hasta consagradas. “Lo propio del amor es dejar un efecto en el otro. El otro me cambia”.

Por ello, añade Noriega, se produce una atracción erótica que llama a la donación total de los esposos. “Pero el sexo es un regalo, no una necesidad. El sexo llama a la comunión, pero también a la procreación”.

 

“Fidelidad o la nada”

Y a continuación, expone una clase biológica de sexualidad unida a la transcendencia del acto conyugal: “Cuando uno se dona a uno mismo es capaz de lubrificar, acoger el semen, excitarse, penetrar y ser penetrada. Allí el óvulo espera, le puede esperar. El acto sexual permite tocar al hijo que todavía no conoce”.

Quien habla así, es el Superior General de los Discípulos de los Corazones de Jesús y María, con autoridad acreditada para comenzar su conferencia asentando: “O Humanae Vitae o la nada. Fidelidad o la nada. Humanae Vitae es necesaria porque hace grande un amor".

 

Sexo: unión y procreación

El padre Noriega se lamenta que la sexualidad se haya banalizado hasta tal punto de reducirla solo al placer, o en el mejor de los casos, expresión de amor. “En modo alguno hoy hablar de sexo es hablar de hijos”, apunta.

Y vuelve a remarcar que sexo significa vida en común, fidelidad, matrimonio, unión y procreación. “A Pablo VI y a Juan Pablo II lo que les preocupaba era la intencionalidad de los esposos. Y a la Huamane Vitae lo que le cuestiona es que los esposos puedan eliminar la procreación”.

Finalizó su conferencia con esta seguridad: “La Humanae Vitae es la verdad del amor conyugal”.