Servicio diario - 18 de enero de 2018


 

Misa en Iquique: El Papa exhorta a "estar atentos" como María en Caná
Rosa Die Alcolea

Perú: El pueblo sale a las calles de Lima a recibir al Papa con júbilo
Redacción

Virgen del Carmen de La Tirana: El Papa la corona en Iquique
Rosa Die Alcolea

Chile: El Papa bendice un matrimonio... en pleno vuelo
Anne Kurian

Perú: "El Papa Francisco se preocupa por nuestra patria"
Redacción

Chile: El Papa agradece "de corazón" a los periodistas su servicio
Redacción

Chile: El Papa socorre a una funcionaria de Carabineros
Redacción

Al irse de Chile para ir a Perú, el Papa desea "paz y prosperidad"
Anne Kurian

Jerusalén: La Santa Sede recuerda la necesidad de diálogo entre israelíes y palestinos
Redacción

Perú: Programa del viernes, 19 enero 2018
Redacción

Beato Marcelo Spínola y Maestre, 19 de enero
Isabel Orellana Vilches


 

 

18/01/2018-15:30
Rosa Die Alcolea

Misa en Iquique: El Papa exhorta a "estar atentos" como María en Caná

(ZENIT — 18 enero 2018).- "Iquique es tierra de sueños, tierra que ha sabido albergar a gente de distintos pueblos y culturas que han tenido que dejar a los suyos, marcharse", ha recordado el Papa. "Busquemos que siga siendo también tierra de hospitalidad", ha exhortado.

Homilía del Papa Francisco en la "Misa por la integración de los pueblos", celebrada en el Campus de Lobito, en Iquique, al norte de Chile, a las 11:30 horas del jueves, 18 de enero de 2018, último día del Santo Padre en el país.

“El Evangelio es una constante invitación a la alegría”, una alegría que se contagia de generación en generación y de la cual somos herederos porque somos cristiano, ha señalado Francisco. “¡Cómo saben ustedes, queridos hermanos del norte chileno a vivir la fe y la vida en clima de fiesta!”, ha indicado.

 

“Estar atentos”

Así, ha pedido que como María en Caná, "busquemos aprender a estar atentos en nuestras plazas y poblados, y reconocer a aquellos que tienen la vida «aguada»; que han perdido —o les han robado— las razones para celebrar.

El Papa ha exhortado a "estar atentos": "Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta".

"Estemos atentos —ha continuado el Pontífice— frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares"; "Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos migrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en «regla»"; "Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias, y como María digamos con fe: no tienen vino, Señor".

RD

Sigue el texto completo de la homilía del Santo Padre en Iquique, Chile.

 

Homilía del Papa Francisco

«Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en la ciudad de Caná de Galilea» ( Jn 2,11).

Así termina el Evangelio que hemos escuchado, y que nos muestra la aparición pública de Jesús: nada más y nada menos que en una fiesta. No podría ser de otra forma, ya que el Evangelio es una constante invitación a la alegría.

Desde el inicio, el Ángel le dice a María: «Alégrate» (Lc 1,28). Alégrense, le dijo a los pastores; alégrate, le dijo a Isabel, mujer anciana y estéril...; alégrate, le hizo sentir Jesús al ladrón, porque hoy estarás conmigo en el paraíso (cf. Lc 23,43).

El mensaje del Evangelio es fuente de gozo: «Les he dicho estas cosas para que mi alegría esté en ustedes, y esa alegría sea plena» (Jn 15,11). Una alegría que se contagia de generación en generación y de la cual somos herederos. Porque somos cristianos.

¡Cómo saben ustedes de esto, queridos hermanos del norte chileno! ¡Cómo saben vivir la fe y la vida en clima de fiesta! Vengo como peregrino a celebrar con ustedes esta manera hermosa de vivir la fe. Sus fiestas patronales, sus bailes religiosos —que se prolongan hasta por una semana—, su música, sus vestidos hacen de esta zona un santuario de piedad y espiritualidad popular. Porque no es una fiesta que queda encerrada dentro del templo, sino que ustedes logran vestir a todo el poblado de fiesta. Ustedes saben celebrar cantando y danzando «la paternidad, la providencia, la presencia amorosa y constante de Dios. Así llegan a engendrar actitudes interiores que raramente pueden observarse en el mismo grado en quienes no poseen esa religiosidad: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás, devoción».[1] Cobran vida las palabras del profeta Isaías: «Entonces el desierto será un vergel y el vergel parecerá un bosque» (32,15). Esta tierra, abrazada por el desierto más seco del mundo, logra vestirse de fiesta.

