Servicio diario - 27 de febrero de 2018


 

"El Señor perdona con la dulzura y la confianza de un Padre"
Rosa Die Alcolea

Los obispos argentinos llaman a "reconocer el don de la vida humana"
Rosa Die Alcolea

Polonia: El Papa nombra un obispo auxiliar para Warmia
Redacción

Santo Sepulcro: cierra sus puertas en protesta por los cristianos en Tierra Santa
Redacción

Padre Antonio Rivero: "¿Qué mercaderes se rifan nuestra alma?"
Antonio Rivero

Beato Daniel Alejo Brottier, 28 de febrero
Isabel Orellana Vilches


 

 

27/02/2018-18:43
Rosa Die Alcolea

"El Señor perdona con la dulzura y la confianza de un Padre"

(ZENIT — 27 feb. 2018).- "El Señor dice: 'Ven, vamos. Ven y discutamos. Hablemos un poco'. No nos asusta. Es como el papá del hijo adolescente que ha hecho una travesura y debe reprenderlo", ha señalado Francisco.

El Papa Francisco se refirió en la Misa celebrada esta mañana, 27 de febrero de 2018, en la capilla de Santa Marta, a la "actitud especial" de Jesús ante nuestros pecados, inspirándose en la lectura tomada del primer libro del Profeta Isaías que ofrece una verdadera "llamada a la conversión".

La Cuaresma es un tiempo que nos ayuda en la conversión, en el acercamiento a Dios, en el cambio de nuestra vida. "Ésta es una gracia que hay que pedir al Señor", ha recordado el Papa esta mañana.

En esta línea, el Santo Padre ha dicho: "El Señor no se cansa de llamar a cada uno para que cambiemos nuestra vida, para que demos un paso hacia Él a fin de convertirnos".

 

Jesús no amenaza

De modo que Jesús, como el padre con respecto a un hijo adolescente, con un "gesto de confianza acerca al perdón y cambia el corazón", ha asegurado el Pontífice, y ha indicado que Jesús "no amenaza, sino que llama con dulzura, dando confianza".

"Vengan y discutamos" son las palabras del Señor a los jefes de Sodoma y al pueblo de Gomorra, al que —tal como explicó el Papa— ya ha indicado el "mal" que hay que evitar y el "bien" que hay que seguir. Y así también lo hace con nosotros:

 

"Hablemos, discutamos"

El Señor en este pasaje nos llama así: 'Vamos, vengan. Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengan miedo, no quiero aporrearlos'. Y dado que sabe que el hijo piensa: 'Pero yo he hecho algunas cosas'... Inmediatamente: 'Incluso si tus pecados fueran como la escarlata, se volverían blancos como la nieve. Si fueran rojos como la púrpura, llegarían a ser como lana", ha descrito el Santo Padre.

"Pero ven, no te asustes, ven. El perdón está": El Señor sabe que todos nosotros estamos a mitad de camino y muchas veces tenemos necesidad de esto, de escuchar esta palabra, ha explicado el Papa.

"A mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el papá con el hijo que se cree grande, que se cree crecido y aún está a mitad de camino. Y esto nos anima. Ir hacia el Señor con el corazón abierto: es el Padre que nos espera", ha comentado.

 

 

27/02/2018-19:25
Rosa Die Alcolea

Los obispos argentinos llaman a "reconocer el don de la vida humana"

(ZENIT — 27 feb. 2018).- Los Obispos de la Conferencia Episcopal Argentina han publicado un comunicado en el que se reconoce la verdad, el bien y la belleza que significa el "don de la vida humana".

Es la Declaración de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina sobre el debate parlamentario de la despenalización del aborto, titulada "Respetuosos de la vida" y publicada el 25 de febrero de 2018.

En el comunicado, los prelados argentinos manifiestan, al mismo tiempo, la "cercanía y solidaridad ante el dolor" que causa una vida no deseada, consecuencia frecuente de abusos y violencia hacia la mujer.

A continuación, sigue el texto completo del comunicado.

****

 

Declaración de la Comisión Ejecutiva

La vida humana es un don. Esta es una experiencia compartida de muchos hombres y mujeres, sean creyentes o no. Se refleja en el rostro de los padres cuando contemplan por primera vez a sus hijos. El anuncio de la espera de un hijo es una alegría que se comparte con familiares y amigos.