En este clima de fiesta, el Evangelio nos presenta la acción de María para que la alegría prevalezca. Ella está atenta a todo lo que pasa a su alrededor y, como buena Madre, no se queda quieta y así logra darse cuenta de que en la fiesta, en la alegría compartida, algo estaba pasando: había algo que estaba por «aguar» la fiesta. Y, acercándose a su Hijo, las únicas palabras que le escuchamos decir son: «No tienen vino» (Jn 2,3).

Y así María anda por nuestros poblados, calles, plazas, casas, hospitales. María es la Virgen de la Tirana; la Virgen Ayquina en Calama; la Virgen de las Peñas en Arica, que anda por todos nuestros entuertos familiares, esos que parecen ahogarnos el corazón para acercarse al oído de Jesús y decirle: mira, «no tienen vino».

Y luego no se queda callada, se acerca a los que servían en la fiesta y les dice: «Hagan todo lo que Él les diga» (Jn 2,5). María, mujer de pocas palabras, pero bien concretas, también se acerca a cada uno de nosotros a decirnos tan sólo: «Hagan todo lo que Él les diga». Y de este modo se desata el primer milagro de Jesús: hacer sentir a sus amigos que ellos también son parte del milagro. Porque Cristo «vino a este mundo no para hacer una obra solo, sino con nosotros —el milagro lo hace con nosotros—, con todos nosotros, para ser la cabeza de un cuerpo cuyas células vivas somos nosotros, libres y activas».[2] Así hace el milagro Jesús. Con nosotros.

El milagro comienza cuando los servidores acercan los barriles con agua que estaban destinados a la purificación. Así también cada uno de nosotros puede comenzar el milagro, es más, cada uno de nosotros está invitado a ser parte del milagro para otros.

Hermanos, Iquique es tierra de sueños —eso significa el nombre en aymara—; tierra que ha sabido albergar a gente de distintos pueblos y culturas. Gente que han tenido que dejar a los suyos, marcharse. Una marcha siempre basada en la esperanza por obtener una vida mejor, pero sabemos que va siempre acompañada de mochilas cargadas con miedo e incertidumbre por lo que vendrá.

Iquique es una zona de inmigrantes que nos recuerda la grandeza de hombres y mujeres; de familias enteras que, ante la adversidad, no se dan por vencidas y se abren paso buscando vida. Ellos —especialmente los que tienen que dejar su tierra porque no encuentran lo mínimo necesario para vivir— son imagen de la Sagrada Familia que tuvo que atravesar desiertos para poder seguir con vida.

Esta tierra es tierra de sueños, pero busquemos que siga siendo también tierra de hospitalidad. Hospitalidad festiva, porque sabemos bien que no hay alegría cristiana cuando se cierran puertas; no hay alegría cristiana cuando se les hace sentir a los demás que sobran o que entre nosotros no tienen lugar (cf. Lc 16,19-31).

Como María en Caná, busquemos aprender a estar atentos en nuestras plazas y poblados, y reconocer a aquellos que tienen la vida «aguada»; que han perdido —o les han robado— las razones para celebrar; Los tristes de corazón. Y no tengamos miedo de alzar nuestras voces para decir: «no tienen vino». El clamor del pueblo de Dios, el clamor del pobre, que tiene forma de oración y ensancha el corazón y nos enseña a estar atentos. Estemos atentos a todas las situaciones de injusticia y a las nuevas formas de explotación que exponen a tantos hermanos a perder la alegría de la fiesta. Estemos atentos frente a la precarización del trabajo que destruye vidas y hogares. Estemos atentos a los que se aprovechan de la irregularidad de muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en «regla». Estemos atentos a la falta de techo, tierra y trabajo de tantas familias. Y como María digamos con fe: no tienen vino, Señor.

Como los servidores de la fiesta aportemos lo que tengamos, por poco que parezca. Al igual que ellos, no tengamos miedo a «dar una mano», y que nuestra solidaridad y nuestro compromiso con la justicia sean parte del baile o la canción que podamos entonarle a nuestro Señor. Aprovechemos también a aprender y a dejarnos impregnar por los valores, la sabiduría y la fe que los inmigrantes traen consigo. Sin cerrarnos a esas «tinajas» llenas de sabiduría e historia que traen quienes siguen arribando a estas tierras. No nos privemos de todo lo bueno que tienen para aportar.

Y después dejemos a Jesús que termine el milagro, transformando nuestras comunidades y nuestros corazones en signo vivo de su presencia, que es alegre y festiva porque hemos experimentado que Dios-está-con-nosotros, porque hemos aprendido a hospedarlo en medio de nuestro corazón. Alegría y fiesta contagiosa que nos lleva a no dejar a nadie fuera del anuncio de esta Buena Nueva; y a trasmitirle todo lo que hay de nuestra cultura originaria, para enriquecerlo también con lo nuestro, con nuestras tradiciones, con nuestra sabiduría ancestral, para que el que viene encuentre sabiduría y dé sabiduría. Eso es fiesta. Eso es agua convertida en vino. Eso es el milagro que hace Jesús.
Que María, bajo las distintas advocaciones de esta bendecida tierra del norte, siga susurrando al oído de su Hijo Jesús: «no tienen vino», y en nosotros sigan haciéndose carne sus palabras: «hagan todo lo que Él les diga».

 

[1] Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 48.

[2] San Alberto Hurtado, Meditación Semana Santa para

© Librería Editorial Vaticano

 

 

18/01/2018-22:55
Redacción

Perú: El pueblo sale a las calles de Lima a recibir al Papa con júbilo

(ZENIT — 18 enero 2018).- Al llegar a la Nunciatura Apostólica, a las 18:15 horas (00:15 h. en Roma) el Santo Padre ha pronunciado unas palabras a los fieles que aguardaban a su llegada: "¡Gracias por estar aquí! ¡Gracias de corazón! Ahora quisiera darles a ustedes y a sus familias la bendición", han rezado juntos un "Ave María" y el Papa les ha bendecido antes de entrar en la Nunciatura.

El Papa Francisco llegó al aeropuerto de Lima, Perú, alrededor de las 16 horas (23 h. en Roma), el 18 de enero de 2018, donde comienza la segunda etapa de su 22° viaje apostólico.

El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, se encontró con el Santo Padre en el asfalto, donde la Iglesia y los líderes cívicos se unieron a las ceremonias de bienvenida.

El Santo Padre estará en Perú hasta el lunes, 21 de enero de 2018, y se dirigirá a líderes religiosos y políticos. También se espera que se acerque de manera especial a los pueblos indígenas de la nación.

Mañana, 19 de enero, el Papa viajará a Puerto Maldonado, a las 8:30 horas en avión desde Lima.

A las 10:30 horas (16:30 h. en Roma), Francisco se encontrará con los pueblos de la Amazonia en el Coliseo Regional Madre de Dios, y pronunciará un discurso. Más tarde, se encontrará con la población en el Instituto Jorge Basadre, visitará el Hogar Principito y almorzará con los representantes de los pueblos de la Amazonia en el Centro Pastoral Apaktone.

A las 14:35 horas (20:35 h. en Roma), el Santo Padre regresará a Lima, a las 16:45 horas (22:45 h. en Roma) se reunirá con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno., y después realizará la visita de cortesía al Presidente en el Salón de los Embajadores del Palacio de Gobierno. Terminará la jornada con un encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús en la iglesia de San Pedro.

Con Jim Fair

 

 

18/01/2018-16:03
Rosa Die Alcolea

Virgen del Carmen de La Tirana: El Papa la corona en Iquique

(ZENIT — 18 enero 2018).- "¡Bienvenido Francisco, yo te invito ami casa! ¡Alcemos todos las manos, diciendo: Mi paz les doy!" cantaban los miles de peregrinos en el Campus de Lobito, en Iquique, al recibir al Papa Francisco en el norte del país, último día del Papa en el país.

En la "Misa por la integración de los pueblos", tercera y última que celebra el Papa en Chile, Francisco ha coronado la imagen de la Virgen del Carmen de La Tirana, como Reina y Madre de Chile. Nuestra Señora del Carmen es Patrona del país, a la que guardan gran devoción en esta zona del norte, región de Tarapacá.

La imagen de la Virgen del Carmen de La Tirana ha sido trasladada a Lobito para la ocasión, a cargo de la Iglesia de Iquique, la Comunidad Custodia del Santuario y la Federación de Bailes Religiosos de La Tirana.

Se trata de la imagen grande de la Virgen del Carmen, la cual no visitaba la ciudad de Iquique desde el año 1999, en aquel entonces con motivo de la preparación para el Jubileo del año 2000.

 

Encuentro del desierto y el mar

El Campus de Lobito está situado a 20 kilómetros de Iquique al sur, y lidiando con el Océano Pacífico. La ciudad de Iquique cuenta con unos 200.000 habitantes, es capital de la región Tarapacá y de la provincia de Iquique, está ubicada a 1.800 kilómetro de la capital, situada a los pies de Los Andes, en un punto donde el desierto y el mar se encuentran.