Pero a veces en la historia de otras personas no es así, no es algo deseado, esperado, decidido, aunque en ocasiones en los meses siguientes se redescubre la belleza de esa vida que viene en camino.

Para otros, la concepción de esa vida no fue fruto de un acto de amor, y hasta pudo haber sido consecuencia de una acción de abuso y violencia hacia la mujer.

Allí es cuando surge la pregunta humana y ética sobre qué hacer. En la forma de responder la pregunta se cae muchas veces en plantear un enfrentamiento entre dos personas en situación de vulnerabilidad. Por un lado la mujer, que no decidió ser madre, suele encontrarse en soledad y la mayoría de las veces en un contexto de pobreza; por otro lado, la vulnerabilidad de la vida humana concebida que no se puede defender. Debiéramos escuchar tanto a las madres embarazadas que sufrieron una terrible violencia sexual, como así también contemplar el derecho a la existencia de los inocentes que no pueden defenderse.

La pregunta humana y ética es: ¿hay que optar por una vida y eliminar a otra?

La eliminación de la vida humana del que no se puede defender instaura el principio de que los más débiles pueden ser eliminados; acepta que unos pueden decidir la muerte de otros. Hace unos años con la sanción de la Ley "Asignación Universal por Hijo", el Honorable Congreso de la Nación demostró una vez más en su historia republicana un alto grado de sensibilidad humana a favor de la familia y de la vida de los niños y jóvenes más pobres. ¿No se podrá continuar por ese camino legislativo?

La solución o el camino para abordar estas situaciones es la implementación de políticas públicas que:

— Establezcan como prioritaria la educación sexual integral de la ciudadanía, en la que se fomente y capacite para la decisión libre y responsable de concebir una vida humana. Todos tenemos necesidad y derecho de ser recibidos como hijos.

— Reconozcan la dignidad de la vida humana desde el comienzo de su concepción pasando por todas las etapas de su desarrollo, la dignidad e igualdad de la mujer y el varón, y se implementen acciones tendientes a encarar las causas de la violencia hacia la mujer generando nuevas pautas de conductas basadas en el respeto al otro

— Acompañen, desde lo social, las situaciones de conflicto y atiendan las heridas que quedan por sanar en quienes están atravesando por estas situaciones.

 

El diálogo democrático

Estamos ante el debate parlamentario de distintos proyectos de ley. Es necesario, que más allá del buen funcionamiento de nuestro sistema republicano en el cual se legisla a través de los representantes del pueblo, se tenga en cuenta que este tema toca profundamente el tejido de nuestra sociedad.

Que este debate nos encuentre preparados para un diálogo sincero y profundo que pueda responder a este drama, escuchar las distintas voces y las legítimas preocupaciones que atraviesan quienes no saben cómo actuar, sin descalificaciones, violencia o agresión.

Junto con todos los hombres y mujeres que descubren la vida como un don, los cristianos también queremos aportar nuestra voz, no para imponer una concepción religiosa sino a partir de nuestras convicciones razonables y humanas.

 

 

27/02/2018-17:33
Redacción

Polonia: El Papa nombra un obispo auxiliar para Warmia

(ZENIT — 27 feb. 2018).- El Santo Padre ha nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Warmia, al noreste de Polonia, al P. Janusz Ostrowski, del clero de la misma archidiócesis, hasta ahora vicario general adjunto del Tribunal Metropolitano, asignándole la sede titular de Caltadria.

 

Revdo. Janusz Ostrowski

El Revdo. Janusz Ostrowski nació el 16 de noviembre de 1964 en Olsztyn (archidiócesis de Warmia). Después de completar los estudios superiores fue admitido en el Seminario Mayor Metropolitano "Hosianum"y recibió la ordenación sacerdotal el 25 de mayo de 1991 para esa arquidiócesis. En 1997 obtuvo un Doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana.

Después de su ordenación sacerdotal ocupó los siguientes cargos: vicario parroquial de Santa Catalina en Braniewo (1991 — 1993); Notario de la Curia Metropolitana (1997 —1998); Vice rector del Seminario Mayor y profesor de Derecho Canónico (1998 — 1999); Misionero fidei donum en Togo (1999 — 2006); vicario parroquial de San Adalberto en Olsztyn (2006 — 2008); Postulador del proceso de beatificación de 46 mártires de Warmia durante la Segunda Guerra Mundial (2007-2011); Responsable de la Pastoral de Juristas de la archidiócesis (2008 — 2009); Referente de la Pastoral Misionera de la archidiócesis (2010 — 2013). Desde 2006 es juez del Tribunal Metropolitano y desde 2009 vicario judicial adjunto del mismo Tribunal. Desde 2011 es también profesor adjunto de la Facultad de Teología de la Universidad Estatal de Warmia y Mazury.

Actualmente es también canónigo efectivo del Capítulo Colegiado de Lidzbark Warmi?ski y miembro del grupo para visitas canónicas.

Habla italiano y francés.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

27/02/2018-19:46
Redacción

Santo Sepulcro: cierra sus puertas en protesta por los cristianos en Tierra Santa

(ZENIT — 27 feb. 2018).- El Santo Sepulcro está cerrado por tiempo indefinido: este "paso sin precedentes" es emprendido por las iglesias responsables de la Basílica para protestar contra "la campaña sistemática de abuso" con respecto a los cristianos en Tierra Santa y después de la presentación a la Knéset de un proyecto de ley que "haría posible expropiar iglesias de sus tierras".

La declaración conjunta del Patriarcado Ortodoxo Griego de Jerusalén, Teófilo III, de la Custodia de Tierra Santa, Francesco Patton, y el Patriarcado armenio, Nourhan Manougian, fue publicada por l'Osservatore Romano' con fecha del 27 de febrero de 2018.

Esta es una protesta contra la decisión de las autoridades locales de someter a las comunidades cristianas a impuestos sobre ciertas actividades y contra un proyecto de ley que prevé la expropiación de tierras vendidas por comunidades religiosas a personas privadas después de 2010.

Los líderes de la iglesia describen las acciones de la municipalidad de Jerusalén como "un intento de debilitar la presencia cristiana en Jerusalén" y dicen que estas decisiones "violan los acuerdos existentes y las obligaciones internacionales que garantizan los derechos y privilegios de las iglesias".

Tras esta declaración, publicada el 25 de febrero, el parlamento israelí decidió posponer la consideración del proyecto de ley.

Con Héléne Ginabat

 

 

27/02/2018-18:51
Antonio Rivero

Padre Antonio Rivero: "¿Qué mercaderes se rifan nuestra alma?"

Tercer Domingo de Cuaresma

Ciclo B

Textos: Ex 20, 1-17; 1 Co 1, 22-25; Jn 2, 13-25

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: ¿A qué "mercaderes" debo expulsar en esta cuaresma que quieren traficar con mi alma y con mi cuerpo, templo de Dios?

Síntesis del mensaje: Dios en esta Cuaresma quiere purificar el templo de mi cuerpo, de mi alma y corazón, para poder celebrar conmigo su Pascua, es decir, el triunfo del pecado y la inyección de la gracia divina, haciéndome hombre nuevo.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, Cristo tiene que entrar hoy con látigo en mano al templo de nuestra Iglesia y expulsar de ella a todos esos mercaderes que sólo buscan carrerismo, ambiciones, afán de protagonismo y vanidad, llenos de mundanidad en su mente y en su corazón, como tantas veces nos recuerda el Papa Francisco. Y así purificada, nuestra Iglesia sea una, santa, católica y apostólica, y sobre todo según el evangelio en mente, corazón y ritos. Y así nuestra Iglesia sólo busque la gloria de Dios y el bien de todas las personas, visitando las periferias existenciales, consolando a los tristes, ayudando y promocionando a los pobres con obras de caridad, perdonando a los pecadores. Sólo así nuestra Iglesia será facilitadora de la gracia, como sigue afirmando el Papa Francisco, y no burocrática, controladora y obstaculizadora del encuentro del hombre con Dios. Y así en nuestra Iglesia habrá la comunión fraterna, dejando a un lado las envidias que carcomen, los celos que desgastan y las murmuraciones que nos matan. Sólo así nuestra Iglesia católica hará frente al desafío de la proliferación de nuevos movimientos religiosas, a donde muchos van encontrando lo que nosotros tal vez no les damos: acogida, cercanía, cariño, respeto, ternura y solución a sus problemas espirituales, humanos y materiales; y realizado todo sin buscar beneficios económicos o querer ejercer algún poder sobre esas pobres gentes (Evangelii Gaudium 70).