Según informan las autoridades chilenas, 150.000 personas han participado en la Misa, la última que celebra el Santo Padre en el país.

Las lecturas del Evangelio han sido proclamadas por fieles chilenos, y el Evangelio ha sido anunciado por un hombre vestido con un traje típico de un pueblo originario de Chile.

Igualmente, las ofrendas han sido entregadas al Papa por un grupo de peregrinos vestidos con coloridos trajes tradicionales de los pueblos originarios de Chile, especialmente del norte.

 

Saludo del Obispo de Iquique

Mons. Guillermo Patricio Vera Solo ha dado la bienvenida al Santo Padre al norte de Chile, donde "al amanecer, las condiciones de vida áspera, de este lugar recio y seco, forja almas laboriosas y luchadoras", ha dicho.

."Este desierto está lleno de vida y su gente ha engendrado vida. Esta tierra llena de riquezas, funde a la gente que nació acá con tantos que han ido llegando de distintos lugares, algunos desde muy lejos. Esto nos ha ido enriqueciendo y haciendo madurar como comunidad, y nos está permitiendo vivir con fuerza que todos somos necesarios, sin distinción, y avanzar en una mejor convivencia entre hermanos se hace imprescindible", ha transmitido al Papa.

El Obispo de Iquique ha descrito la gran devoción a la Virgen del Carmen: "Alabanzas y súplicas que depositamos a los pies de Nuestra Señora del Carmen de la Tirana; como también a san Lorenzo en Tarapacá, visitando a la Virgen en Ayquina en Calama y el santuario de Las Peñas en Arica".

"El desierto se convierte en territorio sagrado, territorio de conversión", ha indicado. "Papa Francisco, le agradeceremos esta visita. Chile ha podido rezar con usted. El cariño y las plegarias de los chilenos le acompañarán siempre".

El Obispo le ha regalado de parte de la Diócesis de Iquique un báculo hecho con cobre que unos mineros extrajeron en la región de Tarapacá y cruz hecha de cristales de sal, que lleva en su centro el mapa de Chile.

 

"Mira la fe de este pueblo"

Al terminar la Eucaristía, el Papa se ha despedido de Mons. Guillermo Patricio Vera Solo, Obispo de Iquique; de la Presidenta Michelle Bachelet; de los voluntarios que han colaborado en esta visita apostólica; a la comitiva organizadora; y a todos los fieles y peregrinos que han asistido a las celebraciones y le han acogido en Chile.

Asimismo, el Papa ha agradecido la presencia de los hermanos de Bolivia, Argentina y otros países cercanos, bromeando: "No se pongan celosos, Argentina es mi patria". El Papa ha finalizado con las palabras: "Señor, mira la fe de este pueblo, regálale unidad y paz".

 

 

18/01/2018-15:08
Anne Kurian

Chile: El Papa bendice un matrimonio... en pleno vuelo

(ZENIT — 18 enero 2018).- Una nueva iniciativa sorpresa del Papa Francisco, en el avión que lo llevó de Santiago a Iquique, Chile, el 18 de enero de 2018: la bendición del matrimonio de un auxiliar de vuelo y una azafata en pleno vuelo. El sacramento del matrimonio es válido, dijo la Santa Sede.

Durante el vuelo de dos horas de la compañía Latam, que cruzó los 1.800 km entre la capital y el norte del país, como parte de su 22° viaje apostólico, el Papa bendijo el matrimonio de una pareja chilena: Paula Podestá Ruiz, de 39 años, y Carlos Ciuffando Elorriaga, de 41, habían estado casados civilmente durante ocho años. En 2010, un terremoto destruyó la iglesia donde tenían la intención de intercambiar sus consentimientos.

Según la prensa a bordo del avión, la pareja le pidió al Papa que bendiga sus anillos de boda. Este último les preguntó si deseaban casarse religiosamente. "Ellos estaban hablando con el Papa. Le dijeron que no se habían casado en la iglesia. El Papa les preguntó si querían casarse inmediatamente. Dijeron "sí", dice el jesuita Antonio Spadaro, que acompaña al Papa argentino en todos sus viajes.

El Vaticano declara que el acto de matrimonio religioso — escrito en una hoja blanca simple A4 — la pareja, es válido: "Todo es oficial. Hay testigos, hay un documento ", dijo el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke.

Paula Podestá Ruiz y Carlos Ciuffando Elorriaga tienen dos hijos: Rafaella, 6 e Isabella, 3 años.