En segundo lugar, Cristo tiene que entrar hoy con látigo en mano al templo de nuestros Organismos Internacionales y nuestros Estados y expulsar de ellos a todos esos mercaderes que sólo buscan el propio provecho e interés financiero o de prestigio, queriendo condescender con todas las ideologías de moda; y no sólo condescender, sino también apoyarlas y promoverlas con dinero, en los medios de comunicación y desde los escaños de los Parlamentos. Sólo así, purificados por la sangre de Cristo, nuestros Estados serán constructores del bien común y buscarán medidas para ayudar a los pobres, garantizar la paz y la justicia. Sólo así, nuestros Estados sabrán que el dinero debe servir y no gobernar (Evangelii Gaudium 58). Sólo así, desaparecerán los males cristalizados en estructuras sociales injustas y podremos esperar un futuro mejor ( Evangelii Gaudium 59). Sólo así nuestros Estados crearán el clima para la tolerancia verdadera, el respeto y el diálogo, más allá de toda diferencia en campo político, económico, filosófico o religioso, evitando todo tipo de discriminación, recelos y enfrentamientos con los que no comparten nuestros mismos valores y nuestra misma visión de la vida.

Finalmente, Cristo tiene que entrar hoy con látigo en mano al templo de nuestras familias, de nuestros corazones y expulsar de nosotros todo egoísmo, soberbia, lujuria, groserías, divisiones, ídolos (la lectura), y purificada nuestra alma, podamos rendir el culto debido a Dios y cumplir alegremente y por amor los mandamientos (la lectura). No nos avergonzaremos de la cruz de Cristo que es fuerza y sabiduría de Dios (2a lectura).

Para reflexionar: ¿He dejado la puerta abierta del templo de mi alma para que entre Jesús y eche a todos esos mercaderes que tratan de traficar con mi fe, mi esperanza y mi caridad? ¿Ya tengo localizados esos mercaderes: sectas y propuestas mundanas, egoísmo y vanidad, orgullo y ambición, vida placentera y de lujo, comodidad y pereza, insensibilidad e indiferencia, tristeza y desilusión, depresión y escepticismo? ¿Tengo bien trancada mi puerta con el candado de la vigilancia y la coherencia en mi vida cristiana?

Para rezar: Señor, entra con tu látigo de amor y echa fuera a todos esos inquilinos que quieren robarme el patrimonio que Tú has regalado a mi alma desde el día del bautismo. Quiero vivir la santa Cuaresma con esa conciencia y necesidad de purificación para poder entrar y disfrutar de tu Pascua.

 

 

27/02/2018-08:07
Isabel Orellana Vilches

Beato Daniel Alejo Brottier, 28 de febrero

«Este religioso conocido como el comerciante del cielo era un ardiente misionero, pero su mala salud le obligó a abandonar su misión en África. Su arte e ingenio, junto a la gracia, revertió en una fecunda acción apostólica»

Nació en la localidad francesa de La Ferté Saint-Cyr el 7 de septiembre de 1876. Sus padres, Jean y Bertha, humildes y creyentes, le educaron en la fe, y en 1893 se dispuso a entregar su vida como sacerdote. El seminario de Blois fue el escenario donde cursó sus estudios eclesiásticos que culminaron con su soñada ordenación en 1899. Una de las primeras misiones que le encomendó el prelado fue la docencia. De modo que, por indicación suya, durante algunos cursos impartió clases en el colegio de Pontlevoy, centro dependiente de la diócesis. Pero en su corazón se abrió paso el espíritu misionero y convencido de que se trataba de un directo llamamiento de Dios, se vinculó a los religiosos de la Congregación del Espíritu Santo en 1902.

La certeza de haber sido elegido por Él no minimizó su sacrificio. Dio el paso contrariándose a sí mismo, como revela el escrito que dirigió el 6 de julio de ese mismo año al padre Genoud, que sería el responsable de su formación: «No pensé que sería tan dificil dejar el mundo atrás. Cuando se compara este sacrificio con lo que otras personas tienen que hacer, parece poca cosa, o casi nada, pero cuando te toca directamente se convierte en algo enteramente diferente. Sin embargo, me consuela que en la profundidad de mi ser, experimento el mismo entusiasmo que me motivó durante el retiro del año pasado». Era honesto y sincero. Su determinación irrevocable ponía de relieve la autenticidad de su vocación.