 

 

18/01/2018-19:27
Redacción

Perú: "El Papa Francisco se preocupa por nuestra patria"

(ZENIT — 18 enero 2018).- A un día de la llegada del papa Francisco al Perú, en una visita que lo llevará por la costa y selva del país, conversamos con monseñor Salvador Piñeiro, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana.

En medio de los preparativos, que para él incluyen atender como se debe a los obispos enfermos durante su encuentro con el papa, el también arzobispo de Ayacucho nos habló de sus expectativas de la visita, y el contexto en que llega el santo padre a un país que él mismo ha llamado "reserva de santos".

 

¿Qué es lo primero que le dirá a Francisco cuando lo reciba?

Mi saludo de gratitud, porque ha cumplido el compromiso de poner en la agenda la visita al Perú. Cuando en mayo último los obispos del Perú le dijimos que esperábamos su visita, inmediatamente nos contestó. Se ve su gran cariño y la cordialidad que tiene con el Perú.

 

¿Cómo se ha preparado el país para esta visita?

Quiero agradecer al gobierno peruano, por la solicitud con que nos ha ayudado en muchos temas que desbordan la logística, las comunicaciones, entre otros. También quiero felicitar a las iglesias particulares que han elaborado sus temas catequéticos, momentos de oración, vigilias en los templos. La comunidad católica agradece el don del primado petrino, pues el papa viene a confirmarnos en la fe y también muestra su gran preocupación por los temas difíciles de la patria.

 

¿Cómo eligió los lugares a visitar?

Él no viene de turista, va a la selva donde hay tanta marginación, el problema de la trata de personas, la deforestación, la minería ilegal. Va a Trujillo, que fue asolado en una zona con ocho huaycos (desbordes del río con lodo y piedras ndr), y viene a traernos una palabra de esperanza, de consuelo. Así también a esta Lima, que nos desborda y que ha crecido muchísimo.

 

El papa habla del Perú como una reserva de santos...

Es una satisfacción que en nuestra historia tengamos varios santos, pero son de la primera hora, del mil seiscientos... En cambio, también es una llamada para que no vivamos de las rentas, pues vivimos del ayer. También hoy día tienen que haber santos.

 

Se ve que la gente lo llama a Francisco "El Papa de la gente"... ¿Es propio este reconocimiento?

Es un papa tan cercano, que no complica, no quiere terciopelos, no quiere esos homenajes del momento... Él quiere que escuchemos la palabra de Jesús, y que se conviertan nuestros corazones. Y hay dos temas que trabaja muchísimo, sin duda fruto de Aparecida, como es ser discípulos y misioneros. Es decir, escuchar al Señor, vivir su evangelio y ser testigos, mensajeros de paz, de amor, y preocuparnos por los demás. Por eso, el mensaje del papa nos invita a la unión familiar, a la emoción social, a no vivir con ese corazón asfixiado por lo material; sino abierto a la generosidad, a la solidaridad, al servicio...

 

Este año va ser el Sínodo de los Jóvenes con el tema de la vocación, ¿cual considera usted que son los mayores desafíos en ello para la Iglesia del Perú?

Es una preocupación grande de los obispos, que nuestros seminarios no reciban las visitas suficientes de los jóvenes que aspiran al sacerdocio. Por otro lado, tenemos que mirar el rostro de Cristo en los jóvenes, en los adolescentes que no tienen familia, que la sociedad los margina y cómo se lucra con sus sentimientos, con su vida.

 

Otro acontecimiento en este año es el Encuentro Mundial de las Familias... ¿Según Usted, dónde debe estar el énfasis en el trabajo con las familias, y en la preparación al matrimonio?

Pienso que no podemos olvidar una preparación remota al matrimonio, pues nos contentamos con unas charlas o un cursillo previo a la ceremonia nupcial. Hay que organizar la catequesis juvenil, los grupos parroquiales, para que los jóvenes se preparen a lo que exige la fidelidad, el amor, y no improvisemos familias. Tenemos que apostar más también por una sólida formación de los jóvenes en la catequesis escolar, en la presencia universitaria... Yo soy un hombre de esperanza, y hay que trabajar para que haya más vida cristiana en los jóvenes.

 

Algunos se sorprendieron de que el papa haya enviado un comisario para el Sodalicio de Vida Cristiana, justo antes de llegar al Perú...

Deben tener argumentos serios, cuando el santo padre ha enviado un comisario. Es un carisma que ha dado muchos frutos a la iglesia, pero al haber indicios muy razonables de desorden, de falta de formación, la Santa Sede se toma su tiempo y no improvisa. Nos da tranquilidad la intervención del santo padre, quien tiene así un gesto que nos recuerda su preocupación por el Perú, para que encontremos caminos de reconciliación y de paz.