El Padre celestial, que todo lo conoce, no dilató el cumplimiento de ese anhelo evangelizador de Daniel. Valeroso, audaz, había sido motivo de descanso para su superior general haciéndole saber de primera mano su plena disposición, a través de la carta que le envió en septiembre de 1903: «No quiero presumir nada, pero si tienes una misión muy peligrosa, en donde mi vida estaría en riesgo, con toda franqueza, estoy listo para ello». Efectuada su profesión, un més más tarde fue trasladado a Senegal y comenzó su labor en Dakar en noviembre.

Con gran ardor apostólico dio a conocer a Cristo entre las gentes de este país, con las que permaneció siete años, transmitiendo la fe en su propia lengua que se había ocupado de aprender, hasta que la dureza del clima afectó a su salud y tuvo que regresar a su país. Esta iba a ser la tónica de su labor misionera. Esa tierra africana, que ya llevaba grabada en sus entrañas, se le resistiría a causa de su endeble organismo. Los continuos ataques de migraña le devolvían a su país remedando el flujo incesante de las olas marinas, hasta que definitivamente tuvo que entregar a Dios su misión. El proceso había sido harto doloroso. Obligado a regresar a Francia por vez primera en 1906, a indicación de sus superiores preocupados por la intensa y persistente afección, los cuidados médicos le permitieron regresar en 1907. Pero prácticamente no hizo más que llegar, y de nuevo surgió el tormentoso dolor de cabeza, con lo cual determinaron que Francia sería su lugar de destino permanente. Entonces se dedicó a educar y asistir a la infancia y juventud abandonada. En junio de 1911, al ver disipada la opción de regresar a Senegal, hizo notar: «He prometido dejar todo en manos de la Providencia y no tomar ningún paso a favor ni en contra. Esa es la única manera para un religioso de cumplir su deber».

Era un hombre de oración, sencillo y humilde, que se dejó llevar en todo momento por su confianza en la divina Providencia. Estaba adornado de muchas cualidades que, unidas a su celo apostólico, le permitieron realizar grandes gestas para Cristo: iniciativa, gran creatividad así como visión y dotes para la administración. África corría por sus venas de apóstol, y pensando en nuevas vías de asistencia que pudiera llevar a cabo desde el lugar en el que se hallaba, creó «Recuerdo Africano», un instrumento que le reportó los recursos suficientes para erigir la catedral de Dakar.

En medio de la labor apostólica educativa que signaba su acontecer le sorprendió la Primera Guerra Mundial. «¿Qué puedo hacer frente a esta barbarie que arrasa con la salud, la vida y la civilización?», se preguntó. Y se convirtió en capellán de los militares, lo cual le permitió atender a los soldados y a los moribundos durante cuatro años en los que recorrió distintos frentes con grave riesgo de su vida. Por su abnegada labor ejercida entre tantas víctimas de la ferocidad humana, que se habían visto arrastradas por la sinrazón de las armas, a las que consoló, animó y confortó, además de dar cristiana sepultura a los caídos en el campo de batalla, le galardonaron con la Legión de Honor y la Cruz de Guerra.

El ejemplo de Teresa de Lisieux alumbró su vida, y bajo su intercesión impulsó la casa de huérfanos de Auteuil, un magnífico proyecto que ya estaba materializado, pero que pusieron bajo su responsabilidad en 1923. Le dio un impulso decisivo. Tanto es así, que una decena de años más tarde dio como resultado la atención de un millar y medio de jóvenes. A su entusiasta labor se debe la construcción de una basílica dedicada a la santa de Lisieux también en Auteuil, bendecida en 1930. Otra de las acciones sociales en las que se implicó fue la Unión Nacional de Excombatientes, de carácter benéfico, que aglutinó nada menos que a dos millones de personas.

Es verdad que tenía arte e ingenio para despertar la solidaridad de la gente que promovía con innegable capacidad inventiva. Por ello se le ha denominado «comerciante del cielo». Pero en realidad su fecundidad apostólica se explica fundamentalmente por su insistente oración y fidelísima entrega. Consumido por el amor y extenuado por el esfuerzo continuo que había realizado, falleció en París el 28 de febrero de 1936. Fue beatificado por Juan Pablo II el 25 de noviembre de 1984.