 

Finalmente, ¿Cuál es su llamado para que la gente en el Perú aproveche la visita del papa?

Queremos que el lema de los obispos del Perú "Unidos por la Esperanza", sea una oportunidad para que nos reconciliemos, para que busquemos entendimiento. Y para que haya una atmósfera fraterna y podamos decirle al papa que hay cosas que nos dividen en el Perú, como son las geografías, las ideologías, las economías... Pero tenemos una fe en Jesucristo, tenemos un gran amor a María y que él sienta que lo queremos mucho porque es el Pedro de hoy.

José Antonio Varela Vidal

 

 

18/01/2018-13:45
Redacción

Chile: El Papa agradece "de corazón" a los periodistas su servicio

(ZENIT — 18 enero 2018). "Les quiero agardecer el servicio que han prestado. Tanta gente que no puede estar acá y nos está viendo de lejos", dijo el Papa Francisco a los periodistas, rompiendo el protocolo.

Esta mañana, 18 de enero de 2018, el Santo Padre salió de la Nunciatura apostólico de Santiago de Chile pasadas las 7 horas, en dirección al aeropuerto para tomar el avión que lo llevará hasta Iquique.

Al salir de la Nunciatura, el Papa se ha saltado el protocolo para saludar a los periodistas allí presentes y les ha dicho: "El servicio de ustedes es generoso, porque han pasado horas aquí. ¡Gracias de corazón, que Dios los bendiga!", informa la página web 'Francisco en Chile', organizadores de la visita apostólica.

Así, Francisco les ha deseado: "Dios les de a cada uno de ustedes y a sus familias que más necesiten. Y me voy con un buen recuerdo de ver periodistas que pasan ahí de pie esperando. Sigan así, sirviendo al pueblo ¡Y recen por mí!", fueron sus palabras antes de volver a subirse al auto para retomar su camino hasta el norte de nuestro país, donde presidirá la última misa masiva en tierra chilena, antes de seguir hacia Perú.

 

 

18/01/2018-17:49
Redacción

Chile: El Papa socorre a una funcionaria de Carabineros

(ZENIT — 18 enero 2018).- El Papa Francisco socorrió a una funcionaria de Carabineros que se desmayó y cayó del caballo al suelo de forma violenta, informa la plataforma `Francisco en Chile', web de los organizadores de la visita.

En su trayecto a la casa de retiros del Santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Iquique, el Santo Padre hizo detener el papamóvil al percatarse que una uniformada perdió el control de su caballo y se desplomó.

Visiblemente preocupado, el Sumo Pontífice se acercó para verificar que la mujer se encontrara bien, mientras los equipos de emergencia arribaban para dar los primeros auxilios. Tras comprobar que estaba siendo atendida, Francisco aprovechó de saludar a pie a los peregrinos que estaban cerca y luego siguió su camino.

En su último día en el país, el Santo Padre ofició la Santa Misa en Campus Lobito y luego se trasladó a la Casa de Retiro del Santuario Nuestra Señora Lourdes.

 

 

18/01/2018-20:27
Anne Kurian

Al irse de Chile para ir a Perú, el Papa desea "paz y prosperidad"

(ZENIT — 18 enero 2018).- En su despedida de Chile, después de tres días completos en el país, con motivo de su 22° viaje apostólico, el 18 de enero de 2018, el Papa Francisco deseó al país latinoamericano "paz y prosperidad".

Después de una misa y un almuerzo en Iquique, el Papa se ha unido al aeropuerto internacional "Diego Aracena" de esta ciudad en el norte de Chile, ubicado en el borde del océano y al pie del desierto andino, donde fue recibido por una ceremonia de despedida alrededor de las 16:15 hora local (20:15 en Roma).

El Papa caminó por la alfombra roja con la presidenta chilena Michelle Bachelet.

Después de los honores militares y una breve presentación de danzas tradicionales, con trajes típicos chilenos, el Papa subió, solo, las escaleras del avión A321, de la compañía LATAM.

Llegó arriba del todo, y giró una vez más para decir adiós con la mano, antes de entrar en el avión que despegó alrededor de las 16:50 (20:50 hora de Roma). Se espera que en dos horas llegue a Lima, Perú, la segunda etapa de su viaje, a las 17:20 hora local (23:30 h. en Roma).

El Papa Francisco ha invocado "abundantes bendiciones" sobre todos y asegura sus oraciones por "la paz y la prosperidad de la nación".

 

 

18/01/2018-18:44
Redacción

Jerusalén: La Santa Sede recuerda la necesidad de diálogo entre israelíes y palestinos

(ZENIT — 18 enero 2018).- "La Santa Sede —anuncia el Papa Francisco— no dejará de recordar con urgencia la necesidad de que se reanude el diálogo entre israelíes y palestinos para una solución negociada".

Así se lo ha transmitido el Santo Padre al Gran Imán de Al- Azahr, Ahmad Al-Tayyib, en respuesta a su invitación para participar en la Conferencia Internacional de Al-Azhar, Egipto, en apoyo de Jerusalén, los días 17 y 18 de enero 2018.

El Papa Francisco agradece la invitación y se disculpa por no poder ir, ya que se encuentra en Chile, en su 22° viaje apostólico, y asegura que no dejará de "seguir invocando a Dios por la causa de la paz, de una paz verdadera, real".

En este sentido, Francisco eleva sus "más fervientes oraciones" para que los líderes de las naciones, las autoridades civiles y religiosas, en todos los lugares, se comprometan a evitar nuevas espirales de tensión y a sostener todos los esfuerzos para que "la concordia, la justicia y la seguridad prevalezcan entre las poblaciones de esa Tierra bendita que tanto me importa".

Asimismo, el Papa desea —escribe en su carta— que se encuentre una solución encaminada a la coexistencia pacífica de dos Estados dentro de las fronteras entre ellos acordadas y reconocidas internacionalmente, en el pleno respeto de la naturaleza peculiar de Jerusalén, cuyo significado va más allá de cualquier consideración sobre cuestiones territoriales.

Solo un estatuto especial —añade— también garantizado internacionalmente, podrá preservar su identidad, la vocación única de lugar de paz a la que llaman los Santos Lugares y su valor universal, permitiendo un futuro de reconciliación y esperanza para toda la región.

 

 

18/01/2018-22:21
Redacción

Perú: Programa del viernes, 19 enero 2018

Viernes 19 enero 2018

LIMA-PUERTO MALDONADO-LIMA

8:30 horas (14:30 h. en Roma): Salida en avión de Lima para Puerto Maldonado

10:15 horas (16:15 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Puerto Maldonado

10:30 horas (16:30 h. en Roma): Encuentro con los pueblos de la Amazonia en el Coliseo Regional Madre de Dios. Discurso del Santo Padre

11:30 horas (17:30 h. en Roma): Encuentro con la población en el Instituto Jorge Basadre. Saludo del Santo Padre

12:15 horas (18:15 h. en Roma): Visita al Hogar Principito. Saludo del Santo Padre

13:15 horas (19:15 h. en Roma): Almuerzo con los representantes de los pueblos de la Amazonia en el Centro Pastoral Apaktone

14:35 horas (20:35 h. en Roma): Salida en avión hacia Lima

16:10 horas (22:10 h. en Roma): Llegada al aeropuerto de Lima

16:20 (22:20 h. en Roma) Visita a la capilla de la base aérea

16:45 (22:45 h. en Roma): Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el Patio de Honor del Palacio de Gobierno. Discurso del Santo Padre

17:15 horas (23:15 h. en Roma): Visita de cortesía al Presidente en el Salón de los Embajadores del Palacio de Gobierno

17:55 horas (23:55 h. en Roma): Encuentro privado con los miembros de la Compañía de Jesús en la iglesia de San Pedro

Programa completo del viaje

 

 

18/01/2018-08:00
Isabel Orellana Vilches

Beato Marcelo Spínola y Maestre, 19 de enero

«Este fundador de la congregación de las Esclavas del Divino Corazón, gran jurista, fue aclamado abogado de los pobres y arzobispo mendigo por su acción a favor de los desfavorecidos por los que se desvivió y pidió limosna»

Nació en San Fernando, Cádiz, España, el 14 de enero de 1835. Su padre, el marqués de Spínola, era un ilustre oficial de la Marina. Pero él orientó su vida profesional licenciándose en derecho en la universidad de Sevilla el año 1856. Incluso abrió su propio despacho en Huelva durante un tiempo, poniendo su buenos oficios al servicio de los necesitados, a los que prestaba ayuda desinteresadamente. De ahí el apodo que le dieron: «el abogado de los pobres». Desde su más tierna infancia había experimentado una singular devoción por el Sagrado Corazón de Jesús, y los talentos que Dios le había otorgado estaban a merced de todos. Cuando su padre tomó posesión de la plaza de Sanlúcar de Barrameda como comandante de Marina, Marcelo lo siguió. Había crecido en las ciudades de Motril, Valencia, Huelva, Sevilla y Sanlúcar. A ellas añadiría nuevos destinos. Era la vida itinerante de un hijo de militar, de un hombre bueno, afable, humilde y alegre, que conservaba estampas de las gentes sencillas a las que fue conociendo y supo ganarse con su generosidad y simpatía.

Ya tenía cierta edad cuando sintió la llamada al sacerdocio y enseguida dio un sí a Cristo. Cursó estudios eclesiásticos en el seminario de Sevilla y fue ordenado sacerdote en 1864. Su primera misa la celebró en la iglesia de San Felipe Neri. Después, le encomendaron la capellanía de la iglesia de la Merced, de Sanlúcar. Vinculado a las cofradías, se integró en la Hermandad de San Pedro y Pan de los Pobres, hasta que en 1871 el cardenal de la Lastra y Cuesta le confió la parroquia de San Lorenzo de Sevilla. En esta ciudad se incorporó a la Hermandad del Gran Poder, de la que fue mayordomo y director espiritual, así como a la Hermandad de la Soledad. Fue en esta parroquia cuando en 1874 conoció en el confesionario a la recién enviudada Celia Méndez, con la que tiempo después habría de poner en marcha la fundación de las Esclavas.

En 1879 fue nombrado canónigo de la catedral de Sevilla por el arzobispo Lluch, y en 1881 designado obispo auxiliar de la diócesis hispalense. En 1884 su fecunda labor pastoral ya había traspasado las fronteras, y León XIII lo nombró obispo de Coria, Cáceres. Dos años escasos fueron suficientes para dejar impreso su sello apostólico. Allí fundó en 1885 la congregación de las Esclavas del Divino Corazón junto a la sierva de Dios, Celia Méndez. En 1886 fue trasladado a Málaga impulsando en la diócesis una acción inolvidable con los desfavorecidos, a la par que encabezaba una sólida defensa de los derechos de los trabajadores a través de los medios pastorales que tenía a su alcance.

Juzgó que la Iglesia no había acogido a los pobres, y quiso paliar la situación. En 1896 regresó a Sevilla, diócesis de la que fue nombrado arzobispo. Fundó «El Correo de Andalucía», que nació con el objetivo de «defender la verdad y la justicia». Y cuando la peste asoló la ciudad en 1905, recorrió las calles sevillanas desafiando el sol de justicia del mes de agosto, pidiendo limosna para los damnificados. Entonces las gentes acuñaron para él nuevo título: el «arzobispo mendigo». Poco después, ese mismo año de 1905, san Pío X lo elevó al cardenalato.

Era un hombre piadoso, de intensa oración y mortificación, extremadamente sensible a las necesidades y al sufrimiento de sus fieles, y un infatigable apóstol. Hogares, círculos obreros, centros en los que se daba de comer a quienes lo precisaban, orfanatos, escuelas nocturnas, creación de la facultad de teología de Sevilla, etc., rubrican su impronta. Recorrió todas las diócesis en las que ejerció su ministerio viajando en un mulo, luchó contra el intento de desplazar la enseñanza de la religión de los centros públicos siendo senador de Granada, consoló a los afligidos, y llevó el evangelio por todos los rincones, predicando y confesando.

Alguna vez se sintió tentado a renunciar al episcopado considerándose indigno de asumirlo, y fue disuadido de ello. En el centro de su corazón: la Eucaristía: «La obra maestra del amor de Jesucristo a la humanidad es la Eucaristía; maravilla que sería increíble si Jesucristo no amara como Dios». «La Eucaristía se halla a nuestro alcance. Todos podemos acercarnos a Cristo huésped y conversar con él, y percibir el calor de su palabra. ¡La palabra! ¡Cómo enardece los ánimos! ¡Cómo los enardecerá la palabra de Cristo! Todos podemos llegarnos al altar cuando se inmola y nos grita: Mirad cuánto os he amado y amo. Y todos podemos sentarnos a su mesa y comer el pan y beber el vino embriagador de la caridad».

Con clarividencia y profundidad, como santo que era, en una de sus cartas, escribió: « El sacerdote puede con su palabra imitar, aunque sea de lejos, a Cristo, y ejecutar las maravillas que hacía con la suya el celestial Maestro; para que la palabra sacerdotal posea tamaña eficacia es menester que sea total y verdaderamente divina, lo cual no se verificará cumplidamente, sino sometiéndose el ministro del Evangelio a un doble procedimiento: vaciarse de sí y llenarse de Dios».

Murió en Sevilla el 19 de enero de 1906 cuando regresaba de asistir a los esponsales del rey Alfonso XIII. Juan Pablo II lo beatificó el 29 de marzo de 1987.